Nuevo secreto.
La salida que debía ser una tarde divertida, se volvió una tarde tormentosa al tener que compartir mesa con la taiwanesa, luego de lo de Sana le quedo más que claro que seguía siendo la misma chica que en el primaria. El caminó al restaurante al que irían, se volvió un poco incomodo, ella iba en la parte de atrás de la camioneta, pusieron música para hacer el ambiente menos pesado pero eso tampoco funciono porque no decía ni una sola palabra.
En el restaurante el silencio se volvió incomodo, pidieron todas el mismo platillo que pidió Tzuyu para todas, en la espera para poder ocupar su boca y tener un pretexto para no hablar se tardaba demasiado, tomaba en su lugar mucha agua y el jugo de naranja que llevaron para que la espera no la sintieran muy larga.
—¿Por que ambas están calladas? Se supone que vinimos a divertirnos—Nayeon sonaba enojada—Esto solo hará que me moleste.
—No te enojes, coneja estúpida—Se bufó Tzuyu—Apenas nos estamos conociendo ¿No es así Dahyun?
Dahyun al escuchar que la menciono se atragantaba con el jugo de naranja, Nayeon tuvo que ayudarla para que se le pasara.
—Tiene razón, Nayeon. Soy un poco tímida al principió, espero Tzuyu me tenga paciencia—Sonreía Dahyun—Espero que nos llevemos bien.
Llegó la comida para salvar la plática que se hacía cada vez más incomoda, en ese momento ninguna decía una palabra, todas se concentraron en comer y más con el platillo delicioso que pidieron para ellas, quedo encantada con el sabor de la comida que sin pensarlo lo comía como si de su ultima comida se tratara, daba grandes bocados y tomaba mucho jugo para que no se atragantara con la comida. En media hora solo se dedicaron a su comida, las manos de ella y Nayeon chocaban de vez en cuando intentando sujetar de nuevo sus cubiertos y eso lograba sacarles una enorme sonrisa.
—¿Y tienes algo nuevo que contarme Tzuyu?—Nayeon dejo de comer— ¿Por fin te conseguiste novio? ¿Tienes un amante millonario?
—¿Por que exageras todo siempre?—Se rió Tzuyu—Aunque, hay una persona que tiene todo mi interés. No tenemos mucho de conocernos pero es una persona interesante que quiero conocer más afondo si me lo permite.
Dahyun se dedicaba a escuchar la conversación de ambas chicas.
—¡¿En serio?!—Gritó con emoción Nayeon que se escuchó por todo el restaurante—No es muy común que te interese mucho una persona, tiene que ser una persona realmente interesante para lograr conquistar a mi Chewy.
Tzuyu quién tomaba un café tranquilamente dejo su taza aún lado y observo por un momento a Dahyun comer con mucha determinación.
—Es una chica—Soltó de repente la taiwanesa—Y la conoce Dahyun.
Dahyun se atragantaba con el bocado que estaba dando, tomo un poco de jugo para calmarse. Se limpiaba la boca, se manchó con su platillo al escuchar su nombre salir de la boca de Tzuyu. No sabía el porque reacciono de esa manera,si porque le gustaban las chicas como a ella o porque conocía a la persona, las únicas personas que conocía era a Chaeyoung y Sana. Nayeon reacciono de la misma manera ya que no tenía idea de que su amiga de la infancia tuviera esas preferencias de la noche a la mañana.
—¿Desde cuándo?—Dijo desconcertada Nayeon—No tenía idea.
—¿Chaeyoung?—Susurro Dahyun esperando no ser escuchada.
Ni siquiera tenía idea que Chaeyoung y ella se conocieran, nunca fueron en el mismo instituto de pequeñas ellas se conocieron en otro lado. Lo único que deseaba en ese momento es que no dijera el nombre de la japonesa o se derrumbaría ahí mismo.
—Espero contar el apoyó de Dahyun—Sonrió de manera dulce Tzuyu—Se que no pueden verlo, pero en este momento me siento muy apenada—Bebió un poco de su café—Su nombre es Minatozaki.
El gritó que se escuchó que provenía de Nayeon sin poder creer lo que escuchó, ella también la conocía pero Tzuyu no tenía idea porque estaba en Taiwan en ese tiempo que paso su accidente.
—Sana es una perra homofobica—Soltó con veneno la chica con dientes de conejo.
—Sana es todo lo contrario a lo que dicen, es una buena persona—Sonrió Dahyun recordando su pequeña conversación de la mañana—Entiendo el porque Tzuyu se intereso en ella, lo puedo entender perfectamente—Puso las manos sobre la mesa—Sin embargo, no puedo darte mi apoyó con ella—Replicó Dahyun.
Tzuyu volvió a reír de nuevo puso sus codos sobre la mesa y miraba como la chica de piel pálida parecía un poco enojada a diferencia de Nayeon que estaba sin mover un solo dedo escuchando la pequeña discusión que sus dos amigas estaban teniendo por la chica que a ella le caía mal. Ninguna de las dos lograba creer las palabras de Dahyun quién detonaba verdad en cada una de las palabras que salían de su boca.
—Nunca pensé verte a la defensiva, Dahyun—Dijo Tzuyu—Se que sigues dolida por el pasado, y era obvio que no me ayudarías por esa razón. Aún así, espero que aprendas a compartir a Sana, se la manera especial en la que te cuida, eres ciega es obvio que debe ser cuidadosa contigo.
Dahyun se levantó de la mesa y con cuidado intentaba llegar a la puerta, Nayeon venía justo detrás suyo, ambas intentaban ayudarse, solo se guían de los pasos que recordaron que habían dado y a que lado doblaron, chocaron con un cristal el que era perteneciente de la puerta y salieron sintiendo el frió del otoño en todo su cuerpo. Dejaron a Tzuyu sentada sola en esa mesa, pero al igual que Dahyun a Nayeon sus palabras también la ofendieron como si a ella se refiriese.
Ambas se sentaron en el suelo, enfrente del restaurante esperando a que la madre de Nayeon respondiera su llamada pero sonaba como ocupado todo el tiempo. Tzuyu salió poco después luego de pagar la cuenta, y se quedo aún lado observando lo que hacían.
—Lo siento, Dahyun—Murmuro Nayeon—No tenía idea que se conocieran desde antes...
—No te preocupes. El pasado es algo que no me gusta recordar y hoy no quiero hacerlo—Mustió Dahyun—He decidido solo pensar en el hoy.
Tzuyu se sentía apenada al recordar lo mala que fue con Dahyun en el pasado, realmente no era consciente del daño que le hacía en ese momento porque todo lo miraba con diversión, ahora al ver la cara de Dahyun y en como se defendió entendió muchas cosas.
—Perdón, por todo el daño que te hice en el pasado—Exclamó con vergüenza Tzuyu—Era muy pequeña para entender todo el daño que logré causarte.
Quedaron sorprendidas las dos chicas coreanas al escuchar que Tzuyu estaba muy cerca de ellas, ni siquiera escucharon ni un solo ruido que las alertara que estaba cerca.
Para Dahyun escuchar su disculpa significaba mucho, logró sentir que todas esas palabras salir de la boca de la taiwanesa eran sinceras, no parecían tener ni una sola pizca de mentira en ella. Recordando todo mal trato que tuvo de su parte, cada palabra que hería como una cortada de cuchillo y que no se iban como si tuviera una espina atorada en cada uno de sus dedos.
—El pasado nos hacen quienes somos ahora, te perdonó Tzuyu—Dahyun sonreía tímidamente—Ya no tengo que preocuparme por la opinión de los demás.
Se reconciliaron, volvieron adentró para terminar con su pequeña salida, platicaron muy comodamente, incluso descubrieron que tenían muchas cosas en común todas y eso facilitaba más la platica al grado de no querer irse nunca.
La primera en ser llevaba fue Dahyun, el celular nunca dejo de sonar, sospechaba que era su madre porque las únicas personas que llamaban a ese celular eran sus padres y Chaeyoung, nadie más tenía acceso a eso número. Al llegar fue a su habitación con cuidado, guardo sus cosas aún lado de su mesa en dónde normalmente dejaba sus cosas, fue a su cama en dónde su madre dejaba su ropa para cuando tuviera que bañarse e irse a dormir, era una rutina de todos los días.
El vecino de alado puso música muy fuerte, era una canción de un grupo muy famoso y que había escuchado antes ser cantada por Sana en alguno que otro ensayó que logró escuchar, era ''JIN- Gone'' cayó rendida en su enorme cama boca abajo y se quedo ahí tranquila escuchando la canción con su rostro cubriendo totalmente por la almohada. Tzuyu había confesado sus sentimientos, los mimos que ella tenía por la misma persona y eso solo lograba que su camino se distanciara más de lo que ya estaba, Sana nunca dijo que no le gustaran las chicas, nunca sufrió su rechazó como tal, entonces Tzuyu tenía oportunidad con ella y una muy alta porque recordaba que siempre escuchaba cumplidos para la taiwanesa y ella era distinta, tenía más defectos que virtudes.
—Si caminó en un bosque en otoño, seguramente las flores estarán marchitas y es ahí en dónde me notarías, porque en verano no seré la flor más bonita para ti...—Mustió Dahyun.
Sin darse cuenta quedó dormida sobre su cama, no sabía con exactitud cuanto tiempo paso. Lo único en lo que se daba cuenta es que su casa estaba en total silenció, no escuchaba la tele ni siquiera la voz de sus padres. Caminó hasta llegar al corredor, se guiaba con la pared para lograr caminar y no tropezar.
—Mamá—Dijo Bajito.
El ruido de una puerta la puso en alerta, intentó esconderse pero estaba atrapada entre esa larga pared.
—¡Veo que has despertado—Dijo su madre.
—¿A dónde fueron?
Escuchó el ruido de unas bolsas de plástico sobre la mesa de la cocina.
—Parecías triste cuando llegaste, te fui a ver a tu habitación y pensé que seguramente te alegraría que hiciera tu comida favorita—La madre de Dahyun caminó hasta donde estaba ella—¿Paso algo malo con Nayeon?
Dahyun negó, abrazó a su madre con todas sus fuerzas y se dejo mimar un poco.
—Gracias—Dahyun se recostó sobre el pecho de su madre—Siempre cuidas de mi y me escuchas... prometo que seré una hija de la que te sientas orgullosa, que no seré más una niña que siempre necesite ayuda o tengas que consolarme hasta muy tarde por llorar—La abrazó fuerte—A partir de hoy, seré fuerte como tú y papá.
La madre de Dahyun acariciaba su cabello con mucho cuidado recostando su barbilla sobre la cabeza de su hija.
—Ya me siento orgullosa de ti, desde el día en que naciste y no necesitas cambiar nada de ti, mi pequeña—Mustió su madre recordando a su pequeña hija a la edad de 7 años—Nunca lo olvides.
Como se lo dijo, preparó su comida favorita después de ese largo abrazo, hasta preparó un rico postré con pan que era también uno de sus favoritos. No platicaron mucho en la cena, no tenían la necesidad de decir más, todo lo que querían decir esa noche ya había salido de sus bocas.
Llevaba consigo un montón de dudas y miedos, era como una caja de pandora apunto de ser abiertas con un montón de cosas dentro, ni siquiera lograba conciliar el sueño debido a todo eso, lo que más deseaba en esos momentos era dormir y no despertar dentro de un mes, porque su mente se convirtió en un pozo vació con emociones apunto de ser tiradas en ese hondo pozo sin salida alguna. Aún con las palabras de su madre, no lograba sentirse bien, ni siquiera lograba dar con la razón de su desesperación. Al volver a intentar conciliar el sueño unas palabras resonaron por todo su oído como si aquella persona dueña de esas palabras estuviera aún lado suyo durmiendo junto a ella en la cama.
''Su nombre es Minatozaki''
Una nueva flor estaba creciendo en su invernadero, una flor que no había plantado.
—No quiero...
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