Kaisoo: Hello First Love [2/2]
Jongin terminó con Kyungsoo porque quería.
No hubo un motivo de fuerza mayor, alguna amenaza, no va a morir o algo por el estilo. Fue solo porque así es el clico de la vida, o por lo menos, de la suya. Tuvo muchas relaciones antes que él y también intentó tenerlas después de él. No obstante, aunque se dice una y otra vez que Kyungsoo ya pasó, todo, extrañamente, se ve ligado a Kyungsoo.
Todo.
Véase que ahora todos sus recuerdos son antes de Kyungsoo o después de Kyungsoo. Algo así como una bizarra versión del a.C o d.C. Jongin tampoco es una mala persona, no del todo. El chiquillo fue su relación más larga por no decir que lo consideraría la única verdadera relación que ha tenido. Hubo bonitos momentos y fue encantador ser quien le haya quitado todas sus primeras experiencias al menor. Kyungsoo era una cosita de la cual cualquiera quisiera poseer y cuidar hasta al final de los días.
Pero... ¿cuándo se convirtió en eso? ¿Por qué Kyungsoo se ha vuelto así? ¿Por qué?
Como siempre, la culpa nunca la tiene Kim Jongin. Él terminó con Kyungsoo, sí. Tal vez le rompió el corazón, sí. Pero él pensaba que el menor era más fuerte que eso. Sabía que, por más que pareciera alguien débil y apachurrable, Kyungsoo tenía su carácter y pensaba que con el paso de los días, meses o años lo superaría. Eso también iba para él, de hecho.
Han sido tres años y Kim Jongin ya no es estable. Han sido treinta y seis meses y sigue comparando a todas sus parejas con Kyungsoo. Han sido tantas semanas que su frustración sexual ha crecido tanto que, según él, se ha roto y se ha convertido en nada más y nada menos que un frígido. O bueno, con todo y todos menos con Do Kyungsoo. El simple hecho de verlo lo enciende, así como le rompe el corazón.
He ahí un Jongin y su vida contradictoria.
La primera vez que se encontró con Kyungsoo, cuando ya estaba en la universidad, fue en la biblioteca. No le sorprendió en lo absoluto, él ya sabía que su ex y la biblioteca siempre eran uno. No lo pensó demasiado, ni siquiera se había percatado de que era él hasta cuando ya estaba entregando su credencial para poder acceder. El roce con su mano fue tan reconocible y especial que le hizo recordar todas esas tardes cuando se iban a centro comercial a pasar el rato. Siempre tomados de las manos. En segunda instancia, cuando sus ojos se encontraron, ese horrendo frío que se siente al bajarle la presión se hizo presente.
De su parte, fue todo nerviosismo y tiembles cuando el otro pasaba sus datos a la computadora. Por otro lado, Kyungsoo, simplemente había levantado una ceja al verlo junto con un suspiro. Fue totalmente indiferente a la situación. Las únicas palabras que cruzaron fue un Adelante y un Gracias terminando con un robótico Jongin dirigiéndose a las computadoras del lugar. Fue horrible.
Pero no tanto como cuando se lo encontró por segunda vez.
Los papeles se intercambiaron, ahora ya no era Kim Jongin follándose a una persona, ahora era Do Kyungsoo siendo embestido por Zhang Yixing, uno de los mejores amigos del moreno. Por fallas en los sistemas de agua, un porcentaje de los de tercer año -en ese entonces- tuvieron que convivir por unas semanas con los de segundo -siendo Jongin de segundo en esa fecha- por lo que no le importó en lo absoluto que Yixing se quedara en su dormitorio por unos cuantos días. No había pensado que el chico olvidadizo fuera en realidad tan activo sexualmente y menos que estuviera en el sofá arremetiendo contra su exnovio.
-¿Qué mierda? -Su voz se había hecho gradualmente más leve mientras que la situación frente a sus ojos seguía su curso-. Qué...
-Ah, Jongin... -murmuró el mayor mientras que sus caderas iban cada vez más lentas. En el rostro de Yixing, el rojo se hizo presente, parecía como si en cualquier momento fuera a explotar, pero de todas maneras siguió en sus asuntos con Kyungsoo quien gimió en desacuerdo cuando Yixing hizo ademán de separarse-. Jongin, lo siento, yo-¡ah!-Kyungsoo, detente... -pidió cuando el de abajo había comenzado a moverse.
-Quiero que continúes. -Kyungsoo pasó la mirada hacia donde se encontraba Jongin. La sonrisa en su rostro era meramente sexual-. Fóllame Yixing.
No le gustó. No le gustaba cómo Kyungsoo gemía el nombre de otro hombre en su cara, con esa sonrisa, jadeando como si realmente lo estuviera disfrutando. Pero ¿qué tal si realmente lo disfruta? Su boca se había secado, Yixing le enviaba miraditas de disculpa intentando detener el movimiento obsceno del bajito, no obstante, era inútil, Kyungsoo se había aferrado más a él calentándolo como nunca.
Y, mierda, sintió un nudo en la garganta. Iba a vomitar en cualquier momento.
-Jong-ah. ¿Podrías?
Con la mirada en la puerta, Yixing dirigió su izquierda para que saliera del lugar. No sabía cómo era su rostro en ese momento, pero Kyungsoo estaba riéndose de él en su cara. Repetía el nombre de su amigo a propósito para que lo oyera una y otra vez. Aun así, no se movió. Se quedó mirando un poco más, solo un poco más para cerciorarse de que esto no fuera un sueño y que en realidad ese chico de abajo era Kyungsoo.
-¿Disfrutas la vista? -con un bufido, Kyungsoo atravesó los pensamientos del moreno-. ¿Qué esperas para irte?
-No. Yo no...
Sus balbuceos simplemente terminaban en nada. Asintió sin razón aparente. Okay, se dijo, Kyungsoo ya no está contigo. Ya no es un niño, él puede hacerlo lo que le plazca.
-Jongin...-Yixing insistió, aún con sus manos agarrando fuertemente las caderas de su Kyungsoo. Corrección, solo Kyungsoo-. Te lo recompensaré después, pero, por favor...
Tomó aire.
-Sí, yo, perdón...-murmuró.
Caminó hacia la puerta no sin antes sentirse jodidamente asqueado al escuchar cómo el chino continuó con sus embestidas mientras que Kyungsoo gemía fuertemente. A propósito.
- - -
La tercera vez que se lo encontró, Kyungsoo estaba follando con Jongdae.
La cuarta vez, con Yifan. La quinta, con Luhan. La sexto, otra vez con Jongdae.
No sabía si solo era mala suerte o qué, pero nunca se lo encontraba jodidamente con la ropa puesta. O haciendo tarea o preparándose para un examen. ¿Dónde estaba ese Kyungsoo estudiosito -o el intento? ¿Dónde estaba ese Kyungsoo flacucho y de piel pálida? ¿Por qué ahora se veía más fornido y con la piel un poco más bronceada? No comprende, ha convivido con Kyungsoo en la universidad por tres años y todavía piensa en él. Y no le está yendo bien, no cuando a su alrededor sólo hay parejitas empalagosas demostrándose todo el jodido amor de mierda.
-¿Y qué hay de Taehyung? ¿Las cosas tampoco resultaron bien? -escuchó a su lado la voz Junmyeon, quien estaba extrañamente ansioso con los nervios a flor de piel.
Jongin pasó ambas manos por su rostro mientras negaba.
-No -susurró-. Como todo el mundo, quiere una noche. Solo una jodida noche.
Su mayor asintió tomando un trago de su Coca-Cola con tequila mientras recargaba la espalda en uno de los sofás de su sala. Era de noche, aproximadamente las once, era un catorce de febrero y ya sabrán qué tanto quiere vomitar el moreno por ese día. Los chicos solteros, sin amores y solitarios; así era como se auto llamaron Junmyeon y Jongin. Estaban en la habitación del mayor, bebiendo y buscando posibles respuestas a las preguntas que nunca han sabido responder. En su experiencia, del uno al diez su Hyung estaba un ocho de ebrio mientras que él se mantenía en un cuatro. El mánager ya se había quitado la chaqueta dejándola a un lado de la pequeña mesita.
-¿Qué hay de Woozi? -siguió el mayor.
-Es un demonio -respondió-. Intenté metérsela, pero no se me paró, jajaja.
Con las mejillas acaloradas por el alcohol, Junmyeon lo señaló para que preguntara ahora él.
-Mmm -pensó-. ¿Minho?
-Basura -Junmyeon escupió-. Patas largas, no me gustan. Prefiero estar arriba si me lo preguntas.
-Touché.
Junmyeon tomó otro trago.
-¿Taemin?
-No me hables de ese imbécil -ladró Jongin, por algún motivo estaba realmente ofendido. Cerró sus ojos al escuchar un gemido por parte de su mayor y continuó-. ¿Sungyeol?
-Patas largas, dije. Sungyeol, Sungjong y Myungsoo, lo hice con todos ellos -contó torpemente con sus dedos-. Pero nada, ni una pizca de amor. Son todos unos patanes, se cogen entre ellos, nada que yo pueda salvar.
Jongin asintió sirviéndose un vaso lleno de vodka. Sabía que si se lo tomaba de una podría morir de un infarto, por lo que le echó un poco de coca para calmar el asunto. Su garganta ardió por el intenso sabor. Llevan eso de tres horas allí sin poder llegar a nada, la porno que se reproducía en la TV no hacía efecto por lo que el alcohol ilícito era lo único con lo que podía ahogar sus penas de amoríos.
A esas alturas, Junmyeon ya tenía abrazado a su pecho la botella vacía de tequila mientras parecía querer recordar más nombres.
-¿Qué hay de Humberto? -preguntó-. Ese chico de intercambio. Su acento me da mucha risa, pero dicen que los de Latinoamérica la tienen bien...
-Doy, doy, doy -lo interrumpió el moreno-. No recibo. Doy, penetro. Arriba, yo, Hyung.
-Cierto, cierto. Sorry, jajaja.
Hubo un momento de silencio mientras que el chico del video era sucumbido tan rápido que Jongin podía sentirlo.
-¿Do Kyungsoo? -Junmyeon preguntó.
Los ojos del moreno se abrieron de golpe mientras que una de sus manos se estampaba contra la mesa. Junmyeon -que cada vez parecía más adormilado- se despertó fuerte al sentir la mesa debajo de él temblar. Achicó sus ojos en dirección hacia el otro mientras que una de sus borrachas y temblorosas manos se iba en dirección a Jongin.
-¡Bingo! -dijo casi eufórico-. El puto. El puto de Do Kyungsoo, es verdad.
Sin tan solo no estuviera tan borracho, Jongin ya le hubiera aventado un golpe en la mejilla derecha a su compañero de soledad. Pero era que ya estaba demasiado mareado, el simple hecho de que le mencionara su nombre lo hacía sentirse horrible, y también, ver esa faceta de Junmyeon era algo interesante por lo que no quería arruinar el momento. Pero sí, Do Kyungsoo, él quería a Do Kyungsoo.
Al puto de Do Kyungsoo.
-Pero ¡Jongin! -Junmyeon gimió mientras se servía otro trago-. ¡Do Kyungsoo es puto, no puedes, es puto!
-¿Por qué no? -se quejó casi molesto mientras hacía que su mayor le sirviera un trago también. Hipeó antes de tomárselo, ya debería estar en un siete-. ¡Lo tuve antes y puedo tenerlo ahora! ¡Jum!
-¡Pero es puto!
-¡Es mi puto!
Junmyeon frunció el ceño mientras bebía. Después, puso una mano en su barbilla mientras filosofaba.
-Un puto no puede ser de nadie -soltó con un suspiro-. Los putos son de todos, ¡por eso son putos!
-¡Mi puto! -insistió Jongin. Sentía que su garganta se cerraba, no era ya tanto por el alcohol, los recuerdo llegaban a su mente mientras que los arrepentimientos lo consumían por dentro. Pasó una de sus manos revolviendo su cabello, estar ebrio era bueno y malo para él, jamás se quejaría de esa sensación, pero para su mala suerte, era del tipo de borracho que no se guardaba nada-. ¡Mío, mío, mío! Kyungie es mío, es mi bebé, mi cosita, mi cariñito. ¡Nadie debería tocarlo! -se levantó intentando no caer simulando patadas y golpes-. ¡Quien se atreva le corto el cuello!
Junmyeon pareció detenerse un momento, poco después, se levantó a la par de Jongin, lo tomó por rostro para mirarlo. Si alguien ajeno a la situación viera eso, estuviera partiéndose de risa en ese momento, sin embargo, para esos dos borrachos solitarios, la escena era demasiado seria y profunda.
-¡Pero, me cogí a ese puto! -Junmyeon lloriqueó-. ¡Oh Dios Mío, lo siento tanto! -y comenzó a llorar.
Jongin se tropezó por el repentino peso del mánager sobre él, cayendo así ambos en el sofá nuevamente. El moreno golpeaba suavemente la cabeza del mayor para reconfortarlo porque, bueno, ya no importaba, todos sus jodidos amigos se habían acostado ya con Kyungsoo. ¿Qué más mierda daba? Asintió sintiendo un calor inmenso por lo que terminó por hacer rodar el cuerpo de Junmyeon hacia un lado.
-Estar enamorado de un puto es mierda -escuchó levemente a Junmyeon, sus sollozos habían cesado y ahora se encontraba mirando el techo-. Lo peor del universo.
Jongin sorbió su nariz, estaba a un minuto de quedarse dormido.
-Es peor si ese puto está enamorado de otra persona -siguió el mánager-. Incluso más si tienes que simular ser su amigo y hacer como si disfrutaras el verlo feliz con alguien más.
Jongin parpadeó. En su cabeza solo se reproducían las palabras: Quiero a Kyungsoo, lo necesito.
-Ve por él... -dijo el moreno-. Eres Junmyeon, el guapo y rico Junmyeon, mierda.
-No puedo.
Agarró uno de sus vasos y lo estampó contra la mesa.
-¡¿Por qué no, Hyung?! -Jongin gimió. Estaba en el tope, ya había llegado al diez-. ¡Yo no puedo porque Kyungsoo me odia! ¡Tal vez ya ni se acuerde de mí! ¡Y no importa cuando lo necesite o quiera ir tras él, él siempre va a estar cogiendo con alguien, con malditamente alguien!
El mánager sollozó dándose la vuelta en el sillón quedándose boca abajo solo con una mano libre sobre el suelo jugando con el inicio de la alfombra.
-Pero no está enamorado -insistió-. No los ama Jongin, no lo va a hacer. Él te amó a ti, y probablemente solo a ti, el coger con los demás solo significa que quiere llenar ese vacío que tú, por cobarde de mierda, le dejaste. Él probablemente siga sintiendo algo por ti. Tienes la oportunidad, tú si la tienes.
Jongin quería llorar. Pataleó en su asiento mientras maldecía al chico de la porno por verse tan feliz y no estar en un hoyo de depresión como lo estaba él.
-Hyung...-susurró-. Tú puedes...
-No, Jongin -Junmyeon balbuceó-. Yo no puedo. No debo. No puedo amar a Jongdae, no puedo. Él es jodidamente feliz, no puedo arruinar esa felicidad.
-No les está yendo bien -intentó reconfortar-. Minseok se está comportando como un imbécil con él.
-Aun así, lo ama, Jongin. Y yo no puedo alegrarme de eso, no puedo ver a Jongdae triste, no lo soportaría. -El mayor dibujó trazos imaginarios en el aire-. Así que solo voy a sonreír. Sonreiré y fingiré que todo está bien. Pero tú, Jongin, mueve tu pesado trasero y haz algo para recuperar a tu chico.
- - -
Si quería tener de vuelta a Kyungsoo -y para no decepcionar a Junmyeon- tenía que encontrar la manera en donde pueda ver y si era posible entablar una conversación civilizada con el bajito que no tenga que ver con verlo desnudo ni bajo otro cuerpo. Su único lugar posible, o por lo menos, el que se le vino a la cabeza, fue la biblioteca. No sabía sus horarios, por lo que tenía que quedarse desde la siete de la mañana hasta que éste se aparezca por allí.
Se sentó en uno de los sillones tomando un libro al azar por lo menos para simular que iba a leer ya que en realidad la resaca le estaba matando a tal punto de querer aventarse por la ventana. Pero su fuerza de voluntad era fuerte, por lo que se quedó por lo menos en una posición donde dudosamente alguien podría saber si estaba durmiendo o meditando.
Despertó -sí, porque se había quedado dormido el muy idiota- a eso de las once de la mañana. Por suerte, nadie lo había visto o eso cree él, pero no le importa en lo absoluto. Movió un poco el libro que tenía en manos mirando cuidadosamente si ya se encontraba su chico por los alrededores o no, sin embargo, donde debería estar, no se encontraba aún. Gimió, ya habían sido cinco horas, ¿Cuándo se suponía que llegaba el chico? No podía quedarse todo el rato ahí sin ser realmente sospechoso por lo que, con mucha sutileza, se aproximó hacia el chico alto que se encontraba tras el mostrador y carraspeó para atraer su atención.
-Disculpa...-susurró levemente mientras veía cómo ese chico sellaba algunos libros.
El otro levantó la vista con una cara de pocos amigos y ojeras realmente grandes. Lo miró durante unos momentos y, hasta que realmente supo quién era, Jongin maldijo por debajo cuando éste abrió sus ojos y sus labios temblaron.
-¿Kim Jongin? -preguntó con escepticismo-. ¿Jongin? ¿Qué pasa?
El moreno apretó los labios desviando la mirada. Mierda, de entre todas las personas, ¿por qué tendría que estar ese chico mejor amigo de Kyungsoo -que no recordaba su nombre- en frente de él? Se mordió el labio, demonios, tenía esa opción de decirle que no era nada y huir como un cobarde de nuevo, pero, viendo esa oportunidad, tenía en frente al mejor amigo por lo que podría darle mucha más información de la que otra persona poseería.
-Bueno...-susurró aún con un poco de incomodidad-. Yo quería saber cuándo... cuándo empezaba el turno de... Kyungsoo.
El de ojeras no se inmutó en lo absoluto. Sus manos se movían como robóticas, sin embargo, levantó las cejas a la mención de su amigo.
-Para... ¿Para qué quiere usted saber eso? -cuestionó-. No podría...
Hubo pánico en la mirada Jongin, okay, bien, iba a correr. Tao se veía tan dudoso como si en cualquier momento fuera a apretar un botón de auxilio para llamar a los guardias y exiliarlo por siempre de la biblioteca. Tras unos diez segundos de tensión, el chino soltó un suspiro de alivio tan fuerte que casi llegó el aire hacia Jongin.
-Demonios, ya era hora -dijo Tao. Miró a los alrededores, cuando se dio cuenta que no había mucha movilidad en la biblioteca, tomó el brazo de Jongin-. Venga conmigo, por favor.
-¿A dónde? -preguntó dudoso mientras se dejaba arrastrar hacia una puerta que parecía ser de mantenimiento. ¿Y por qué le habla tan formal?
No opuso resistencia alguna, Tao parecía tan cansado como él -por algún motivo- que casi sintió esa pesadez. Entraron por la puerta, era un pequeño cuarto de tres por dos, pero lo suficientemente grande como para meter algunas mesas y sillas sobrantes y, por supuesto, ambos cuerpos allí dentro. El de pelo negro cerró la puerta y se giró con los brazos cruzados y una mueca en la boca.
-Hable.
Abrió y cerró la boca en dos segundos. De acuerdo, bien. Allí estaba su oportunidad, solo tenía que-
-Bien, entonces yo empezaré. -Tao lo interrumpió, realmente parecía tener un dolor de cabeza-. No sé qué pasó. No sé por qué motivo usted hizo lo que hizo. Puede que sea un idiota, no, más bien lo es.
Genial. Estaba siendo atacado de nuevo. Ah... qué más daba, se lo merecía.
-Pero necesito que termine con todo esto -dijo-. Kyungsoo va de mal en peor, si sigue así va a terminar siendo un barril sin fondo y, no importa cuánto ame su carrera, temo que él decida dejarla y convertirse en el puto más requerido en un prostíbulo.
Jongin jadeó.
-Lo sé -respondió-. Sé... puede que esto haya sido mi culpa...
-Es -Tao alargó la palabra- su culpa.
-Sí, bien -siguió. Su orgullo estaba jodidamente dañado, pero no superaba el dolor que sentía al ver a Kyungsoo de ese modo, en cómo se comportaba-. Mi culpa, lo sé. Pero...yo...yo realmente no creí que esto pudiera ir tan lejos.
-Lo abandonó -afirmó Tao-. Lo dejó como solo un objeto que ya había sido lo suficientemente usado. ¿Sabe tan siquiera todos los problemas que tuvo? ¿Todo el acoso de parte de sus otros... lo que sean? Pero, Dios, aunque eso haya pasado, él nunca decayó ante eso. Él defendió el amor que le tenía hasta el final, pero, usted, ¿qué hizo entonces?
Jongin apretó los labios, finalmente la verdad estaba saliendo a la luz. Jongin no utilizó a Kyungsoo... él, él si lo quería, si lo quiere, pero...era tan estúpido. Era un adolescente idiota que no lo pensaba dos veces antes de hacer algo. Lo siente mucho, demasiado, su castigo es verlo acostarse con todas esas personas. Pero... ¿cómo decirlo?
-Él estaba tan destrozado -dijo Tao con un tono triste-. Y sigue así, y va de mal en peor, ¡tiene que detenerlo! -imploró, tomándolo por los bordes de su chamarra-. ¡No sé si usted aún lo quiera, pero... pero creo que si habla con él pueda hacer algo para detenerlo! Si sigue así, temo que pesque una enfermedad o termine siendo realmente dañado físicamente o algo... ¡por favor!
El moreno tomó las muñecas de Tao regresándole una mirada afligida.
-Lo hago -susurró-. Lo quiero, pero él...me odia. Y no-no tengo el derecho, yo, por más que quiera, yo...
-¡Puede intentarlo! -Fue como un deja vú, de repente las palabras de Junmyeon se mezclaban con las de Tao-. Sé que han sido ya tres años, pero nunca es tarde. Él necesita amor, y realmente no lo va a conseguir si sigue así. Puedo entender que cuando lo vea, quiera golpearlo en las pelotas, pero déjelo hacerlo, ¡si es su única opción, por favor, hágalo!
Jongin cerró los ojos un momento analizando todas las palabras. De entre todas las cosas en este mundo, el hablar con las demás para pedir perdón era lo peor. Él no pedía perdón y Kyungsoo tampoco. Tal vez esos choques de personalidad eran tan grandes y resaltantes que le hacían temer. Hasta la fecha, no tiene una explicación del por qué terminó con Kyungsoo. Pero ahora... tal vez ya puede saberlo.
Todo ha sido tan idiota.
Son un par de idiotas.
-Bien -Jongin intentó sonreír-. Hablaré con él y haré que deje esa vida que tiene. No me gusta verlo así, he sido un estúpido y realmente... si tan solo tuviera la oportunidad quisiera recuperarlo.
Tao sollozó -realmente era sensible- y prácticamente se pescó de Jongin dándole un efusivo abrazo.
-Su turno comienza en pocos minutos -decía el chico aun manteniendo el abrazo-. Puedo hacer que...
El sonido de la puerta se escuchó fuerte, y más cuando ésta, en medio camino, se azotó contra la pared. Inmediatamente ambos se separaron encontrándose con dos singulares figuras. La primera persona, muy alto y rubio con las manos hechas puño y con maldiciones en peligro de salir de su boca; no obstante, para Jongin, la persona quien le importó más era Kyungsoo quien tenía los ojos muy abiertos mientras pasaba la mirada entre él y Tao una y otra vez. Y, demonios, lo sabía, estaba malinterpretando las cosas.
-Kim Jongin -escuchó la voz de Yifan a través de sus dientes, extrañamente sintió cómo Zitao temblaba en sus brazos-. Tienes tres jodidos segundos para apartar tus manos de Tao. ¡Ahora!
No quería tentar a la suerte, soltó a Tao tan pronto como se le pidió y miró cómo el de pelo negro tenía los ojos bien abiertos y comenzaba a tartamudear en repetidas ocasiones.
-Ah... yo...Kris, esto no, yo...
-Te lo dejé bien en claro -amenazó el rubio-. Éste es tu jodido strike tres por lo que o vienes conmigo o vienes conmigo.
Sin detenerse, el mayor de todos tomó de la muñeca a Tao arrastrándolo hacia afuera separándolo inmediatamente de la puerta. El menor de los dos seguía forcejeando mientras repetía cosas como No es lo que crees o Yo no estaba haciendo eso, cosa que Kris daba un caso omiso importándole muy poco que Tao gimiera en huelga.
-¿Querías divertirte? Bien, yo voy a darte esa jodida diversión -dijo Yifan mandándole por último una mala mirada Jongin, después, volvió a dirigirse hacia Tao-. Voy a darte, Tao. De todos modos, he estado esperando dos malditos años para hacerlo, mierda. Voy a destrozarte.
Con eso último y un alarido de Tao, salieron por la puerta de la biblioteca.
Jongin se quedó quieto en su lugar aún pasmado por lo que acababa de pasar. Respiró de nuevo, pero esta vez vio entre cortada cuando bajó la mirada encontrándose con el ceño fruncido de Kyungsoo mientras sostenía sus brazos sobre su pecho. Se veía como hace tres años, cuando hacía algo mal y éste le recriminaba ese hecho. Sin saber cuándo, ya estaba sonriendo por el recuerdo.
-¿Qué te hace gracia, idiota? -Por primera vez en tres años, siendo no gemidos, Kyungsoo le habló. Su voz había cambiado un poco, pero las amenazas aún sonaban tan tiernas como siempre.
Jongin hizo desaparecer su sonrisa.
-Kyungsoo...-murmuró-. Kyungsoo, necesito hablar contigo.
El bajito se rio soltando una seca carcajada.
-Estabas enrollándote con Tao -respondió sin importarle lo que el moreno le había dicho antes-. Eres una maldita bolsa de basura.
¿Qué? Jongin tembló por lo... ¿sofisticado? De sus palabras. ¿Qué estaba pasando?
-Desaparece de mi vista imbécil, no quiero verte -siguió-. Intentándolo con Tao, ¡¿en serio?! ¡¿Qué más bajo puedes caer?!
Estaba confundido. Podía entender el enojo y repudio de Kyungsoo hacia él, pero no captaba el por qué se debería de molestar por intentar acostarse con Zitao -cosa que no hacía, por cierto- pero toda la situación se convirtió en alguna extraña escena de celos y... le gustó. Eso le dejaba en claro que podría haber esperanzas.
Así que, Jongin, siendo el hijo de puta narcisista que era, comenzó a hablar.
-¿Qué? -preguntó finalmente-. ¿Por qué no puedo?
Los ojos de Kyungsoo se crisparon en rabia.
-Él no es un cualquiera. Es Zitao, mi mejor amigo.
Jongin ladeó la cabeza.
-Tú lo haces con los míos y no me estoy quejando, ¿o sí? -tentó. Sabía que, o eso podía joder todo aún más o podía sacarle provecho porque, Dios, sabía cómo era Do Kyungsoo-. Esto es un dar y recibir, Kyungsoo. Mmm, cuanto hubiera deseado que llegaras un poquito más tarde, la escena que te hubieras aventado.
Parecía que Kyungsoo se había quedado sin palabras, pero tras unos segundos en donde se recuperaba, habló.
-Es diferente -contestó-. Él es Tao.
-¿Y?
Kyungsoo no podía estar más enojado.
-Tú no puedes convertirlo en uno más, como lo hiciste conmigo, no puedes.
Ouch. Las cosas se le estaban yendo de las manos.
-Kyungsoo -prefirió dejar a un lado su narcisismo para ir al grano. Ya no quería empeorar las cosas, quería hablar con Kyungsoo y ante todo poder arreglarse y, si tenía oportunidad, obtener algo-. Necesito que pares.
Kyungsoo maldijo.
-Estupideces -con la índole de que se iba a ir, Kyungsoo rodó en su lugar dispuesto a hacerlo, sin embargo, el moreno fue más rápido tomándolo por el ante brazo atrayéndolo hacia él y cerrando la puerta con una de sus piernas-. ¡¿Qué-?! ¡Yah, Kim Jongin-Nggh!
Por la fuerte atracción, ambos terminaron tirados en el suelo con un Kyungsoo sentado arriba de Jongin mientras que los brazos del alto rodeaban la cintura del otro. Jongin apretó el agarre pasando su cabeza por el hombro de pequeño y, viendo que Kyungsoo no se retiraba a primeras, acercó lentamente su boca al lóbulo de su oreja.
Kyungsoo apretó los labios haciendo hasta lo imposible por no dejar escapar soniditos de su boca, sus brazos estaban inmovilizados y no importaba cuánto ejercicio haya hecho en esos tres años, aun así, no podía contra Kim Jongin.
-¿Vas a escucharme? -susurró Jongin después de asegurarse de dejar bien marcaba su oreja.
Kyungsoo se removió intentando zafarse.
-No -dijo con un empujón que no sirvió de nada-. ¡Déjame ir, pedazo de- ¿uh?
Jongin embistió hacia arriba apretando las caderas de Kyungsoo hacia abajo. Fue demasiado certero y justo, las vagas sensaciones de Jongin tocándolo llegaron al bibliotecario haciéndole estremecer a tal punto que sintió cómo su corazón se aceleraba. Por otro lado, Jongin estaba extasiado por la cercanía que tenían. Había sido mucho tiempo, demasiado, estaba tan jodidamente frustrado que necesitaba tanto de Kyungsoo como era posible.
-Tienes que escucharme -volvió a decir Jongin haciendo otro movimiento hacia arriba, Kyungsoo gruñó-. Tienes que hacerlo o seguiré volviéndote loco, hasta que cedas y no tengas más opción que escucharme o ser follado, Soo.
Hubo un momento de silencio donde Jongin volvió a mover sus caderas mientras que una de sus manos indagaba por debajo de la camiseta de Kyungsoo. Su piel era suave, tanto así como hace tres años, la única diferencia era que ya no estaba tan blandito y tenía ciertas marcas de músculos. Eso solo le emocionó más, el imaginarse poder lamer, succionar y morder esas áreas lo estaban calentando de sobre manera. Acarició por todos lados, queriendo desaparecer todas esas sucias marcas de manos que llegaron a tocarlo después de él.
-Jongin -granzó el menor. Procuró que su voz no temblara y, si alguien cualquiera lo hubiera escuchado, habría afirmado que no lo hizo, pero estaba con Kim Jongin, la persona quien lo conocía de pies a cabeza-. Páralo Kim Jongin.
-¿Entonces vas a escucharme? Puedes empujarme en cualquier momento, Kyungsoo.
-Ese no es el...
Jongin aún recordaba todos los puntos débiles de Kyungsoo, todo aquel que lo volvía loco con el simple hecho de tocarlo. Los demás no podrían saberlo, nunca lo harían porque Kyungsoo no se los permitiría tanto como lo dejó a él. Jongin era la única persona para Kyungsoo, el único quien podía satisfacerlo hasta llevarlo al borde de la locura.
-Punto uno: cuello -murmuró Jongin mientras atacaba específicamente una zona de la blanca piel de Kyungsoo. Como era de esperarse, el menor gimió y enredó sus piernas por los estirones de placer que sentía-. Y no en su totalidad, es este punto, debajo de la oreja entre el comienzo de tu cabello, puedes correrte con son solo chuparte allí. -Y lo hizo, succionó poderosamente lamiendo esa parte en especial mientras que el bajito temblaba.
Kyungsoo inevitablemente ladeó su cabeza, sus manos se colocaron en los hombros de Jongin.
-¿Por qué...? -lloriqueó Kyungsoo, cuando Jongin lo tocó debajo de su sudadera-. ¡Ya!
-Punto dos: pezón izquierdo.
Las manos de Jongin bailaron específicamente en esa dirección. Inmediatamente cuando su mano fría tuvo contacto con el pezón, el menor casi convulsionó y más al estar siendo apretado. Jongin estimuló más la zona y se aseguró de que el otro estuviera lo suficientemente ido como para hacer que se movieran un poco hacía abajo logrando que la boca de Jongin alcanzara el pecho de Kyungsoo, y debido a ello, en menos de tres segundos, la sudadera de Kyungsoo ya había sido levantada exponiendo su suave torso y, sin esperar más, el mayor atacó el pezón chupándolo como si fuera un delicioso dulce.
Kyungsoo no podía vocalizar nada.
Una de las manos libres de Kyungsoo golpeó la cabeza de Jongin, sin embargo, no había la suficiente fuerza, menos cuando Jongin masajeaba majestuosamente la erección de Kyungsoo con su otra mano. La mano de Kyungsoo perdió su fuerza, terminando por simplemente golpear el suelo en señal de frustración. Jongin desabrochó el cinturón de Kyungsoo mientras que sin pudor alguno su mano bajaba más y más encontrándose con los elásticos del calzoncillo.
-Te voy a matar...
-Punto tres: Punta.
Asegurándose de que el pezón estuviera ya lo suficientemente rojizo y puntiagudo, Jongin volvió a su posición inicial, besó el punto uno en el cuello del pequeño, acarició con su mano derecha aún en el pezón de Kyungsoo y con su mano izquierda había sacado la dolorosa erección de Kyungsoo comenzando a masturbarlo dándole esa especial atención en la punta, lugar número tres de los tres puntos enloquecedores de Do Kyungsoo.
Lo tenía en sus manos, eso era más que obvio porque, para ese entonces, Kyungsoo en cualquier momento podría golpear a Jongin o alejarse rápidamente y lo lograría. Sin embargo, el bajito ya había caído ante las garras placenteras de Kim Jongin, relajándose y dejándose llevar por la lujuria así dejando escapar soniditos extraños que, a diferencia de otras ocasiones, no quería soltarlos.
-Kyungsoo -Jongin susurró en su oído-. Kyungsoo, santo cielo, te amo tanto... -se apresuró más, haciendo que Kyungsoo arqueara la espalda y se inclinara hacia el frente.
Las gotas de sudor caían de ambos cuerpos, Kyungsoo estaba al borde.
-No sé qué hacer para que me perdones. No sé pedir disculpas, solo sé que realmente te amo demasiado, mierda, siempre lo hice.
Kyungsoo lloriqueó por las sensaciones, movía sus caderas de atrás hacia delante en busca de más fricción con la mano de Jongin.
-Kyungsoo...Kyungsoo...-Jongin apretó los dientes-. Por favor, Kyungsoo... ¿Kyung?
Sin previo aviso, el más bajo detuvo el movimiento de la mano de Jongin sobre su miembro. Se enderezó y la sangre de Jongin se heló porque se sintió perder. El contacto con Kyungsoo había desaparecido y el pánico entro en su organismo porque él no quería eso, él quería a Kyungsoo con él, quería que lo perdonara y le diera una segunda oportunidad. Quería despertar con él todos los días abrazados y vivir uno del otro. Sin embargo, Kyungsoo se había alejado, se estaba negando, había perdido, ya no habría una segunda oportunidad-
Pero Kyungsoo lo besó.
Lo besó debidamente, sin legua de por medio, fue un choque de labios demandante pero dulce al mismo tiempo. Estaba ahora frente a él, con el orgasmo muy cerca, pero Kyungsoo decidió entregarle todos sus sentimientos y las respuestas mediante ese beso. Y fue suficiente, las palabras no dichas fueras mostradas y Kyungsoo ya se había quitado completamente el pantalón y estaba en el trabajo de desabrochar el de Jongin.
-Kyung-ah.
-Jongin. -Su estaba completamente enojada y perdida-. Eres un hijo de puta insensible quien no merece ni una pizca de perdón.
Sin embargo, sus palabras no parecían concordar tanto con sus acciones, ya que las manos de Kyungsoo se habían perdido en los pantalones de Jongin mientras gruñía, dando con su miembro y sacándole un jadeo, cosa que lo llevó a su límite.
-Desearía poder desaparecerte.
Con su corazón latiendo a mil por hora, Jongin no estaba seguro si era porque estaba casi siendo amenazado de muerte o porque, casi de un momento a otro, Kyungsoo se había preparado a sí mismo, extendiéndose frente a sus ojos mientras lo tomaba en su mano y lo masajeaba. Las oleadas de placer se incrustaban en su estómago, convirtiendo su vista en un desastre y esto sólo empeoró cuando Kyungsoo se posicionó a sí mismo con las rodillas sobre el suelo, listo para volver loco a Kim Jongin.
Kyungsoo se veía resignado, como si luchar contra sus demonios ya hubiera sido suficiente y su única intención por el momento fuera cogerlo hasta gastar sus energías. Jongin podía verlo en sus ojos, pero tanto como podía ver eso, un piquete de nostalgia llegó a su sistema.
Y, contra todo pronóstico, lo detuvo.
-No -murmuró Jongin.
Kyungsoo se vio repentinamente pálido y como si de una avalancha se tratase la decepción llegó a su rostro. Una punzada rozó su corazón y le rasgó feo porque le recordó a esa mirada que le había dado cuando rompió con él, y las lágrimas sólo le demostraron que seguía siendo el mismo, bajo esa fachada fuerte, Kyungsoo seguía siendo el mismo llorón cuando las cosas no salían como el quería. Al menos, por fin, pudo ver un quiebre a su favor para poder llegar él de la manera correcta. Su respiración se aceleró y sus labios temblaron ante la negación.
-Jo-Jongin -tembló Kyungsoo, convirtiendo su tristeza en enfado-. ¿Por qué? ¿No era lo que querías?
Jongin jadeó, porque el toque físico todavía estaba allí, a nada de completar la acción de entrar en Kyungsoo sin miramientos, pero su yo interior trataba de verse maduro. De no convertirse en un más en la lista de Kyungsoo sólo porque sí.
-No quiero que sea solo sexo -susurró cuando sintió a Kyungsoo rozar sus labios-. Yo no quiero simplemente follarte Kyungsoo. No quiero... No quiero que esto sea solo una vez. Quiero que vuelvas a ser mío... Sé que puede ser egoísta y que-que soy un hipócrita, pero yo realmente... Yo de verdad lo siento.
Kyungsoo se vio visiblemente mucho más enfadado. Oh, Dios.
-Diciendo eso ahora.
-S-Si no hay cariño no puedo hacerlo -tragó Jongin.
-Ay, por favor.
-¡Kyungsoo! -Jongin apretó los labios y lo tomó de las muñecas-. ¡Pude haber sido un idiota, pero todas esas veces que estuve contigo antes siempre fue como malditamente amor y eso no va a cambiar ahora!
-Maldita sea -susurró Kyungsoo, revolviéndose el cabello. Ambos gimieron cuando su movimiento sólo provocó más fricción-. Mierda, te besé, ¿no es así? ¿Crees que lo hubiera hecho si no te hubiera dado el sí ya? -Jongin lo miró completamente perdido y con la boca abierta-. Joder.
De todas maneras, no le dejó opción, Kyungsoo cayó de una sobre el palpitante miembro de Jongin envolviéndolo completamente y convirtiéndolos a los dos en un manojo de nervios andante.
Para Jongin era tan irreal, finalmente tenía de nuevo a Kyungsoo donde pertenecía -y no solo sobre él, enterrándose- sino algo más cercano, algo más ligado sus sentimientos. Se sentiría mucho más aliviado y tal vez lloraría de la felicidad, pero sus dos neuronas restantes no conectaban una con la otra porque este Kyungsoo había madurado al punto de saber cómo y de qué manera moverse sólo para volverlo loco una vez más. Jongin no podía esperar demasiado, lo quería más cerca, así que casi de inmediato le volvió a comer la boca, atrayéndolo a él para sentirlo carne con carne.
Los movimientos eran como bailes perfectos entre los dos, los jadeos y gemidos que salían de ambos eran tan armoniosos como si fuera una pareja hecha en el cielo, como si no hubieran pasado años desde la última vez. Seguían conociendo sus cuerpos de pies a cabeza. Kyungsoo se envolvió más fuerte, dejando que Jongin lo embistiera a él y más profundo, haciendo que llegara hasta lo más profundo, abusando de su punto una y otra vez.
-Jongin -gimió Kyungsoo, revolviéndose en los brazos del otro y ronroneó. Jongin sabía perfectamente que eso significaba que estaba por venirse-. Jongin.
Se movió a una velocidad implacable, y Kyungsoo llegó a su límite cuando Jongin ayudó por delante, masajeándolo sin detener incluso después de que hubiera eyaculado. La espalda de Kyungsoo se arqueó, juntándolos hasta lo imposible y Jongin no pudo soportarlo más. Dos minutos más fueron requeridos, en donde Jongin se dio a la tarea de cambiar las posiciones y colocar a Kyungsoo de espaldas, dándole la libertad de ver su cuerpo en su total extensión, tratándose de recuperar el orgasmo, cosa difícil ya que él seguía empujando dentro de Kyungsoo.
Con un gruñido, Jongin terminó por inclinarse para volver a besar a Kyungsoo, acabando en él al punto de que los dos estuviera sudorosas, enrojecidos y completamente abatidos.
Jongin apenas pudo ladearse, sus oídos se destapaban poco a poco y durante el proceso decidió no dejar ir a Kyungsoo incluso si estuvieran pegajosos.
-Te odio tanto -susurró Kyungsoo varios segundos después, mientras le daba un pequeño golpe en el pecho que no le hizo mayor daño-. Mierda, ¿qué me has hecho?
Jongin sonrió, con la voz apenas audible.
-El amor -contestó, acariciando su cabeza y juntando su frente con la suya-. El amor -repitió.
-Que asco de cursi te has convertido.
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Como era de esperarse, el conseguir la total confianza de Kyungsoo iba a tomar tiempo. Hubo momentos muy difíciles en realidad, momentos donde Kyungsoo enfurecía por el dolor que él le había causado, sin embargo, Jongin hacia todo lo posible por enmendar ese dolor dándole todo de sí y demostrándole que va totalmente en serio y solo con él. Y que lo ama.
Por suerte, hubo cambios significativos como que el menor ya no se acostaba con personas innecesarias y ahora iba a buscarlo a él cuando lo necesitara, también cosas como citas después de clases o besos robados entre la sección de fantasía y romance de la biblioteca. Para Jongin, en sus ojos solo podía estar ese chico que le robaba el sueño todas las noches y lo llenaba completamente de alegría.
-Entonces, si tuvieras que hacer una lista de quien es mejor, ¿cómo sería?
Kyungsoo gruñó mientras partía la carne de su plato y le daba un mordisco salvaje después de obtener el pedazo.
-¿En serio me estás preguntando eso? -preguntó sin creerlo-. ¡Qué clase de novio eres!
Jongin sonrió ante la palabra novio. Simplemente lo hacía muy feliz. Por otro lado, tomó de su bebida mientras reía levemente y le mandaba un beso aéreo a Kyungsoo quien simplemente lo miraba con si en cualquier momento lo apuñalaría con su tenedor.
-Un novio que te ama mucho -dijo de manera cursi, Kyungsoo se sacudió-. Y... Uno que está muy interesado en saber qué tan bueno son sus amigos en la cama, quiero decir, es una oportunidad que no puedo perderme.
-¡Cállate! -refunfuñó-. Oh Dios, ¿por qué estoy aquí contigo? ¿En serio tomarás mi vergonzoso pasado para satisfacer tu curiosidad?
Jongin sonrió con la pajilla entre sus labios.
-Bebé. Solo es una sencilla pregunta...
Kyungsoo intentaba mantener su rostro sereno, sin embargo, la risa lo abordó tan pronto Jongin comenzó a hacer caras tontas que terminó con él golpeándolo por debajo de la mesa. Jongin aulló de dolor.
-Bien, veamos. -Puso un dedo sobre su boca, parecía hacer memoria.
-Yah, no lo pienses demasiado. ¡No te recuerdes a ti teniendo sexo con otros hombres!
-¡Tú fuiste quien me lo pidió! -apuntó hacia su novio-. ¡Wah, eres increíble! Y bien, siguiendo con lo de la pregunta... ¿Quiénes eran tus amigos?
Jongin suspiró, bien, ya se estaba arrepintiendo de haberlo preguntado, pero, mierda, tenía tanta curiosidad.
-Jongdae, Luhan, Yifan, Junmyeon y Yixing -contestó.
-Mmm, bien. Creo que en último lugar pondría a Yifan y a Luhan, realmente no recuerdo muy bien el encuentro -contestó-. Después de ellos seguiría Yixing, él es muy dulce como para tener sexo, no lo sé... después vendría Jongdae y en primer lugar pondría a Junmyeon.
Jongin casi escupe su refresco al escuchar eso. Tosió sonoramente mientras que Kyungsoo lo miraba divertido pasándole algunas servilletas para que se limpiara. Tomó un poco del agua que venía con su pedido y después habló.
-¿Junmyeon? -preguntó totalmente sorprendido-. ¿Kim Junmyeon? ¿El lindo mánager del equipo de hockey? ¡No puede ser verdad!
Kyungsoo se encogió de hombros.
-Se ve todo lindo y cortes durante el día -reflexionó con una mano en la barbilla-, pero durante la noche es toda una bestia... Sí... Fue muy bueno.
-¡Detente! -Jongin le aventó un panecillo a la cabeza-. ¡Oh Dios mío!
El menor se rio mientras le decía que él lo había preguntado mientras que Jongin simplemente se reprimía el, ciertamente, haberlo hecho. No obstante, finalmente el moreno negó con la cabeza mientras mordía parte de su pedazo de pizza en el plato. A poco segundos después, las preguntas seguían en su cabeza y un ring ring volvió a sonar en sus pensamientos.
-Oye...-murmuró levemente. Kyungsoo asintió para que prosiguiera-. Si tuvieras que escoger entre quien da mejor sexo entre Junmyeon y yo, quitando los sentimientos, ¿quién ganaría?
Kyungsoo mordió lentamente su carne.
-Mira, agradece que te amo -sonrió-. Porque si te incluyes en esto, te aseguro que estás por debajo de Yixing.
-¡Yah!
-Te quiero.
-¡Do Kyungsoo! ¡Tu rostro bonito no te va a salvar de esta!
-Te quiero mucho.
-¡Te voy a enseñar quien es el mejor aquí!
-Adelante, guapo. -Le guiñó el ojo-. Practica todo lo que quieras.
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