Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

𑁍┊ ❝not all are happy endings❞ˎˊ˗

› 〉 🍁.ೃ chocolate y canela, un olor que fingía despreciar cuando en verdad lo había arropado en su momento más difícil! ☕ „ ↴


━━━FALTABA SOLO CUATRO DÍAS PARA QUE AQUELLA deuda del banco finalmente fuera pagada, para fortuna de Beomgyu gracias a las recomendaciones de Soobin y de varias mamás que trabajan en la empresa de enfrente logro recaudar todo el dinero haciendo sus postres para fiestas o pequeños eventos de reunion, dónde la paga era realmente buena por tan solo cuatro o seis horas de trabajo.

Esa mañana se levanto de muy buen humor, debido a que todo el dinero ya estaba completo festejo trayendo a los clientes sus especialidades favoritas con el dinero sobrante, después de todo no perdía mucha ganancia por los precios de estos. La sonrisa plasmada en su rostro no tenía ninguna comparación, estaba muy feliz porque su sueño desde adolescente seguiría en pie y de ahora en adelante nadie se lo iba a quitar.

Ya no había problema de nada a excepción de esa desesperación de su lobo por tener el olor de Yeonjun nuevamente de cerca, hace dos días que muy difícilmente le entrego la camisa al alfa y es que por su parte estaba más que de acuerdo entregársela pero su lobo pedía casi a gritos que nunca la devolviera, definitivamente después tendría una conversación seria con el.

Desde último año de preparatoria no había tenido ningún interés por los alfas, tenía muchas cosas en mente que apenas si podía concentrarse en una pareja, sus celos apenas si eran tan fuertes debido al estrés y los supresores que solía tomar cuando esté se acercaba. Solía sentir placer pero no estaba desesperado por el mismo, era un omega bastante tranquilo a comparación de otros y eso no le gustaba a muchos alfas que acostumbraban conocer omegas muy sumisos y locos por placer sexual en sus celos, otra de las razones por las cuales solían rechazarlo.

—¿Quieres festejar hoy Gyu? —pregunto Kai con una enorme sonrisa en su rostro mientras terminaba de guardar el resto de tazas—. Podemos ir al restaurante japonés que recien abrió a unas cuantas calles de aquí ¿Qué dices?

—Me encantaría pero necesito guardar todo el dinero para mañana a primera hora ir al banco, no puedo dejar que vengan por el ni mucho menos dejar pasar más tiempo debido a las corrupciones injustas que luego hacen —formulo una pequeña mueca—. Será otro día Kai, promesa.

—De acuerdo, déjame acompañarte mañana, no me gustaría dejarte ir solo —pidió pasándole los últimos utensilios para guardar—. Dos omegas son mejor que uno ¿No?

—Esta bien, tu compañía siempre la necesito y más en momentos como estos —sonrió—. Ahora debes ir a casa y descansar.

—Me sigo quejando.

—Tuve que mudarme a un lugar más cerca debido a la distancia y porque si ocurre una emergencia sera mucho más fácil atenderla —encogió sus hombros partiendo una rebana de pay de queso para el omega rubio—. Toma, para que cenes algo delicioso.

—Gracias Gyunnie —sonrió quitándose su delantal—. Todo de aquí me encanta, en verdad.

—Me alegra que no seas el jefe, porque de verdad tu negocio estaría en la ruina por comerte todo —Kai lo fulminó con la mirada sin perder esa sonrisa, Beomgyu rió en inocencia—. Cuídate Kai, nos vemos mañana temprano.

—¿Siete de la mañana?

—A las siete.

—Linda noche Beomgyu.

Eran aproximadamente las once de la noche cuando finalmente termino de acomodar los últimos libros de la estantería, la empresa de enfrente ya había apagado sus luces y eso indicaba que el también debería hacerlo. Podía ir a descansar y dormir sabiendo que apartir de mañana todo comenzaría a mejorar.

Un golpe en la entrada lo hizo colocarse en alerta, aún más cuando dos tipos mucho más grandes que el entraron el lugar. Uno de ellos se acercó hasta el omega que se encontraba detrás de la barra mientras el otro hacia de su cafetería un desastre.

—Por favor, no le hagan nada...les daré todo lo que quieran pe–pero...no sigan dañando mi cafetería —suplico temblando de miedo y pánico. Su lobo estaba gritando por ayuda pero lamentablemente no había nadie quien lo ayudará—. Por favor...

El alfa enfrente suyo termino por soltar una enorme carcajada antes de estamparlo en la pared más cercana—Inutil omega, rápido, quiero todo el dinero que tengas y cuidado si intentas algo más.

Escuchaba el sonido de varias cosas romperse, estaba llorando y temblando que muy apenas podía moverse de ese rincón donde se mantenía tirado.

—¡Muévete! —grito el otro chico golpeando con un bate aquella barra enfrente suyo.

Beomgyu actuó por instinto, camino muy difícilmente hasta la caja registradora sacando todas las ganancias de ese día, no era mucho cómo esperaban y eso lo hicieron notar en su cara.

—¿Nos quieres ver la cara de idiotas, imbecil? Este lugar está lo bastante bien para que solo ganes está miseria, danos todo el dinero o tal vez mi amigo y yo podamos divertirnos un rato —sonrió el otro alfa tomando fuertemente de su camisa para después acercar su rostro hasta la cobertura de su cuello, dónde aspiro y mordió esa parte haciendo sentir a Beomgyu muy asqueado—. ¿Qué decides?

—Abajo —pronunció señalando la parte inferior de la barra, estaba muy débil y lastimado para correr—. Esta un cofre con bastante dinero.

—Vez omega, no era muy difícil, que buen chico —menciono el otro sacando aquel objeto—. Danos las llaves y cuidado con los trucos sucios.

El débil pelinegro saco aquellas llaves de su mandil antes de casi lanzarlas al otro alfa. Definitivamente todo estaba mal.

—Esto es lo que buscamos —sonrió tomando la gran cantidad de dinero.

No sabe en qué momento paso todo, lo siguiente que sintió fue un fuerte golpe en su cabeza para seguidamente escuchar aquellos dos sujetos correr dejándolo tirado y bastante alterado. Se refugio en una esquina de la barra tratando de detener el sangrado de su cabeza, no tenía la suficiente fuerza para gritar por ayuda, estaba muy asustado.

Tal vez fueron minutos o segundos cuando escucho pasos en la cafetería, rezo muchas veces pidiendo que no fueran esos hombres nuevamente. En un intento de protegerse cubrió su cuerpo con sus propios brazos tratando de buscar refugio en ellos.

El olor pudo reconocerlo cuando estuvo a escasos centímetros suyo, la combinación de chocolate amargo y canela le hizo abrir los ojos encontrándose con la mirada preocupada de Choi Yeonjun.

—¿Puedo acercarme? —cuestiono el alfa debido al olor tan alterado del omega, Beomgyu asintió levemente sintiendo como las manos del alfa tocaban su rostro—. Debo llevarte a un hospital Beomgyu, estás sangrando mucho.

Beomgyu negó antes de intentar levantarse, volviendo a caer por el mareo que eso le causó—Mi cafetería...no.. puedo, esos hombres y yo... —murmuraba entre el llanto—. Soy...un idiota Yeonjun, no logre defenderme.

—¿Te hicieron daño esos idiotas? —pregunto sintiendo su lado protector salir al verlo en ese estado—. Arreglaremos el asunto de su cafetería pero ahora lo que me preocupa eres tú.

—Me siendo muy mal, yo no puedo con esto nuevamente —murmuro antes de caer inconsciente pero siendo atrapado por el rubio, quién lo tomo en brazos corriendo casi de inmediato hasta su carro.

Cinco minutos le costó llegar al hospital más cercano, grito por ayuda y enseguida dos enfermeras y un doctor le indicaron donde colocar a Beomgyu llevándolo en una camilla para atender su herida en la cabeza.

Se había quedado hasta tarde en la oficina, su lobo le indicaba que algo estaba mal y no quiso creer hasta que escucho el sonido de un vidrio romperse y ver después a dos alfas saliendo de la cafetería de Beomgyu. No dudo ni un segundo en correr escaleras abajo hasta el local de enfrente donde se encontro todo hecho un desastre, desde las mesas hasta las bonitas decoraciónes de luces tiradas.

Escucho el sonido de un llanto y se acercó hasta el dueño de este, algo en el se llenó de mucha rabia y tristeza al encontrar a Beomgyu con un severo golpe en la cabeza seguido de sus ropas desarregladas y un pequeño pero ya colorido hematoma en su rostro. Los ojitos cafés del omega lo miraban con mucho miedo y pánico, las lágrimas bajaban por sus mejillas hasta terminar empapando su camisa de ellas, la palidez en su rostro junto aquellas gotas de sangre cayendo por su frente termino por enfurecerlo aún más sintiéndose lo bastante estúpido por no haberle hecho caso a su lobo.

Para las dos de mañana le habían informado que Beomgyu ya estaba despierto y su herida había sido atendida, el golpe no paso a mayores y eso le brindo a Yeonjun una enorme tranquilidad. Camino hasta la habitación de emergencias donde aquel omega se encontraba, tenía una venda rodeando su frente y el golpe en su mejilla ya era mucho mas notable por la luz.

Tenía la mirada perdida que en ningun momento noto su presencia hasta mencionar su nombre.

—No quiero discusiones ahora Yeonjun, solo necesito regresar y yo resolver todo ya no quiero escuchar nada de nadie por el momento —expreso revisando sus bolsillos traseros, afortunadamente aún mantenía su cartera consigo.

—Beomgyu déjame ayudarte —pidió tratando de tomarlo para no dejarlo caer debido a la brusquedad con la que se bajó de la camilla.

—¡No, ya no quiero ayuda de nadie! —exclamo sintiendo el nudo en su garganta—. Menos de ti sabiendo que en cuanto esté mejor volverás a echarme en cara todo y decirme que no soy lo bastante fuerte para defenderme, que tú ayuda la utilizarás en mi contra en cualquier momento solo para hacerme la vida imposible. Gracias por haberme traído al hospital pero de ahora en adelante yo me encargo de mi problema.

Salió del lugar pero con Yeonjun siguiéndolo por detrás. Cuando llegó a la recepción supo que estaba acabado cuando le entrego la cantidad a pagar por sus servicios, actualmente en su tarjeta tenia muy poco dinero y ya no tenía absolutamente nada por hacer.

Su cafetería destruida y la deuda del banco esperando hacer pagada dentro de una semana, todo había terminado para el.

—Beomgyu no estás bien —volvió hablar el alfa alcanzando al omega justo en la entrada del hospital—. No me iré de tu lado hasta que estés bien.

—Dejame solo Yeonjun, por favor —suplico en un murmullo, el frío en su espalda poco le importo comparado con todo lo que sentía—. Siempre he estado así en la vida, tu buena caridad solo serán por unos minutos, siempre eres así.

—Dejame llevarte a casa Beomgyu —rogo tomando al chico de la mano, su piel estaba fría y ni siquiera le importo quitarse el saco para colocarselo—. Por favor.

Había hecho caso a las peticiones de su omega y ahora ya se encontraba dentro de aquel lujoso carro. El silencio era bastante incómodo y aquel alfa lo miraba de vez en cuando trataba de segun el ver si aun estaba dormido, pero Beomgyu era en lo que menos pensaba en ese momento.

Al menos después de todo lo único que va tener de su cafetería era los recuerdos porqué ya nada de lo que la mantenía con vida seguía, todo estaba destruido. Su sueño estaba destruido para ser más exactos.

La zona donde vivía no era ni lujosa ni tampoco para correr apenas tocarás el vecindario, era cómodo y bastante agradable. Cuando Yeonjun finalmente estaciona el carro frente a su edificio se da cuenta que aquel omega se había quedado dormido con su saco aún puesto, se sentía verdaderamente fatal pero de alguna forma verlo con una de sus prendas puestas le hizo sentir bien.

No quería despertarlo, su rostro lucia demasiado cansado y aquellas largas y bonitas pestañas solo lo hacían lucir más angelical, más tranquilo.

—Disculpe —llamo al guardia de seguridad que desde hace un rato llevaba vigilando que aquel omega estuviera bien—. Me podría decir dónde está el departamento de Beomgyu, el sufrió un accidente y lo he traído pero no me gustaría despertarlo.

—¿Qué es del muchacho?

—Soy su —callo unos momentos tratando de buscar algo para convencerlo—. Soy su pareja.

—Es el departamento numero seis, piso tres —respondió—. Aquí está una copia de las llaves y asegúrese de que el mismo Beomgyu me las entregué cuando esté mejor, sabré que en verdad es su pareja.

Yeonjun asintió guardando las llaves en su bolsillo trasero. Aseguro su coche para seguidamente tomar al omega entre sus brazos y colocar la alarma, el omega se acurruco entre sus brazos disfrutando de la calidez de ambos cuerpos.

Fue difícil entrar el departamento, no era pequeño pero era lo bastante cómodo para una solo persona. Camino hasta la habitación principal donde se encargo de arropar y mantener cómodo al omega, antes de irse o siquiera pensarlo Beomgyu algo adormilado le tomo el brazo, casi jalandolo hacia el.

—No me dejes alfa —murmuro entre sueños aferrando aún más su agarre—. Por favor.

Y es que después de lo sucedido lo que más necesitaba Beomgyu era el apoyo y calor de alguien cercano, no tenía el número de aquel omega rubio con el que lo vio acompañado así que era su única opción, el se negaba pero su alfa pedía proteger al omega pelinegro.

Finalmente se recostó sobre la cama, no hizo nada, solo permaneció acostado sin hacer ningún movimiento para incomodarlo. Beomgyu fue quien se acercó a el recostando su cabeza sobre su pecho, aferrando una de sus manos en su camisa no queriendo soltarlo, logro escuchar un leve ronroneo y supo que aquellos actos eran de su omega. Segundos o minutos, ninguno lo había contado con exactitud pero Beomgyu cayó dormido que sin pensarlo rodeo la fina cintura del omega en signó de protección.

Ambos habían sido controlados por su parte animal, ambos lo tenían muy en claro pero eran igual de rencorosos cómo para admitirlo.

es uno de los capítulos más largos que he escrito y me ha gustado el final.
todo injusto aquí pero que ya vienen las mejores cosas en verdad, ambos finalmente se van a dar cuenta de todo pero bueno, de que me quejo si yo también soy muy rencorosa jajaja
nos leemos la próxima ❤️




Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro