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Doce

Tocar fondo, siempre fue una opción, más nunca fue, algún tipo de elección. Doyoung lucho sus días sumido en un encierro, estudiaba en casa desde hace un tiempo. Sus defensas bajaron hasta el piso, todo termino en una inminente anemia. Los doctores le recomendaron reposo total, pero él se negó a atrasarse en sus estudios. Doyoung se moría por graduarse de secundaria, literalmente lo hacía.

Esas cuatro paredes, sin duda lo deprimían. Si amanecía o anochecía, realmente no lo sabía. Lo que sea que conseguía comer, muchas veces no se mantenía. El descanso no llegaba y no importaba cuanto dormía. Sus labios eran el principal victimario, los había mordisqueado, hasta el más vivido y punzante dolor. El temblaba constantemente y no era precisamente por frio.

En esos momentos, por ejemplo, se había levantado en un estado de turbulencia. El dolor lo golpeo como mil y un huracanes. Doyoung contuvo la respiración, no logro levantarse a la primera. Un incesable dolor se repartía por sus articulaciones y sintió como se clavaba en sus huesos. Respiro entrecortadamente, se ahogó en su propio dolor, al conseguir sentarse.

Su abdomen se retorció una y otra vez. Se arrastró hasta la esquina de su cama, intentando tomar el vaso con agua y los analgésicos. Acción ocupada en vano, sabía perfectamente lo que estaba sucediendo. El vaso que tenía en su mano, se resbalo rodando contra las pastillas. Ocupo ambas manos y las recargo en su pecho.

El sonido del vidrio quebrándose contra el suelo y las pastillas desparramadas rodando sin cesar. Sun escucho el estruendo en la habitación de arriba y dejo todo lo que estaba haciendo. _ ¿Doyoung? _ Un punzante silencio se dio como respuesta. _ ¿Doyoung? _ Subió las escaleras mientras se recogía su largo faldón. _ ¿Que fue ese ruido tan...? _ No hizo falta terminar la pregunta, su hijo yacía en el piso, lo único que parecía mantenerlo un tanto consiente, era el hecho de que estaba luchando contra el intenso dolor. _ ¿Está pasando? ¿Una crisis drepanocítica? _

Doyoung asintió con dificultad, estaba seguro de que no era un simple dolor mañanero, era más que eso, una crisis de dolor intenso, para ser exactos. Trataba esos estúpidos ejercicios de respiración que le recomendaron para calmar la crisis drepanocítica. Intentaba recordar otras cosas más, pero en esos momentos, el dolor dejaba su mente en blanco. Tan en blanco, que empezó a escuchar a la distancia, su cuerpo se vacío, siendo capaz de sentir solo dolor. La humedad en su rostro le devolvió los sentidos, estaba llorando, lagrimas refrescando su adolorido cuerpo.

No sabe cuánto tiempo paso ahí apoyado de su madre, apenas noto como los paramédicos lo tomaban. Luces por doquier, ocupándose en sus pupilas. Movimientos rápidos zarandeaban su cuerpo, tubos que se alojaban en su nariz le devolvían la respiración y una intravenosa que contenía un medicamento más fuerte para disipar su dolor. Doyoung cerró los ojos tratando de aguantar, mientras los calmantes surgían.

En un parpadeo estaba en el hospital y fue entonces cuando diviso a Junkyu. Corriendo de aquí para allá, lo veía en cámara lenta, su voz se escuchaba a lo lejos. Vio el terror en sus ojos, supo que, para él, todo el asunto era personal. El chico camino junto con la camilla, revisaba sus signos vitales. _ Del uno al diez... ¿Cuánto duele? _

Doyoung ocupo su atención en Junkyu, logro mover sus labios para esbozar el nombre de un número. _ Nueve. _ Siempre decía nueve, pero esta vez, se sentía como un diez. Doyoung guardaría ese diez, no se lo regalaría a su débil cuerpo, no se lo permitiría.

Junkyu negó con la cabeza, susurro algo a una de las enfermeras._ Dale una dosis de morfina. _ Eso fue todo lo que Doyoung pudo percibir. La enfermera inyectó otra dosis a la intravenosa y los parpados de Doyoung se colocaron cada vez más pesados. Cayo en un profundo y desearía que fuese, reconfortante sueño.




Jihoon paso por la horrenda revisión, que le permitiría entrar como visita. Los protocolos de las cárceles le traían malos recuerdos y no sabía porque seguía frecuentando lugares así. La verdad era que Jihoon si sabía, la razón tenía nombre y apellido. Choi Hyunsuk, su primer amor y su ex. Lo visitaba una vez al mes, sin falta alguna. Jihoon no sabía si lo hacía por lastima o por obligación. Era algo que le retumbaba en el subconsciente, así de profundo era el primer amor.

Camino entre los teléfonos ocupados, frenando en el unido espacio vacío que había, él estaba ahí, viéndolo fijamente, pretendiendo que nada paso. Jihoon lo miro, era un descarado, porque incluso se atrevió a sonreírle. Una sonrisa por la que Jihoon llego a creer mil mentiras y meterse de un millón de problemas. Se resignó a sentarse, el amor era justamente así. Jihoon tomo el teléfono y Hyunsuk repitió sus acciones.

_ ¿Cómo estás? _ Los ojos de Jihoon tiritaron mientras miraba a Hyunsuk.

Hyunsuk se encogió de hombros con gran desinterés. _Encerrado en una cárcel. _

Jihoon bufo. _Me alegra que nunca pierdas el buen humor._

_Tu siempre me haces sonreír. _Hyunsuk sonrió mientras analizaba a Jihoon.

_Es porque soy un chiste para ti. _

Hyunsuk exhalo cabreado. _Si tanto me odias..._ Señalo a Jihoon atraves del vidrio. _ ¿Por qué sigues viniendo a mí? _

_Estoy tratando de perdonarte. _ Jihoon alzo la voz y se ganó una mala mirada de Hyunsuk.

Hyunsuk rodo los ojos al girar su rosto hacia un lado. _Te lo dije antes y te lo diré ahora. Con que no colocases cargos en mi contra, fue más que suficiente. _

_Me cuesta trabajo pensar en que no has cambiado en lo absoluto_ Jihoon siseo.

Hyunsuk se rio en la cara de Jihoon. _No tengo por qué cambiar, en lo absoluto. Encontré a alguien que me quiere por como soy, justo como tú lo hiciste. _ Hyunsuk juzgo a Jihoon con la mirada. Había algo de dolor en la manera en como lo miraba.

_Mashiho no sabe la verdadera razón por la que estás aquí. _ Jihoon silbo.

_Tampoco tiene que saberla. _Hyunsuk ladeo su rostro con lo que parecía ser una mirada de amenaza para Jihoon. _ Saldré en un par de meses y empezare una nueva vida. _Esa sonrisa de cinismo se asomó en sus labios.

_ ¿Lo harás? _ Jihoon rio sarcásticamente. _ O limpiaras el piso con Mashiho, justo como lo hiciste conmigo. _

_Él no tiene miedo de amar, como lo tienes tú. _ Hyunsuk miro a Jihoon.

_Tienes una idea inadecuada sobre el amor. _Jihoon miro a Hyunsuk.

Hyunsuk agudizo sus ojos llenos de delineador. Se acercó a el teléfono directamente sus labios resecos. _Si me hubieses amado lo suficiente, hubieses dejado que robara en tu casa y ahora nos estuviésemos riendo. _ Hyunsuk sonrió amargamente. _ ¡Jihoon por favor! Tus madres son unas lesbianas, que están podridas en billete. La sola oración, es sumamente pecaminosa. _ Hyunsuk se acercó al vidrio, estaba empañado debido al vapor de su hablar. _Tú eres pecaminoso y yo lo soy también. Combinábamos tan bien juntos, nunca lo lograste entender. _

El pitido que limitaba la visita sonó de repente, Jihoon se había quedado en blanco. Hyunsuk aun sabia sugestionar sus emociones y eso lo jodia de la cabeza a los pies. La verdad era que, venir a visitarlo lo dañaba, pero no quería aceptarlo. Había logrado amar a otra persona, cambiar para bien, pero el perdonar a Hyunsuk, era una cuenta pendiente que se demoraría en pagar, era sumamente cara, como si consumiese todos sus buenos sentimientos.




Jihoon se asustó por el siguiente pitido, no era el de la terminación de la visita, era el de su celular. Ya estaba fuera de ese horrendamente frio lugar, en el que había pasado meses recluido y todo por culpa de Hyunsuk. Si, Jihoon había sido metido a la cárcel por supuesta complicidad, cuando él nunca tuvo la menor idea de los crímenes que cometía Hyunsuk, mucho menos el que termino cometiendo en su casa. Su juicio se extendió por meses y sus madres casi se mueren de la tristeza. Con suerte lograron demostrar que era inocente e incluso no habían puesto cargos en Hyunsuk. Todo por petición, del tonto de Jihoon.


_Hola novio tonto. _ Jihoon se sacudió el pelo, como si eso sacudiese sus pensamientos.


_Te escuchas algo apagado, significa que ya has terminado la visita a Hyunsuk. _ Junkyu hablo despacio, precavido de no enojar a Jihoon. Jihoon se cabreaba de mas, cada que salía de visitar a Hyunsuk.


_Lo odio demasiado, no creo llegar a perdonarlo. _ Jihoon arranco los hilos de su pantalón rasgado, tratando de liberar su enojo.


_Si podrás, solo dale tiempo al tiempo. _ Junkyu se limitó a animar a su novio.


_Tu nunca me llamas después de salir de la visita, siempre evitas hablarme cuando estoy enojado ¿Por qué llamaste? _


Junkyu asintió como si Jihoon pudiese verlo y de pronto se sintió un tonto. _Mejor te lo digo luego, cuando estés de buen humor. _


_Solo dilo o me cabreare. _ La voz de Jihoon se tornó profunda.


_Doyoung tuvo un ataque de dolor intenso, será mejor que le digas al resto, especialmente a Yedam. Sus padres se han ido a conseguirle ropa, así que tendrá tiempo para verlo. _ Junkyu hizo un largo silencio, que fue bien complementado por Jihoon.


_Él... ¿Está bien? _ Fue lo único que Jihoon pudo peguntar, no sabía mucho sobre la enfermedad de Doyoung. De repente su enojo se convirtió en preocupación.


_Lo estará, esto pasa un par de veces al año y ya sabemos cómo controlarlo. _


La sala de espera se llenó en cuestión de horas. Los pocos, pero confiables, residían en una línea de sillas. Asahi habia venido con Sun, les toco perseguir la ambulancia hasta el hospital, con ayuda del chofer de la familia. Yedam había venido junto con Yoonbin, Yeongue y Jaehyuk. Todos llegaron en el auto del padre de Yoonbin. Un viejo Cadillac los noventas, nadie lo ocupaba y ahora era de toda la pandilla.

Yedam miraba fijamente hacia la puerta, nada podía distraerlo de la película mental que se levantaba. Casi se le caen los papeles de la inscripción a su nuevo instituto, cuando recibió la llamada de Jihoon. Lo dejo todo tirado y se olvidó de todo. Sus amigos lo detuvieron, si hubiese sido por él, hubiese venido por su cuenta. Era bastante impulsivo, pero solo cuando se trataba de Doyoung.

Junkyu salió de la habitación con una tableta de apuntes, miro a la línea de muchachos. _ ¿Quién ira a verlo primero? _ Jihoon miro a Yedam y Yedam miro a Jihoon. Yedam se colocó serio, Jihoon agudizo su vista. Junkyu hizo un sonido para detener la guerra de miradas y miro a Jihoon.

_Yedam, Yedam, Bang Yedammmmm. _Jihoon canturrio algo nervioso de la mirada seria de Yedam.

_ ¿No es obvio? _Yedam siseo directamente hacia Jihoon. Se levantó de su asiento para dirigirse a la puerta.

_Tú vas de segundo. _ Junkyu señaló a Jihoon

_Mejor tranca la puerta, probablemente se besen. _ Jihoon pico, esperando que Yedam no lo escuchase.

Junkyu se colocó frente a la puerta, haciendo gestos de policía. Jihoon se levantó haciendo un sonido que denotaba, lo enternecido que estaba de las acciones de su novio. Le tomo la cara para darle un beso, pero este se colocó más rojo que un tomate. Jihoon recordó que no podía besarlo, se suponía que estaba en servicio.

Al otro lado de la puerta, Yedam caminaba hacia Doyoung. Estaba dormido, con un par de aparatos conectados a su cuerpo. No eran más que una intravenosa y algo de oxígeno. Yedam se preocupó de todos modos, nunca podría entender el dolor que experimentaba Doyoung. Yedam pensaba que Doyoung era la persona más fuerte que alguna vez pudo conocer, siempre pensó en ello como su característica favorita del chico. En esos momentos lo volvió a ver, observándolo completamente quieto, pudo encontrar muchas más características favoritas.

Esa piel blanquecina, tan característica de su enfermedad, era más apreciable que la nieve misma, en la primera nevada de invierno. Esas mejillas regordetas, un poco desvanecidas, pero seguían siendo tan suaves a simple vista. Grandes orbes, que no dejaban de verse igual de brillantes, a pesar de las ojeras. Labios pequeños, pero lo suficientemente rellenos. Yedam nunca se detuvo a apreciar lo que tenía frente a sus ojos, se terminó arrepintiendo en el momento.

_En realidad eres lindo, lamento que no puedas escucharme y reírte de mis cursilerías. _ Yedam arre costo su rostro en la camilla y se limitó a mirar a Doyoung.

Doyoung no pudo evitar sonreír, ya llevaba fingiendo un buen rato. _No estoy dormido, solo espere a que dejases de admirar mi belleza. _

Yedam se levantó de un respingo, su cabello se desparramo en su rostro. _Me asustaste. _

_Ya en serio..._Doyoung titubeó en si debía seguir o no. _ ¿Por qué me mirabas tanto? _ Doyoung miro a Yedam a los ojos y sonrió para que este tuviese algo de confianza en responder.

Yedam miro a lo largo del rostro de Doyoung. _Tu piel, tus mejillas, tus ojos, tus labios. _ Yedam trago saliva. _ ¡Whoa! _ Se acercó al rostro de Doyoung. _ Han estado todo este tiempo frente a mí y nunca me había dado cuenta. _

Doyoung miro lo largo del rostro de Yedam, deteniendo su vista en esos labios. _ ¿Cuenta de qué? _

_Ya no estoy obsesionado con tus mejillas, sino con tu rostro. _ Yedam quería tocar el rostro de Doyoung, pero este se veía tan delicado. Pensó que lo quebraría si lo tocaba, pensó en mantener su distancia para protegerlo.

Doyoung se decepciono cuando Yedam aparto sus manos, pero al menos sus rostros seguían muy cerca. _Mi cara no tiene, nada especial. _

Yedam ladeo su rostro sin comprender a Doyoung. _Si tan solo vieses, lo que yo puedo ver, un espejo no te hace justicia. _

_ ¿Quieres ver más de cerca? _ Doyoung susurro.

Yedam negó mientras sonreía. _No quiero, no quiero terminar besándote. _Se empezó a alejar, pero Doyoung lo detuvo tomando su mano.

_Puedes besarme si quieres, en el momento que quieras, no me molestare. _

_Usare ese beso cuando más lo necesite, por ahora, solo quiero cuidarte lo más que pueda. _ Yedam acaricio la mano de Doyoung.




Yeongue repite la cinemática de siempre, se va a una esquina solitaria del hospital y saca un cigarrillo ¿Por qué? porque su mejor amigo está enfermo otra vez, porque Yoonbin lo odia, porque ultimadamente apesta ser un mosco muerto. Ya un cigarrillo ocasional no le basta, la manía se estaba extendiendo a toda la semana. Se cabrea de inmediato, olvido su encendedor. Se cabrea aún más, Yoonbin lo acaba de encontrar.

_Estas en un hospital. _ Yoonbin habla en el oído de Yeongue y planta un beso en este.

_ ¿Y...? _ Silbo Yeongue. Ignorando todo el desastre que un simple beso ha hecho con todos sus sentidos.

Yoonbin se colocó frente a Yeongue con los brazos cruzados. _Tú madre trabaja aquí, podrían despedirla y todo por tu culpa. _

_ ¿Eres la voz de mi conciencia? _ Yeongue silbo y se acercó a Yoonbin. Lo miro desde su altura y sonrió lascivamente.

_Siempre lo he sido..._ Yoonbin acomodo los lentes de Yeongue. _ ¡Vamos! _ Ocupo su mano en sus pantalones en busca de algo. _ Abre la boca y cierra los ojos. _

_ ¿Para qué? _ Yeongue hizo un puchero y dio un paso atrás.

_Confía en mí. _

Yeongue rodo los ojos, para terminar, cerrándolos. Abrió la boca lentamente, no confiaba en los juegos de Yoonbin. Sus sentidos escucharon como un cartucho se abría y luego un característico sabor a uvas. Yeongue cerro la boca y jalo con la misma. Su mirada de incertidumbre se ocupó en Yoonbin. _ ¿Un caramelo? _

Yoonbin unió sus cejas. _ ¿Qué esperabas? _

_Nada... _Yeongue movió el caramelo a un lado de su boca. _ Nunca he esperado nada de tu parte. _ Las palabras de Yeongue eran dichas lentamente, el caramelo era un tanto grande, para su pequeña boca llena de aparatos. _ Incluso cuando nunca he esperado algo de ti, siempre consigues decepcionarme. _

_Luces bonito cuando tienes la boca llena. _ Yoonbin sonrió mientras paso su mano bajo el mentón de Yeongue.

Yeongue se sacó el caramelo de la boca y lo lanzo por ahí. _ Ni siquiera escuchaste lo que dije. _

_Es porque estaba viendo tu boca. _ Yoonbin tomo el rostro de Yeongue y este forcejeo.

_No me puedes besar aquí. _ Yeongue miro a los lados y luego al rostro de Yoonbin.

_Tampoco se puede fumar. _Yoonbin se acercó a morder los labios de Yeongue.

_Yeongue..._ La madre de Yeongue, congelo el acercamiento de ambos, literalmente se habían quedado petrificados. Se limitaron a apartarse mientras miraban fijamente al suelo, incapaces de enfrentar la curiosamente divertida mirada de la madre de Yeongue.




Jaehyuk y Asahi se sentaron en el gran jardín del hospital. La iluminación era agradable, pero el día se conservaba frio. El invierno empezaba a asomarse, dejando de lado la ventolina del otoño. Ambos se miraron, esas sonrisas incomodas de nuevo. Cada que se veían, recordaban ese día, en el que sus bocas se disfrutaron al límite. Bueno, no tan limite, porque Junhoe los termino encontrando.

Asahi aun recordaba como las orejas de Jaehyuk se tornaron completamente rojas, termino adorando esa parte tímida del chico. Le gustaba llamarlo suyo en su mente, pero ese día había salido de sus labios sin permiso alguno. En cuestión de segundos se estaban besando contra el piso, deseando que el momento no acabase nunca.

_La iluminación es perfecta, debería tomar una foto. _ Asahi saco su cámara, sin pensarlo mucho, enfoco a Jaehyuk.

_ ¿De mí? _ Jaehyuk sonrió al ver como Asahi lo enfocaba.

_ ¿Por qué no? _ Asahi acomodo el rostro de Jaehyuk, buscando que la iluminación lo favoreciese de manera perfecta.

_ ¿Crees que no me he dado cuenta? _ Jaehyuk tomo la mano de Asahi y la retiro de su cara.

_ ¿Que? _Asahi ocupo su atención en Jaehyuk.

_En el autocine, en el estacionamiento del club, en las clases de jiu-jitsu. Tomaste fotos de mí en secreto. No soy tan distraído como piensas que soy. _ Susurro Jaehyuk.

_ ¿Cuál es tu punto? _ Asahi ladeo su rostro.

_ ¿Por qué tomas tantas fotos de mí? _

Asahi volvió a enfocar a Jaehyuk, esta vez termino tomando una foto. _Quiero recordarte para siempre, por si nunca más vuelvo a verte. _

_Asahi yo..._

Jaehyuk toma la cámara de las manos de Asahi, para que lo deje de sacarle fotos. Se le queda mirando unos segundos, como si dudara de lo que debe hacer o la respuesta que debe dar. Asahi lo espera pacientemente, no porque quiera, sino porque se lo debe. Ya ha jugado lo suficiente, pero está muy claro que para Jaehyuk, no es un juego. Jaehyuk lo mira de la misma manera, que alguna vez lo miro Mahiro. _Estaré para ti cuando quieras, iré hasta donde estés y te daré lo que necesites. _

Asahi sonrió mientras tomaba el rostro de Jaehyuk. _Mira tus palabras Jaehyuk, por más sinceras que sean, son demasiado idealistas. _ Miro a lo largo del rostro del moreno. _ Con que me sigas mirando, de la manera en la que me miras, mientras te tomo una foto, para mi es más que suficiente. _ Acaricio su rostro con ayuda de su pulgar. _ Tu eres como la definición de mi nombre, eres un sol, eres brillante, iluminas mis días. _ Asahi sonrió algo cabizbajo. _ Yo, lo siento por creer que eras solo un idiota, es obvio que eres más que eso y es ahora que me doy cuenta. _





Finalmente estoy de vacaciones, aunque mis estudios nunca han afectado esta novela, solo una vez.Expecten OS y actualizaciones de mi otra novela. 

¿Diganme un underrated  ship de Treasure  del cual quieren un OS? 

Ya vamos por la recta final y estos dos aun no se besan. Creanme que cuando pase, ya mas nunca podrán parar.

Ya tengo estructurada la novela de Ha-jeongwoo, pero la empezare en agosto. Estén pendientes, si están interesadas. 

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