Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Poco a poco [1/3]

Los ojos completamente cerrados, tirada encima de su cama en la cuál no dormía en más de dos semanas, deseaba estar ahí, no quería estar en otro lugar, por eso le pidió a Mina que la llevará a casa. Al abrir los ojos se encontró con una pared con múltiples papeles al rededor, cada uno contenía algo importante, un pensamiento, un recuerdo, un sentimiento. 

No recordaba en que momento se volvieron tantos, parecían cubrir toda la pared, uno encima de otro con dibujos que jamás terminó pero que significaban tanto para ella. Uno en particular llama su atención, era un pedazo de papel roto con manchas rojas al rededor y lo alcanzaba a leer perfectamente, alzó su brazo y bajo un poco la manga de su pijama y ahí estaban unas pequeñas marcas que quemaban como el día en las que su padre las hizo. 

—Duele más el recuerdo que las propias quemaduras mismas ¿No papá?—Susurro para si misma. 

Levantó su celular, revisó sus notificaciones y solo tenía un par de mensajes de Tzuyu y uno del grupo que tenía con sus amigas. 

—¿Vas a desayunar?—Gritó su madre del otro lado de la puerta—La comida ya esta lista. 

—No tengo hambre—Respondió rápidamente y llevo su mirada a la puerta—Comeré en la escuela. 

Fue directamente a su armario, toda su ropa vieja y desgastada estaba colgado. Buscaba la ropa que menos se viera vieja, que estuviera presentable, al menos un poco. Tomo un pequeño baño antes de cambiarse, se miró al espejo y verifico que todo estuviera en orden. 

Al pasar por la cocina miró a su madre estar sentada sola desayunando con un plato enfrente, el platillo que le pertenecía. No importaba cuantas veces ignorara a su madre, muy en el fondo no quería hacerlo.

—¿Ya te vas?—Su madre volteó a verla y le sonrió—Te ves muy linda el día de hoy.

Sana se quedo parada en el mismo lugar.

—¿Como te sientes el día de hoy? ¿Tomaste tus medicinas?

Su madre sonrió por primera vez en el día. 

—No debes preocuparte por mi, estaré bien—Le sonrió su madre y se levantó de la mesa—He querido hablar contigo desde hace días, no me das la oportunidad si quiera de verte al menos una vez al día. 

—Tengo que ir a clases, tengo que irme. 

Caminó hasta la puerta, cerró tan fuerte la puerta que pudo despertar a todos sus vecinos. Su bicicleta estaba enfrente de su casa encadenada, se subió en ella y el sonido de un motor llamo toda su atención, alzó su mirada y Tzuyu estaba estacionada con unos lentes de sol en su rostro mirandola. 

—Te llevaré...—Le gritó tan fuerte para que lograra escucharla. 

Iba declinar su petición, aprovecharía un poco, no quería ir a clases. Dejo su bicicleta en su lugar y se subió a la camioneta de la taiwanesa. Se recostó al sentarse y dejo caer su cuerpo completamente en el asiento que a demás era muy suave y cerro ambos ojos.

—¿Te sientes bien?—Preguntó Tzuyu sin dejar de mirar a Sana.

—Lo estoy—Dijo Sana quién mantenía los ojos cerrados. 

No le hizo más preguntas Tzuyu, arranco su camioneta y se dirigía a la escuela. El clima parecía empeorar con los días, la nieve cada vez cubría más y más la ciudad, sus tenis parecían no ser de mucha utilidad, sus pies se congelaban y su abrigo tampoco la protegía del frió. 

La escuela estaba vacía, en la primera semana muchos no venían y se tomaban unos días más de vacaciones, el silenció era abrumador, un lugar enorme con tan pocas personas, lograba que se tornara un poco tenebroso, con el eco retumbando sus oídos.

Tzuyu la dejo enfrente y fue en busca de lugar para estacionarse, le explicó a Sana que esperaría a Nayeon, no le tomo tanta importancia y caminaba hasta su salón de clases. No acostumbraba a mirar su al rededor, ahora se convirtió en una costumbre, al principió no sabía porque lo hacía, poco a poco se fue dando cuenta de a quién buscaba sus ojos entre toda esa multitud. 

—¿Buscas a alguien?—Dijo Mina divertida a sus espaldas—Pareces distraída, eso es muy extraño en ti Minatozaki. 

—No busco a nadie—Dijo a la defensiva y miró a su mejor amiga. 

Mina se rió. 

—Hay un pequeño rumor rondando en todos lados—Mina mantenía su mirada curiosa—Dicen que estas saliendo con una chica ¿No es eso gracioso?

Su mejor amiga no se aguanto la risa al terminar de hablar, le daba unas pequeñas palmadas en sus hombros y no paraba de reír. 

—Estoy saliendo con una chica... —Sana metió sus manos en sus bolsillos—No es un rumor, es verdad. 

Las palabras simplemente salieron de su boca, era cuestión de tiempo para que todos se dieran cuenta, ya no quería seguir ocultando el sentimiento que más problemas le causaba desde que aceptó su amor hacía la menor.

—¡QUEEEEEEEE! ¡Y ME LO DICES ASÍ DE TRANQUILA!—Gritó Mina sorprendida de la respuesta de su mejor amiga, abría y cerraba los ojos sin poder creerlo—¿Con una chica? ¿Sana Minatozaki?—Se bufó—¿Quién? ¿Quién es?—Preguntaba consecutivamente—¿La conozco?—Se quedo callada pensando y luego sus ojos brillaron—¿Es Dahyun? Estoy segura que tiene que ser ella. 

—No es para tanto, las cosas simplemente pasaron tan rápido—Soltó un fuerte suspiro y bajo la mirada—Y no, no se trata de Dahyun ¿Olvidas que tiene novio?

Sana comenzó a caminar dejando a Mina atrás, las clases estaba por empezar y su mejor amiga tuvo que correr para alcanzarla. 

—¡Espera!—Decía Mina mientras corría detrás de Sana—Aún no respondes mi pregunta, si no es Dahyun ¿Entonces quién?—Se detuvo y jadeaba debido al cansancio—Esa noche, el día de tu fiesta ¿No me equivoque cierto? 

Sonrió, era la primera vez desde que despertó que sonrió, volteó a ver a Mina, la mejor amiga que estaba siendo demasiado curiosa con sus palabras.

—No te equivocaste—Suspiro fuertemente la japonesa y miró a la dirección del aula en dónde tomaba clases la menor—Estoy enamorada de ella, como nunca lo había estado antes ¿No es gracioso?—Se bufó—La persona que hizo que consiguió que una chica se suicidara por su orientación sexual, se enamoro de una chica—Recalcó. 

Mina guardo silencio y estaba sumergida perdida mirando cada expresión y palabras que salían de la boca de Sana, nunca se abría con nadie con respecto a lo que le pasaba. Era demasiado cautelosa con todo lo que trataba de si misma, muy pocas veces lograba ver ese lado vulnerable que convertía a la japonesa en una persona real, una persona que también tenía problemas, que lloraba, que se preocupaba por alguien más que no fuera ella misma, la amiga que tenía tiempo sin ver. 

—Todos cometemos errores, nos equivocamos...—Mina mordió ligeramente sus labios recordando el rostro de Jeongyeon—No eres la única culpable, eso no tiene por que afectarte. Las personas podemos cambiar, tu lo has conseguido—Mina se acerco a Sana y la abrazó de espaldas y recostó su barbilla encima de su hombro—¿Ella lo sabe?—Sana asintió—¿Y por que no lo intentas con ella? 

Sana se separo de Mina, dio dos pasos al frente y resguardo sus manos en sus bolsillos. 

—Merece algo mucho mejor que salir con la chica rubia bully de la escuela ¿no?—Se mofó la japonesa—Estamos en medio de la escuela hablando de cosas privadas, si alguien nos escuchó no me interesa saber lo que piensen. 

Terminaron la conversación, era un poco tarde para que fueran a clase, se desviaron a la cafetería, los pocos alumnos fuera, no le quitaban la mirada a la japonesa. Los miraba de reojo y regresaba su vista a su caminó, los rumores eran una pandemia, se esparcían por todos lados y eran incontrolables. 

Llegaron hasta su mesa de siempre, Sana resguardo su rostro entre sus brazos que estaban sobre la mesa, cerro los ojos y dormitaba un poco. La noche anterior no pudo conciliar el sueño del todo, toda la noche se la paso pensando en muchas cosas que iban relacionada con su vida, una vida que parecía estar llegando a su final, como tanto lo deseaba. Levantó un poco su rostro, observaba a Mina rigurosamente quién parecía demasiado tranquila, saco un bloc de notas y lapiceros, parecía demasiado distraída en lo que estaba escribiendo en aquel bloc que llevaba con ella todo el tiempo. 

—¿Que haces?—Preguntó curiosa la japonesa.

Mina se detuvo y puso su lapicera aún lado de su bloc de nota.

—Estoy intentando resolver quién es la chica con la que estas saliendo, he hecho muchas teorías—Se rasco un poco la cabeza la japonesa—No puedo descubrir quién probablemente sea. 

—¿Por que tienes tanta curiosidad? Solo estoy saliendo con alguien, no es tan especial. 

—Quiero saber si es buena chica y si cuidará bien de ti—Mina suspiró—Para mi si es importante, no quiero que salgas con personas como Mark. 

—Olvidalo, mejor iré a caminar sola.

Se levantó, caminó hasta la puerta de salida dejando a Mina sola en aquella mesa. Quería tomar un poco de aire fresco, no estaba nevando y el sol estaba saliendo. Miró a todos lados, todo parecía desierto, todos estaban en clase. 

Caminó fuera de la cafetería, no tenía dirección a donde ir, solo dejo que sus pasos la guiaran y caminaba sin rumbo alguno. Lo acostumbraba, se mantenía calmada, llego hasta el enorme árbol que era su favorito, estaba completamente vació, no había rastro alguno de la menor, miro su salón y de la misma manera esta completamente vació. Suspiro un poco, caminaba sin rumbo alguno, ese árbol era lo único que lograba hacerla conciliar el sueño, regreso su mirada al salón de Dahyun, nadie se encontraba dentro, todo estaba vació, los árboles no tenían hojas y no había ruido al rededor, continuó caminando, llego a la cancha de atletismo y su mirada se encontró con el sedoso cabello de Dahyun alado del chico pelinegro, se encontraban en la pista de atletismo rodeada de una multitud. 

—¿Te encuentras mejor? Te he visto desanimada en estos días—Dijo el chico pelinegro. 

—No es nada, estoy bien, solo estoy un poco resfriada—Sonrió Dahyun—Me alegra que hayas venido, me gusta que te des el tiempo de venir aquí—Entrecerró sus ojos y sonrió—Me alegra que hayas venido acompañarme. 

Sana se quedo observando, se resguardo entre unas paredes cerca de unos de los salones, logra escuchar perfectamente la conversación de Dahyun, se mantuvo así unos minutos, se fueron acercando poco a poco, trago saliva, intentaba quitar su mirada, no podía, era como un imán que la dirigía al mismo lugar, su corazón hizo un pequeño crujido, el notar que la boca de la menor con la de Taehyung se iba acercando poco a poco, iban lentamente el uno al otro. 

—¿Estas viendo el pequeño festival?—Le hablo Tzuyu detrás de sus espaldas.

La sorprendió un poco, volteó detrás suyo, estaba Tzuyu cruzada de brazos con Nayeon, la mayor sujetaba fuerte la mano de su querida amiga.

—No sabía que hoy habría un festival—Divago la japonesa.

—Es solo para los de primer año y nuestra clase, invité a Tzuyu porque hoy cantaría Dahyun—Nayeon daba pequeños saltos y mostró sus dientes de enfrente que era su encanto—Si quieres, puedes venir con nosotras—Le sonrió.

Sintió la mirada pesada de Tzuyu, sus ojos se encontraban entre cerrados y poco a poco iban perdiendo ese pequeño brillo con el que llego muy sonriente. 

—Tengo clases, divier...

—Es una lastima, estoy segura que Dahyun te extraña, susurro tu nombre en clase y la regañaron, al parecer andaba dormida—Se bufó la mayor—Es tan tierna. 

Sonrió la japonesa.

—Estoy segura que no me extraña—Sana le revolvió un poco su cabello a la mayor—Cuida de Tzuyu mientras no estoy—Rió bajito.

Estaba apunto de darse la media vuelta y de repente Nayeon murmuro unas cosas y luego gritó un poco.

—¡Espera!—Nayeon intento buscar la mano de Sana—Dahyun últimamente anda desanimada, cuándo esta contigo ella ríe mucho—Apretó un poco la ropa de Sana—Por favor, ven con nosotras.

—Estoy segura que Dahyun prefiere no escucharme en estos momentos, solo diviertanse.

Antes de regresar a la cafetería junto a su mejor amiga, miró una ultima vez a la dirección en donde estaba Dahyun, no paraba de reírse, no se soltaban de las manos y el le acomodaba su cabello detrás de la oreja. Eran la pareja pareja, el parecía ser un buen chico para ella, no podía esperar nada mejor, nunca podría compararse a Taehyung, el chico pelinegro. 



Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro