Cuando por fin salí del departamento hacía frío. Detestaba el frío, mientras que yo sabía cómo abrigarme y cuando Yeonjun solo se ponía lo que fuera, lo que se le viera bien, y aun así fuera lo menos abrigado posible él salía a la calle. Era un fastidio tener que detenerlo en la puerta para vestirlo como si fuera un niño pequeño.

—No importa que no sientas frío. —Le dije cuando le ponía los guantes—. Aún puedes enfermarte y morir de hipotermia.

—¿Se puede morir por el frío?

—Sí, y para ti es más peligroso ya que no lo sientes. El dolor es importante. —Cuando estuvo listo, me aparte y comprobé que todo estaba en orden—. Bien, creo que con eso es suficiente.

Yeonjun tomó mi mano.

—Gracias por cuidarme.

Me sonrojé, yo no esperaba nada de Yeonjun, no esperaba que tomara mi mano o que me diera las gracias por algo así, ni siquiera esperaba una sonrisa suya, pero cuando la tuve mi mente estaba confundida. No estaba acostumbrado a la atención de Yeonjun, pero hacía que todo dentro de mí se sintiera jodidamente extraño. Yo quería abrazarlo con fuerza y pedirle que lo hiciera más seguido.

—Es parte del papel. —Dije tratando de restarle importancia. Yeonjun besó mi frente.