Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

33


Cuando Soobin llegó al departamento mi mente seguía buscando la pieza faltante. No le dije nada, no mencioné el rompecabezas y tampoco le conté mi triste vida con Yeonjun, él sólo llegó y sonrió tan lindo y amable. Comenzó a hablar de cosas que realmente no estaba escuchando pero que podía recordar.

Los padres de Soobin tenían una granja. Tenía una hermana muy parecida a él con la que siempre peleaba de pequeño. Me contó la razón de su estancia en Estados Unidos, me contó de su trabajo y de como trabajaba medio tiempo en un pequeño local para pagar su departamento.

Me contó de todo, pero yo seguía pensando en la pieza. Llegó un momento en el que era tan obvio como para ser ignorado. Soobin siguió mi mirada y la encontró encajada en el rompecabezas.

—Woah... Falta una pieza —Dijo acercándose a la mesa— ¿Lo armaste tú?

—Perdí la pieza. —Dije sin quitar mi mirada de ahí—. Creo que no la voy a encontrar.

Estaba demasiado triste como para no pensar en lo ridículo de la situación. Yo quería terminar ese rompecabezas.

Quería solo terminarlo y dejar de pensar en él.

Sentí la mirada de Soobin por algunos segundos más

—Tonterías. —Soobin se puso de pie—. Si la perdiste, buscando la encontrarás, no es como si pudiera desaparecer.

—Ya la busqué.

—Pero no la has encontrado. Vamos, cuatro ojos son mejor que dos.

La sonrisa de Soobin era tan amplia y decidida que me puse de pie dispuesto a buscarla. No quería creer que la encontraría, de hecho, aunque quería encontrarla me había cansado tanto de buscar que si la veía en algún rincón estaba dispuesto a enojarme con el universo. O quien sabe. A la mejor estaría feliz de poder dejar de pensar en el rompecabezas. De cualquier modo, Soobin me obligó a buscar.

De nuevo. Debajo de los sillones, de la alfombra, en la cocina, en los baños, en los estantes, en los cajones.

—¿Por qué tantos libretos? —Preguntó Soobin, tomando uno— ¿Eres actor?

—Yeonjun lo es.

—¿Yeonjun? ¿Quién es Yeonjun? —Le dio tres vueltas innecesarias al libreto— ¿Choi Yeonjun?

No respondí.

Estaba oscureciendo y yo aún no encontraba la pieza. Era absurdo no poder verla entre las cosas, un pequeño rectángulo sin sentido que era parte de un todo, un todo que igual ya había terminado y que no necesitaba más que una pieza. Era tonto. Tan absurdo pero miente tan incapaz de dejarlo ir.

Solo era una pieza. No tenía importancia. No importaba.

No importaba.

Aquello que estaba atormentándome regresó.

No importa. No importa. No importa. No importa. No importa. No importa. No importa. No importa. No importa. No importa. No importa. No importa. No importa. No importa. No importa. No importa. No importa. No importa. No importa. No importa. No importa. No importa. No importa. No importa. No importa. No importa. No importa. No importa. No importa. No importa. No importa. No importa. No importa. No importa. No importa. No importa. No importa. No importa. No importa. No importa. No importa. No importa. No importa. No importa. No importa. No importa. No importa. No importa.

—Gyu... —Sentí la mano cálida de Soobin sobre mi mejilla. Estaba llorando— ¿Ocurre algo?

Lo miré.

—No importa... —Pronuncié.

El departamento era silencioso, incluso el sonido de la noche era incapaz de pasar por las gruesas paredes de la habitación. Mi mente estaba en blanco. Soobin me tomó de los hombros y se acercó a mi hasta que me dio la cara.

—Vamos a encontrar esa pieza. Aun si es lo último que haga. —Dijo con tanta decisión que yo solo pude asentir.

Soobin desvío la mirada hacia el rompecabezas y lo observó con suma atención de orilla a orilla, sus pequeños ojos tan concentrados que era imposible verlos en realidad. Él me soltó para alargar la mano hasta el puzzle y moverlo un poco hacia la derecha.

Ahí estaba.

La jodida pieza estaba debajo de todas las demás. Cuando me la dio estaba tan sorprendido que no dejaba de verla.

—¡Resuelto! —Gritó Soobin con entusiasmo.

Sonreí. Y volví a llorar mientras me reía de todo. Lleve ambas manos a mi rostro sonrojado y deje que todo pasará.

—Nunca voy a encontrarlo... —Ni siquiera yo sabía a que me refería—. Aunque quiera estar con él... No voy a encontrarlo.

—¿A quién?

No respondí.

Soobin sólo me abrazó.


Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro