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┝ OO1 |ᴄᴀᴍʙɪᴏ ‧₊˚

Era de noche y tanto Daniel como Yeonjun no decían nada, en especial porque el pobre pelinegro había llamado a Daniel entre sollozos y suplicaba por reunirse con él a pesar de que fuera ya media noche.

Bueno, en esos momentos estaban en el auto de Daniel estacionados en un McDonald's porque el rubio decidió comprarle una cajita feliz para animarlo. Sin embargo, ahora Yeonjun tenía la mirada del pelirrojo por la manera en la que lloraba callado y comía.

-Entonces ¿me estás diciendo que Beomgyu y tu discutieron porque estabas hable y hable de mi, luego fuiste a disculparte con él a su trabajo y estaba besando a alguien más? -Preguntó Daniel, tratando de procesarlo todo y recibió un asentimiento por parte del pobre.

Daniel suspiró cuando las últimas lágrimas cayeron por las abultadas mejillas del pelinegro.

-Ese imbécil... -gruñó mientras le entregaba a Yeonjun el vaso con refesco -Escucha, deja de llorar y piensa un poco, patéalo -aconsejó Daniel -Ningún hombre merece que les dediques tus lágrimas, mucho menos él -.

Yeonjun dejó el refesco de lado y limpió nuevamente los rastros de sus lágrimas.

-Pero no entiendo, Gyu siempre me decía que debo hacer nuevos amigos -un puchero se hizo presente en sus labios -Fue mi culpa, tal vez si hablaba un poco menos... -Daniel alzó la ceja y lo interrumpió inmediatamente.

-Amigo, date cuenta -comentó el rubio y le robó una papita a su amigo -Si él hace lo que quiere es porque sabe que vas a seguir ahí -Yeonjun frunció el ceño, confundido.

Beomgyu es su primer y único novio, desde la secundaria.

-Me dijiste que no pelean mucho, sin embargo cada vez que lo hacen es porque Beomgyu está celoso y luego te dice que te faltan amigos -Yeonjun comió una papita y lo pensó un poco.

En parte Daniel tenía razón, no peleaban seguido porque básicamente crecieron juntos y conocían sus mañas como para discutir por ello, pero Beomgyu cada vez que se ponía celoso discutía con Yeonjun.

Pero por otra parte entendía a Beomgyu, el chico constantemente estaba bajo presión por sus estudios y trabajo, y a diferencia de la secundaria ya no podía dedicarle el mismo tiempo que antes a su novio. Seguramente tenerlo lejos tanto tiempo le causaba inseguridad.

-Mmm, si pero -Daniel puso un dedo sobre sus labios, haciendo que guarde silencio.

-Escucha, si él de verdad siente inseguridad debería de ser inteligente y no haberte puesto los cuernos, deberías terminar con él por tu bien -Un vacío incómodo se formó en el interior de Yeonjun al escuchar las palabras de Daniel -Pero como también te conozco y sé que tú lo amas mucho como para terminar con él, lo que harás será darle un susto -.

- ¿Un susto? No entiendo nada de lo que dices, Dani -.

-Es simple; le harás saber que estás herido y hacerle saber que con su estúpido actuar puede perderte -.

El pelinegro suspiró y Daniel pensó que definitivamente a Yeonjun le hacía falta un poco de "calle".

-Lo que tienes que hacer es actuar frío con él, como si estuvieras enojado y no quisieras verlo -.

-Daniel, no creo que pueda hacer eso -intervino el pelinegro, habían muchas maneras en donde las cosas podrían salir mal, pero temía en realidad romper el corazón de su novio -Cuando lo veo siempre le sonrio y me pongo tonto frente a él... -.

Daniel hizo un gesto pensativo, porque Yeonjun tenía razón.

Por mucho que no lo quisieran, el chico tenía un corazón de pollo con su novio, él era quien hacía las pases con tal de mantener a Beomgyu tranquilo y feliz. Y el rubio estaba seguro de que Yeonjun le pediría disculpas de la manera más llorona posible cuando lo vea.

Entonces se le prendió el foco.

Tal vez no era buena idea, pero no podía quedarse de brazos cruzados al ver que realmente su amigo estaba siendo afectado por lo que ocurrió con Beomgyu.

-Mm, tal vez tú no puedas -Yeonjun lo miró cuando habló de la nada -Pero yo sí que puedo -.

- ¿Cómo? -.

-Pues eso -El pelinegro frunció el ceño, completamente confundido y Daniel le sonrió -Te propongo algo, Yeyo -.

Yeonjun tomó un poco del refresco, atento a lo que pueda ser la peor propuesta que haya recibido en su vida.

-Me haré pasar por ti, para darle ese susto a Beomgyu -el pelinegro abrió los ojos como platos y simplemente dejó de beber de su refresco -A cambio, necesitaré que te hagas pasar por mí para rechazar a alguien -.

Yeonjun lo pensó un poco. Su madre siempre le enseñó que las relaciones siempre debían ser entre dos, y que Daniel hiciera eso técnicamente haría que un tercero se metiera entre Beomgyu y él. Y no sabía rechazar a la gente, por lo que pensó que Daniel estaba negociando con la persona incorrecta.

Era era una de las principales diferencias de Daniel y Yeonjun; mientras uno meditaba las cosas antes de hacerlas, el otro simplemente pisaba el terreno con ese 1% de salir con vida y el 99% de fé.

-Escucha, agradezco lo que quieres hacer pero... No creo que sea buena idea, además ni siquiera sé rechazar a la gente, es por ese mismo problema que estamos aquí -.

Daniel suspiró y se acomodó en su asiento.

-Choi Soobin -nombró el rubio y Yeonjun se confundió -Es un chico muy lindo, un gran amigo pero tengo una problemática. Me di cuenta de que le gusto, y la verdad es que no siento nada más que amistad por él -Confesó.

-Pero ¿Por qué quieres que lo rechace yo? -.

-Porque su corazón es muy frágil con esas cosas. Lo he visto llorar peor que tú cuando lo rechazan, y no me gustaría perder su amistad por eso -.

Se quedaron en silencio, en eso Yeonjun barajó las posibilidades.

Si aceptaba, Daniel le daría una lección a Beomgyu y probablemente se volvería más comprensivo con él, y si buscaba la manera de fijar el corazón del chico en otra persona, tal vez no tendría necesidad de rechazarlo.

Aunque sabía que no debía meterse entre las relaciones de otras personas, Daniel parecía apreciar bastante la amistad que tenía con el tal Soobin a tal punto de considerarse poco apto para decirle sus sentimientos con tal de no verlo triste.

Después de eso, Daniel seguiría con la amistad de ese chico y Beomgyu seguramente se comportará más meloso y buscará recompensarle su actuar.

Suspiró y luego miró a Daniel.

-Está bien, lo haré -el rubio sonrió y chilló -Con la única condición de que no termines mi relación con Beomgyu -.

Daniel asiente y levanta su mano como si hiciera un juramento.

-Lo prometo -.

Luego de un rato, Daniel y Yeonjun comenzaron el camino a la casa del rubio.

Les esperaba una larga noche para cambiar ser totalmente idénticos, porque aparentemente ahora Yeonjun sería Daniel en todo aspecto y Daniel sería Yeonjun en todo aspecto.

Pensaron que en uno a tres meses sería un buen tiempo para cumplir sus misiones en la vida del otro.

Los ojos de Yeonjun se abrieron perezosamente por la luz que los molestaba. Se sentó en la cama y pasó sus manos para espantar el sueño y miró a su lado, sin sorprenderse de ver la cabellera rubia de Daniel y cómo le daba la espalda al seguir dormido.

Tomó su teléfono y vio que eran las siete de la mañana. Mala hora para despertar un sábado, encima con la cómoda cama de su amigo, debería haber caído en una siesta de tres días.

Se levantó de la cama para ir al baño y lavar su rostro, cuando lo hizo vió su cabello igual de rubio que el de Daniel.

Suspiró al verlo, él jamás se habría tocado el cabello de esa forma, a lo máximo habría sido jalado un par de veces por Beomgyu cuando estaba demasiado emocionado en la cama, pero siempre se había mantenido con un corte formal.

Aún tenía el fin de semana para arrepentirse, Daniel le dio esa garantía al ver lo inseguro que estaba por el cambio de identidades que harían.

Pero al ver que Beomgyu no le había enviado ningún mensaje durante la noche pensó que tal vez si lo habría vuelto algo caprichoso.

Estaba bastante seguro de que no debería sentirse inseguro sobre el cariño de Beomgyu a estas alturas, pero se sintió herido al tan molesto con él ese jueves, y cómo el viernes estaba besando a sea quien sea esa persona.

Daniel sólo sería un poco borde con él, eso era todo.

-Ah, por favor que esto no salga mal para ninguno de los cuatro -Pidió en un murmuro, ya que todavía le daba vueltas a la situación de Daniel y Choi Soobin.

Después de llegar a la gran casa de Daniel, el chico le contó cómo era su amistad con Soobin, como se conocieron y cómo se dio cuenta de que le gustaba al chico.

Según Daniel, Soobin chocó con él en una fiesta de la facultad que compartían, y a pesar de ser de semestres y generaciones distintas, Daniel comenzó a hacer tiempo entre sus clases para darle consejos a Soobin.

Su amistad no se basaba sólo en apuntes, si no que también en fiestas donde juntos eran la dinamita y que aparentemente los sentimientos de Soobin no son tan fervientes como para preocuparse.

Sólo se comportaba un poco más meloso que antes, y también le regalaba flores hermosas y coloridas. A Soobin le encantaba el idioma de las flores, y cuando le ofreció ser amigos fue a través de una bella rosa amarilla.

Por las caras que puso Daniel, no se veía asqueado pero sí preocupado.

-Es triste que no me vea teniendo una relación con él, estoy seguro de quien se vuelva su novio va a pasarla de maravilla; pero me da tristeza que su corazón me haya escogido a mi y yo no sea capaz de sentir algo así por él -.

Ahora que lo pensaba, en todo el tiempo que conoció a Daniel, nunca supo de alguna pareja.

No quiso pensar en la razón, puesto que sea cual sea no tenía derecho a opinar, y si Daniel no le ha contado es porque aún no está la confianza suficiente para ello.

- ¿Oppa? -se volteó al escuchar la voz de una niña pequeña, y cuando se volteó se dio cuenta de que se trataba de la hermana de Daniel.

La adorable Seo Youngeun.

Yeonjun le sonrió y se le acercó un poco, la cual ladeó la cabeza y abrazó más a su osito de peluche.

La familia Seo se conformaba por los padres y tres hijos; Changbin, Daniel y Youngeun. Changbin, a diferencia de Daniel o Youngeun, se encontraba en Australia, mientras Daniel seguía sus estudios en Corea y Youngeun estaba cursando la primaria.

- ¿Porqué Oppa está levantado ahora? -Preguntó la niña de siete años y Yeonjun lo pensó un poco.

-Pues... El sol me molestó mucho en los ojos -.

Cuando miró el reloj se sonrojó al ver que era ya las ocho de la mañana.

Ya era hora de que Daniel se fuera a su casa. Le prometió a su madre que volvería a esas horas.

- ¿Y porqué Yeonjun-ssi está rubio también? -La pequeña Youngeun era un poco chismosa. Alzó una ceja y le sonrió.

-Tienes un hermano a punto de convertirse modista ¿y tu creías que no iba a hacer que Yeonjun se viera igual de bien que yo? -.

- ¡Yo no hablo así! -Interrumpió Daniel, confundiendo a la hermanita del chico.

- ¿Uh? -Yeonjun rió y Daniel se posó a su lado - ¿Oppa? -.

-Eunnie, dime ¿cómo vas a confundir a tu hermano con Yeonjun? -La niña los miró, moviendo su cabeza repetidas veces.

Ahora los dos eran exactamente iguales y eso estaba confundiendo a la pobre niña.

Cuando su hermano comenzó a hablar de un tal Yeonjun, en la cabecita de la pequeña se quedó plasmado el "cuando lo vi me asusté mucho, hasta pensé que tenía un gemelo perdido". Sin embargo quedó realmente sorprendida cuando la única diferencia que había entre Yeonjun y su hermano era el cabello negro y la ropa que estaba usando en los momentos que se conocieron.

Aquello no fue impedimento para reconocer a su hermano de su amigo, pero ahora se sintió en jaque mate ya que ambos usaban pijamas similares y estaban con el mismo color de cabello.

-Uh... -.

Daniel se echó a reír y tomó a su hermanita de siete años en brazos.

-No te preocupes pequeña, yo soy tu hermanito -Youngeun sintió el aroma de su hermano y sonrió, porque esta vez si que era el verdadero Daniel.

Yeonjun escuchó su teléfono, lo cual interrumpió la interacción de Daniel y Youngeun.

Contestó la llamada de su madre y tras calmar a la mujer y un suspiro tras el corte de la llamada se fue que se centró en la situación.

-Daniel -.

- ¿Qué pasa? -Seo inclinó su cabeza, confundido.

- ¿De verdad haremos esta locura? -Preguntó Yeonjun, llamando la atención de Daniel y su curiosidad aumentó.

-Pues, sí ¿verdad? -la pequeña los miró, y Yeonjun tomó aire.

-Pues entonces empecemos ahora, porque Beomgyu está en mi casa -.

Daniel y Youngeun se miraron, y el mayor tragó saliva.

Seo Daniel, un chico rubio con veinte años y una clara preferencia por pisar un campo minado con un 99% de probabilidades a que muera y un 1% de sobrevivir.

Estaba pasmado fuera de la casa de Yeonjun, su madre y su padre, con la ropa de Yeonjun, haciéndose pasar por Yeonjun.

Y apunto de darle una lección al novio de Yeonjun.

Suspiró y trató de abrir la puerta, pero fracasó miserablemente cuando se dio cuenta que tenía llave, buscó alguna solución en lo que recordaba que Yeonjun siempre dejaba sus llaves en sus bolsillos.

Palmeó cada uno de los bolsillos hasta que dió con el pequeño llavero de Choi.

Probó con las tres llaves que estaban ahí y al dar con la tercera, abrió la puerta e ingresó con cierta timidez a la casa de Yeonjun.

No dejaba de ser la cada de Choi, y a pesar de que ahora se estaba haciendo pasar por él, debía mantener el respeto por la casa ajena.

- ¡Yeonjun! -Un gritó de la madre de Choi lo hizo ponerse nervioso, por lo que saludó rígido -Santos Cielos ¡¿Qué te hiciste en el cabello?! -.

Daniel mordió su labio, y sonrió, preocupado del problema en el que pudo haber metido a su amigo.

-Y-yo... -.

-Dios, por un momento creí que te lo dejarías tan al natural que hasta te lo dejarías crecer y serías un rapunzel -interrumpió la mujer, sacando un suspiro de alivio en el amigo de su hijo -Ah, Beomgyu está en tu cuarto, dijo que venía a conversar algo contigo -.

El chico sólo asintió y luego de que la madre de Yeonjun se fuera al que asumió era el cuarto matrimonial, caminó hasta la que supuso era la puerta del cuarto de Yeonjun; la abrió y frunció el ceño, confundido al ver que era el baño.

Él nunca tuvo la dicha de conocer la casa de Yeonjun anteriormente, ahora se arrepentía de no haberla conocido antes.

Caminó hasta la otra puerta y la abrió, viendo un ordenado cuarto, digno de ser el de Choi Yeonjun.

Y a Choi Beomgyu.

Alzó una ceja e ingresó al cuarto, cerrando la puerta detrás de él y llamando la atención de Beomgyu.

-Yeonjun -El castaño se levantó y se acercó a él, a punto de abrazarlo pero entonces Daniel lo apartó, dejando poco menos impactado a Choi.

-Hasta que te dignas a aparecer -Se cruzó de brazos y trató de imitar lo mejor que pudo la voz molesta de Yeonjun - ¿Para qué viniste, exactamente? -.

Beomgyu retrocedió un paso, confundido por el cambio radical en la actitud de quien creía era su novio.

- ¿Y bien? -.

- ¿Dónde estuviste anoche? -Preguntó Beomgyu y trató de acercar su mano al cabello de Seo, pero este se lo impidió al moverse de su lugar - ¿Qué le pasó a tu cabello? -.

Daniel rodeó los ojos, haciendo sentir pequeño a Beomgyu.

- ¿Quieres saber? Debiste preguntarme anoche, pero no lo hiciste -atacó el chico - ¿Dónde estabas tú? No me hablaste en todo el día y toda la noche, y tu trabajo no cuenta como excusa -.

Daniel pensó que Beomgyu era un poco infantil ahora que lo veía molestarse por el actuar de "Yeonjun".

- ¿Y bien? -Daniel bufó al ver que Beomgyu no respondía, los segundos pasaban y se desesperaba -Te pregunté algo, responde -ordenó.

Beomgyu mordió el interior de su mejilla, molesto por el radical cambio que Daniel le estaba haciendo creer que tuvo Yeonjun.

-Estaba con Serim, me ayudó con proyecto de la universidad -Confesó finalmente y el rubio alzó una ceja.

- ¿Tanto te costaba decirme eso? -Beomgyu bufó -Yo, tengo la confianza de decirte, de contarte lo que hago con mis amigos pero tú eres incapaz de decirme que estabas haciendo un proyecto para la universidad -.

- ¿Y se puede saber porqué tanta molestia de la nada? -.

-Estuve bancándome todas las peleas que tuvimos hasta ahora porque te ponías celoso ¡¿Y no puedo celarte yo?! -Beomgyu quedó pasmado, confundido por las palabras de Daniel - ¿Sabes qué? No quiero verte, largo -.

Beomgyu no tuvo tiempo para protestar, porque el rubio estaba sacándolo del cuarto de Yeonjun y de la casa.

-Pe-pero ¿y el partido? Me prometiste que... -le recordó Beomgyu, sin embargo Seo no tenía idea del partido al que el castaño se refería.

- ¡No me importa, vete que no quiero verte! -reclamó y le cerró la puerta de la entrada en la cara al pobre Choi Beomgyu, luego tomó aire y se fue al cuarto de Yeonjun, sin ahondar en las pertenencias del chico se tumbó en la cama y le envió un mensaje, dándole aviso de que oficialmente "Yeonjun" estaba molesto con Beomgyu.

Pero una notificación lo detuvo, era un mensaje de Soobin.

"¡Hola Dani! Espero que te encuentres bien el día de hoy. Quería saber si vamos a ir al cine juntos, hoy es el estreno de la película y me preguntaba si me acompañarías^^".

-Mierda -.

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