Mi pequeño secreto.
El sábado de Dahyun estuvo tranquilo, comió muchas cosas dulces con su mamá mientras se la pasaban en una tarde de música y bailando de maneras graciosas. Le encantaba cuándo su madre pasaba todo el día con ella logrando que se cansara de tanto reír, porque era un sentimiento cálido que llenaba de tantas cosas buenas su corazón. Ya era domingo, su último día de descanso, hoy su madre estaría casi todo el día fuera pero le dejo dinero para que saliera con Chaeyoung a cualquier lugar que quisiera, pero tendría que ser más tarde porque al parecer tenía cosas que hacer.
Se recostó en su cama, alzaba los brazos y los bajaba con cuidado. Puso sus auriculares para poner un poco de música, al principió le llamo a su madre y se rió por su confusión. Y puso su canción favorita del momento CHEEZE - HOW DO YOU THINK. Para alguien como Dahyun, la música era diferente, porque podía sentir todos esos sentimientos fluir de su cuerpo. Pensaba que mediante la música se podía expresar felicidad como la tristeza, y a veces el escuchar los problemas era mucho mejor que simplemente permanecer callada mientras observaba el sufrir de sus personas amadas.
—¿En que piensas?—Chaeyoung toco la puerta para llamar la atención de Dahyun—Llevó 5 minutos aquí parada y no te diste cuenta a pesar de que hice mucho ruido.
Dahyun se quitó un auricular para escuchar mejor a Chaeyoung.
—Solo pensaba en lo que la música logra trasmitir a las personas—Soltó una risita—Sabes, cuándo era pequeña pensaba que cuándo conociera a mi persona predestinada me encantaría cantarle una canción en ves de confesarme como en todas esas películas que a mi madre vuelven loca.
Chaeyoung reía recordando a la madre de su mejor amiga llorando porque los protagonistas se daban un pequeño beso al final.
—¿Y como te imaginas a tu persona predestinada?—Rió porque le causaba mucha gracia cuándo Dahyun decía ''Persona predestinada'' de una manera mística—Siempre te hablo de mis sentimientos pero nunca me dejas escuchar los tuyos ¿Por qué?
Dahyun se levantó, pegó su espalda a la pared para sentarse y que Chaeyoung se acomodara de igual forma en la cama.
—No tengo un tipo ideal, pero me gustaría que esa persona fuera confiable y me ame tal, y como soy—La sonrisa del rostro de Dahyun era tan pura, tan delicada y cálida al mismo tiempo—Quiero que mediante sus ojos me enseñe a como ver y vivir la vida fuera de estas 4 paredes.
—¿4 paredes?—Se quedo pensativa Chaeyoung—No entiendo...
Reía porque la única capaz de entender a lo que se refería era ella por la prisión en la que sentía que vivía cada vez que despertaba.
—Mi mente es mi propia prisión, Chaeyoung.
Cada vez que recordaba era llorar debajo de su almohada en como se sentía diferente. De pequeña se decía a si misma que escaparía de su prisión, pero nunca lo conseguía y cada vez lo veía más lejano. Por eso se resigno.
—¿Te parece si vamos por un helado?—Le preguntó Chaeyoung.
—¡Me encantaría!—Gritó Dahyun emocionada.
Chaeyoung estaba buscando la ropa para que Dahyun se pusiera, su armario era muy grande y tenía ropa muy bonita. Admitía que la madre de su mejor amiga tenía un gusto muy elegante y cute al mismo tiempo. Todo lo que se ponía lograba hacer que se viera realmente bien.
Era diciembre y el frió cada vez era mayor. Era medio día pero le llevaría un abrigo por si después fueran a otro lado y terminaran realmente tarde.
—Hoy haré que te veas realmente muy bonita para que todos te miren—Asentó la ropa en la cama y salió para que su mejor amiga se cambiara—Cuando termines me gritas, estaré aquí afuera.
Dahyun buscaba la ropa, era muy lista porque podía reconocer cada ropa que tenía en su armario con solo tocarla. En 5 minutos ya estaba lista, lo único que le faltaban eran los zapatos al parecer Chaeyoung olvido ese pequeño detalle. Recordó que habían unos debajo de su cama, los buscaba con sus pies hasta que los sintió y con cuidado se los puso.
—Listo—Gritó Dahyun.
Entró de nuevo Chaeyoung y miró de los pies a la cabeza a Dahyun.
—Esos zapatos te quedan realmente bien—Alzó su pulgar como muestra de aprobación y rió—Es hora de irnos.
Habían pedido un taxi, lo esperaron por unos minutos y llegó a tiempo. Estaban de camino a la heladería favorita de Dahyun, en dónde vendían su helado favorito y ahora solo ansiaba comerlo, y saborearlo lentamente. El lugar estaba lleno a dentro, las únicas mesas que quedaban eran afuera. A pesar de ser medio día había un poco de frió, y nadie quisiera estar con ese frió afuera comiendo un helado. Chaeyoung le ayudo a sentarse para que fuera hacer fila y pedir.
Llegó con sus helados, puso el suyo enfrente y Chaeyoung se sentó enfrente. La sonrisa que tenía Dahyun en el rostro demostraba toda la felicidad acumulada por comer ese delicioso helado al frente suyo.
—Ayer Jinyoung me dijo que la botarga que trabaja aquí lo golpeo—Soltó una risa Chaeyoung—Seguro se lo merecía era un patán, no debí presentarlos.
—¿Por qué? El se comporto muy lindo conmigo, Chaeyoung—Susurro Dahyun apenada.
—Dubu, no todas las personas son lo que aparentan. Debes tener eso en cuenta ¿De acuerdo?—Chaeyoung tomo la mano de Dahyun—Es como dices, tu persona predestinada aún no llega y es bueno que no son chicos como Jinyoung.
Dahyun continuó comiendo su helado lento, escuchaba su al rededor y quería preguntarle directamente a la persona detrás de ese disfraz el porque lo golpeó después de que esta se fue. no tenía ni idea que algo así había pasado. Pensaba simplemente que no la volvería a buscar debido a su condición, eso era lo que normalmente pasaba. Estuvieron platicando un buen rato, el celular de su mejor amiga sonó y tenía que irse al menos una hora para resolver un problema. Se despidió, le pidió que no se moviera que volvería por ella para ir a otro lugar a divertirse, era su compensación por abandonarla un momento.
Ahí estaba Dahyun comiendo otro helado que le compró Chaeyoung antes de irse. Aprovecho ese momento para ir adentro, con mucho cuidado sostenía su bastón y buscaba la puerta de entrada, estaba a un costado y la busco con éxito, camino derecho hasta llegar al mostrador y la gente no dejaba de hablar. Con una mano tapo unos de sus oídos porque las voces de las personas empezaban a desesperarle.
—Disculpe señorita, debe hacer fila como las demás personas si quiere ordenar.
—No quiero comprar—Susurro Dahyun—Busco a la persona que reparte los volantes afuera. Necesito preguntarle algo ¿Será eso posible?
La chica miraba de manera extraña a Dahyun, notó que no la miraba al hablar y veía a la nada.
—Claro, se encuentra ayudando atrás—Miró su reloj—Debe estar sacando la basura antes de irse a comer. Te llevaré—Salió del mostrador y toco su hombro—¿Me puedes seguir?
—¿Podrías guiarme? No soy buena con los ojos—Rió apenada Dahyun.
Sana no repartió volantes el día de hoy porque necesitaba ayuda adentro. Ya era hora de que fuera a comer y luego volvería. Estaba desvelada luego de no dormir en casi toda la noche por estar bebiendo en el auto de Mina hasta las 4 de la mañana. La fiesta fue todo un desastre, llegó la policía y todo termino arruinado.
Suspiraba un poco, estaba agotada y sus manos temblaban debido al cansansió. Llevó la basura que le pidieron sacar antes de irse a los contenedores de atrás. Eran bolsas grandes y pesadas, no podía negarse a la petición por lo que con mucho cuidado las llevaba para que no se rompieran y tuviera que hacer más trabajo.
—Alguien te busca.
Escuchó la voz de su compañera volteó a mirar y soltó las bolsas dejándolas caer en el suelo.
—Parece que tiene algo que preguntarte esta chica—Volvió a hablar su compañera de trabajo—Las dejaré para que tengan privacidad.
Sana asintió.
Dahyun estaba parada a unos centímetros suyos con las manos agarradas.
—Perdón por molestarte, pero necesitaba hacerte una pregunta—Susurraba Dahyun—Espero que no sea una molestia.
—¿Paso algo?—Sana hizo un poco más gruesa su voz para que no la reconociera—¿En que puedo ayudarte?
—Tu voz es diferente a cuándo estas repartiendo volantes—Soltó una risa coqueta Dahyun que logro hacer sonrojar a Sana—¿P-por que golpeaste al chico que vino conmigo ese día en el que me ayudaste?
Sana recordaba todo lo que el chico hablaba por el celular. No buscaba una excusa para que no tuviera que decirle todas esas cosas feas que pensaba de ella, no la quería lastimar.
—No fue por nada en especial, solo que no tolero a la gente estúpida. Eso fue todo...
—El no volvió a llamar desde ese día—Dahyun tenía los ojos llorosos— Perdón que te este contando cosas tan personales que seguramente no te interesa, ese día pensé que en verdad la habíamos pasado muy bien, fue atento y educado conmigo todo el tiempo.
—No debes de llorar por personas que no saben lo especial que eres—Sana dio unos pasos para llegar en dónde estaba Dahyun parada, y le dio unas palmadas en su hombro.
—Es fácil decirlo cuándo las personas no sienten lastima por ti todo el tiempo—Las lágrimas recorrían sus mejillas y las intentaba limpiar—Debería calmarme.
—Todos somos especiales para alguien.
Aquellas palabras hicieron eco en su cabeza, limpiaba con cuidado sus lágrimas quienes parecían que no tenían la intención de detenerse. Fue ahí cuándo aquella persona la rodeo con sus brazos y le dio ese abrazo que tanto necesitaba, que estaba pidiendo a gritos desde hace días. La japonesa odiaba los abrazos, lo detestaba pero ahora estaba abrazando a Kim Dahyun la chica que le pidió que no se le acercara.
—Gracias—Dahyun correspondió ese tierno abrazo—Realmente lo necesitaba.
Entre más se aferraba al cuerpo de la persona, notó dos cosas que llamaron su atención 1)Que era una chica. 2) Que las manos de esa persona eran similares a las de Sana. Tomo su distancia, porque era demasiada casualidad, sacudió su cabeza para quitarse esos pensamientos y recordaba el tacto dulce y delicado que esta tenía con ella.
—¿Pasa algo?—Volvió a preguntarle esa voz ligeramente gruesa.
—Debo ir a la entrada, seguro mi mejor amiga debe estar esperando—Dijo Dahyun—¿Me puedes llevar a la entrada?
—Claro...
Sana sujeto el brazo de Dahyun con mucho cuidado. Caminaban hasta la entrada, salieron por la puerta de entrada y la dejo de nuevo en aquella mesa en la que estaba sentada antes.
—Gracias de nuevo y lo siento mucho—Le sonrió Dahyun y se despidió.
Volvió de nuevo adentro, su hora de comer casi terminaba pero prefirió quedarse adentro esperando a que vinieran por ella y no le pasara nada. La miraba y recordaba su rostro cubierto de lágrimas, y apretó sus manos un poco molesta.
Chaeyoung no tardo en llegar, escuchó la risa de Dahyun y sonrió también por ver que ya no estaba llorando más y que ahora su rostro estaba adornado con una enorme sonrisa.
—¿Conoces a esa chica?—Preguntó su compañera de Trabajo.
—Algo así—Dijo sin dejar de mirar como se iban caminando al otro lado de la calle—Si vuelve a preguntar por mi, no le digas mi nombre ¿De acuerdo?
—¿Por qué?—Le pregunto su compañera.
—Ella cree que soy mala—Volteó a mirar a su compañera—Tal vez no se equivoca del todo.
Sana lo que menos quería era dañar a Dahyun, por eso prefería que ella no supiera quién estaba debajo de ese disfraz de Shiba Inu. Prefería que siguiera pensando que era una desconocida, así al menos podía cuidarla de lejos.
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