50
Yeonjun muchas veces se vestía de traje, trajes que siempre le quedaban bien y de los que solían hablar, pero por primera vez se vistió de blanco. Ambos nos vestimos de blanco, porque era un color que jamás usábamos con regularidad, algo tan puro y... y que en realidad ambos queríamos negro pero como todos los trajes me quedaban demasiado grandes y solo me encajó un blanco decidimos usar, porque yo no quería ser el único que llevara blanco.
Bien, fue gracioso probarme trajes por una hora y ver la cara de Yeonjun y la de Converse decirme que me probara el siguiente, incluso fue divertido entrar al pequeño cubículo y ver que parecía un cómico payaso sin maquillar. Decidí que ese día no iba a pensar en nada más, no me mortificaría por el hilo en mi cuello, no me mortificaría por buscar felicidad ni por el hecho de que Yeonjun no podría amarme.
Ni siquiera me mortificaba el hecho de darme cuenta de que yo era incapaz de empatizar con otros. Fue un golpe saberlo, y un golpe más duro el que Yeonjun me lo dijera, que me confesara que él lo sabía desde que nos vimos. El hilo le había contado todo de mi, incluso lo que yo no sabía.
Llevamos a Converse a todos lados, un gatito tan lindo y cariñoso debía tener un buen día antes de mudarse.
—¡¿Dónde estás?! —Escuché la voz de Hueningkai a través del celular de Yeonjun— ¡Te he estado llamando por horas!
—Sí...Necesito ayuda con algo urgente, te mandaré la ubicación. Trae tu ID —Y Jun colgó. Me ofreció su celular—. Llámalo.
Estaba soleado y agradable, ambos sentados en una fresca banca en un pequeño parque del centro de la ciudad, la gente pasaba y veían a Yeonjun pero por suerte nadie se acercó, y estaba bien, porque no queríamos hablar con nadie más que no estuviera dentro de nuestros planes. Tomé el celular y marque a Heeseung.
—Necesito mi café. —Fue lo primero que me dijo.
—Y yo tu ayuda. Ven tan rápido como puedas, te mandaré la dirección. No olvides tu ID. —Colgué.
—¿quieres un helado? —preguntó cuándo le regresé el celular.
—Las cosas frías son dañinas para la salud.
—¿eso importa?
—No. si quiero un helado.
No sé si fue el lugar o el tiempo, pero fue el mejor helado que probé en la vida, no tan dulce pero a la vez lo suficiente como para alegrarme el día. Y Yeonjun sostuvo mi mano en todo momento, incluso cuando era complicado sostener a Converse y comerse el helado al mismo tiempo, fue gracioso verlo maniobrar con la dos cosas mientras que terminaba lamiendo al gato, lo último hizo que soltara una penosa carcajada en medio de la calle.
Estaba tremendamente feliz de estar solo con él, tanto que por un segundo desee que siempre fuera así, pero no, lo que lo hacia tan especial es que nunca había sucedido. Un día tan perfecto era único, y eso era lo que lo hacía perfecto.
Y cuando menos nos dimos cuenta ya eran las tres de la tarde, y Hueningkai y Heeseung ya estaban en aquel lugar mirándose confundidos mientras que nosotros llegamos con un gato hasta ellos.
—¿Qué hacemos aquí? ¿estás bien? —preguntó Hueningkai acercándose a Yeonjun.
—Hola —Saludó Heeseung a Converse arrebatándolo de los brazos de Yeonjun—. Que cosa más linda. Solo por esto valió la pena esperar quince minutos con el insoportable de Hueningkai.
—¿se conocen? —Pregunté.
—Es mi pareja, —respondió Hueningkai como si le diera asco— ¿escuchaste Heeseung? Pareja, no trío, ni cuarteto, ni quinteto, pareja. Pa-re-...
—Sí, ya cállate —Habló Heeseung sin dejar de hacerle cariños al gato.
—Bien, pues ahora tienen un gato —dijo Yeonjun—. Es suyo desde ahora.
—Ni siquiera vivimos juntos. —Hueningkai, como siempre, arruinaba todo.
—Entonces me quedo yo con él —canturreó Heeseung.
—No, el gato también es mío, no puedes quedarte con él.
—Claro que puedo.
—¡Yo conozco más a converse!
—Tranquilos, es custodia compartida. —Me burle un poco de verlos pelear por Converse, era adorable. Ellos estarían bien—. Como sea. ¿tienen sus ID? —Ambos asintieron—. Bien, entonces está listo.
—¿Qué haremos? —preguntó Heeseung.
—Nosotros casarnos, ustedes firmar como testigos. —Respondió Yeonjun.
La mirada sorprendida de ambos fue graciosa, incluso Converse maulló en respuesta. Escuché la risa de Yeonjun y yo hice lo mismo en automático. Ya no me importaba si era falso o no, solo quería vivir ese día y ya, olvidar todo lo que había pasado y concentrarme en el Yeonjun de ese momento y en el Beomgyu que sentía. Todo estaba solucionado para mí, todo estaba bien.
—¿Estás seguro? —preguntó Hueningkai.
—Completamente —respondimos ambos.
Hueningkai asintió extendiendo su mano hacia mí.
—Espero sean felices, aunque no me agrades me alegro que seas la persona indicada para Yeonjun.
Sí, Huening era un idiota, pero era un buen idiota. Le di la mano.
—¿Vas a casarte con tu pareja destinada? —preguntó Heeseung—. ¡Te dije que eso era un cliché!... Oh, bien, a veces los clichés son buenos.
Cuando entramos apenas pude escuchar lo que el hombre de traje decía, mi mente estaba volando lejos y seguramente la de Yeonjun también, solo era consiente de palabras sueltas que llegaban a mí. Miré a Yeonjun y sonreí. Él era mi pareja destinada, la persona con la que crecí durante siete años sin darme cuenta, porque cuando yo contaba días en realidad estaban pasando meses, y en un abrir y cerrar de ojos ya tenía veinticinco. Fue poco tiempo, o quizás demasiado.
Sonreía porque amaba a Yeonjun, y no me importaba que fuera por un hilo que nos unía o por cualquier otra cosa, yo tan solo lo amaba porque quería, sin importar lo que el mundo dijera o lo que yo sintiera antes. Aun si Yeonjun no me amaba ¿eso importaba para mi? De cualquier modo hubiera ignorado sus sentimientos si tuviera.
El hilo había escogido bien, mientras yo era incapaz de empatizar y pensar en los sentimientos de otros, Yeonjun era incapaz de sentir. Yo no podía herir los sentimientos de Yeonjun, no podía hacerlo infeliz, de entre todas las personas yo era incapaz de dañarlo a él. Si hubiera sido enlazado con otra persona entonces serían dos personas infelices, dos personas sufriendo por mi culpa, pero no, yo sufría solo y en ese sufrimiento tenía momentos en los que realmente era feliz, más feliz que cualquier otro en el mundo.
Yeonjun y yo encajábamos bien.
—Los votos matrimoniales... —susurró Huening.
Yo reaccioné.
—Yeonjun... Prometo amarte y estar contigo incluso si vivimos, o morimos. Prometo ser honesto, para siempre.
No tenía más que decir. Entonces Yeonjun me miró.
—Prometo estar siempre a tu lado. —Eso era suficiente para mí—. Y siempre serte honesto, incluso cuando duela.
Yo era feliz
Después solo fui consiente de ver a Hueningkai y a Heeseung firmar, escuchar a Converse y sobre todo, estaba consiente de besar a Yeonjun.
Sí, yo era la persona más feliz del mundo.
Yeonjun era mi esposo y yo era el suyo ¿Qué más necesitaba? Nos despedimos de Converse, de Hueningkai y Heeseung, el pequeño gato maullaba en respuesta como si supiera que estaba cambiando de dueños, no me preocupé, sabía que ellos dos cuidarían bien del pequeño gato y probablemente lo mimarían mucho, no lo dejarían ver sus discusiones y le dirían que todo estaba bien, incluso superarían esa brecha entre ellos y podrían ser como una pequeña familia. O no sé, yo solo soñaba.
Nos subimos al auto y nos fuimos. Yeonjun manejó por horas mientras que yo lo veía, no me importaba el paisaje ni el clima, no me importaba que el sol fuera bajando poco a poco hasta que llegó a un punto donde el día se puso azul y gris. Era lindo, pero mis ojos estaban sobre el que ahora era mi esposo, y me encantaba esa palabra
—Los medios se volverán locos —dije de un momento a otro. Yeonjun asintió.
—No importa, ellos ya estaban locos. —Se burló—. ¿Llamaste a tu madre?
—Le mandé una foto, les dije que nos habíamos casado. No leí su respuesta. ¿le dijiste a la tuya?
—Que lo lea en revistas... Le dije a mi hermano.
Sonreí.
—Le mandé un mensaje a Soobin. —Lo hice cuando no dejaba de probarme trajes. Tomé el celular y le mandé un mensaje esperando que tuviera el mismo número—. Pedí perdón por haberme ido de esa manera, y le dije que de cualquier forma no iba a hacerlo feliz.
—Yo dejé una carta... a todas las personas.
—Estoy feliz. —Confesé apartando por fin la mirada—. No fallaste.
—Entonces ambos terminamos ¿verdad?
—No, aún tenemos que llegar al mar.
Y Justo cuando lo dije fui capaz de ver la playa. Respiré el aroma a mar y sonreí.
Nos quitamos los molestos trajes y por fin pudimos estar en algo más cómodo, el cielo estaba nublado y no había nadie alrededor, nadie que se asomase o molestara, y eso era perfecto. Era un lugar donde solo Yeonjun y yo existíamos, lejos de todos, lejos de Hueningkai, de Heeseung y Converse, lejos de las fans de Yeonjun y el trabajo, lejos de Soobin y Taehyun, lejos de nuestras familias, de Corea y a la vez de Estados Unidos. Lejos del mundo ¿había algo más perfecto? El hilo entre nosotros se tambaleaba con el aire.
Entonces estábamos ahí, frente al mar sintiéndolo golpearnos los pies, el agua fría recordándome que podía sentir mientras que Yeonjun solo observaba. Sonreí al verlo.
—Es fría. —Le dije—. Está tremendamente helada.
—¿Qué deberíamos hacer?
—Yo... correr, tu atraparme. —Corrí en el agua helada hundiéndome más en ella, realmente no esperaba que Yeonjun lo entendiera con lo poco que dije, pero tan pronto di un paso él ya estaba detrás de mí.
Me metí al mar aun sabiendo que Yeonjun no tendría frío pero yo sí, pero eso era bueno, el agua fría me hacía sentir mucho más de lo que sentiría si estuviera perfecta, me recordaba que yo sentía y que me importaba una mierda eso, más me importaba que Yeonjun estuviera a punto de alcanzarme. Yo era rápido, pero cuando me di cuenta tan fácil como él me levantó del agua atrapándome. Perdí, eso hasta que lo empuje y volví a correr.
Estaba tan jodidamente feliz que no dejaba de reírme y sonreír, incluso cuando mis pies comenzaban a dolerme, no importaba. Giré para ver a Yeonjun y el hilo se balanceó entre nosotros. Y Yeonjun estaba riendo. No sabía si era mentira o era verdad, porque Yeonjun no podría reír por su cuenta sin antes pensarlo, pero una pequeña parte de mi me decía que él estaba siendo honesto, que su sonrisa era real y solo para mí.
Veía a Yeonjun ser feliz conmigo.
Me detuve y cuando estuvo lo suficientemente cerca me lance hacía él. Lo abrace tan fuerte que mis brazos dolieron. Y él me correspondió.
—Te amo. —Confesé—. No me importa si no puedes amarme, ni siquiera me importa porque te amo... yo solo lo hago, no necesito más.
Yeonjun tomó mi rostro y me obligó a verlo. Sus preciosos ojos sobre los míos.
—Gracias. —Fue honesto, el hilo me lo dijo—. Es lo más honesto que puedo decir. Gracias por amarme.
Lo besé y el hilo sobre mi cuello por fin se desató.
Escuché al mar, poco a poco nos llevaba con él arrastrándonos a su inmenso ser, adentrándonos a lo profundo que era y lo desconocido. No solté a Yeonjun ni él me soltó a mí, incluso cuando estuvimos bajo el agua y el hilo era lo único que nos daba luz.
Y de la nada el hilo rojo desapareció entre los dos. Sentí que encontré a Yeonjun bajo al agua alejado del mundo, tan pequeño en la inmensidad del mar. Estábamos juntos y habíamos terminado, todo estaba hecho. Una de entre miles historias que se acababan.
Estaba feliz. Porque mi historia se llama Yeonjun.
Yeonjun.
N/A: Este es el final, muchas gracias por leer pese a mi tremenda desaparición debido a mi hiatus, Yeonjun está finalmente terminada y me encantó adaptarla, cuando leí la obra original me sentí vacío por bastante rato, estuve pensando muy seriamente qué shipp se adaptaba mejor a esta historia y pensé en que el Yeongyu tienen personalidades muy similares a la de los personajes y me pareció interesante este shipp desde que Yeonjun es muy sentimental y tal, espero les haya gustado.
Si a alguien le interesa, tengo una historia en emisión, escribo principalmente sobre enhypen, txt y skz. Les agradecería si se pasan por mi humilde perfil :))
Sin más que decir, les dejo la nota final de la autora.
—Robin fuera.
By c_opaco:
Si, este es el final, por fin... Saben que me pueden decir que les pareció la historia, muchas gracias por haberla seguido hasta el final y espero que les haya agradado. Creo que es la primera vez que dejo un mensaje en los capitulos, no recuerdo. Bueno... Es todo. Gracias, ahora me voa llorar por que a mi si me dio sentimiento, todo sonaba muy chido en mi cabeza.
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