Taoris: Strike 3 [3/3]
Tao intentó zafarse de las garras que lo aprendían, pero era imposible.
Yifan lo sostuvo a un lado, casi arrastrándolo por todos los pasillos a plena luz de día. Jamás había tenido tanto miedo en su vida. Se recriminaba una y otra vez el por qué había sido tan tonto como para hacer eso con Jongin -cuando, bueno, en realidad ni siquiera hacían nada malo- pero esconderse en un pequeño cuarto en donde se llevaban muchos encuentros no lo dejaban como alguien inocente, no del todo. Sin embargo, por más que su estómago se revolviera por lo que pudiera llegar a ocurrir, no estaba seguro si esa opresión en su pecho era por algo más.
Algo que, tal vez, muy inconscientemente estuviera deseando.
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-Sepárate. -Un gruñido mucho más gutural de lo que debería salió de los labios de Yifan mientras encajaba su mirada en la de Tao-. No voy a repetirlo de nuevo.
-¡Me niego!
-Zitao.
-¡No! -afirmó sus brazos alrededor de aquel poste. Prácticamente su cuerpo se había adherido a él como un koala intentando por todo lo posible no hacer que Yifan lo llevara a la perdición-. ¡No me toques! -chilló en el momento que Yifan empujaba más hacia atrás, haciendo que el cuerpo del chico dejara ese pedazo de metal.
-¡Te lo estoy advirtiendo, Tao! ¡Puedo hacerte una escenita, no me importa si estamos en público!
-Déjame -imploró, fusionando todo su cuerpo en el material.
-¡Mocoso!
-¡Auxilio! ¡Auxilio! ¡Auxili-!
Yifan envolvió la cabeza de Tao entre sus brazos haciendo que dejara de hablar por el momento. Llevaba pegado allí unos buenos diez minutos, tuvo suerte de que el mayor solo lo haya sostenido primeramente de un brazo, así pudo aferrarse al algo más con la otra dándose tiempo para pensar en algo y escapar. Pero no funcionaba. Su cuerpo era ancho, pero débil, así que tras otros tres empujones más Yifan logró librar un brazo del chico.
El rubio gruñó -ya ni llevaba la cuenta- logrando volver a tomar uno de los brazos de Tao. Sabía perfectamente que con un empujón más podía hacer que el otro chico soltara el poste, pero la visión de Tao con el ceño fruncido y a punto de llorar por la frustración le hacía sentir un poco cohibido. Pero no había tiempo para eso, el necesitaba que Zitao conociera de una vez por todas el mundo real y los beneficios que puede tomar de él.
Así que, cuando miró que Tao se había medio relajado en el lugar, jaló con fuerza haciendo que se despegara totalmente soltando así un chillido.
-¡Sé que esto va en contra de mis derechos! -demandó renuente-. ¡Voy a gritar!
-¿No lo estás haciendo ahora? -murmuró con una risilla acomodando más el cuerpo de Zitao en su hombro. Si bien, el chico era pesado pero no lo suficiente como para rendirse y hacerlo caer. Los dormitorios estaban a dos minutos por lo que tampoco le tomó importancia por ese lado-. Y, Tao, tus derechos valen mierda en este lugar.
El cuerpo de Tao se movía de arriba hacia abajo, pareció haberse rendido en la opción por golpear.
-Yo no estaba haciendo nada -susurró sobre su espalda-. ¡Yo solo lo abracé porque estaba feliz!
-No me importa si Jongin ganó un Oscar y por eso lo abrazaste.
Yifan tomó su llave de acceso del bolsillo y maniobró con el cuerpo de Tao para no hacer que chocara contra el marco de la puerta. Por suerte la puerta se cerraba sola y no le tomó demasiado tiempo dejar la tarjeta por algún lugar. Sintió el cuerpo de Tao tensarse en algún punto de su camino al dormitorio. Finalmente, cuando llegó a la habitación, dejó caer al menor sobre su cama. Éste rebotó el su lugar, sus mejillas coloradas y una mueca aún presente.
-Merezco tener amigos -prosiguió Tao, mirando cómo era que Yifan se alejaba un poco para quitarse la chaqueta que tenía puesta aflojándose así los dos primeros botones de su camisa-. No puedes encerrarme por siempre, Señor.
Yifan soltó una carcajada. Miró a Zitao como solía hacerlo, pero la diferencia era que ahora no le importaba si el otro se daba cuenta de las ganas que le tenía.
-Por supuesto que no puedo -dijo, dando un par de pasos a la izquierda abriendo un cajón para sacar todo una cajita-. Pero yo no ocupo hacer mucho, Tao.
Los ojos de Tao se abrieron junto con su boca. No parecía ya un chiquillo quien no supiera qué era eso, pero Yifan casi podía escuchar el corazón del otro latiendo rápidamente. Tao se mordió el labio, mirando a los alrededores como si buscara una posible salida pero no había ninguna.
Fue en tan solo dos segundos que Yifan había saltado a la cama, enjaulando el cuerpo ajeno bajo el suyo. Tao se quedó quieto, sin apartar la mirada del otro quien mantenía una sonrisa en ella. Las cosas que tenía antes en mano se quedaron a un lado de ellos, la cama era lo suficientemente grande como para tres personas por lo que no se preocupó.
-Estoy curioso. -Yifan murmuró, tomando un mechón de cabello que cubría uno de los ojos de Zitao. Lo apartó suavemente, haciendo que poco poco el cabello de Tao desapareciera para verle la frente. Éste gimió-. ¿Qué has hecho? ¿Qué me hiciste? -acarició el rostro de Tao con su nariz. Cualquiera que viera la acción sostendría la respiración ya que Yifan simplemente no es así.
-Yo no hice nada -contestó el otro-, ¿podrías dejarme ir? Tengo clases con Yixing en una hora.
Kris lo ignoró, apartándose un poco de él haciéndole creer inocentemente a Tao que iba a irse. No obstante, no, no iba a hacer nada parecido a eso. La espalda de Tao intentó enderezarse, pero lo empujó hacia abajo tomando así sus piernas para levantarlas demostrando favorecedoramente sus sospechas sobre la flexibilidad del menor. Con el trasero en el aire -aunque todavía cubierto- Zitao vio con curiosidad la incómoda posición.
-¿No practicabas antes Kung-fu? -preguntó Kris mientras hacia un camino de besos por los muslos del chico llegando peligrosamente por donde su ingle-. ¿No aplicarás tus técnicas de defensa conmigo?
Tao respiró pesadamente dándole solamente una mala mirada.
No hubo respuesta y Yifan se extrañó un poco. Hace unos minutos Tao estaba completamente a la defensiva -y seguía estándolo- pero era más con palabras que con acciones. El chico se quedaba quieto en su lugar, dejando que Yifan fisgoneara por todo su cuerpo y le tocara por donde quisiera. No estaba seguro de las intenciones de Tao o tal vez el chico pensaba que no iba a hacerle nada a fin de cuentas. Era un enigma, un dato curioso que Yifan estaba dispuesto a descifrar.
Apretó duramente la entrepierna de Tao a través del pantalón de mezclilla. La tela era muy gruesa, pero el apretón fue lo suficientemente fuerte para que Zitao se retorciera un poco debajo.
-Te hice una pregunta.
-Es extraño -replicó el menor-. ¿Podrías bajarme ahora? Es vergonzoso.
Yifan hizo caso, pero sólo cambio la postura a una donde las piernas de Tao rodearan su cintura, acercarse más al cuerpo ajeno y robarle un beso que terminó en un mordisco.
Las cosas iba demasiado lento, Yifan podía sentir eso. Decidió no perder más tiempo por ahora, realmente lo gustaba mirar a Tao, podría hacerlo por siempre, pero también quería ver otra cara de él y no solo ese ceño fruncido. Aunque las manos de Tao estaban en su pecho por protección, no fue difícil tomarlas con sus propias manos para acercársele y besarlo. Extrañó esa sensación como la mierda, solamente había besado a Tao así una vez y esa había sido en el teatro. La calidez de su boca era tan exquisita y casi virgen que le hacía divagar más. No hubo lengua de por medio, no por ahora, disfrutaba el roce de sus simples labios y más en el momento que sentía la torpe correspondencia del otro. Como pensaba, Tao se comportaba extraño -de una manera positiva- pero, aunque sus palabras y reacciones eran diferentes, Yifan aún sentía que había algo perdido en todo eso.
Sonrió en el beso en el momento que una de las manos de Tao se soltó no para golpearlo, sino para tomarlo de un costado de la camisa que traía puesta. Parecía como si el menor estuviera explorando igualmente, pero más de una manera conocedora. Zitao estaba aprendiendo a besar en ese jodido momento. Nada en comparación como cuando Woohyun lo besó -donde Tao actuó como un ahogado-, no en comparación a cuando fue el protagonista de una obra erótica -ya que Tao fue más bien succionado que besado en ese entonces- aquí, a diferencia, Zitao suspiraba en el beso, se separaba para tomar aire y dejaba que Yifan le acariciara por todos lados.
Pero entonces se hizo más fuerte, hizo que Zitao probara otro nivel en los besos dejando que su lengua recorriera sus labios para posteriormente meterse a su boca.
-Abre -murmuró Yifan haciendo que el chico abriera la boca para él.
Era más sonoro y claramente Zitao ya no sabía qué hacer. No estaba al nivel de Yifan pero fue suficiente por ahora. Pasó al cuello del chico, besándolo y dejando suaves marcas. Sintió un espasmo en su miembro en el momento que Zitao comenzó a gemir levemente. Tenía sus ojos cerrados y dejaba que su aliento saliera y volviera, ladeando proactivamente su cuello para que el rubio tuviera más acceso.
Las manos de Yifan se metieron por debajo de la camisa de Tao, desapareciéndola en menos de tres segundos, dejando a la deriva el casi marcado abdomen del chico. Jugó con sus pezones, acariciándolos con el pulgar, lamiéndolos antes para lubricar un poco y que el contacto del frío con el calor le hiciera temblar. Yifan sentía a su corazón latir fuertemente, la visión de Zitao era tan estimulante que realmente no había necesitado de nada para estar erecto. Su lengua bailaba del cuello al pecho, dejando un camino de saliva por todo el lugar, asegurándose de robarle más besos al chico quien vagantemente intentaba corresponderlos, pero en el momento que lo hacía Yifan se alejaba terminando con un Tao molesto.
-Lo estás recibiendo demasiado bien. -Aunque su voz se entrecortó en el proceso, Yifan sonrió-. Hay alguien muy ansioso aquí -apretó nuevamente a Tao-. ¿Mhm?
Y aunque se suponía que Tao dijera algo negándolo, el chico se quedó quieto mirando el techo. Estaba ruborizado, completamente, pero parecía un poco preocupado y Yifan sabía por algún motivo que no era porque iba a ser desvirgado. Achicó los ojos, sintiendo pesadamente cómo su miembro se apretaba dolorosamente en sus pantalones, pero se quedó un momento mirándolo. Antes de preguntar algo, desabrochó el cinturón de los pantalones de Zitao, tomándolo por sorpresa cuando los bajó un poco para aprisionarlo alrededor de su mano a través del bóxer. Por instinto, Tao agarró la mano de Yifan la cual sostenía su miembro.
Miró hacia abajo, luego hacia los ojos de Yifan y posteriormente de nuevo hacia abajo.
-Sólo que es diferente -fue lo único que dijo Tao.
Yifan no lo sabía muy bien, pero esas palabras le hicieron dudar. ¿Diferente? ¿Diferente a qué? Los nervios le hirvieron, ¿Acaso hubo alguien más antes que él? Apretó los dientes algo mortificado.Retiró los pantalones de Zitao dejándolo desnudo y comenzó a masturbarlo rápidamente.
Las caderas de Tao temblaron, sintiendo el cambio radical de trato. Sus manos sostuvieron la almohada detrás de él, apretando los labios mientras evitaba que los sonidos de su boca salieran. Yifan apretó la punta mientras que con la otra mano pasó sus dedos por su entrada. Como era de esperarse, Zitao retrajo su cuerpo sintiéndose retardadamente expuesto.
-Muy rápido -Tao jadeó-. Es demasiado...
-No.
Durante todo ese tiempo Tao se había convertido en alguien más jugador. Y no jugador en modo playboy, sino que sabía perfectamente -o eso creía Kris- el cómo hacer que se molestara así como saber qué era lo que debía hacer para contentarlo. Aunque era estúpido y torpe con las demás personas, con Yifan parecía ser más calculador y como que quería tentar con la suerte a su alrededor. Es por eso que, aunque Zitao le haya mostrado esa faceta ingenua a él, se preguntó si por casualidad era todo una actuación. Después de todo, a Tao le gustaba actuar y sí que sabía cómo hacerlo.
¿Y qué si en realidad eso diferente que dijo Tao había sido referente a que no era bueno? Y eso es un pensamiento muy estúpido, pero Kris estaba cegado porque en su mente Tao pudo haberle mentido todo este tiempo. Cosas como el toqueteo que le brindaba y las estimulaciones, Tao realmente no hacía mucho escándalo por ello.
La masturbación se detuvo de repente, dejando a Tao sin aliento. Sin embargo, el alto lo repuso dándole una rápida lamida a su miembro, sacándole un gemido más alto y Yifan se detuvo. Todo fue diferente, ahora sí parecía primario en esa sensación.
-Otra vez.
Yifan enarcó una ceja, mirando a Tao para que se aclarara.
-Hazlo otra vez. -Tao pidió avergonzado.
Lo hizo por puro morbo y curiosidad. Se la chupó a Tao descaradamente, demostrándole explícitamente todo el procedimiento. Las caderas del menor se levantaban en cada succión apretando cada vez más fuerte la almohada debajo de él, casi atravesándola con las uñas. Sus labios apretándose y sus piernas cerrándose en torno a la cabeza de Yifan entre sus piernas.
-Kris. -Tao se tapó la boca. Su mano temblaba mientras que pasaba a morder sus dedos dejando que la saliva los envolviera-. K-Kris...
Lamía delicadamente aunque no fuera un aficionado de hacerlo. Tao volvió a gemir y los pequeños espasmos en las caderas del chico le hicieron saber a Kris que estaba cerca y, aunque le encantaría verlo correrse de esa manera, no iba a permitirlo hasta que descubriera carnalmente aquello extraño que ocultaba Tao.
La mano de Tao acarició los cabellos de Yifan en el momento que éste se separó de él. Exhaló, pareciendo calmarse y volviendo a mirar hacia el techo. Yifan gruñó ante eso, le jodía que no lo mirara cuando estaban haciendo algo supuestamente tan íntimo.
Era como si Tao estuviera dispuesto a recibir, pero que si Yifan se alejaba él lo aceptaría de algún modo y no, no mierda, Kris quería que el menor estuviera rogándole para que lo tocara. Después de todo, ese strike tres era genuinamente para eso y decidió terminar con todo ese estúpido juego previo.
Separó las piernas de Tao, exponiéndolo nuevamente. Atrajo la pequeña caja que se había quedado en el olvido, acercando uno de los objetos que era el lubricante. Antes de abrirlo, tanteó la zona de Tao -que era apretada por el chico, se veía con claridad- no obstante, cuando Kris intentó mirar más de cerca Zitao se negó. Pegó su trasero en el colchón, evitando que el mayor pudiera tener un mayor acceso.
-¿Qué haces?
-N-No.
Yifan levantó una ceja y una sonrisa molesta apareció en su rostro.
-¿Por qué? -preguntó. Zitao no respondió, cosa que Yifan ya le estaba molestando por lo que intentó separar las piernas de Tao de nuevo, pero éste las apegó-. ¡Hey!
-¡Es vergonzoso!
-Como si ya no hubiera visto suficiente. -Yifan hizo lo posible para meterse nuevamente entre sus piernas, por lo menos eso fue un logro-. No hay nada que no haya visto de ti Zitao. No hay nada que no me guste. Y te gusta también.
-¡Deja de poner palabras en mi boca, yo nunca dije eso!
-¡Tu cuerpo lo dice!
-¡Los cuerpos nos hablan!
Yifan acarició a Tao quien sacó un pequeño gritillo.
-¡Ves! -ladró-. Si eso no es querer, y no me has pedido que pare de verdad, ¡no sé qué es! Deja de ser un testarudo y ven aquí. ¿O quieres que me detenga?
Kris sintió los segundos en silencio pasar tan lentos que fue desesperante. Si Tao se negaba, no tenía de otra. No iba a forzarlo a todo, por más que se estuviera muriendo allí mismo. Sin embargo, el silencio de Tao fue inminente. Era su respuesta, y su corazón latió mucho más rápido.
Volteó a Tao, tumbándolo por completo con el estómago en el colchón.. Levantó el lindo trasero del chico, teniéndolo de rodillas pero con el rostro en la almohada. Con su mano libre rozó la hendidura del trasero ajeno, pasado sus dedos por el lugar. Tao gimió en incomodidad, pero no hizo ningún movimiento.
Se deshizo de la ropa restante, tirando todo por el lugar y dejándose solamente puesto su ropa interior. Acarició el trasero de Tao, dispuesto a descubrir lo que tanto temía -y esperaba- allí. Sus dedos bailaron por todo el lugar, hasta que dio suavemente con la hendidura, tratando de tentar con un roce. Escuché a Tao soltar una exhalación, por lo que inclinó su cuerpo para besarle la nuca y fue entonces que se preparó para que su dedo entrara.
Sabía que se debería de contraer. Que, por la inexperiencia de Tao, debía ser cuidadoso para no lastimarlo.
Pero... no. Zitao no era virgen.
Yifan se quedó tieso mirando extrañamente su cuerpo. Era una sensación vagamente dolorosa, molesta, como si hubiera sido engañado por mucho tiempo. Se sintió traicionado y confundido porque: ¿cómo es que no se había dado cuenta? Tao no era lo que aparentaba, le mentía, le mentía así como todos a su alrededor. Y eso le hizo enojarse, le hizo voltear el cuerpo de Zitao con brusquedad, sacándole un quejido al chico quien estaba más rojo y asustado mirando a Yifan.
-Yo...
-Supongo que no es nada nuevo para ti -soltó con acidez-. No es que lo hayas hecho, si no que mentiste.
Tao abrió su boca y parecía haber sido capturado, tanto que Yifan solo confirmó sus sospechas.
-No es lo que crees -Tao se removió-. ¡Yo- No, espera, no! ¡Yo puedo explicarlo!
-No me importa -Yifan intentó alejarse de la cama, pero Tao lo tomó por el cuello. Sus ojos estaban furiosos, y por más que le aprisionaba ver a Tao tan asustado, tenía que irse de antes de cometer una estupidez-. Me voy.
Ahora sí que Tao peleó y trató que Yifan no dejara de tenerlo allí. Casi se arrastró por la cama.
-¡No te vayas! -lloriqueó-. ¡Yifan, no...!
-Estuviste con alguien y no me lo dijiste -dijo frío-. Cállate.
-¿Qué...? ¡Yifan!
En la cabeza de Kris se veían los posibles hijos de puta que pudieron haberlo hecho. Oh, mierda, realmente no esperaba que Kim Jongin estuviera relacionado con eso porque era su amigo, pero no le importaría romperle la cara mañana en la mañana. Soltó un fuerte grito, frustrado, porque por más que quería concentrarse en golpear a Zitao para que lo dejara ir no podía, y no era que físicamente no tuviera la fuerza, su cuerpo se negaba a lastimar al chico.
Pero debía darle una lección, una jodida lección en donde le demostrase que no debió haber hecho lo que se supone que hizo y que no hay nada mejor que él. Nadie debería hacer sentir a Tao lo que Yifan puede hacer, nadie en esa maldita vida tiene el privilegio de vivir habiendo tocado tan solo un poco el cuerpo de Zitao-
-Fui yo, ¡¿bien?!
Se detuvo tanto física como mentalmente. Pasó de mirar un punto muerto de la pared a mirar a Tao, quien ya estaba con las manos cubriendo su rostro y posiblemente casi llorando.
-¿Qué?
Zitao sollozó.
-Yo intenté hacerlo, pero yo solo -confesó-. Tenía curiosidad de lo que se sentía y comencé a... a tocarme allí a mí mismo.
-¿Qué estás diciendo? -Yifan susurró.
El menor se quitó las manos de la cara, mostrándole así sus ojos cristalinos junto con un puchero en ellos. Las mejillas igualmente sonrojadas.
-Me masturbaba, ¡¿sí?! -gritó ahora, medio enojado medio avergonzado-. Yo- ya sabes- allí... dentro.
Yifan estaba estupefacto.
-Primero fueron mis dedos, pero luego no fue suficiente y usaba cosas que robaba de tus cajones -lloriqueó mientras se enderezaba, sentándose para mirar mejor al rubio-. Esta mañana lo hice y por eso luce así, pero te juro que yo no he hecho nada con nadie y eres un maldito estúpido por creerlo así -lo empujó-. ¡Como si tú no hubieras hecho algo con otra persona desde que nos conocemos, idiota!
-¿A ti mismo?
Tao hizo una mueca.
-¡Ajá!
Yifan exhaló, sacando una buena cantidad de aire para que su cerebro procesara bien. Bien, entonces Tao no había estado jugueteando con nadie pero sí consigo mismo y... ya. Y, bueno, realmente no tiene mucha ciencia y como Tao no sabe mentir -olvidó ese detalle en sus arranques de paranoia- todo era la jodida verdad. Oh mierda.
Tuvo que cerrar los ojos un momento.
-¿Y por qué no me lo pediste? -Kris susurró segundos después.
Tao apretó los labios, enojado.
-¡No es algo que se deba pedir así como así! -le riñó-. ¡Es algo que debes hacer con la persona que quieres!
Oh, aquí viene la ingenuidad de nuevo. Aunque, si le preguntan a Yifan, ese pensamiento era jodidamente tierno en palabras de Tao.
-¿Y entonces? -Yifan cuestionó.
-¡¿Entonces qué?!
-¿No me quieres?
Hubo un silencio y es el silencio más aterrador que ha vivido en su vida. Nuevamente -y aunque Tao está sentado a varios centímetros de él-, el chico miró el techo. Oh, pensó Yifan. Con que eso hace cuando no puede mentir y quiere evadirlo. Ladeó su boca en una sonrisa, esa respuesta por lo menos no era una negación e iba a hacer lo imposible para dar por hecho que las cosas estaban más a su favor.
Se puso de rodillas, enderezando así su cuerpo para que su rostro quedara por arriba del de Tao haciendo que lo mirara. Los ojos de Tao escaparon, pero Yifan sostuvo el rostro del chico en su lugar con la mano derecha apretando así sus mejillas muy de cerca.
-Te hice una pregunta -susurró, esas palabras eran el pan de cada día de Tao, pero ahora eran dichas de una manera muy diferente-. ¿Tao?
-Y-yo...
-¿Mhm?
Tao respiró fuerte.
-Yo no sé lo que es... -sus labios temblaron-, no sé si lo siento o no, yo- no puedo verlo. No sé cómo eso debería sentirse, yo...
Yifan lo acalló, poniendo su pulgar en los labios de Zitao. No renegó, dejando que el otro hiciera lo que tenía que hacer. Si antes el corazón de Yifan estaba latiendo rápidamente ahora estaba por explotar, la sensación era reconocida, aunque él fuera un idiota sabía lo que era amar en su momento y estaba cien por ciento seguro de que ese sentimiento que trasmitía hacia Tao y el que a él le brindaba no era nada más que eso.
-Entonces déjame demostrártelo. -Kris susurró, sus labios tan cerca de los ajenos, apenas rozándose-. El amar.
Lo besó mucho más fuerte que antes, todos sus sentimientos estaban puestos en eso y yo no le importaba ocultarlos. Hizo que Tao se recostara de nuevo, sin ser sorpresa, ambos seguían igual de excitados y erectos y Yifan ya no quería esperar más. Abandonó la boca de Zitao solo para volver a engullir el miembro ajeno, mientras que con sus manos tomaba más del lubricando expandiéndolo por sus dedos para finalmente estirar al chico.
-Kris...
Si bien, Yifan no sabía qué tanto placer se había dado Tao a sí mismo, pero por lo poco que le dijo éste, sí que le gustaba la sensación y el estímulo no tardó en llegar y más el plus de su lengua en la punta de Zitao ya estaba sacudiéndose debajo de él. Sus dedos no fueron tan difíciles de introducir, cuando menos lo esperaba ya tenía un par dentro metiéndolos y sacándolos con fluidez mientras que las uñas de Tao se enterraban en los hombros del chico. Se separó de Tao, dirigiéndose a su boca para que el menor probara un poco de su sabor. Sus lenguas jugaron juntas, saboreándose más de cerca y exponiendo el reciente aprendizaje de Tao.
-Suficiente -Tao gimió, moviendo sus caderas en dirección hacia los dedos de Yifan que lo penetraban seguidamente-. Dentro, por favor.
Yifan sonrió. Sí, allí estaba el Tao que quería.
-Yifan, vamos, solo-¡ah!
Lo embistió de una, sacándoles un grito a ambos mientras que la necesidad estaba rozando el tope en sus cuerpos. Tao se mordió el labio, una mueca de entre dolor y satisfacción cruzó su rostro porque Yifan sabía que nada ajeno había entrado en él -y eso le hacía sentirse muy orgulloso de sí mismo. Y, por más que a Yifan le encantaría ser dulce y acogedor con el chico: uno, él no era así y dos, Zitao merecía un castigo por todo eso dolores de cabeza que le había hecho tener.
Así que no se esperó demasiado por penetrar de nuevo, y de nuevo, creando así una desenfrenada máquina de embestidas dentro del lindo y caliente cuerpo de Zitao. Como era de esperarse, el menor era una ruina debajo de él sintiendo cada golpe duro en donde el dolor era extrañamente satisfactorio en su cuerpo.
Yifan bajó su cabeza para acercar su rostro al de Zitao obligándolo a mirarlo.
-No hay nadie más -rozó la próstata del menor haciendo que éste gimoteara totalmente drogado de lujuria-. Solo mío, ¿de acuerdo?
Las palabras de Zitao no tenían forma, lo único que podían salir en gemidos.
Despacio no estaba en el vocabulario de Yifan. Su sexo siempre iba a ser duro y cachondo incluso con Zitao, incluso con el chico a quien quería. Pero era bueno, muy bueno y eso lo podía ver en el rostro del más bajo. Iba rápido, sí, tal vez demasiado pero no podía detenerse y mucho menos con una persona tan hermosa como Tao por debajo de él.
Tomó con fuerza una de las piernas del chico, empujando más profundamente y sintiendo ese cosquilleo en su vientre. Con su mano libre, agarró el miembro del otro chico quien estaba a segundos de su perdición. Sus ojos rodaban sin querer, dejándolos en blanco mientras que su cuerpo era una total gelatina por la muy esperada llegada del clímax.
-Yifan... -Tao mordió sus labios al punto de hacerlos sangrar. Sus manos apretaron las sabanas debajo, su boca se abrió mientras que los jadeos se multiplicaban-. Ya...-Su cuerpo se sacudió de arriba abajo, viniéndose, dejando escapar todo en la mano del alto.
Kris maldijo cuando fue apretado, se detuvo un momento para disfrutar el orgasmo de Zitao y ver su bello rostro con el último gemido muerto en su boca, no obstante, su cuerpo resintió la falta de estímulo por lo que sus caderas se movieron casi salvajemente para encontrar su propia liberación.
-Joder -eso lo murmuró Zitao al sentir cómo era partido nuevamente, su cuerpo aún sensible por el reciente orgasmo-. Mierda...
Kris rio, más tarde lo reprendería por decir maldiciones que se supone no decía. Se dirigió a su cuello, lamiendo y chupando todo el lugar del menor. Las sacudidas en su estómago bajo llegaron poco después, dictándole la pauta de que estaba en el fin.
-Tao -susurró, ladeando su rostro para mirarlo.
El chico parecía totalmente agotado, pero Yifan lo forzó a que lo mirara a los ojos brindándole una sonrisa. Eso fue suficiente para que Kris alcanzara su liberación, besando los labios de Tao y dejando que la protección se encargara de eso después.
-Agh... genial...
Salió del chico un minuto después, cuando su respiración se había calmado. Se quitó el pegajoso pedazo de plástico, tirándolo por algún lugar en el suelo y se recostó a un lado de Zitao quien estaba a punto de quedarse dormido.
-¿Y bien? -preguntó el rubio con las últimas fuerzas que tenía-. Eso ha sido mil veces mejor que tus dedos o un dildo, ¿no?
Tao pareció intentar levantar la cabeza para mirarlo, pero parecía demasiado cansado. Lo único que se escuchó fue una risilla de su parte mientras que acomodaba más próximo a él, casi abrazándolo.
-Es usted un creído, señor.
---
-Yifan, no te lo voy a repetir.
-Nel.
Yixing suspiró, dejando caer su lápiz a un lado de la mesa mientras se cruzaba de brazos y hacía una mueca en dirección a su ex novio. A un lado -por lo que intuía- estaba el actual nuevo novio quien mantenía la mirada avergonzada mientras simulaba revisar los apuntes antes traídos por Yixing.
-¿Por lo menos podrías, no sé, recoger el condón usado del suelo? ¿No has aprendido nada sobre la limpieza?
-Ha estado allí por unos treinta minutos, nada de qué preocuparse.
-No puedo estudiar con el olor a sexo, en serio -refunfuñó mientras le brindaba una tenue mirada a Tao quien sólo sonrió levemente en forma de disculpa.
Aunque la situación era extraña, realmente no le parecía del todo incómoda. De hecho, le agradaba que Kris haya encontrado a otra persona y no hay nadie mejor que el pequeño Zitao para calmarlo, pero Yixing temía que sus hábitos fueran a dañar la relación que apenas empezaba, aunque bueno, eso ya era problema de esos dos chicos.
Zitao carraspeó, poniéndose de pie para recoger el condón y en el proceso guardó cosas innecesarias de ver por invitados como el lubricante usado o el vibrador que gracias a Dios no usaron. Posteriormente, Tao abrió las ventanas y prendió el aire acondicionado para que el lugar se ventilara.
-Gracias -articuló levemente-. Ahora solo, Tao, podrías decirle a Yifan...
-Ya lo intenté -dijo-, pero tampoco me hace caso.
Yixing miró al mayor, quien comía casualmente una manzana a la par de la ventana.
-Kris.
-¿Mhm?
-¡¿No vas a ponerte ropa?! ¡¿Calzoncillos por lo menos?! -Yixing explotó-. ¡No es bonito andar mirando al alguien desnudo mientras estudias!
-Vamos, no es nada que no hayas visto ya -se encogió en hombros.
-¡Eso no es algo que dices con tu nuevo novio enfrente! -Yixing miró a Tao, quien parecía un poco impasible a la situación-. ¡Cielos!
Yifan resopló, dándole una mordida a la manzana.
-Olvida eso -dijo con indiferencia-. ¿Cómo vas con el mánager, eh?
Yixing rodó los ojos.
Realmente siempre volverá a replantearse una y otra vez cómo es que pudo tener un noviazgo de casi un año con una persona como él. Y, bueno, lo más importante, el cómo es que el pequeño Taozi va a lidiar con un hombre tan estúpido y testarudo como lo es Wu Yifan.
-¿Ya terminaron allí, ustedes? Realmente quisiera tener una segunda ronda con Tao en la ducha.
Tao se ruborizó hasta las orejas, mientras que Yixing ya no podía soportarlo.
-¡Oh bien, me largo!
-¡Yixing hyung, nooo!
-¡Hora de usar el vibrador!
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