Hunhan: A broken dignity [1/2]
Nota: Esto es un año antes de todo lo demás.
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-He perdido toda mi dignidad.
-Ooooh, vamos. ¿Alguna vez la has tenido siquiera?
Jongdae fue golpeado fuertemente en la espinilla.
En todas las universidades siempre hay alguien conocido por todos. Jodidamente todos. Y vaya que, si se creía que Jongdae era la persona más amiguera en ese lugar, había alguien quien estaba casi en su estatus de reconocimiento y ese era el gran, bonito y sexy Luhan. El rubio había dejado muy en claro que era él quien activamente profanaba el cuerpo de los demás en base a una decisión mutua y las personas solían no preocuparse por ello. No obstante, cuando aún había dejado eso en claro y hasta los mayores de cuarto se enseñaron a tenerle respeto, hubo alguien, jodidamente alguien quien con esa cara aburrida le dijo que dejara de hacerse el tonto.
-Pero, ¡¿Cómo es que un jodido mocoso de primero me va a decir a mí lo que tengo que hacer?! -se quejó nuevamente aplastando su sándwich haciendo que la ensalada de pollo se desparramara en el plato. Su rostro estaba evidentemente rojo por la furia mientras que su pie se movía de atrás hacia delante mientras que los recuerdos de la noche anterior apuñalaban constantemente su orgullo-. A. Quién. Jodidos. Se. Le. Ocurre.
Jongin, quien estaba evidentemente con un fuerte dolor de cabeza, miró a su amigo con una mueca.
-Tuve un examen de física esta mañana -murmuró suavemente, sin embargo, todos los presentes sabían que cuando el chico hablaba así, estabas en peligro-. Sé más silencioso.
-¡Pero si incluso me cogí a ti! -Luhan apuntó a Jongin, poniéndose de pie e ignorando por completo esa mirada que tenía en los ojos-. ¡Y a ti! -ahora dirigió su dedo hacía Jongdae quien jugaba con su teléfono celular-. ¡Y a ti! -finalizó con Junmyeon quien sonreía con una pequeña burla en su rostro.
-¿Te has enrollado con Junmyeon? -Jongdae preguntó con cautela mientras pasaba sus ojos entre ambos. El mánager del equipo de hockey asintió riéndose mientras bebía de su café-. Vaya, ¿cómo lo lograste? Realmente le tengo ganas des...
Luhan golpeó la mesa en donde estaban sentados interrumpiendo sus palabras.
-¡Eso no es lo importante! -echó un fuerte suspiro soltando finalmente un gemido lastimero y cayendo de golpe en su lugar, sin embargo, un fuerte recorrido eléctrico de dolor subió por toda su columna cuando su retaguardia chocó con la silla. Aulló con el ceño fruncido-. Esto es horriblemente incómodo, ¡argh!
-Te acostumbrarás con el tiempo -dijo Jongdae con una simple encogida de hombros-. Y ahora cuéntanos. ¿Quién fue la persona que por fin dio final a tu patético intento por ser solamente activo? Deberías agradecerle, en esta vida hay que probar de todo.
Luhan lloriqueó, inexplicablemente volvió a sentir otro recorrido eléctrico y no precisamente por dolor. Se mordió los labios por la frustración pasando su mano por todo su rostro. Los recuerdos de ayer se apoderaban en su cabeza mientras que flashes del rostro ajeno con la boca semi-abierta golpeando duramente dentro de él lo envolvieron en un calor que no quería sentir.
-Oh Sehun -murmuró con un alarido final, como si tan sólo el hecho de pronunciar su nombre le hubiera quitado el aliento.
-Bien, ¿y qué ocurrió con él? -El mánager ser irguió en su asiento-. ¿Cómo es que las cosas terminaron así?
Luhan se removió en su lugar y pasó la mirada por todos los presentes. Estaban curiosos y eso se veían en cada una de las miradas. Dio una fuerte tomado a su malteada y finalmente abrió la boca contando cuidadosamente todo lo que había pasado dándose el lujo de representar detalles e inquietudes en su corazón.
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Luhan había aguantado dos semanas, dos semanas sin nada relacionado con tocarse a sí mismo o tocar a otros porque el día estaba allí, a tan solo unas horas de haber empezado, y él tenía que estar especialmente preparado para la situación. Siendo actualmente un chico de tercero, tuvo el privilegio de ser seleccionado por los de cuarto para ser parte de la semana equis en todo lo que él quisiera. Todo. Claramente, cada semestre hay un grupo nuevo de estudiantes de primero y él ya había participado en la anterior, se ganó a unos cinco chicos a quienes hizo un desastre -en todo lo bueno de la palabra, joder, esos pequeños gritaban de puro placer- en diferentes partes de la universidad. Dio el visto bueno, los de cuarto se sintieron orgullosos de él por lo que no dudaron en volverlo a meter.
Y allí estaba Luhan, puliendo sus perfectos dientes para finalizar su preparación físicamente. Se miró en el espejo y no evitó chiflarse a sí mismo porque él era un galán y si fuera posible ya se lo hubiera hecho a él mismo hace mucho tiempo. Su cabello estaba peinado hacia atrás dándole un aspecto más varonil, no se quejaba, cuando tenía el flequillo en la frente se veía realmente seductor; pero algunos chicos lo tomaban como lindo y no, él no es lindo.
Luhan salió de la habitación y no le tomó mucho llegar a la entrada y las casuales filas de los chicos de primero -realmente confundidos, eso le daba mucha gracia a Luhan- se alargaban casi a unos cincuenta metros de distancia. La pregunta era certera, con un sí o no, cualquiera de esos amateurs haría valer su vida en esa semana. Miró muchos rostros y cuerpo y sí, había un montón de chicos bonitos y lindos que los quería para él, no obstante, muchos de los de cuarto ya los estaban tomando para ellos. No podía decir nada más que reprimírselo mentalmente, después de todo él no podía luchar contra el poder que tenían los mayores.
Se acercó a un lado de Jongdae -claramente fascinado con toda la situación, él ya tenía más experiencia- le palmeó la espalda y ambos compartieron sonrisas.
-Hace solo dos horas que comenzó y no hay lugar donde no escuches gemidos -le dijo en el oído con su mirada pasando por todos los chicos nuevos-. Llevo alrededor de tres chicos anotados en mi lista, mierda Luhan, son ardientes y bastante proactivos.
El rubio asintió alejándolo con un empujón amigable mientras que dejaba que su vista se pasara por todos ellos.
-¿Los de cuarto te han dejado la barra libre? -volvió a hablar el menor.
-Sí -sonrío mientras veía a un lindo chico con anteojos que tenía la mirada perdido en la espalda del que tenía adelante. Sus brazos estaban alrededor de su mochila mientras que sus pies se tropezaban gradualmente la fila avanzaba. Virgen, se dijo al carraspear. Sintió un codazo proveniente de su amigo a un lado.
-Excelente -murmuró-. Tienes a todos ellos a tu disposición. Entonces, suerte -le giñó el ojo mientras parecía asechar a un chico de mochila azul quien caminaba extraño y con las mejillas coloradas probablemente al contestar esa atrevida pregunta.
Luhan prefirió seguir mirando aquí y allí, pasando cuidadosamente sus ojos por todo el repertorio de personas. Mordió sus labios encontrando la mirada con un chico un poco más alto que él, pero a fin de cuentas que se veía más frágil y sereno al mismo tiempo, le guiñó el ojo haciendo que éste desviara la mirada realmente algo sonrojado. Continuó su recorrido yéndose más hacia el frente, todos allí parecían pequeños, o casi todos.
La mayoría de las personas nuevas entran o emocionados o nerviosos con el atuendo bien puesto y hechos a la perfección como si salieran de una fábrica. Sin embargo, hubo un chico quien se mantenía masticando una goma de mascar, tenía realmente mal puesta la camiseta como si se acabara de levantar hace unos minutos y de su bolsillo salía un iPod conectados a unos gigantescos audífonos en sus oídos. Su cabello era plateado y realmente se sorprendió por la frescura que emanaba de su cuerpo. Le faltaban unas cuatro o cinco personas para pasar a ser la pregunta y, aunque realmente Luhan no estuviera interesado en chicos más altos, fuertes y corpulentos que él, se acercó por pura curiosidad.
El chico de primero no se inmutó para nada cuando uno de los chicos de cuarto le arrastró hacia atrás los audífonos con una mueca y las cejas alzadas. Incluso ese chico de cuarto era más pequeño que el peli-plateado por lo que parecía que estuviera en las mismas circunstancias que Luhan.
-¿Qué? -escuchó perfectamente esa forma aburrida de pronunciar las palabras. Luhan iba a reírse, estaba por hacerlo, ese chico de primero se dio cuenta mirándolo por unos segundos, no obstante, se volteó al escuchar al de cuarto hablando.
-Dime tu nombre y responderás esta pregunta -comenzó-. ¿Eres virgen?
El de primero levantó una ceja haciendo una bomba con un chicle dejando una tensión realmente pesada. Era como en esas películas donde estaban por tomar la decisión más importante para salvar el mundo entero y el rubio no se dio cuenta que él estaba ya demasiado cerca, casi a un lado del de cuarto, esperando raramente impaciente por la respuesta.
El de primero mordió un par de veces si chicle y asintió.
-Oh Sehun, y lo soy -comentó casualmente, sin ningún sonrojo o pena por ello. Ninguna emoción en su rostro que hizo que ambos chicos (Luhan y el de cuarto) perdieran el aliento y el espacio-tiempo por un momento-. Ahora apártense, ¿por favor? -Los modales estaban de más porque todo el mundo allí sabía que él había sido jodidamente sarcástico.
-Luhan va a follarte. -Sin ninguna explicación, el chico de cuarto murmuró eso al de primero. Luhan se quedó quieto, mirando a su mayor con las cejas alzadas y éste le devolvió la mirada con una sonrisa-. ¿No, Luhan?
No sabía qué responder, sin embargo, el de primero sólo pidió nuevamente el permiso para entrar dirigiéndole simplemente una mirada al rubio.
Ambos accedieron a dejarlo pasar y Luhan miró la espalda de chico mientras caminaba realmente relajado al entrar en las instalaciones. Solo ahí se dio cuenta que no estaba respirando, sólo hasta que sus pulmones pidieron aire y éste accedió a esto rápidamente.
Oh Sehun. Lo murmuró en su menta una y otra vez. Oh Sehun, ese nombre era realmente perfecto para ser gritado. Oh Sehun, era moldeable y liviano en sus labios.
-Oh Sehun.
Sí, Luhan lo ha anotado y está realmente seguro de que iba a ganárselo.
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Han sido tres días desde que la semana equis empezó y el rubio está maravillado porque ahora mismo está embistiendo a un chico quien se aferra fuertemente en un tubo que hay en la pared. Todo es tan excitante ya que están detrás del escenario de baile mientras que los alumnos ensayan, la música esconde lo gemidos provenientes del chico de abajo y los dos saben que cuando ésta se acabe serán descubiertos.
El chiquillo de primero intentó irse a un lugar más cómodo, pero Luhan está demasiado cerca como para agregarle algo de romanticismo a la situación. Ni siquiera miró el rostro del de primero cuando literalmente lo follaba contra la pared y realmente no está interesado en hacerlo ahora, tampoco era como si al de primero le importara mucho. Minutos después, parece como si éste le hubiera intentado decir que estaba por venirse cuando hilos de semen adornan la pared y, en el momento que aprieta fuertemente la hombría de Luhan, es suficiente para que se venga igualmente.
Sonrió completamente satisfecho saliendo del de primero a quien le flaquearon las piernas y ahora se deslizaba por la pared. La música acabó tan solo unos segundos después del acto, segundos en los cuales Luhan está listo para irse de allí y tachar otro nombre en su lista.
Había hecho eso ya casi cuatro días sin parar y se estaba volviendo loco. Tanto sexo casual lo había acalorado demasiado a tal punto que en todo momento y por cualquier circunstancia estaba erecto de nuevo -y, bueno, también por esa jodida cosa que Kris le había regalado dos días antes, no iba a preguntar su procedencia. El chico del salón de baile había sido ya su chico número cinco y esperaba cerrar con un broche de oro con el número seis. Miró el papel que tenía en las manos y suspiró cuando vio aquel nombre que había estado molestándolo desde que lo conoció.
Oh Sehun.
Sin duda, ese chiquillo le había robado algo. Era extraño, simplemente sentía una pequeña atracción por él por la manera tan suave con la que tomó la situación del primer día. Por más raro que sonara, fue a propósito que Luhan dejara a Sehun como su última persona en la lista porque, si bien, ya se había follado a otros chicos más bajitos y bonitos; éste chico peli-plateado se podría considerar otro nivel.
Sabía que no podía estamparlo contra una pared porque era muy probable que el otro fuera más pesado. No podía besarlo de la nada porque tendría que ponerse un poco de puntillas o atraer su cuello hacia abajo. Luhan se preguntó una y otra vez cómo era posible que un chico de ese...rostro y magnitud pudiera ser realmente virgen.
Y eso sólo hacía más intensas las cosas.
Era el quinto día en la semana y su cabeza trabajaba una y otra vez en idear el cómo hacer que ese mocoso pudiera ceder. Eran alrededor de las seis de la tarde, cada vez se escuchaban menos los ruidos de los de primero y eso dejaba en claro que esto estaba por acabarse. Había tomado una ducha para relajarse, aunque fuera una semana ajetreada, lo era en todos los aspectos y eso incluía los trabajos en su carrera de gestión empresarial. Para esa semana ya había tenido dos presentaciones que hacer, así como la creación de un producto nuevo.
Los espejos estaban empañados mientras que él se miraba a través de ellos. Se sintió levemente incómodo al verse allí, sin maquillaje, despeinado y desnudo. Luhan necesitaba todo eso para sobrevivir, para él, el no portar maquillaje dejaba resaltar esas pequeñas protuberancias en su rostro. Eran rastros de acné que alguna vez sufrió en su adolescencia que le costaron millones de burlas y miradas llenas de asco. No era para tanto, él es realmente atractivo ahora, pero las huellas que dejaron esas personas dieron fruto a lo que es ahora: un hombre todo sonrisas, más fuerte emocionalmente que nunca. No obstante, eso no quitaba el hecho de que se sintiera un poco avergonzado, por lo que siempre se aseguraba de estar solo para poder asearse. En su habitación, aunque tuviera una ducha única, su jodido compañero estaba muy ocupado por lo que lo tendría fuera hasta las diez de la noche y eso significaba hacer todo lo que tengas que hacer en los baños públicos.
Oh, pero no.
Una de las cosas que carecía Luhan era ser atento por lo que realmente siempre, siempre terminaba por golpearse con cosas a su alrededor. No era bueno para calcular espacios y eso era realmente extraño ya que, sorpresivamente, cuando jugaba fútbol realmente no le afectaba del todo.
Pero yéndose a ese mismo momento, fue hasta que el espejo dejó de ser borroso que se dio cuenta de la presencia de un chico. Lo miraba a través de su reflejo, tenía puesto una camisa normal sin ningún estampado, de color verde y unos pantalones deportivos. Pareciera que había estado corriendo por la cancha por ese bote de agua en sus manos y las gotas de sudor en sus patillas.
Y Luhan, bueno, Luhan estaba desnudo.
Era alguien liberal, estaban en verano y tener una toalla alrededor de su cintura realmente no era parte de su rutina a la hora de bañarse. Él dejaba que su cuerpo se secara naturalmente, aunque eso se relacione con pasearse desnudo por su habitación o los pasillos. Y estaba bien, nadie se había quejado, pero, a la vez, nadie lo había mirado antes...así.
Luhan volteó su cabeza encontrándose con el Sehun real y no con el del espejo. Hubo un incómodo momento de silencio. El rubio miraba de vez en cuando hacia el chico pálido, luego hacia abajo, en seguida hacia la puerta y finalmente de nuevo al chico pálido.
-A usted, realmente le gusta presumir -escuchó finalmente esa voz a través de esos labios y, uh-oh, un espasmo le recorrió por completo. Fue una acusación lenta y pausada tanto que no pudo reaccionar debidamente como siempre lo hacía.
Horriblemente Luhan tenía que forzarse a pensar en su abuela haciendo galletas porque si veía fijamente a Sehun su cuerpo iba a reaccionar. Y lo estaba haciendo. Y Sehun lo sabía. Y tiene, realmente debe tener control sobre ello. Pero ese mocoso realmen...
-Sunbae -murmuró el menor con una mueca en los labios que Luhan podría interpretar con una sonrisa.
Sintió un tirón en su miembro al escucharlo hablar de esa manera. Demonios, demonios, demonios.
-Hyung -volvió a hablar y el rubio tembló. Sehun parecía divertido.
¿Dónde estaba el aire? Eso es lo que Luhan pensaba porque estaba empezando a hiperventilar. Bien, sí, se supone que Luhan iba a interceptar a Sehun de todos modos. Pero, ahora mismo, era él quien estaba siendo torturado y eso que Sehun no ha hecho jodidamente nada.
-Lu.
Se petrificó nuevamente, ese hijo de puta seguía haciéndolo.
-Han -Mierda-. Luhan.
Aireeee, pedía en su mente. Te necesito ahora mismo.
-¿Cómo debería decirte? -susurró Sehun, lo hizo y Luhan sólo pudo escucharlo porque sin saberlo tampoco, el peli-plateado se había acercado dejándolos a una distancia menor a un metro. Luhan se mordió el labio inquisitivamente tomando una fuerte respiración (que no era suficiente) y volvió a quedarse callado. Sehun lo recorrió con la mirada-. ¿Cuál de todos esos debería gritar cuando me estés follando?
Y fue suficiente, malditamente suficiente porque bastó sólo la última palabra para que el rubio se aventara sobre el otro derrumbándolos en el suelo.
Era rápido, fue jugoso cuando el menor juntó sus bocas empujando suavemente su lengua en los labios de Luhan para que lo dejase entrar. Lo dejó hacerlo, claro que sí, las caderas de Luhan se habían mantenido sobre las de Sehun y un simple reflejo le hizo moverse, provocando un vaivén de atrás hacia delante que se iba haciendo más veloz con el paso de los segundos.
Con un jadeo, Luhan se alejó de la boca de Sehun por dos segundos. Podía sentir la molestia del otro lado, pero tenía que ver lo que estaba sucediendo por un momento.
-No te vayas a arrepentir después -musitó en un susurró justo en la oreja de Sehun.
Una pequeña carcajada salió del menor y no necesitó palabras cuando lo besó de nuevo, mordiéndole los labios y siseando en el proceso.
Gimió en la boca de Sehun cuando éste lo había tomado de las caderas presionando hacía abajo para que la fricción fuera más pura, pero había ropa, ropa muy molesta si le preguntaban a Luhan, por lo que sus manos buscaron inmediatamente el elástico de los pantalones del alto. No apartó sus labios e hizo maravillas para que los pantalones quedaran fuera arrastrándolos junto con su bóxer.
Sehun indagó su boca, jugó con sus dientes y acariciaba suavemente el interior de ella con la lengua. Había ese toque en sus caderas, el alto aún mantenía sus manos sobre éstas; no obstante, Luhan requería más en esa situación por lo que atacó imprudentemente el cuello del otro haciéndolo soltar un suspiro. Chupó los alrededores, desde la punta de su oreja hasta las clavículas. Estiró la camiseta de Sehun lo suficiente como para que quedara al borde de su cuello dejando mostrar una fina capa de músculos en él.
-Mierda -murmuró Sehun en el momento que Luhan lo empujó para que se recostara en el suelo y tomó asiento en el inicio de su pecho.
El rubio utilizó su mano derecha dirigiéndola hacia atrás para tomar el miembro latente del alto mientras que, por delante, acercó sugestivamente su erección hacia el rostro de Sehun. El del primero lo miró durante un momento vacilante y, joder, sí, ese chico era virgen y lo había olvidado. En su mente, esas cosas se hicieron más salvajes y calientes porque él sería el primero y único quien pudiera ver esas primeras sensaciones en todo un Sehun. Acercó su hombría en dirección a la boca del chico y jadeó cuando, para dar una simple probada, Sehun sacó su lengua rozando la punta.
Evitó las ganas de querer follarse la boca y mordió su labio.
-¿Por favor? -murmuró de la forma más suplicante y lo sabe, pero qué mierdas le importaba, quería que Sehun lo tuviera en su boca y lo chupara. Que practicara todo lo que quisiera con él y aprendiera debidamente. De eso se iba a encargar Luhan.
Levantando un poco la cabeza del suelo, Sehun tentó la punta nuevamente dando lamidas más aproximadas. Ayudándolo -y con un fuerte apretón en el pene de Sehun- sintió cómo las vibraciones del gemido del alto atravesaron su propio miembro y le gustó. Con su mano izquierda tomó a Sehun de la nuca atrayéndolo hacia él y, aunque la posición era incómoda, todo se vio valiendo la pena al momento que, sin dudar más, Sehun se metió todo entero.
Luhan tuvo que soltar deja de acariciar a Sehun para gemir y no caer sobre él. Mientras una mano seguía en la cabeza de Sehun ayudándolo a coordinarse, la otra estaba sobre el suelo por arriba de la cabeza del de primero, sosteniéndose.
-Mmm -Luhan apresuró la acción haciendo lo posible para no llegar a lastimarlo-. Bue-Bueno... Buen chico.
Luhan empujó un par de veces más hasta que tuvo que detenerse, sino se iba a venir demasiado rápido y no quería echar todo a perder. La simple idea de obtener a ese chico con el cabello revuelto y rebelde le revolvía las hormonas completamente. Se hizo hacia atrás para poder volver a besarlo en la boca ahogándose lo más que podía en él. Acarició los costados de Sehun, bajando sus manos, llegando nuevamente hasta la erección de éste y lo bombeó con rapidez.
El de primero había estado dejando a un lado su lado vacilante y comenzó a manosear a Luhan por todos lados. Lo atrajo nuevamente hacia sus labios, Sehun acarició cada extensión de Luhan lentamente. Joder, las cosas se alargaban cada vez más y más, pero no podía hacer nada, era ya un adicto a los labios ajenos y podría durar horas solamente besándolo.
Las manos de Sehun lo recorrieron y estaba jodidamente perdido en los placeres de sus labios, sin embargo, dio un pequeño brinco en el momento que sintió un dedo tentando su entrada. Inmediatamente Luhan iba a echarse hacia atrás, pero uno de los brazos de Sehun lo mantuvo en su lugar. Sintió un poco de pánico de tan sólo sentir un dedo recorriendo la extensión de su hendidura, mordió los labios del otro para alejarse un poco y miró esa sonrisa en los labios.
-¿Qué crees que estás haciendo? -preguntó Luhan extremadamente cerca-. Aleja ese dedo.
Sehun sonrió, tomándolo por el trasero y masajeándolo lentamente mientras lo miraba de vuelta.
-Experimento -contestó el menor-. Quiero saber qué se siente tener mis dedos dentro de ti, ¿puedo hacer eso?
Luhan claramente tenía el ceño fruncido. Se le quedó mirando unos segundos, bueno, puede entenderlo. El chico nunca ha hecho nada y probablemente debe estar curioso de muchas cosas. Suspiró, ¿qué más daba? Aceptaría que el peli-plateado le metiera uno o dos dedos por la simple experiencia, pero mierda, sólo eso.
Luhan tomó la mano de Sehun, y sin preocuparse lamió dos de sus dedos mirándolo directamente a los ojos, cosa que Sehun apreció.
-Sólo esto -susurró cerca de oído mientras plantaba besos por toda el área. El rubio apretó los dientes cuando sintió uno de los dedos tocando su agujero e intentó relajarse-. Ugh, solo te dejaré hacer esto Sehun, solamente porque voy a follarte después.
El menor tarareó en respuesta y sin previo aviso metió uno de sus dedos por la mitad. Luhan gimió, escondiéndose entre el cuello y el hombro de Sehun mientras mantenía el trasero en alto para una buena exploración. Bien, habían sido tres años desde que le hicieron eso y, joder, incluso solo pasó una vez y no fue realmente bueno por lo que en serio estaba tensionado en ese lugar.
Sehun pareció meditar eso, todo un dedo ya había entrado y el peli-plateado lo movía de adentro hacía a fuera levemente. Besó y lamió la oreja expuesta de Luhan a su lado mientras que el rubio jadeaba con las manos totalmente sujetas a la cabeza de Sehun. Parecía que lo estiraba, realmente lo estaba haciendo y al insertar el segundo digito Luhan ya sentía un poco más incomodidad que dolor. Está bien, pensó al relajarse y por lo menos hacer que se sintiera bien, por algo decían que era bueno eso de indagar en el culo de los demás. Bien, sólo deja que se divierta un poco, luego lo sacas y lo follas duramente.
Pero, oh demonios, los dedos de Sehun parecían curiosos y se retorcían, llegando el momento en que tocó un punto, ese punto y Luhan se sorprendió gratamente. Jamás lo había sentido tan intenso, pero su vientre cosquilleó y gimió el doble de fuerte en el oído de Sehun.
-Justo allí -murmuró inconscientemente, pero quería más y movió su trasero en dirección a ese perfecto ángulo.
Sehun se rio.
-De acuerdo, lo entiendo -respondió de manera sensual mientras penetraba con sus dedos con más fuerza dentro del rubio.
Ambos gimieron al momento que las piernas de Luhan flaquearon haciendo que se recostara totalmente sobre el cuerpo de Sehun por lo que sus miembros chocaron.
-Sehun -jadeó Luhan intentando hacer que sus brazos le respondan, sin embargo, siguió allí moviéndose tontamente-. Creo que es... Ya es bastante...
Es realmente bueno. Le gusta más de lo que al rubio le debería de gustar, pero tiene que detenerse. Si sigue así va a correrse y no, él tiene que follar a Sehun. Él es el chico de tercero quien folla a todo el jodido mundo, ese es Luhan. Pero, oh no, Dios, llegó Oh Sehun el maldito idiota quien presiona deliciosamente su próstata haciendo que él mismo rebote sobre el cuerpo del menor.
-Luhan, vas a odiarme. -Logró escuchar entre sus propios gemidos la voz de Sehun, está tan perdido en los toques que solamente lo escucha como si fuera un eco en un túnel. Luhan gime suavemente, volteando su cabeza intentando poder mirar, no obstante, logra hacerlo y ve que hay una sonrisa petulante en el rostro del chico. Temió-. Pero, no. Tú no puedes follarme, Hyung. No hoy. ¿Está eso bien?
-¡Ese no era el punto!
-Luhan -El rubio se deshacía poco a poco, su punto era abusado sin consideración y aunque todavía sentía el resentimiento rozándole la piel, no podía permitir eso- Luhan, ¿puedo hacerlo?
-No puedes -jadeó.
-Luhan.
Temblando, el mayor negó nuevamente aún teniendo una revolución en su cabeza. De pronto, los dedos no eran suficiente. De pronto, necesitaba ser cuidado. Se escondió en el cuello de Sehun, aspirando el sudor de su cuerpo y sus torpes manos se sujetaban de sus hombros.
-No puedes.
-Pero lo quieres -leyó su mente. La mano libre de Sehun acarició toda su columna de arriba hacia abajo, llegado después a su cabello-. Mírame.
La sensación de hace años por alguna razón le llegó al cuello, casi ahogándolo y convirtiéndolo en un manojo de inseguridades. Eso se había convertido en algo más íntimo y aunque el ambiente todavía se encontraba caliente y bastante sexual, Luhan no tuvo el valor de levantar la mirada.
-Puedo hacerte sentir bien.
-Cállate primerizo, ngh... -se quejó cuando Sehun eliminó un dedo. No era suficiente.
Con un empujón, Sehun le obligó a verlo a la cara y casi se vio reflejado en sus pupilas como un manojo de nervios totalmente rojo y desesperado. Su cuerpo temblaba entre repentino miedo y placer, pero la leve sonrisa que le dio el otro le hizo calmarse, respirar por un momento y contestar sin siquiera saber de dónde le salían las palabras, así como la valentía de dejar su fachada de fortaleza.
-Eres guapo.
-Está bien -Luhan refunfuñó, abatido y necesitado-. Puedes hacerlo...¡ugh!
Y gritó fuerte, debido a que el dedo fue rápidamente remplazado por el miembro de Sehun, y Luhan estaba siendo malditamente follado en ese mismo momento. No hubo compasión, mierda, no la hubo. No le dio ni tiempo de acostumbrarse -y Luhan se sorprende porque en realidad parecía no necesitarla- a tal grado que las lágrimas de placer revuelta con las de fastidio se acumulan en sus ojos.
-Mierd- Se siente... -gimió Sehun-. Luhan...-embistió profundamente sintiendo por primera vez la deliciosa sensación del anillo de músculos del rubio sobre su hombría
-Tú...¿Cómo te atreve-? ¡Ah! -Es muy duro y certero, Luhan no puede ni siquiera insultarlo a gusto ya que está dándole exactamente en ese punto y realmente no sabe si quiere llorar por estar siendo parcialmente casi desvirgado por la persona que, irónicamente, tenía que desvirgar-. No me tut- ¡Ah! Tutees, hijo de puta...
Sehun jadea con una risa. De un momento a otro, hace que Luhan se tumbe sobre el suelo y no le da tiempo de escapar al poner sus brazos por arriba de su cabeza y penetrarlo nuevamente hasta el fondo.
Luhan está débil y sabe que va a tener su jodido orgasmo y es tan extraño. Sintió cómo el pecho de Sehun se fricciona con su miembro dándole más oleadas de placer y, cuando miró fijamente a los ojos de Sehun mientras le susurraba palabras que podrían hacer sonrojar hasta a la persona más seria, sabía que era suficiente porque sus caderas se menearon de arriba hacia abajo, había colores con luces en sus ojos y su semen fluye intensamente hasta su cuello. Sehun persistía en busca de su liberación y éste lo logra ahogando su gemido en los labios del rubio quien apenas se estaba recuperando de sus segundos de placer intenso.
Las respiraciones estaban agitadas y Luhan apretó con sus uñas la carne de los brazos de Sehun.
-Ouch -se quejó Sehun al sentir claramente cómo las uñas de Luhan intentan atravesar su piel-. Detente, eso duele.
Luhan parecía tan pequeño en ese momento. Estaba todo avergonzado porque, Luhan, Luhan-folla-a-todo-mundo había sido follado. Por un jodido mocoso de primer año. ¡Su orgullo fue arrancado y puesto en manos de un-se repite-jodido mocoso de primero!
-Oh Sehun -dijo Luhan entre dientes-. Estás muerto.
El de primero asintió tiernamente, como si eso se lo estuviera diciendo un pequeño niño de primaria y fuera adorable. Depositó un casto beso en los labios de Luhan antes de mirarlo con ojos graciosos.
-Adorable. Ya eres mío.
Hubo un silencio gigantesco en la mesa en el momento que Luhan terminó de contar la historia de cómo ha perdido su dignidad delante de un mocoso de primer año muy candente llamado Oh Sehun. Son tres pares de ojos curiosos mirándolo con los rostros encendidos.
-Hombre -murmuró Jongdae mordiendo sus labios-. Eso ha sido malditamente caliente.
-¿Tenías que dar todo el lujo de detalles? -masculló Jongin con los brazos sobre su pecho en señal de ofensa y repulsión.
Luhan apretó los labios y asintió.
-¡Era necesario! -gritó a todos los presentes, tendiéndole una mirada desoladora a cada uno-. Quiero decir, sabiendo todo esto, ¿es que cómo no iba a caer? Se sentía tan bueno, ¡horriblemente bueno! -lloriqueó mientras pataleaba con los pies bajo la mesa.
Los presentes parecieron hacerle un caso casi nulo, haciendo como si cada uno estuviera imaginándose cosas que no deberían. Se escuchó un resoplido inquieto de parte del mánager.
-Creo que...estoy cachondo -murmuró Junmyeon con movimientos de cabeza.
-Necesito follar, urgente. Mierda, no, necesito que me follen -secundó Jongdae. Hubo un momento donde los pensamientos se arremolinaron en todas las cabezas, sin embargo, el de sonrisa gatuna miró al mánager con una sonrisa-. Hyuuuuuung.
-De acuerdo, está bien, solo tengo que terminar los papeles para el partido del miércoles -dijo Junmyeon un tanto alterado y apresurado. Había comenzado a recoger sus cosas, pero de un momento a otro, miró a Jongdae-. Cielos, Jongdae, ¿por qué te ves tan bien hoy? Necesito...Necesito agua.
-Deténganse -imploró Jongin más asqueado que nunca-. ¿Realmente están planeando su quedada para follar ahora mismo enfrente de mí?
-Junmyeon, ¿en tu habitación? -propuso Jongdae ignorando al moreno y recogiendo igualmente sus libros-. En la mía está Baekhyun el doble de mal humor que el cotidiano, no se puede.
-No hay tiempo para eso -respondió el mayor mientras ya tenía sus cosas sobre la espalda, listo para irse-. Ven conmigo, ahora. Mi oficina tiene el espacio suficiente.
-¡Ah, Junmyeon! -Luhan se ha quedado pasmado. ¿Ese ha sido un gemido de Jongdae en plena luz del día y en público?-. ¡Nos vemos chicos!
Solos en la mesa, Jongin y Luhan se miran el uno al otro realmente sin palabras. Ya ni siquiera recuerda qué estaba diciendo hasta que un golpe en su cabeza lo sacó de sus pensamientos. Miró hacia abajo, había un pequeño pan envuelto en una bolsa de plástico transparente.
-Lu -escuchó muy cerca de su oído, su rostro se volteó inmediatamente encontrándose con unos labios que reconoce a la perfección-. Hola.
Había una sonrisa puesta en su rostro y sus ojos brillaban emocionados. Segundos después, esa sonrisa recayó en su propia boca besándolo demasiado profundo, volvió a pedir la entrada de su lengua y Luhan accedió sin otra opción porque los labios de Sehun están hechos de algo sabrosamente adictivo. Se separan por el aire y Luhan está sonrojado por el caliente saludo.
-Bien -La voz de Jongin interrumpió sus pensamientos sucios. Volteó a verlo y éste tenía los labios resecos y una mirada pérdida-. Necesitan una maldita habitación, mierda. ¿Por qué cojones terminaste con Kyungsoo, pretensioso hijo de puta, cobarde, sin corazón, bastardo...? -Se mantuvo diciendo esas frases para sí mismo a última instancia mientras se levantaba caminando perezosamente de un lado a otro.
Al perderlo de vista, Luhan vuelve a mirar a Sehun.
-Me desagradas, me desagradas mucho -mencionó con los ojos achicados-. Te odio. Estoy seguro de que mentiste con eso de tu primera vez y "Cómo te digo cuando me estés follando, Luuuu".
-En mi defensa -susurró el peli-plateado mientras besaba el cuello de Luhan-.Tenía que ir a la ofensiva... y resultó sin mucho problema. Y sí que ha sido mi primera vez, en eso no he mentido. Además, tú planeabas hacerlo primero.
Luhan extendió su cuello para un toque más cercano y se mordió la parte interna del cachete.
-Lo haré -sentenció con dientes apretados. Sehun levantó la mirada deteniendo su toque y sonrió-. Voy a follarte Oh Sehun, te lo prometo.
Sehun mordió el labio de Luhan.
-Inténtalo...-dijo aún con el labio del rubio entre los dientes-, y verás quien termina rogándole a quien. Porque, a fin de cuentas, terminarás siendo mi chico y nadie más podrá tocarte, nunca.
Luhan sonrió pasando sus manos por el cinturón de Sehun. Oh, demonios, nadie amenazaba a Luhan de ese modo y Sehun estaba tocando intensamente ese fuego sin importarle las consecuencias.
-Veámoslo entonces.
Y a Luhan realmente le gustaba esa mirada posesiva en los ojos de Sehun.
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