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🛑 So it Goes 🛑

Yeonjun y Beomgyu tienen una relación abiertamente tóxica

(Narración en primera persona)

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Hay algo en utilizar pijamas blancas de seda que me parece sexy. No estoy seguro de si es el color en sí; porque demuestra pureza, o porque la tela es tan delgada que con la luz adecuada se persive transparente. Me hace pensar en él, cuando dice que me veo como un angel y por eso le gusta llevarme al otro lado.

Es el único motivo que necesito para usar esas pijamas todas las noches, tenía esta maña de ponerme cosas esperando que él me las quitara.

Un camisón blanco y shorts cortos, llevaba esas prendas puestas cuando fui despertado en medio de la noche. Luces se encendían y se apagaban a través de mi ventana, haciendo un código morse que no comprendí por el letargo de levantarme tan improvisadamente.

Mis párpados pesaban mientras caminaba descalzo hasta la ventana, echando a un lado la cortina. En el jardín había un mustang antiguo de color rojo que parpadeaba sus luces. Un vehículo que podría reconocer en cualquier situación, aun si eran las doce de la noche y estuviera demasiado cansado.

Abrí la ventana y las luces se detuvieron, apagándose. El viento helado traspasó mi pijama y me hizo estremecer, el conductor del auto salió y sin cerrar la puerta del piloto se acercó hasta la casa, pude verlo claramente desde arriba.

-¿Qué haces aquí a esta hora?

-Vengo por ti, vamos.

Por experiencia sabía que Yeonjun no aceptaría un no por respuesta. Dentro de mi pensé que lo mejor era rechazarle, existía solo un final para una velada junto a él: decepción y desesperación.

Acepté.

En serio no podía evitarlo, lo extrañaba siempre.

-Dejame cambiarme y buscar las llaves.

-No, baja ahora, te atraparé -dijo extendiendo sus brazos.

-¿Estás loco?

-Bastante, pero no es como que no lo hubieramos hecho antes.

En efecto, habían pocas locuras que no hubiésemos hecho juntos. Siempre planeadas por él, conmigo como su complice y confidente.

Hasta que ya no lo era.

No como antes.

-¿Vas a atraparme?

-Sabes que lo haré.

Tragué saliva y asentí, sosteniéndome del marco de la ventana para sacar una pierna y luego la otra, quedando sentado y expuesto.

-Lindas piernas.

-Callate, debo conseentrarme.

Cerrando los ojos con fuerza tomé valor, los abrí y le vi extendiendo sus brazos hacia mi con determinación, sonriendo arrogante.

Con un impulso no demasiado brusco me dejé caer, cerrando los ojos por inercia, confiando ciegamente cuando ya no debería seguir haciéndolo.

Siempre se sentía igual de increíble cuando sus brazos me atajaban en el aire, los latidos parecen detenerse por un segundo solo para continuar desbocado y lleno de adrenalina. El olor de su colonia me inundaba de golpe y mis brazos se aferraban a su cuello por inercia, con necesidad.

-Hola Gyu -murmuró sujetandome con más fuerza, sus labios rozando mi coronilla-. Me gusta tu pijama.

-¿Por eso no querías que me cambiará? Eres un tonto pervertido -le di un golpecito en el hombro, pero en realidad me sentía muy complacido de que le gustara.

-Nada que no supieras.

Se dio la vuelta y me llevó hasta el auto, abriendo la puerta del copiloto y dejándome suavemente en el asiento, luego fue a sentarse en el piloto, cerrando la puerta y encendiendo las luces interiores.

-Ni siquiera tengo zapatos.

-A donde vamos no los necesitas.

-¿Dónde es eso? Si se puede saber -me coloqué el sinturon de seguridad, sentándome con las piernas flexionadas y que así mis pies no tocaran en piso.

Como era costumbre él rebuscó algo en el asiento trasero y luego depósito sobre mis hombros una pequeña manta de color rojo.

Mi primer pensamiento fue que estaba limpia.

-Tus dedidos son adorables -se burló presionando mi dedo gordo, haciéndome cosquillas.

-¡Hey! ¡basta! Dime a dónde vamos -traté de alejarlo dando una patada, pero sostuvo mi pie con su mano, evitando así que le diera en la cara.

-Es secreto -acercó mi pie a sus labios y dejó un besito en mi dedo meñique, avergonzándome. Se colocó el cinturón y arrancó el auto, alejandose de mi casa y ese aburrido barrio en el que vivía.

No lo había notado, su cabello rubio estaba revuelto y llevaba encima esa aura de pereza y desfachatez, su sonrisa ladina y sus pupilas dilatadas.

-Bebiste -pronuncie sinvrastro de duda.

-Lo hice, pero no lo suficiente como para que debas preocuparte.

Eso era algo bueno de él, tenía mucha resistencia al alcohol, y aún así, nunca sobrepasaba los límites; bebía hasta que se sentía despreocupado y para que su lívido se encendiera, no para que sus sentidos fallaran y lo volvieran un idiota.

De todas formas el ya era un idiota estando sobrio.

-Siempre me buscas cuando bebes -me quejé apoyando mi codo en la ventana, sintiendo las ráfagas de viento en mi cara, haciendo un desastre con mi cabello castaño.

Yeonjun rió melódicamente, cada sonido que emitía cuando bebía alcohol también se volvía música, tarareaba, más que hablar.

-Haz olvidado tus propias palabras Gyu.

-¿A qué te refieres?

Tamborileó sus dedos en el volante, silbando, consiguiendo mi completa atención.

-En tu último cumpleaños me dijiste que te gustaba cuando estaba en este estado.

-¿En qué momento...?

Silencio. Solo escuchaba el ruido del viento rompedor.

Mi cumpleaños, claro, estábamos follando. O mejor dicho, él estaba arrancándome la ropa mientras nos comíamos la boca, en ese momento lo dije. En la suit que reservó especialmente para mi, se lo dije al oido, jadeando como loco «por favor, tomame siempre así, buscame solo a mi y no le enseñes esto a nadie más». Esas fueron mis palabras exactas, afectadas por el calor del momento.

Sentí un hormigueo en mis mejillas por el recuerdo. Me mortificaba avergonzarme por algo como eso, no me gustaba arrepentirme, fue una estupidez.

-¿Ya te acordaste?

-S-sí.

Puso su mano izquierda en mi rodilla, acariciando con su pulgar la piel expuesta. Su mano estaba tibia.

-No te averguenze hermoso, todos decimos cosas así durante el sexo.

-Eso no fue durante el sexo -no exactamente.

-Yo solo intento aligerar el ambiente -soltó una risita-. No puedo con esa necesidad tuya de devolverlo todo tan importante. No puedo contigo.

-Yo tampoco contigo.

Se siguió riendo un rato largo. Salíamos de la ciudad, entrando en carretera en una dirección que desconocía. Decidí ya no intentar sacarle información, sabía que no me lo diría, se guardaría la sorpresa.

-He oído que has salido con Joy últimamente -hablé por fin, sonando tranquilo, pero ansioso en el interior.

-Es verdad, ella es muy sexy, y muy divertida también ¿no lo crees?

-No la conozco para nada.

-Pero la has visto -rebatió- anda, dime tu opinión, ¿Te parece sexy?

No quise empezar una discusión sin sentido donde yo solo me quejaba por cosas que en realidad eran normales en nuestra relación. Una línea muy fina nos separaba, y cruzarla era peligroso, sobre todo para mi.

-Lo es -dije suavemente, desinteresado. Lo último que quería hacer era hablar de la chica con la que Yeonjun pasaba el rato.

-Y hace unas mamadas impresionantes.

-Genial.

-Y besa de maravilla.

-Bien por ella -bien por ti.

-Y usa lencería de encaje -agregó con su voz burlona- es increíble sacarcela con los dientes cuando-

-¿Estás tratando de ponerme celoso?

Contuvo una risa, el muy idiota.

-Sí, ¿lo estoy logrando?

-Sí, te odio.

-Ok, me callo entonces.

No duró ni diez segundos en silencio.

-Y ella también... ¡auch! -. Le di una muy merecida patada en el costado, solo así pudo dejar de soltar tanta palabrería sobre una niña que nada tenía que ver conmigo, me estaba poniendo de los nervios.

-Gyu, no tienes que recurrir a la violencia.

Le saqué la lengua, consiente de que estaba haciendo un puchero con mis labios, ese que Yeonjun me decía que no hiciera a menos que quisiera ser envestido por horas en el asiento de atrás, cosa que ya había ocurrido un par de veces. Me miró de reojo, lanzando una advertencia.

-Hace tiempo he querido decirte una cosa -habló repentinamente serio- Sin importar con quien esté no puedo dejar de pensar en ti, es una locura.

Yo hice una mueca confundida.

Yeonjun me desesperaba, diciendo esas cosas cuando no puedo atraerlo para besarlo largo y tendido. El peligro de chocar del otro lado de la balanza en mi cabeza.

-Estoy de acuerdo -dije desviando mi mirada a la carretera. Controlando la tentación- esto es una completa e insufrible locura.

-¿Vamos a discutir sobre esto de nuevo?

Suspiré sin saber cómo debía sentirme, ya lo habíamos discutido tantas veces, había llorado tanto, primero por los desacuerdos, después por el abandono, por anhelo. ¿Para que seguir con eso? Ya habíamos firmado nuestro acuerdo tacito de complicidad, deteniendo el rumbo desbocado que estaban tomando las cosas.

Yo necesitaba sacarlo

-No podemos estar separados, no podemos estar juntos. Pero prefiero esto a empezar el ciclo de nuevo.

-Gyu... -murmuró- puedes acabar con esto cuando quieras, tienes la opción en tus manos, solo debes tomarla.

-Esa no es una solución, estoy mejor teniendote esporadicamente que sacandote de mi vida -declaré muy honestamente jadeando al final, conteniendo lo demás dentro.

Él guardó silencio y luego dijo.

-Sabes lo que opino al respecto.

-Lo sé.

¿Quién era Yeonjun? ¿Cómo explicar lo que era para mí?

Bueno, todos tenemos una prenda de ropa que llega, nos fascina, nos obsecionan, queremoz usarla todos los días, lloramos si la perdemos, y no queremos prestarle. Te sientes como el rey del mundo cuando la llevas puesta, se vuelve algo que necesitas y sin lo que no puedes vivir. Y luego llega el momento en que te deja de quedar, o tal vez, tu dejas de quedarle.

Yeonjun no era una simple prenda, por supuesto, en todo caso sería las más cara y extravagante, no como la pijama blanca que no conseguía protegerme del frío. Él era tan humano como yo: él mentía, follaba, sonreía, lloraba, sentía.

Y todo eso, todo lo que lo hacia ser él... yo no podía desacerme de eso.

¿Lo peor? Estoy seguro de que para él era exactamente igual. Yo significaba lo mismo. Simplemente, nunca pasábamos de moda para el otro, volviendo una y otra vez, en cada ocasión, igual de intenso e inevitable.

No me di cuenta de que estaba conteniendo las ganas de llorar, mi pecho se sentía oprimido, un dolor punsante que estaba dificultándole el respirar.

-Gyu.

-Silencio.

-Gyu -repitió con un tono más duro esta vez.

-¿Sabes, Yeonjun? Todo lo que tenías que hacer era quedarte. Siempre vuelves, pero nunca te quedas, sabes cómo se siente, lo detestas, pero aún así lo haces, te vas.

Lágrimas de enojo se resbalaron por mis mejillas, pero no volteé a mirarle, esperando que el viento nocturno las secara a medida que salían. Dios, era tan humillante llorar de nuevo.

-Dices que todos decimos cosas vergonzosas durante el sexo -reí sin ganas- tu has dicho unas cuantas; dijiste que nunca me dejarías, ¿y qué hiciste después?

Engañarme.

La velocidad del auto se redujo considerablemente tomándome por sorpresa, sequé mi cara con el dorso de mi mano en lo que él estacionaba a un lado de la carretera desolada.

Puso el freno y apagó el auto. Mi respiración irregular era lo único que se escuchaba ahora. Se giró hacia mi quedando realmente cerca, pero yo seguí sin voltear.

Estaba todo tan oscuro.

-No te entiendo Beomgyu, acordamos que no seguiríamos discutiendo, nunca llegamos a ningún lado haciéndolo -exclamó exasperado-. Te traicioné, no merezco una segunda oportunidad, y aún así no me mandas al carajo. Nada va a cambiar, seguiremos peleando, porque lo que más deseas es que nunca te hubiera engañado, y yo también, pero ya lo hice. Pedí perdón, lamento que no sea suficiente, no puedo volver en el tiempo.

Su tono desesperado, sus palabras llenas de impotencia, me sentía igual. Los dos estábamos llenos de impotencia, acorralados en cada extremo de la linea.

-Desde entonces has salido con otros chicos también, y me pongo celoso -admitió- tu también te pones celoso cuando salgo con otras personas, luego tenemos sexo, confirmamos que nos amamos y nos alejamos. No soy yo el único que lo deja temporalmente, lo dejamos los dos, eso fue lo que decidimos hacer.

Una relación sin ataduras provocada por un error o llamenlo como quieran.

No tenía nada con qué rebatir, yo había habierto la caja de pandora y yo debía cerrarla, sin saber cómo volver a meter toda la mierda dentro.

Ni Yeonjun ni yo queríamos terminar así, con el ácido acumulandose entre nosotros.

Él estaba prácticamente encima de mi hablándole al odio, su aliendo caliente chocando contra mi mejilla, con un toque de alcohol que me embriagaba, hipnotizandome para mirarle y caer.

-Dios -jadee sofocado, frustrado- solo hagámoslo y llevame de vuelta.

-No -reclamó gruñendo, conteniéndo sus ganas de hacerme caso- voy a volverme loco de verdad si seguimos así.

-¿Entonces qué? -exclamé- ¿Vas a dejarme de nuevo? No funciona, ya lo intentamos -mi mano subió a su nuca, me estaba acorralando contra el asiento-. Rindete, yo ya lo hice.

-¿Y seguir sintiéndonos enojados y fingiendo que no hay motivos para estarlo cuando obviamente tenemos motivos de sobra? -bufó- me opongo, dame otra opción.

-Follame.

-Gyu -gruñó molesto.

-Solo follame Yeonjun -repliqué acercando su rostro al mío, mordiendo su labio inferior y eliminando los milimetros que nos separaban. Él no se apartó- Si no vas a hacerlo entonces quiero ir a casa.

Ese fue el detonante para que la bomba explotara.

Con un movimiento inclinó mi asiento hacia atrás, haciéndome soltar un chillido. Sus extremidades a cada lado de mi cuerpo me aprisionaron.

En medio de la nada, de noche, con nuestro pulso aumentando su velocidad, así es como siempre terminaba.

No fue gentil en ningún aspecto; devoraba mi boca sin perderse ningún rincón, succionando mis labios y chupando, sin darme tregua para corresponderle, era él perdido y enojado porque de nuevo le hacía perder el control.

Descendió por mi cuello dejando mordidas y marcas dolorosas, sisee en cada una de ellas, pero no le dije que parara. Sus manos se introdujeron debajo de mi delgada camisa y recorrió todo mi abdomen, presionando con sus dedos en mi piel sensible. Yo me sentí satisfecho como un completo masoquista.

Se deshizo de mis shorts junto con mi ropa interior separando mis piernas y abriéndose paso entre ellas para estimular mi miembro despierto. Me quitó la camisa de seda con un tirón, empezando a besar toda la piel que tenia disponible, haciéndome estremeser.

-Yeonjun -jadee su nombre sintiendo sus besos en mi estomago y su mano masturbandome exquisitamente-. D-dios.

-¿Es esto lo que quieres? -habló dejando besos húmedos alrededor de uno de mis pezones-. Solo me quieres para que te folle, ¿no?

La neblina de placer en la que me encontraba se difuminó un poco, dándome la oportunidad de procesar la pregunta.

Desde que nos rompimos mutuamente todo se volvió sexo, pero no implicaba que él fuera solo juguete, o que yo fuera solo una puta.

Era una pregunta trampa, una muy sucia tomando en cuenta que jugaba con mis pezones esperando por una respuesta. Mis caderas se movían por inercia retregandose contra su entrepierna cubierta por los jeans.

-Responde -demandó dando un azote en mi muslo, yo solté un chillido pero nada más salió de mi boca-. Respóndeme maldita sea, ¿solo me quieres para follar?

-¿Tú me quieres solo para follarme? -contraataqué. Me sonrió arrogante, dejando todo su peso inferior caer sobre mi y apresando mi miembro.

-Me encanta follarte -declaró volviendo a atacar mi cuello con su boca- pero hay mucha gente a la que puedo coger aparte de ti.

-¿E-entonces por qué estás ¡Ah! Aquí?

-Tu todavía no respondes Gyu -todos los toques sobre mi se detuvieron. Mi cuerpo tiritaba necesitado, y el muy imbécil lo estaba disfrutando.

-Te quiero para... -formulé con dificultad.

-¿Para?

-Para... Para -Parpadeé en un intentó de aclarar mi vision difusa, causando que una lágrima traicionera se escapara. De pronto estaba llorando, desnudo y vulnerable, a merced del chico que me había roto el corazón y del que no podía alejarme.

-No... Gyu... mi vida, no llores -su expresión preocupada solo me dio más ganas de seguir llorando. Sus brazos me consolaron y yo lo rodee con mis extremidades temblorosas.

Me permití descargar toda mi impotencia en el hueco de su cuello. Era tan tonto.

-No llores bebé, no... mirame -sus ojos conectaron con los míos, mi nariz moqueaba, seguramente tan roja que podía notarlo en la oscuridad.

Uno de los dos siempre lo arruinaba.

Pero él comprendió que yo en realidad no quería follar.

Me hizo el amor y ensuciamos la manta, esa que solo estaba en el asiento de atrás para mi, con la que nos cubriamos al final.

Así podíamos fingir un instante que la cosas no habían cambiado tanto.

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El auto se detuvo frente al porche de mi casa. Ambos miramos las paredes exteriores de mi hogar con melancolía.

Ya había amanecido.

Esa sensación de insatisfacción que mebquedaba después de tener nuestros momentos más íntimos era la que me desgraciada la vida.

La subida era intensa, pero la bajada era estrepitosa.

-No vuelvas -dije rompiendo en la frágil atmósfera del auto.

-No lo haré -dijo sin ganas, sin emoción alguna.

Claro, estábamos mintiendo. Decirlo en voz alta hacia que pareciera real.

Me bajé del auto, dejé la manta arrugada en el asiento, y aguanté el frío de la acera en mis pies desnudos. Solo debía buscar la llave de reserva debajo de la maceta a un lado de la puerta.

-¡Beomgyu! -gritó.

No volteé, pero detuve mis pasos.

Siempre nos castigamos de esa manera, despidiendonos en el mismo lugar.

Aquella noche me trajo a casa después de esa desastrosa fiesta.

«¿Por qué lo hiciste? ¿Por qué te acostaste con ella?»

«No estaba consciente cuando lo hice. Dios, me odio, perdoname»

«¿Qué se supone que debo hacer ahora?»

«Te amo, créeme»

«Yo también te amo, pero no puedo con esto, me duele, Yeonjun»

«Entonces... déjame, Beomgyu»

«Pero... tampoco puedo dejarte»

Me di la vuelta.

-Te amo -dijo sin sonreír, con sus ojos profundos enseñandome su verdad.

-Adiós -susurré y entré a casa.

Quizás sí era yo el que se alejaba primero, el que hacía las cosas más difíciles al no querer terminar.

Pero era tan complicado dejarlo.

Lo amaba con odio.

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Hi!

Este one shot lleva en borradores más de un año, por eso es tan mediocre, lo admito xd

Igual me gusta porque está lleno de referencias a canciones de Taylor Swift ♡

De una vez les advierto que no tengo ganas de escribir más smut, así que los próximos van a ser puro drama sin contexto que se supone es lo que iban a ser todos lo os desde un principio eH

En fin, ando mal porque necesito comeback, ¿ustedes no? Extraño la emoción y el contenido de promoción </3

Pero bueno, uno espera u.u

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