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Traición

Ahí estaba de nuevo, dudando acerca de todo lo que había pasado estos días. Ese sentimiento lleno de rencor a su persona estaba regresando con más fuerza a su mente. Cada vez que estaba con Sana, no podía evitar sentirse mal, muy dentro de ella lo sabía, era como una pequeña astilla enterrada en su dedo, dolía un poco. Si Tzuyu realmente estaba enamorada de Sana como lo demostraba, entonces podía entender su miedo y desesperación en cada palabra, era el mismo sentimiento que ella tuvo al enterarse de su relación, ese miedo por perder lo que es importante para nosotros. 

No quería seguir mintiendo, porque ella no era una mentirosa.

El amor era tan doloroso como lo plasmaban en todas esas películas o dramas que solía escuchar con su madre, alguien siempre salía lastimado. Y si no era ella, entonces ese alguien sería Tzuyu y Taehyung. 

—Dudo mucho que Sana este con alguien más—Tomo todo el valor del mundo y fue lo único que pudo decir debido a sus nervios—Si no quiso salir contigo tan rápido, dudo mucho que alguien más lo haya conseguido. 

Estaba tranquila, su cuerpo se relajó un poco e intentaba comportarse lo más normal posible. 

—La única persona que podría, serías tú—Replicó la taiwanesa alzando la ceja izquierda—Confió en ti, se que no serías capaz—Tzuyu le dio un pequeño abrazo como muestra de que confiaba en ella—Se que eres alguien honesta y si yo fui lo suficiente honesta contigo, entonces tu no tienes porque mentirme ¿verdad?—Se separó de Dahyun—Si Sana, me estuviera engañando ¿Me lo harías saber?—Dahyun asintió un poco desanimada—Nayeon me contó su pequeña conversación, me sentí tan aliviada de escucharlo—Hizo una pequeña pausa—Tanto Nayeon como yo confiamos mucho en ti.

Las manos le sudaban horriblemente, se pusieron pegajosas debido a los nervios. Recordaba la promesa que le hizo a la mayor, recordaba como su voz sonaba tan entusiasmada y esa chica confiaba realmente en ella. Conocía perfectamente ese sentimiento, si ella estuviera en el lugar de Nayeon, también lo hubiera hecho. 

Se convertía en una persona egoísta, de ese modo lo sentía. 

—No soy tan buena como ustedes creen. 

Tzuyu volvió a sujetar la mano de Dahyun repentinamente.

—Las amigas no se traicionan—Le susurro lentamente la taiwanesa y rió al final—De eso no me preocupo—Mordió su labio inferior. 

Una llamada interrumpido su conversación, alguien le llamaba a Tzuyu en repetidas ocasiones. Se levantó de la mesa no sin antes tocarle el hombro a Dahyun como despedida. En ese momento un enorme escalofríos invadió su cuerpo y no lograba respirar bien respirar. Lo último no sonaba de manera amistosa, logro ponerla con sus pelos de punta. Consiguió calmarse un poco, quitar esas ideas malas de su cabeza y volvió a respirar. 

Taehyung no tardo mucho en llegar con más comida, la saludo apenas entro de nuevo a la habitación, le había comprado un helado de chocolate y corrió a dárselo apenas regreso. La única que nunca regreso era la chica de su costado. No logró escuchar muy bien la razón por la que Tzuyu tuvo que irse de emergencia.

La noche sería demasiado larga más de lo que se imagino. 

[Esa misma noche en alguna parte de corea]

Sana estaba de caminó a casa de Tzuyu luego de dejar a Dahyun. Estaba dentro del taxi cuando recibió esa inesperada llamada de su mejor amiga, normalmente Mina no era expresiva, le asustó mucho escucharla llorar al teléfono. No tuvo tiempo de reaccionar, le pidió al conductor que la llevara a otra dirección, le mando unas disculpas a la taiwanesa por no poder acompañarla a la reunión. 

Estaba demasiado preocupada, esperaba que no fuera algo tan grave y pudiera ayudarla. El caminó se le estaba haciendo eterno, como si el vehículo simplemente no avanzara. Estaba atardeciendo, poco a poco iba obscureciendo y el sol se ocultaba para darle la bienvenida a la luna. Logró ver desde lejos a su mejor amiga sentada en los escalones fuera de su casa con el rostro completamente oculto entre sus brazos y rodillas. Salió prácticamente corriendo cuando el taxi se detuvo enfrente de su casa, corrió para abrazarla. Estaba al borde de las lagrimas con su cabello ligeramente desarreglado. 

—Mina...—Le susurro asustada—¿Que pasa?

Estuvieron mucho tiempo de ese modo, se quito de encima suyo y se se sentó alado en el pequeño espacio vació que quedaba en el escalón. Miro a sus espaldas, dentro no se escuchaba ningún ruido, se imaginaba que sus padres seguían de viaje. 

—Las flores no deberían llorar de noche—Se detuvo—Las flores no deberían llorar por ningún motivo—Corrigió sus palabras. 

Mina dejo ver su rostro, alzó un poco la cabeza y miró de reojo a la japonesa quien estaba sentada alado suyo consolándola. Volvió a caer en lágrimas al ver el rostro de su mejor amiga viéndola con tanta lastima que se lanzo hacía ella, sin pensarlo, directamente hacía sus labios en un arranque impulsivo de irá, recordando lo que había visto para ponerla tan mal. 

Sana no movió sus labios al principio, estaba en total shock que no tuvo tiempo de reaccionar, la besaba de una manera tan vulgar que termino cediendo luego de que la lengua de su mejor amiga entrara a su boca. Se aferraba tanto a su ropa que la atraía más y más a su cuerpo. No cerro los ojos, las personas que pasaban, solamente las miraban con asco y otras simplemente las ignoraban. No tardo mucho ese beso su mejor amiga oculto su rostro sobre el pecho de esta. Acariciaba su cabello, normalmente no le gustaba que las personas la abrazaran pero este día era una excepción. La abrazo del mismo modo en el que Mina se aferraba a su ropa. Ansiaba tanto golpear a la persona responsable de poner a Mina de esa manera, cuando se trataban de personas importantes para ella, llegaba hacer demasiado impulsiva y muchas veces ni media las consecuencias de sus actos. Escucharla llorar era sin duda la melodía más triste que escucharía todo el día, y no quería escucharlo. 

—Lo siento, no debí besarte—Decía desesperada—El amor es una estupidez—Guardo silencio un momento y se separo del cuerpo de Sana. Se alejo unos centímetros y limpiaba un poco sus lágrimas de nuevo. Subió sus pies a un escalón y recostó sus brazos en sus rodillas—Duele más de lo que imaginaba.

Sana mordió un poco su labio inferior. Estaba demasiado avergonzada y ansiosa.

—Eso no importa ahora, Mina—Sana le dio pequeñas palmaditas a su espalda—¿Me contaras lo que te pasa? 

. —¿Recuerdas nuestra conversación?—Miró al cielo aquella estrella que brillaba en alguna parte del universo—Esa tarde, no pudo decirte el nombre de la persona... 1) porqué era muy complicado y 2) porque me pidió que no lo hiciera—Volteó a ver a Sana con lágrimas en los ojos—Entendía perfectamente la razón, le hice mucho daño por mis inseguridades y cuando por fin me decidí, simplemente me pidió que me alejara—Regreso su mirada al suelo y soltó un fuerte suspiro lleno de desesperación—¿Soy tan mala persona?—Jugaba con las agujetas de sus zapatos—Esto apesta demasiado. 

Nunca consoló a nadie con un corazón roto, era algo nuevo para ella que no sabía siquiera que hacer o que decir. Se acercó un poco más a la japonesa de nombre Mina y tomo su mano, evitando que siguiera jugando con su agujeta de aquellos zapatos negros que llevaba puesto. Entrelazo sus dedos, su agarre era tan fuerte que ni siquiera podía mover su mano su mejor amiga. La miró directamente a los ojos, con esa mirada llena de culpa y de miedo, era la primera vez que la miraba de esa manera y esperaba que fuera la última. 

—Tú eres una flor de Sakura en primavera, Minari—Sana le sonrió y bajo su mirada la cuál se perdió mirando su mano—Solo creces en primavera y al hacerlo, te vuelves la flor más hermosa del lugar—Agarro un poco más fuerte su mano de su mejor amiga—No cualquiera puede apreciarlas, no todos conocen de belleza ni mucho menos de clase. 

Mina alzó su rostro sorprendida sin quitarle la mirada a Sana, esas eran las palabras que antes esperó por escucharlas. Eran tan sinceras y cálidas, era la forma tan especial de hablar de la japonesa que la volvía loca. Estas no eran más palabras tristes, si no de esperanza por hacerla sentir mejor. 

—Ojala...—Susurro primero la japonesa—Ojalá, Chaeyoung pensara lo mismo que tú y no hubiera sido tan perra como para citarme en su casa y que estuviera en una situación tan intima con Mark, tu ex novio. 

No sabía lo que le sorprendía más, si escuchar el nombre de la mejor amiga de Dahyun o saber que fue lo demasiado perra para hacerle pasar un momento tan horrible a Mina con su ex novio. Miró como las lágrimas que se detuvieron un momento, volvían a brotar y a derramarse sobre las mejillas de la japonesa. Se agacho de nuevo, sujeto ambas manos de su mejor amiga y con su mano libre acarició un poco su cabello. 

—No llores Minari. Odio verte de esta manera—Mustió Sana evitando morder fuertemente su labio inferior por coraje y herirse a si misma—¿Hay algo que pueda hacer para hacerte sentir mejor? Lo haré, lo prometo. 

Una propuesta demasiado tentadora. 

—Sana...—Le susurro Mina con ese enorme nudo en la garganta que le estaba impidiendo hablar. 

—¿Necesitas algo Minari?—Le preguntó ansiosa la japonesa quién se puso de pie de inmediato por si necesitaba algo de la tienda—¿Quieres que vaya a comprar algo? 

Mina negó con la cabeza y alzó la mirada para que sus ojos se encontraran con los de su mejor amiga.

—Si antes de que llegara Dahyun, si una chica te hubiera declarado sus sentimientos ¿Que hubieras hecho?—Ansiaba saber la respuesta de esa duda desde hace mucho tiempo—La curiosidad me consume en estos momentos. 

—¿Por que preguntas eso tan de repente? Se supone que estamos hablando de ti, yo no importo en este momento—Sana respondió confundida y un poco desconcertada.  

—Solo respondeme...—Dijo con molestia Mina. 

—Bien—Se rindió en intentar evadir esa pregunta—Si una chica antes de Dahyun se me hubiera confesado antes, estoy segura que las cosas no hubieran salido nada bien, a lo mejor y todo hubiera resultado peor que Jeongyeon. 

Esa era la respuesta que esperaba, nunca se imagino una positiva.

—¿Por que Dahyun fue diferente?—Mina bajo su cabeza de nuevo—Nunca me lo has dicho. 

Sana mantenía una postura rígida en las escaleras. En ese momento la imagen de Dahyun apareció en sus pensamientos, recordó ese momento en que su mirada se encontraron con ese par de ojos dormidos y esa sonrisa tan inocente, de una persona amable. 

—Lo hice por mi hermano Yoshio—Mustió la japonesa con la verdad—El estuvo enamorado de Dahyun desde muy pequeños. Solía mostrármela por fotos, el siempre decía que se quería casar con ella cuando fueran más grande—El brillo en los ojos de la japonesa se desvanecieron al terminar de hablar—Ese día nunca llegara, y todo fue por mi culpa. Por esa razón, cuando la encontré de nuevo, prometí que no le haría daño por la memoria de mi hermano—Soltó una pequeña risa—Y esa fue la causa de que me enamorara de ella. De pequeña tuve solamente dos encuentros con ella, y nunca los olvide. 

Se sentó de nuevo en el escalón en el mismo lugar que del principio. El corazón le latía debido a todas esas emociones a cumuladas, intentaba calmarse, el pecho le comenzaba a doler, eso no era una buena señal. Intentó tomar airé discretamente para que Mina no lo notará. Y en ese momento, su mirada regreso a su mejor amiga quién la miraba un poco extraña, sus ojos se estaban mirando directamente, era una sensación extraña. Eran unos ojos desafiantes y temerosos al mismo tiempo.

—¿Y si esa chica hubiera sido yo? ¿Lo hubieras hecho?—Miraba fijamente sin parpadear a Sana—Antes de Chaeyoung, yo estaba enamorada de ti. 

Un secreto oculto que nunca esperó que escucharía. Con un recuerdo doloroso. 



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