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Primer latido.

[Sana]

Los pensamientos negativos lo único que conseguían era que todo el tiempo se sintiera miserable, todos esos sentidos que lograban querer lanzarse de un segundo piso y terminar con todo lo que nunca debió empezar. En la vida de Sana fuera de ser sencilla todo resultaba ser complicado, luego de rechazar de esa manera a Mark se cuestiono un montón de cosas, una de ellas fue el susurro el nombre de la chica de piel pálida. No lograba concentrarse luego de esa plática que tuvo con Mina, se puso a repasar todo y no sentía que en verdad estuviera cambiando algo, continuaba siendo la misma chica antipática de siempre.

Todo iba a empeorar para ella. 

La noche era igual de helada que las anteriores, su suéter estaba tan desgastado que no lograba calentar su cuerpo, y el ir en bicicleta empeoraba más el frió. Llegaría un poco más tarde a su trabajo, intentaba darse prisa pero el tráfico era más pesado de lo normal y eso si que le estaba frustrando. Se detuvo un momento por un semáforo, en un estante de una tienda de ropa, observo un bonito vestido color rosa pastel, era un poco corto y no se imaginó a ella con ese vestido puesto, si no más bien a Dahyun. 

El sonido de los carros la hicieron regresar a la realidad, se puso a pedalear de nuevo que ya no se encontraba muy lejos del trabajo. Al llegar, guardo su bicicleta en la parte trasera y fue en busca de su uniforme. El nuevo trabajo que tenía era un lugar muy elegante en dónde era casi imposible que alguien que la conociera fuera, los precios eran elevadamente altos y el ambiente era para pequeñas reuniones, pero la propina era realmente buena y esa era una de las razones por las que soportaba todo ese desvelo. Utilizaba también un uniforme muy elegante, su figura lograba destacar aunque no fuera la gran cosa, siempre conseguía elogios de sus demás compañeros. 

—¡Por fin llegas Sana!—Gritaba con emoción de una de sus compañeras—Pensamos que no vendrías hoy. 

Sana negó con la cabeza y asentó sus cosas en una de las mesas de alado. 

—He estado muy ocupada, pero nunca faltaría al trabajo—Se rió Sana—A demás, escuché que hoy habría una pequeña reunión que dejara buenas propinas, no puedo perderme eso.

Guardo sus cosas en su locker de trabajo. Se acomodo su delantal que iba amarrado a su cintura y se hizo una cola de caballo alta.

—El chico de la reunión es realmente apuesto—Dijo con descaró su compañera—Me sonrió cuándo le lleve un baso de agua. 

—Concéntrate en trabajar y deja de querer conseguir novio Hyunjin—Se bufó Sana.

Cerró su locker y antes de que saliera para empezar con sus actividades el gerente le pidió que sacara la basura. Fue corriendo hasta la parte de atrás de nuevo para buscar las bolsas que se estaban almacenando, tenía que llevarlos hasta la entrada en dónde estaba el enorme contenedor de basura que compartían con el restaurante vecino. Las bolsas no eran tan pesadas como se los imaginó, caminaba con cuidado para que no tropezara y cambiaba de posición para que no se alambraran sus manos. Hizo una pequeña pausa, dejo las bolsas aún lado suyo y quito un poco de sudor de su frente, estaban a 8° y aún así no podía evitar sudar. 

Escuchó el motor de un vehículo, y desvió su mirada al estacionamiento, muchos carros estaban llegando, y eran carros costosos. Regreso su mirada al frente, volvió a alzar las bolsas de basura y caminó con excito al contenedor. Revisó su celular antes de volver al trabajo, tenía un montón de mensajes y la mayoría eran de Mina, su mejor amiga.

Volvió a mirar al estacionamiento, la figura de una de las chicas que bajaban de una camioneta era verdadera fascinante, era alta con un cuerpo envidiable y una cintura pequeña. La chica que miraba tenía el cabello largo, casi hasta la cintura y una piel ligeramente obscura. Y en ese momento aquella chica que miraba volteó a su misma dirección encontrándose con esa mirada penetrando su cuerpo entero. Era Tzuyu. 

—Sana—Dijo Tzuyu caminando hasta la japonesa—¿Ahora trabajas aquí?—Sana ignoró su pregunta y se dispuso a caminar hasta a dentro—¿Vas a ignorarme?—Soltó una pequeña risita.

—Tengo cosas más importantes que quedarme a conversar contigo. 

Tzuyu era de las personas egocéntricas que conseguían todo lo que quisieran. 

—Como siempre siendo una chica con una actitud antipática—Se bufó Tzuyu—Solo quiero decirte algo...—Logró que Sana se detuviera—Ese uniforme se te ve bastante bien. 

Sana no le respondió a la taiwanesa. Llegó hasta el mostrador, no lograba reconocer a nadie de los que estaban en esa mesa tan importante, y sentía un poco de curiosidad por el chico apuesto que tanto alardeaba su compañera Hyunjin. Aparentemente la persona encargada de la reunión aún no quería ordenar hasta que todos su invitados llegaran. El lugar estaba bastante llenó y no tardo en entrar Tzuyu, todos voltearon a verla, tenía una presencia muy alta y elegante.

Tenía un mal presentimiento. 

—Encárgate con Hyunjin de la mesa del señor Kim—Ordenó el gerente—El esta listo para pedir junto con sus invitados. 

—De acuerdo—Respondieron ambas.

Por otro lado, Dahyun estaba demasiado a gusto conversando con todos los amigos y amigas de Taehyung, eran personas muy amables y divertidas. Normalmente solía ser un poco introvertida, pero hoy estaba demasiado relajada que parecía otra persona, estaba disfrutando de pasar tiempo con muchas personas. La música que recientemente habían puesto era tranquilizante y por momentos se perdía en el silenció ignorando a todos a su al rededor. 

Todos estaban en la mesa bebiendo un poco de agua, solo faltaba una persona por venir, al parecer ya había llegado pero tuvo que ir al baño primero antes de venir a la mesa en dónde se encontraban, era la única mujer aparte de ella y Chaeyoung, y sentía un poco de curiosidad por eso. Todos guardaron silenció, lograba escuchar el sonido de un par de zapatillas acercándose cada vez más, y el rechinido que algunos amigos de Taehyung hacían.

—Perdón por la tardanza—Susurro la taiwanesa. 

Dahyun no se movió de la silla, el único lugar que quedaba era casi aun lado suyo. Habían echo las pases, no entendía la razón de que estuviera nerviosa. 

—Es bueno tenerte con nosotros—Dijo Taehyung—Nos estábamos muriendo de hambre—Se bufó.

—Hoy el tráfico esta peor que los demás días—Se excusó la taiwanesa—Me alegro de haber aceptado tu invitación y me he llevado una enorme sorpresa de ver a Kim Dahyun por acá. 

—Yo tampoco te esperaba, no creí que conocieras a Taehyung—Dijo incomoda Dahyun rascando su nariz un poco—Seguro te debes ver muy bonita el día de hoy. 

Tzuyu solo soltó una pequeña risa, se sentó en la única silla vacía que estaba cerca de Chaeyoung y guardo su bolso aún lado suyo. 

—La más bonita de aquí, en definitiva eres tú Dahyun—Dijo con total sinceridad Tzuyu. 

Dahyun sonrió al escuchar su respuesta, oculto su rostro detrás de Chaeyoung logrando que lo único que miraran fuera su cabello y parte de su frente, no estaba acostumbrada a que los demás le hicieran elogios y le apenaba bastante que los demás reconocieran que ella era hermosa. 

—Concuerdo contigo—Respondió de igual forma Taehyung—La más bonita aquí, realmente lo eres. 

La voz de Taehyung sonaba tan sincera y nunca parecía divagar en sus palabras, era muy firme en lo que salía de su boca. Desde el primer momento en el que establecieron las primeras palabras el parecía hablar demasiado entusiasmado. Cada vez que el estaba cerca suyo, sentía un sentimiento bastante particular, como si realmente le tuviera confianza. El quería hablar con ella el día de hoy, no sabía exactamente de que, pero estaba demasiado entusiasmada de escuchar lo que vendría del chico de la voz gruesa que sonaba como un pequeño oso. 

La mano de Dahyun estaba sobre la mesa, no tardo Taehyung en rozar sus manos por un momento y entrelazar sus meñiques. No pudo evitar reír de nuevo y sujetar su meñique un poco más fuerte, eso logro controlar todos sus nervios y podía disfrutar con más seguridad su pequeña velada. Oh eso tenía en mente.

—¿Ya están listos para ordenar?—Preguntó Sana. 

Dahyun agarro fuertemente el brazo de Chaeyoung al escuchar la voz de Sana y la pequeña risa de Tzuyu. 

—Sana—Susurro Dahyun. 

No fue la única sorprendida, el chico pelinegro volteó rápidamente a mirar a Sana de pies a cabeza luego de escuchar su nombre salir de la boca de Dahyun. Soltó una pequeña risa y su mirada se volvió autoritaria. 

—¿Esa no es tu amiga Dahyun?—Preguntó Taehyung—Ahora comprendo algunas cosas—Chasqueó los dedos—No pensé verte de nuevo. 

Sana no le quitaba la vista Taehyung hasta que sus ojos se encontraron con los meñiques entrelazados de ambos, y regreso su mirada de nuevo al chico. Mantenía su postura, estaba en el trabajo y aunque el no fuera de su total agrado, no podría simplemente ignorarlo, mucho menos si quería recibir esa jugosa propina. 

Dahyun rápidamente quito su mano de la mesa y la guardo debajo de su bolsa. Le hizo una señal a su mejor amiga para que la llevará al baño. Sin siquiera meditarlo salieron corriendo casi de la mesa, tropezó un par de veces dado que Chaeyoung estaba demasiado concentrada en llevarla al baño y no se fijaba con las cosas que estaban al rededor. Llegaron y cerraron la puerta con seguro y se dejaron caer sobre la puerta. Estaba calmada hace unos momentos y ahora era un mar de emociones que deseaban inundar todo el lugar a su paso a diestra y siniestra. Con su mano cubrió su dedo meñique que antes estaba entrelazado con el de Taehyung y guardo silenció total.

—¿Por qué? ¿Por qué ella tendría que estar aquí?—Susurro Dahyun—Tzuyu también esta aquí, tengo miedo Chaeyoung. 

—¿Y que tiene que ver que esa tal Tzuyu este aquí?—Chaeyoung puso su mano sobre los de Dahyun—Solo respira hondo—Le sugirió.

Estaba por responder la pregunta de Chaeyoung, pero alguien estaba tocando la puerta. Se alejaron un poco y la abrieron rápidamente. Eran los pasos de una mujer que utilizaba tacones dado al fuerte eco que rebotaba en todas las paredes del baño. Estaban esperando a que la mujer saliera para continuar con su conversación, sin embargo más personas iban llegando y se iban y eso ahora era imposible. 

Iban a regresar a la mesa, pero Dahyun tenía algo más en mente. No quería volver aún, tenía una pequeña idea y quería hacerlo. 

—¿Puedes ver a Sana?

—Esta en la barra del bar con una de sus compañeras y están sonriendo la una con la otra—Hizo una voz exagerada para sacar de quicio a Dahyun—Es sorprendente como alguien como Minatozaki logra verse muy bien hasta con uniforme. 

—¿Ella es realmente muy bonita? Yo siempre escuchó eso en la escuela, muchos son buenos cumplidos y otros no tanto—Tenía su mano alzada casi enfrente de su rostro—Todos pueden verla y yo para poder hacerlo, necesito tocar su rostro con mucho cuidado. 

Chaeyoung miraba de reojo a Dahyun y notaba su expresión tan seria del rostro.

—Minatozaki no es de mi agrado... Y tal vez, no lo será nunca—Miró por un momento a Sana y regreso su mirada a Dahyun—¿Por que no vas hablar con ella? Esta todo derecho de ti, si caminas contando seguro llegaras sin problemas. Yo estaré esperando aquí—Empujo hacía al frente a Dahyun—Vamos, ve por ello. 

—¿Y si no quiere hablar conmigo?—Dahyun Junto sus manos cerca de su cadera.

—Entonces solo retrocede, en la mesa hay un chico que gusta de ti de una buena manera—Chaeyoung quería ser honesta con su mejor amiga—Tu misma lo sabes, no te encierres en una sola persona, menos si no siente lo mismo y eso solo termina con herirte. 

Todo lo que decía Chaeyoung, era cierto, sabía que el amor era difícil y podía llegar a doler, pero eso no significaba que dejarías que te pisotearan como si no tuvieras valor alguno. A veces era mucho mejor rendirse que continuar con una batalla que tenía más que perdida. 

No quiero llorar por algo perdido, ni quiero hacer llorar a nadie que tenga buena voluntad por mi.

—Lo tendré en cuenta, Chaeyoung—Sonrió Dahyun y empezó a caminar contando sus pasos como su mejor amiga le había dicho.

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