Chenmin: Half an abstinence [1/2]
NOTA: Jongdae es mayor que Minseok por un año.
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Si Jongdae fuera capaz de contar con todas las personas con las que ha estado le tomaría lo que son un trío de personas más para poner todos sus dedos juntos y así sacar el número -que, de por sí, incluso no puede ser exacto. En su vasta experiencia puede decir que se ha enrollado con un alto número de personas diferentes a quienes no podía importarle menos su orientación sexual. No obstante, cuando le preguntan entonces qué tantas relaciones verdaderas y especiales ha tenido hasta la fecha, su sonrisa socarrona decae de un lado de su cara terminando con los dientes apretados y una mueca para nada saludable.
Puesto en números, como un buen estudiante de contabilidad, la respuesta desde que tiene memoria siempre ha sido la misma: cero.
Un grande y gordo cero.
No es que Jongdae sea alguien liberador quien se haya rendido con las relaciones o que tenga una mente más abierta como las personas que suelen decir sus orgullosos mensajes de "Yo seré soltero porque gastar mi tiempo y dinero en una relación o familia es estúpido y blah, blah." Es solo que él realmente no ha encontrado a alguien con quien quiera pasar más tiempo viendo películas en la TV o teniendo citas en el patinadero que en tener sexo. Es decir, si viene alguien sexy con toda la índole de estar necesitado sexualmente, Jongdae no es capaz de decirle "Oh, espera amigo. Tengamos primero una cita romántica, vamos, ponte esa ropa y suelta el consolador que tienes en las manos." Es jodidamente imposible para él.
No sabe si es mala o buena suerte que las personas lo busquen por sexo. Y véase ahí el problema, está exactamente en esa frase. Lo busquen. Jongdae nunca ha ido por una persona en su vida, ellas vienen a él. Su mirada recae ante las personas y éstas no tardan ni dos minutos en devolvérsela. No es que él sea la persona más hermosa o guapa del mundo, pero dentro de él está ese efecto, esa respuesta ante la que todo el mundo cae.
Y en el momento en que estaba seguro de que realmente su vida estaba en un hoyo, y que en esa universidad nunca iba a encontrar a alguien quien no quisiera precisamente su parte baja del cuerpo, lo vio y, Oh Dios mío, Jongdae quería comérselo entero (sí, Jongdae a veces puede ser un reverendo idiota.)
Así que esperó y esperó todos los días sentado en las gradas de la cancha de fútbol donde ese chico estaba jugando. En ese día especialmente, su mirada no se apartó ni un segundo del cuerpo sudoroso quien claramente era delantero en el juego, bailaba sensualmente con los pies quitando y burlándose de los otros jugadores enseñándoles que nadie podía vencerlo. Por un momento Jongdae sintió una pequeña agitación en su corazón, mentiría si dijera que no sabía qué pudiera ser porque él más que nadie era alguien experto en darse cuenta cuando a alguien le gustaba otra persona (alias Chanyeol con Baekhyun, pero esa es otra historia.)
Después de tres años en esa universidad, Jongdae por primera vez podría decir que había alguien con quien se había interesado -de acuerdo, sí, lo quería en su cama, pero eso se fue calmando con el tiempo- y también, la primera vez que movía un pie en dirección a una persona. Llevaba más de mes y medio viéndolo y, aunque ese chico varias veces lo había mirado de vuelta, nunca se acercó.
Su plan era sencillo, Jongdae era también apodado como "el socialitos" por lo que conocía a la mayoría de los chicos que estaban en el equipo de fútbol. En el momento que la práctica había terminado, todos los jugadores caminaron ruidosamente hacia las duchas, dentro del grupo, Jongdae conocía perfectamente a la persona que estaba rodeando los brazos de su chico -sí, ya era parte de sí- que por un momento quiso apartarlo ferozmente, sin embargo, recordó que el rubio tenía novio por lo que sus entrañas se calmaron un poco. Caminó a varios metros de distancia del grupo sin perderlos de vista y cuando supo que era el momento indicado, acomodó sus ropas y sonrió.
-¡Luhan! -gritó en el momento que todos los demás chicos habían entrado al edificio mientras que estos dos últimos cuchicheaban en secreto.
El rubio había levantado la cabeza en dirección hacia donde él lo había llamado mientras que su lindo amigo miró también terminando directamente en sus ojos. Puede sonar cursi, pero Jongdae sintió explosiones, relámpagos y un extraño malestar en el pecho, ese que hizo que su sonrisa se viniera repentinamente abajo sintiéndose sofocado. Luhan levantó una ceja por el repentino cambió del otro por lo que le susurró algo a su amigo, después, éste asintió con una cara neutral y entró al edificio.
-¿Jongdae? -El menor no se había dado cuenta cuándo fue que el otro llegó a su lado y pasó las manos por su rostro-. ¿Qué sucede?
Se había quedado estático, su cuerpo no reaccionó ante las simultáneas palabras de Luhan o a sus posteriores golpes en la espalda y estómago. Fue sólo hasta que el rubio frunció el ceño y le lamió el rostro como todo un perro queriendo despertar a su amo.
-Oh cielos. ¡Luhan, que asco! -se quejó mientras limpiaba su mejilla en la manga de su camiseta-. ¡Cómo pudiste!
-Estabas en otro mundo -respondió el otro cruzándose de brazos. Jongdae hizo una mueca de desprecio quejándose seguidamente de lo repugnante que había sido eso-. Oh vamos, como si tu boca no hubiera probado cosas peores. Además, tú fuiste quien me llamó y luego te desconectaste de este mundo, no te quejes. Así que, ¿qué pasa?
Jongdae seguía aventándole dagas con la mirada, pero cuando recordó su verdadero propósito, detuvo sus movimientos y simplemente miró a Luhan a los ojos. El rubio levantó las cejas en señal de espera.
-Creo que...
Había comenzado de una forma firme y segura. Estaba por compartirle su pequeño secreto a uno de sus amigos, le iba decir claramente que, ese chico que aún no sabía su nombre, le había llamado la atención y no de una forma meramente sexual, sino algo más como la necesidad de querer jugar con su rostro o golpear su trasero en broma para ver cómo su ceño se fruncía o se enojaba adorablemente; no obstante, un fuerte ataque de tos lo envolvió dejándolo repentinamente sin aire. Perdió todo el valor que había juntado y eso lo alarmó porque, demonios, él era Kim Jongdae.
-Oh por Dios. -Y en vez de ayudarlo en darle agua o por mínimo darle palmaditas en la espalda, Luhan se alejó un par de pasos para mirarlo desde lejos como si estuviera viendo algo exótico y nuevo-. ¡Oh! ¿Qué está pasando? ¡Oh cielos, oh cielos! ¿Es acaso verdad lo que mis ojos están viendo? ¡Kim Jongdae está sonrojado!
Si bien podría ser por el hecho de que se estuviera ahogando, sin embargo, lo que Luhan veía era la verdad. Cuando el menor recobró la compostura y pudo respirar debidamente, ocultó su boca con la palma de su mano y miró depreciablemente a Luhan.
-¿Es que he dicho algo? -preguntó-. Ni siquiera sabes el por qué estoy aquí y ya estás sacando conclusiones muy exage...
-Te gusta Minseok, ¿verdad?
Jongdae se detuvo en seco.
-¿Qué?
-Que te gusta, sí. Y no de una manera muy sexual como siempre lo haces, sino de una manera en donde quieres casarte con él, ¿no es así?
Oh. Bueno. Eso fue más sencillo de lo que esperaba.
Jongdae lo habría puesto de una manera no tan cursi, pero era eso precisamente eso lo que buscaba con ¿Cómo lo llamó? ¿Minseok? Después de unos segundos de digerir las palabras de Luhan, carraspeó enderezándose y tratando de hacer que un poco de su orgullo estuviera presente allí con él.
-Bueno, ya sabes -comenzó de una manera petulante-. Eso de estar enamorado de una persona con la que nunca has hablado y que ni siquiera sabes su nombre es muy estúpido. Yo no lo llamaría algo así como gustar, puede ser simplemente un interés más aproximado a no querer tocar solamente su trasero, sino irme algo más como acariciarle primero el cabello o algo por el estilo. Er- quiero decir, claro que mi yo se emociona cuando lo veo y más si está jugando de la manera en que lo hace, pero simplemente- ah... No es como si lo quisiera sólo por una noche, lo quiero por algunas más, unas cinco o seis tal vez...
Luhan no deshizo su sonrisa en todo el atropello de palabras de Jongdae. El rubio tomó un suspiro largo e interrumpió los últimos balbuceos de Jongdae.
-Bueno, sí, eso es gustar Jongdae. -Le dio a entender mientras que el otro parecía hacer cuentas de quién sabe cuántas excusas más-. Oww. ¡Te gusta Minnie!
-Silencio -le pidió al otro mientras le tapaba la boca con su mano-. No puedes estar gritándolo así nomás.
-¡Oh, no estés avergonzado! -siguió Luhan mientras brincaba emocionado a su alrededor. Jongdae no pudo detenerlo cuando el mayor comenzó a dar su bendición mientras le contaba muchas cosas relacionadas con las similitudes que tenía con su relación con Sehun y muchas cosas de las que el menor realmente no se quería enterar. Fue en el momento que Luhan había tardado cinco minutos que se detuvo repentinamente y su rostro se vio oscuro por un momento-. Oh... lo olvidaba.
Jongdae ladeó la cabeza.
-¿El qué?
Luhan apretó sus labios y rascó el interior de su cuello. Jongdae temió un momento porque nunca, realmente nunca, Luhan se quedaba quieto por más de un minuto y eso era ya preocupante.
-Um... Lo que pasa, es que nuestro Minseok no la ha pasado muy bien que digamos -comentó lentamente mientras miraba el suelo-. Él realmente no se acerca a los demás chicos, ¡me costó un montón hacerme su amigo!
Jongdae no tenía problemas con ello. Él fácilmente podría acercársele y hacerle conversación.
-No creo que eso sea un problema -dijo Jongdae dándole menos importancia-. Yo puedo hacer que...
-No. -Lo detuvo automáticamente Luhan-. No es tan sencillo, Jongdae. Por casualidad, ¿conoces el caso del chico de los mil y un usos?
El menor asintió. ¿Quién no conocería esa leyenda universitaria? De tan sólo pensarlo le daban escalofríos. No sabía por qué Luhan sacaba ese tema de todos modos, no entendía. ¿Eso que tiene que ver con...? Y entonces lo vio, exactamente en los ojos de Luhan, esa pequeña luz de tristeza que atravesaron sus orbes.
-¿Luhan?
-La leyenda es real, Jongdae -dijo el de cuarto año con un puchero entre sus labios-. Es real, y la persona quien protagonizó eso no es nadie más que Minseok.
Su sangre se heló.
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Cuando Jongdae llegó a la universidad no era virgen. Así que, cuando pasó por la prueba de los de cuarto, él ni siquiera se daba cuenta en ese entonces de lo peligroso que hubiera sido si decía que sí. No le tomó mucha importancia a la semana equis, claramente veía con un poco de rareza en su primer año a aquellos quienes se aventuraba voluntariamente, sin embargo, jamás fue algo que le preocupara demasiado ya que él no era parte de. Dentro del segundo año, Jongdae -quien había empezado una vida más activa- levantaba pulgares a los chicos quienes tenía sus asuntos y a quienes lo disfrutaban. A partir de su tercer año, Jongdae fue invitado a formar parte de la causa y él no veía ningún problema en eso.
Todo estaba bien, era un día común en los inicios de su segundo año en la universidad, estaban en plena faena de la semana equis. Por los pasillos se chismeaba y rumoraba sobre cómo los de cuarto se habían pasado un poquito con uno de los estudiantes de primer año que había entrado a enfermería. Teniendo él buenos contactos y amigos ya para ese entonces de cuarto, le contaron sobre aquella leyenda que ni ellos estaban seguros de que fuera al cien por ciento cierta, pero lo que sí sabían era que ese chico (con el apodo de Xiumin) fue sometido a varias horas de sexo que, como regla, se supondría que estaba cien por ciento de acuerdo, pero al parecer todo se fue de las manos y terminó en muy mal estado. Hasta allí, la leyenda era cierta, no obstante, como después los rumores crecieron diciendo que dentro de ese lapso hubo sexo sadomasoquista, ni un minuto de descanso para el pobre chico y un montón de cicatrices en su cuerpo. Debido a esto y por 'la flexibilidad del cuerpo de ese chico' fue apodado como el chico de los mil y un usos. A fin de cuentas, si con un simple no bastaría para detener todo aquello, pero posiblemente la presión fue tanta que tuvo que aguantarse.
A Jongdae no le interesaba mucho en ese entonces.
Pero ahora sí que lo hacía.
Llenó sus pulmones de aire y azotó su cabeza contra su escritorio frustrado al no concentrarse lo suficiente en su trabajo de Control de Gestión. No podía creer que alguien como Minseok había sido dañado y usado de esa forma.
Dejó a un lado su pluma y se puso a pensar de qué manera podía acercarse a Minseok sin que éste huyera plenamente de él. Luhan le había dicho un par de consejos que agradecía un montón ya que, conociéndose a sí mismo, hubiera hecho cosas que, según Luhan, "estaban prohibidas para la fina sensibilidad de Minseok." Así que tenía que poner mucho de su esfuerzo para que pudiera entablar una conversación con él. Igualmente, su rubio amigo le había dicho que Minseok es siempre una persona agradable, pero que debe agarrarse de su confianza para poder llegar a esto.
Suspiró y se quejó. ¿Por qué el intentar atraer a alguien era tan difícil? Ahora podía entender por qué todas las personas buscaban relaciones abiertas sin compromisos o sentimientos de por medio. Apesta.
-Llevas suspirando desde hace un rato -escuchó la voz de su compañero de habitación quien estaba en la parte de arriba de la litera leyendo un gran libro de física nuclear en sus manos-. Me estás desconcentrando para mi examen del miércoles.
Jongdae bufó.
-Qué lindo por preocuparte, Baek -se burló Jongdae. De un momento a otro, éste cerró de golpe su libro y se sentó al borde de la cama dejando que sus piernas se tambalearan en el aire y miró directamente a Jongdae por debajo de sus gafas de lectura. Jongdae negó con la cabeza-. Olvídalo, no es nada.
-Olvididi ni is nidi. -Con una infantil y estúpida forma de repetir las palabras, Baekhyun le respondió con una mueca en la boca-. Así suenas ahora mismo. Ahora dime, ¿es que alguien te rechazó una solicitud para tener sexo o no has pasado tu nivel en Candy Crush?
-No -dijo con molestia-. Lo que pasa es que a lo mejor me gusta un chico quien está traumatizado por un abuso sexual desenfrenado del pasado y yo, siendo alguien con una reputación como me la conoces, probablemente tome mi confesión como en broma o tal vez una insinuación y yo no quiero que piense eso, sólo quiero que piense que en realidad quiero acurrucarme a su lado y comer dulces mientras vemos un maratón de Dr. House -miró hacia su amigo quien no había cambiado su expresión para nada.
-Oh.
-¿Oh? -reclamó Jongdae-. ¿Es eso lo único que tienes que decir?
-Bueno -le contestó Baekhyun con una pequeña sonrisa- es un poco emocionante todo el asunto. Tú eres un hijo de puta muy grande y por lo que dices ese chico parece ser muy especial. Puedo confiar en que realmente eres sincero, pero si yo estuviera en el lugar de ese chico me cambiaría de universidad inmediatamente en el momento en que tú me pongas el ojo encima, aunque ya lo hubiera hecho si en realidad lo que le pasó fue tan malo. ¿Tan siquiera lo conoces en realidad? Puede no ser como tú lo esperas, esa es otra cosa. ¿Dónde quedo tu frase de 'el amor a primera vista es la cosa más ingenua y falsa en este mundo'?
Jongdae gruñó.
-Para tu información no fue amor a primera vista -aclaró cruzándose de brazos pensando en alguna cosa positiva que pudiera tomar de todo lo que le dijo Baekhyun-. Me tomó más de un mes para sentirme como me siento a ahora.
-Eso no cambia el hecho de que te hayas enamorado de él sin ni siquiera haber escuchado su voz -continuó Baekhyun con su punto.
El menor entornó los ojos y suspiró.
-¿Se supone que me estás tratando de hacer sentir bien? No lo estás logrando para nada.
-No, porque siento más pena por ese pequeño chiquillo del que te has enamorado -dijo Baekhyun con una simple encogida de hombros y volvió a su cama para seguir leyendo-. Sin embargo, si realmente crees que tus sentimientos son sinceros, no los desperdicies. No sabes cuándo puedas volver a sentir lo mismo.
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Era un lunes de otoño cuando Jongdae miraba hacia todos lados con su almuerzo en la mano para buscarlo a él. Por fin, después de noches en vela, se decidió por empezar con el plan de decirle por lo menos 'Hola' a esa persona. Sus ojos miraron por arriba de las cabezas queriendo buscar la mesa de los jugadores de fútbol. Encontró fácilmente por lo menos a Luhan, quien brillaba con su tinte rubio atrayendo la atención de todos. A un lado de él estaba Sehun y, para su suerte, en frente de ellos vio a Minseok engullendo su comida, claramente incómodo ante la situación amorosa de los otros dos. Era su momento.
-Hola -saludó con esa sonrisa que usaba en momento de emergencia (porque su corazón se aceleró al estar tan sólo a dos metros de distancia de Minseok, Dios, era tan lindo de cerca.) Todas las cabezas se giraron hacia su dirección y fue recibido por unos saludos más fuerte invitándolo inmediatamente a sentarse.
El lugar vacío estaba a un lado de Minseok y quiso llorar de la alegría, la cual fue un poco opacada por los ojos brillosos y deslumbrantes de felicidad de Luhan mientras comenzaba a hacerle ojitos con el objetivo de reafirmarle que 'oh Dios mío, estás a un lado de tu amado'. El rubio era muy tonto a veces, pero no podía golpearlo bajo la mesa ya que Sehun se encontraba allí y tú no puedes tocarle un pelo a Luhan si Sehun está allí.
No es que Jongdae haya intentado una vez en sus inicios ligarse a Luhan con él en frente, no, no.
-¡Qué bueno es tenerte aquí, Jongdae! -dijo Luhan inmediatamente segundos después.
Jongdae sonrió con arrogancia hacia todos los demás chicos.
-Sí, la verdad hace mucho...
-¡Muy bien, todo el mundo fuera! Jongdae va a intentar tener contacto con Seok, por lo que, todos, fuera de aquí -gritó Luhan.
Decir que se quedó con la boca abierta por un buen rato es decir poco porque la verdad es que su cara pasó por todos los colores posibles antes de llegar al rojo vivo. La sopa que había levantado con su cuchara ya estaba fría por haber quedado a la intemperie a una corta distancia hacia su boca. Luhan era así como una cosa rara y sin escrúpulos que, si no fuera por Sehun, ya hubiera sido amarrada y tirada al mar en muchas ocasiones.
Jongdae cerró los ojos por un momento y apretó los labios justo en el momento que todo el mundo empezó a levantarse perezosamente yéndose hacia otra mesa por la orden antes dada por el rubio. Éste, con la nula discreción que le quedaba, le giñó horriblemente con el ojo antes de retirarse con Sehun a un lado de él sosteniendo su charola.
En tan solo un minuto quedó una mesa para diez personas sola con solamente él y Minseok, quien, tras todo ese alboroto, se había quedado tenso y quieto en su lugar mirando directamente hacia su comida. Era la primera vez que Jongdae sentía vergüenza y eso es ya decir mucho. Sin embargo, viéndolo de una manera más optimista, tomó la oportunidad que forzosamente le había sido dada y rodeó la mesa haciendo que ahora estuviera frente a frente con Minseok.
-Hola -dijo lentamente mientras tomaba un bocado de sus espárragos. Horrible opción, ya que inmediatamente recordó que él odia los espárragos e inmediatamente hizo una mueca de asco que, milagrosa y hermosamente, hizo reír a Minseok.
Se rio.
Tras ofrecerle una servilleta, Jongdae la agarró inmediatamente y se limpió la boca mientras que simultáneamente sus labios copiaban la linda sonrisa en Minseok.
-A mí tampoco me gustan. -De pronto, el menor habló mientras jugaba con la comida-. Tienen una sensación horrible en la boca y te dejan mal olor.
Jongdae estaba estupefacto. ¡Él no se esperaba un recibimiento así! Él pensaba que le tomaría semanas que el otro le devolviera la palabra o se dignara a mirarlo, pero ahora, ahí estaba Minseok ofreciéndole una sonrisa, iniciando la plática y mirándolo directamente a los ojos. Jongdae se mordió el labio pidiéndole a su corazón que se detuviera, que si seguía así iba a explotar.
-¿Verdad? -contestó Jongdae con una carcajada mientras dejaba a un lado la servilleta. Hubo un momento de silencio después de que Minseok murmuraba un leve sí. Jongdae volvió a su estado de bloqueo mental hasta que sus labios volvieron a abrirse-. Oye... Sobre lo que dijo Luhan...
-Ah...-murmuró Minseok mientras asentía y se ponía de pie. Jongdae lo miró con curiosidad debido a que ni siquiera llevaba la mitad de su comida y éste ya se había levantado. ¿Acaso dijo algo malo?-. Es verdad, sígueme.
Jongdae se quedó quieto durante un momento, pero cuando Minseok lo miró con esa hermosa sonrisa en su rostro se levantó inmediatamente sin hacer ninguna pregunta. El menor de los dos comenzó a caminar fuera de la cafetería con el otro siguiéndolo por detrás.
Se encaminaron por los pasillos dirigiéndose a las instalaciones que cada vez se hacían más y más solitarias. Habían salido del edificio principal y se dirigieron a la sección de enfermería, subieron un par de escaleras y siguieron caminando.
-¿A dónde vamos? -cuestionó Jongdae mientras se daba cuenta que cada vez se alejaban más de las salas principales.
Minseok volteó su cabeza durante un momento y se encogió de hombros.
-Ya casi estamos allí -contestó simplemente.
A un par de minutos después de decir aquello, ambos chicos llegaron a una puerta con el símbolo de los baños en ella. Minseok entró dejando la puerta un poco abierta para que Jongdae pudiera pasar libremente detrás de él. Sin decir nada más, aunque la situación fuera un poco extraña, entró y vio unos baños realmente limpios que parecieran que no los usaban demasiado. Miró por los alrededores esperando algo o lo que fuera por lo que el otro lo trajo allí.
-Casi nadie sabe de la existencia de estos baños, por lo que son seguros -comentó Minseok mientras se rascaba la parte inferior de su nunca con una expresión neutral. Miró por un momento a Jongdae quien aún estaba quieto sin saber qué hacer. El menor señaló uno de los cubículos para que él entrara-. Estaré contigo pronto, sólo dame un segundo -dijo y probablemente Jongdae se dio cuenta de la forma en que dijo eso, un poco... ¿Desanimado?
Olvidándose de eso, Jongdae estaba a punto de entrar al cubículo como le había dicho Minseok, pero se detuvo en el momento que abrió la puerta. Espera... ¿por qué me está pidiendo esto? Pensó mientras apretaba los costados de las paredes. Sí, era demasiado extraño ese hecho. ¿Qué tenía de fascinante ese baño? Jongdae tenía la vaga esperanza de que hubiera algo magnifico que sólo a él se lo iba a enseñar, pero cuando abrió la puerta se encontró simplemente con el retrete y solamente eso.
-¿Qué haces? Siéntate. -De pronto, sintió la palma de la mano de Minseok empujándolo dentro haciendo que se sentara sobre la tapa del inodoro.
Al voltearse, vio a Minseok con una pequeña bolsa con un cierre. Jongdae se había quedado sin palabras y, cuando sus pensamientos inocentes del por qué estaban allí se fueron descartando uno a uno, tragó saliva en el momento que el menor se puso de rodillas sobre el suelo.
-¿Minseok? -susurró cuando éste de manera aburrida lo había tomado de las caderas atrayéndolo más cerca de la orilla y había comenzado a desabrocharle el cinturón-. ¿Qué...qué estás haciendo?
No es como si no supiera realmente qué estaba haciendo. Él había pasado por esas situaciones millones de veces antes y, si fuera una de esas situaciones, él ya habría atraído la cabeza del contrario hacia su entre pierna y en menos de dos segundos ya estaría empezando el propósito del encuentro. Sin embargo, esto era jodidamente diferente ya que la persona frente a él no era cualquier persona, era Minseok. Segundo, se supone, se suponía que éste chico le hiciera de todo menos un contacto físico y mucho menos tan íntimo como el que parece que estaba a punto de hacer. Tercero, como uno de los consejos de Luhan, Jongdae había tenido una abstinencia de varias semanas en relación con cualquier contacto sexual con quien sea porque 'se supone que si te gusta alguien solo tienes ojos para esa persona.'
Así que, en resumidas cuentas, Jongdae no le encuentra ningún sentido a que Minseok, ese chico que había sido víctima de la semana equis y quien debería tener un trauma hacia eso, estuviera a punto de hacerle una felación. Porque eso era, eso jodido era y sólo se dio cuenta cuando salió de sus pensamientos con la primera lamida hacia su pene a través de los bóxer.
Indiscutiblemente gimió y una de su mano derecha se dirigió hacia el hombro del otro, quien, después de la primera lamida, había empezado una tras otra y tras otra.
-Minseok, esto no...-comenzó, sin embargo, el otro chico empezó a usar sus dos manos en cuestión de acariciarlo por lo que Jongdae estaba siendo prácticamente callado con sus propios jadeos. Corporalmente se sentía fantástico, pero dentro (en el estómago de Jongdae, su corazón y, tal vez, su riñón) había un alboroto de sensaciones que, si no estaba equivocado, era todas completamente malas-. Min-Minseok, yo-yo no quie- ¿Por qué estás haciendo esto?
El menor pareció ignorarlo bajándole inmediatamente la ropa interior y metiéndose de una su miembro a la boca.
-¡¿Qué...! ¡No-!
Jongdae tomó a Minseok de los hombros intentado apartarlo, pero sus manos titubearon dando un pequeñísimo empujón. Minseok daba esto por nada mientras que su cabeza subía y bajaba, succionaba en cada rincón dándole especial atención a la punta que hacía delirar a un muy aturdido Jongdae. Esto, toda esta situación era delirante y, para ese punto, Jongdae no estaba más que excitado y totalmente erecto, pero aquella alarma sonó nuevamente en su cabeza. Volvió a empujar, pero ahora Minseok evadió que su boca soltara el miembro de Jongdae por lo que empujó más hacia abajo haciendo que entrara entero y el mayor terminó por soltar un lloriqueo, dejándose caer sobre la espalda del otro mientras éste seguía en el proceso.
Mentiría si dijera que, sí realmente iba hacer lo que pensaba hacer, no lo iba a lamentar. Sabía que lo haría, un montón, porque ahora mismo si de él dependiera la situación -que, en realidad, es así, pero no lo acepta de todos modos- seguiría todo esto, separaría a Minseok sólo para besarlo y succionarle toda la boca para dejarlo sin aliento. Lo pondría contra la pared y lo haría suyo una y otra vez; pero su lado aún consciente no quería que las cosas sucedieran así. No quería ver a Minseok después de esto y sólo recordar que el menor se la chupó en uno de los baños del edificio. Él quería algo más que eso, algo más duradero y, si de eso dependía el quedarse insatisfecho, tenía que afrontarlo.
-¡Detente!
Por lo que tras un momento más de disfrute, con todas sus fuerzas, tomó a Minseok de los hombros y lo empujó con mayor dureza haciendo que éste perdiera el equilibrio y se balanceara hacia atrás cayendo un poco más allá de la puerta. Las respiraciones de ambos estaban frenéticas mientras que el miembro de Jongdae palpitaba dolorosamente por lo que se mordió el labio y soltó un gemido lastimero. Pasaron unos segundos, miró en dirección hacia el otro quien se mantuvo fijo en un punto muerto en el techo para luego exhalar ruidosamente y mirarlo fijamente. Claramente las mejillas de Minseok se colorearon y, cuando se sentó en el suelo, miró hacia abajo.
-Lo siento -susurró finalmente el menor mientras apretaba sus manos-. ¿Hice algo mal? ¿No-no te gustó? Yo...No pensé que lo hiciera tan mal.
Jongdae se quedó estático y esa ya era su ¿Qué? ¿Quinta vez?
¿Que no le gustó? ¡¿Cómo que cree que no le ha gustado?! ¡Sólo mira el desastre que hiciste conmigo! Quiso decir, pero sus labios se sellaron por un momento, pero inmediatamente después de ver lo frágil que tomó Minseok su respuesta, comenzó a hablar.
-¡No! -gritó. Minseok se sobresaltó un poco-. Quiero decir...fue bueno. Demonios, fue excelente, pero...Yo no... Yo no pedí esto. Yo no quería que esto iniciara así.
Minseok se quedó en silencio un minuto, como si estuviera analizando lo que acababa de escuchar.
-Pero si tú eres Kim Jongdae -dijo de pronto viéndose totalmente confundido-. Buscas a las personas por sexo, y Luhan me dijo anoche que si quería acercarme a ti yo debería hacer primero...uhm...eso. Dijo que...que yo debería hacer esto para que tú...uhm.
Lo único que pudo hacer el mayor fue parpadear. Minseok lo miró a los ojos y luego bajó a su entre pierna, subió de nuevo y era la mirada más inocente que había visto nunca.
-¿Para acercarte a mí? -cuestionó evitando automáticamente el hecho de que aún estuviera erecto-. ¿Por qué?
Minseok se mordió el labio y miró nuevamente el pene de Jongdae (no sabía exactamente cómo sentirse al respecto).
-Fue lindo que fueras a verme jugar. -dijo Minseok de la nada jugueteando con sus dedos-. Desde hace más de un mes que lo haces, ¿no es así? En las gradas, tú siempre me veías. Pero... como eres Kim Jongdae yo pensé que tal vez querías, uhm, obtener una noche de mí... Pero nunca te acercaste. Así que yo agarré un poco de interés y, er, investigué y... Las personas dijeron que a tu gusta mucho, uhm, ya sabes, esto que te estaba haciendo...
Jongdae estaba impresionado.
-Así que investigué, uhm, en internet y vi videos e intenté aprender un poco... -continuó el menor-. Quería que... Quería que cuando pudiera entablar conversación contigo yo... yo supiera sobre el tema y tú no salieras decepcionado si es que yo... Pero parece que terminó siendo así...
-Minseok.
-¿Huh? -murmuró el chico.
Jongdae no estaba seguro de cómo sentirse con lo que acaba de escuchar. Por más que tratara de traducir las palabras de Minseok a un idioma legible diría que... Gustaba de él ¿Un poco? Porque, no cree que todo el mundo se pusiera a investigar cómo hacer una felación en internet sólo para estar preparado en caso de. Se alegró, pero a la vez se sintió realmente mal por hacer que el menor hiciera y pasara por todo lo que pasó solamente porque con quien estaba era 'Kim Jongdae'. Fue la primera vez que le dio un poco de asco el ser quien era, ya que, como Minseok lo dejó bien en claro, todo el mundo -y él- creen que buscará únicamente sexo de la otra persona.
-Minseok -volvió a murmurar y el menor se quedó en la misma posición esperando lo que le iba a decir-. Yo... no he estado con nadie desde hace más de mes y medio -confesó y el otro enarcó las cejas.
-¿Sexualmente?
-Sexualmente.
Minseok frunció el ceño.
-Eso no es mucho -dijo con simpleza.
Jongdae gimió.
-Es mucho, demasiado, gigantesco para mí -se quejó-. Y todo es por ti.
Minseok se balanceó con sus pies y pareció como si hubiera temblado al escuchar eso.
-¿Qué?
-Debido a que me gustas -confesó finalmente el mayor mientras se subía rápidamente los pantalones-. Honestamente no quería que una vez que te lo dijera huyeras de mí o pensaras que sólo quería lo que... estabas haciendo. Más que una noche de sexo o un encuentro casual, yo... quería algo más como películas o... helado. Que te olvidaras que era Kim Jongdae, el chico que tiene sexo con todo el mundo. Pero, también estaba preocupado porque tú, er, bueno, pensé que le tenías un poco de fobia a los chicos porque...
-¿La leyenda? - Minseok preguntó repentinamente.
Jongdae asintió.
-Fue una experiencia bastante insatisfactoria -Minseok suspiró mientras parecía recordarlo-. Pero no ocurrió nada de eso que hablan sobre... sadomasoquismo o cicatrices, nada de eso. Puede que sí haya durado más de lo que debería y haya sido más de lo que una persona como yo soportaría, pero... realmente no es algo con lo que no pueda dormir. Yo lo quería intentar.
El mayor sintió una pequeña sensación de molestia, juraba que si se encontraba con el tipo quien se atrevió a tocarlo, lo mataría.
-Por lo que...-siguió el menor-. ¿Yo te gusto? ¿Cómo es eso posible? Pero ni siquiera hemos convivido mucho. ¿Qué pasa si me conoces y no te llego a gustar más? Eso sería un desastre. Quiero decir, puedes tener a cualquiera, pero me eliges a mí. ¡Oh, eso suena tan cursi!
Minseok parecía tener una batalla consigo mismo porque de un momento a otro empezaba a sacar los pros y contras de una posible relación con Jongdae y eso le parecía completamente adorable. Jongdae sonrió mientras se ponía de pie -con su maldito problema aún allí, pero tenía que evadirlo- y le tendió la mano a Minseok para que se levantara. Éste salió de sus peleas internas y la tomó inmediatamente un poco avergonzado todavía.
-Bueno. Vamos a esperar y ver -propuso Jongdae mientras disfrutaba por primera vez de la relajada cercanía que había entre los dos, las facciones de Minseok eran simplemente hermosas- cómo surgen las cosas.
Minseok infló las mejillas y asintió.
Con ojos tintineantes y con la expectación al límite, Jongdae apretó suavemente los cachetes de Minseok, cerciorándose de que realmente se sintieran tan suaves como lo había imaginado. Minseok siseó ante el acto mientras intentaba quitarse.
-Realmente quería hacer eso -dijo Jongdae inclinándose y depositando un lindo pico en los labios de Minseok-. Y esto también.
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Jongdae sabía que estar en una relación no oficial iba a ser más duro de lo que imaginaba. No por el hecho de que tuviera que soportar todos esos amiguitos que tenía Minseok -como ese tal Minho o Changmin- sino por sus propios amiguitos. Cuando las personas dicen que cuando tienes pareja las personas mágicamente te quieren más y más y, aunque él ya tiene una gran cantidad de gente, esta se triplicó insistiéndole en tener uno que otro encuentro por aquí y por allá. Claramente Minseok no parecía estar contento con eso y, aunque lo ocultaba muy bien, llegó a un punto donde éste se había molestado en realidad -con mucha razón- porque Jongdae sí que era un hijo de puta que no podía mantener su pene dentro de los pantalones, a fin de cuentas.
-¡Entonces acepta mi jodida propuesta! -gritó Jongdae en el momento que Minseok recorría la habitación con una rabia que le mataba sus lindas acciones.
-¡Yo no insinúo nada! -se defendió el menor aún con los brazos cruzados-. Solo que, obviamente, ¡a ese chico le gustas!
-¡¿Y eso qué tiene que ver con que me quede en tu habitación esta noche?! -se quejó Jongdae exasperado por el comportamiento de su novio no oficial-. ¡Baekhyun me ha echado, tengo gripa y solamente contesté la llamada de Kyungsoo! ¿Qué tiene eso de malo? -cuestionó finalmente.
-¡Que, si tanto quieres hablar con él, puedes hacerlo en su habitación y no en la mía! -dijo mientras posaba firmemente sus dos pies en el suelo delante de Jongdae-. ¡Así puedes follártelo todo lo que quieras y evitar tener sexo telefónico con él en mi presencia!, pero Ooooh, ¡no! ¡No te preocupes! No somos nada, así que no estás siéndome infiel o algo, ¡No te preocupes! -vociferó Minseok con claramente la voz frustrada.
Jongdae dejó escapar un gritó de exasperación.
-¡Si ese es el problema entonces sólo se mi novio! -insistió Jongdae.
-¡No saldré con alguien quien tuvo relaciones con otra persona mientras estábamos en nuestro tiempo de novios no oficiales! -sentenció Minseok claramente molesto.
-¡Ya me disculpé por eso! -reclamó el mayor. Sí, bueno, ser Kim Jongdae era un jodido dolor de cabeza. Puede y solo puede que se le haya pasado un poco la borrachera y haya terminado acostándose con un chico quien, en su defensa, se parecía un montón a Minseok; además era de noche y, mierda, no había tenido sexo con Minseok (ni con nadie en cuatro meses, cuatro) por lo que pensó que ese día era el día y no es como si él estuviera acostumbrado a preguntar 'Um, oye, ¿tú eres el Minseok verdadero?' Supo que fue estúpido y se merece una reverenda paliza, pero estuvo insistiéndole al menor que lo perdonase, que podría hacerle lo que sea, pero el otro no lo aceptaba-. ¡Min! ¡Por favor!
-¡Que no! -negó el menor mientras comenzaba a patear a Jongdae en el trasero y hacía que saliera de su habitación-. ¡Fuera de aquí! No quiero verte. ¡Vete al demonio! ¡Mejor vete a acostar con ese tal Kyungsoo!
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Y...uhm, bueno, la verdad es que Jongdae le tomó la palabra a Minseok.
Sin embargo, aunque en ese momento tuviera a Kyungsoo contra el escritorio de aquella oficina vacía, gimiendo y con ese bonito trasero; nada de eso le ganaba a su Minseok. En su mente -por más cruel que suene- la única persona en la que pensaba era en Minseok y arremetía contra Kyungsoo pensando que en realidad es Minseok, y sólo era Minseok, Minseok, Minseok. Por suerte Kyungsoo no se quejaba de que no se miraran a los ojos ya que si eso fuera así sería demasiado difícil para Jongdae llevar a cabo la acción.
Así que, cuando terminó y gritó el nombre de Minseok, se disculpó inmediatamente con el otro, sin embargo, éste dijo que estaba bien. No es como si él no estuviera pensando en ese otro chico también.
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Después de la fiesta Jongdae no estaba lo suficientemente borracho como para no recordar el ver y escuchar a su mejor amigo teniendo sexo con su otro mejor amigo, por lo que recuerda que huyó de su habitación y tuvo un pequeño -pero hermoso- momento romántico con la mascota de la Universidad: Firulais. El perro era la única persona en quien podía confiar (había llegado a esa conclusión.) No sabía qué tan miserable se había vuelto en esos tres años que llevaba allí, pero sí sabía que se había vuelto mucho más miserable y delicado desde que se había enamorado de Minseok.
¿Tenía el derecho de decir aquello, aunque se haya acostando con dos personas? No lo sabía, y probablemente la respuesta era no, pero en su corazón el único que existía era Minseok; esa cosita demoniaca.
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Desde pasarle el video a Chanyeol y dejarle ciertas medicinas a Baekhyun, Jongdae los dejó en libertad en la habitación todo el fin de semana para que pudieran hacer sus cosas allí -pero en realidad era para no verlos y sentirse más solo y patético. De todos modos, salió de la habitación esa mañana encaminándose a la nada en particular.
Y, bueno, su nada terminó en frente de la habitación de Minseok. Cuando estaba por tocar la puerta y perder su dignidad en el proceso yéndose a arrodillar frente a Minseok pidiéndole disculpas para verse como todo un mandilón; la puerta se abrió dejándose ver un chico con el cabello azabache y con una cara de pocos amigos -molesto- y los labios fruncidos. Jongdae, quien ya tenía los ojos preparados para llorar frente a Minseok, se estancó repentinamente.
-¿Quién demonios eres tú? -preguntó repentinamente celoso, mirando de arriba hacia abajo a ese chico.
La persona en cuestión lo miró igualmente con la misma cara.
-¿Y tú? -respondió la persona dejándose mostrar su molestia-. ¿Quién te crees para hablarme así?
-A quien le pertenece el chico que está dentro -dijo con seguridad mientras se acercaba peligrosamente a otro-. Así que dime, ¿por qué estás saliendo de esa habitación tan temprano en la mañana?
-¿Quieres que te deje ese moretón más feo de lo que ya está? -dijo el desconocido refiriéndose al golpe que le había dado Baekhyun el día anterior-. Solo cállate y deja de decir estupideces.
-Yah, bastardo -sentenció Jongdae mientras tomaba de la camisa a ese tipo-. Cuida tu boca de mierda. El único que terminará con un moretón para cubrir su fea cara eres tú.
-Vete a la mierda...
-¡Pueden parar ya! -La puerta se abrió nuevamente dejando ver a Minseok claramente un triple de molesto de lo que Jongdae lo había dejado-. ¡Váyanse a la mierda los dos, estoy harto de sus tonterías!
Ambos chicos hicieron una mueca y miraron a Minseok.
-¡Pero, Minseok! -gritó Jongdae dejando ir al otro y se fue rápidamente a un lado de él para que no pudiera cerrar la puerta-. ¡¿Quién es ese hijo de puta?!
-¡No insultes a mi madre! -gritó Minseok mientras golpeaba a Jongdae.
El mayor se quejó.
-¡Ouch! ¡Yo no insulté a tu madre, insulté a la de él! -apuntó al otro chico quien solo los miraba con indiferencia.
-¡Es mi madre también! -gritó el menor-. ¡Y este idiota es mi hermano!
Jongdae tragó saliva e inmediatamente se volteó hacia el otro chico y sonrió inocentemente hacia él volviéndose firme.
-Oh, ya veo -dijo tranquilamente mientras se inclinaba hacia el otro chico con sumo respeto-. Hyungnim. Es un honor conocerlo, yo soy el...
-Si eres quien folla a mi hermano todos los días lo estás haciendo muy mal -se quejó el otro chico mientras rodaba los ojos-. Sólo mira ese carácter que tiene, se ve que necesita una fuerte follada para tranquilizarse. ¡Llama a papá antes de que termine el año, pequeño mocoso!
-¡Muérete ogro frígido! -se defendió Minseok.
-¡¿A quién estás llamado ogro frígido, hámster obeso?!
-¡¿Me estás llamado gordo?! ¡Friki apestoso!
-¡Enano con vagina!
-¡Cuidado, tú, raro! -señaló a Jongdae-. ¡Que este niño en sus tiempos estaba más gordo y en el vecindario desaparecieron varios niños! ¡Él se los comió!
-¡No es cierto, avestruz demente!
-¡Despreciable degenerado!
-¡Gay del closet!
-¡Pues eres adoptado!
-¡Eso no es verdad, lo que sí es que tú fuiste un accidente!
-¡Cachetes grasosos!
-Wow, wow, wow. No te metas con sus cachetes -interfirió finalmente Jongdae en la pelea-. Dejen de pelear por Dios, ¡ya no tienen cinco años!
-Como sea, nos vemos en navidad, desgraciado -dijo por último el hermano de Minseok mientras le levantaba el dedo recibiendo la misma seña de su hermano, solo que por dos.
Jongdae dejó escapar aire, se sintió realmente mareado por toda la situación. Tras unos segundos de acoplamiento a la realidad, miró a Minseok quien seguía viendo despectivamente por donde su hermano se había ido. Cuando el menor captó la mirada, ladeó su rostro e intentó entrar nuevamente a su habitación. No obstante, el mayor ya estaba jodidamente cansado por lo que entró forzosamente haciendo a un lado a Minseok y tirándose de lleno en la cama de éste.
-¡¿Qué crees que estás haciendo?! -chilló Minseok comenzando a darle golpes con la almohada al cuerpo cansado del mayor-. ¡Fuera!
-Detente -pidió Jongdae con una voz cansada-. No he dormido en una cama en tres días y creo que voy a morir.
-¡No seas ridículo! -vociferó el menor, sin embargo, parecía que él también estaba cansado de toda la situación en general por lo que simplemente cayó sentado a un lado de Jongdae en la cama-. Eres tan molesto...-susurró.
Sin esperarlo, Jongdae tomó fuertemente a Minseok de la cintura atrayéndolo hacia él, haciendo que se recostara a un lado quedando precisamente su boca muy cerca de la oreja del menor.
-Lo siento, Minnie -murmuró de pronto mientras comenzaba a acariciar su cabeza-. Soy muy estúpido.
-Lo eres -afirmó el otro chico dejándose hacer-. Totalmente.
-¿Vas a perdonarme? -preguntó-. Entiendo si no lo haces.
-Podría hacerlo -confesó el chico-. Pero costará mucho. Eres alguien acostumbrado a tener lo que quiere y no puedes tenerme tan fácilmente.
-Me gustan los retos.
-Claro que no, eres un perezoso de mierda. -Lo maldijo mientras éste comenzaba a acariciar el brazo de Jongdae que se encontraba en su cintura-. Uno que me gusta, por eso ya no me caes bien, no puedo odiarte como yo quiero hacerlo.
Jongdae se rio.
-A eso se le llama 'Efecto Chen' -informó en chico mientras besaba el lóbulo de la oreja de Minseok-. Es como un hechizo del cual no puedes resistirte.
-Que odioso -murmuró el chico mientras se relajaba-. De todos modos, pasará mucho tiempo para que yo te diga 'Sí.' Necesitas calmar tus malditas hormonas para que yo esté seguro de que no vas a engañarme.
-Mientras no sea un 'No.' -contestó Jongdae-. Mientras no sea eso puedo aguantarlo. Pero Minnie...
-¿Hm?
-¿Puedes decirle 'Sí' al tocarnos mutuamente con amor y pasión durante toda la noche? Así nuestros cuerpos formaran uno solo sintiendo las sensaciones más placenteras y hermosas por las que el ser humano puede pasar. Veremos estrellas y al terminar nos abrazaremos bajo las sabanas doradas que inundaron nuestro aroma, y cada vez que te acuestes nuevamente recordarás cada momento vivido en este viaje lleno de amor salvaje que se expandirá a todos los horizontes y pasarán los años con nosotros volviéndonos ancianos y amándonos hasta los últimos días de nuestras vidas.
-¿Estás hablando de tener sexo?
-Sipi.
-No.
-De acuerdo, por lo menos lo intenté.
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