Flor amarilla 2.0
Flashback:
El sonido del mar llenando sus oídos combinado con el ruido del viendo logrando formar olas tan altas y un poco rigurosas. Las personas no dejaban que sus hijos entraran, porque podía ser muy peligroso o letal si de mala suerte se tratara.
Sana estaba sentada cerca de la orilla con su pelota alado, le encanta ver la marea siendo desastrosa y salvaje. Le tranquilizaba ver como la naturaleza también se enojaba, y lo expresaba de diferentes formas como lo era la tormenta.
—¿En que piensas?—Se acercó Yoshio para sentarse a su lado—Llevas días de ese modo.
Lo miró por unos segundos, llevo sus dedos a la arena y hacía pequeñas figuras.
—No quiero decirte adiós—La voz de Sana salió quebrada.
Yoshio puso su brazo encima de los hombros de Sana y la acercó a ella con mucho cuidado.
—¿Recuerdas cuándo te dije que conocí a la chica con la que me quería casar?—Rió Yoshio recordando—Espero algún día volverla a ver y poder confesarle mis sentimientos.
Ya habían pasado 4 años desde que le mostró la foto de aquella niña que conoció en un parque. No recordaba mucho, pero aquellos ojos no podría olvidarlos aunque quisieran eran realmente encantadores hasta para ella.
—Yo pediré porque la vuelvas a encontrar—Le sonrió Sana.
Se quedaron abrazados unos minutos más, golpeó su pelota lo que ocasiono que se fuera directo al mar. Se levantó corriendo, intentando alcanzarla para que las olas no la llevaran más lejos pero un fuerte ola también la arrastro. Se estaba ahogando, intentaba mantener su cabeza a la superficie pero las olas solo lograban que se hundiera, los gritos de desesperación de Sana se hacían cada vez más fuerte. No lo pensó ni dos veces y Yoshio entro al agua para rescatarla. Todo era desesperación sus pulmones se llenaban de agua, sus ojos se cerraban poco a poco y luego todo se volvió blanco.
Todo cambió después de eso.
Fin del flashback.
Sana estaba acostada sobre el pastó, leía un libro pero quedo dormida luego de un rato. Tenía e libro sobre su rostro tapándolo de algunos rayos de sol que traspasaban las hojas de los árboles. Abrió los ojos, quito ese libro de su rostro y tapo un poco sus ojos del sol.
—Otra vez tuve ese sueño—Susurro Sana.
Fueran de ser un sueño eran pesadillas, el recordar el pasado le recordaba que debía ser fuerte que nadie debía protegerla más que ella misma. Que no gritaría por ayuda, porque eran problemas suyos, era tan dura consigo misma.
Miró a su al rededor por escuchar unas risas y eran los chicos de baloncesto quienes estaban entrenando como todos los días. Ahí estaba Mark su novio sonriendo a cada chica que pasara y lo mirara, era un chico encantador y aún con su apariencia y personalidad, no era una mala persona. Llevó sus manos a su bolsillo para ir caminando hasta al baño, quería lavarse un poco la cara porque sus parpados pesaban debido a todo el sueño acumulado. Al llegar a la puerta escuchó un fuerte golpe venir de dentro, sin hacer ruido se acercó a la puerta y miró una pequeña abertura que tenía la puerta.
—Miren a quién tenemos aquí—Rió la chica—Im Nayeon cuanto tiempo sin verte.
—Deja de molestar Hirai—Respondió Nayeon asustada.
La tenía acorralada a la pared, tenía una mano muy cerca de ella para evitar que se escapara. No era la única ahí dentro, Dahyun estaba aun lado suyo escondida detrás de una puerta del baño.
—Veo que ya tienes una nueva amiga—Momo pegó su rostro cerca del oído de Nayeon—Me podré divertir gracias a ti.
Momo soltó a Nayeon y dio unos pasos atrás y sujeto la camisa de Dahyun con rudeza logrando que quedará de puntitas. No dejaba de mirarla de pies a cabeza, parecía divertida con la situación y sentir como esta temblaba debido al miedo.
—¿Es nuevo tu vestido? Es realmente bonito—Dijo Momo—Me preguntó como se vera con jugo de naranja encima.
—No lo hagas, el vestido me lo regalo mi mamá ayer—Mustió Dahyun.
Sana no había visto a Dahyun el cuerpo de Momo cubría su rostro. Momo parecía buscar algo en su mochila con su mano libre, saco una botella e intentaba abrirla. Camino hasta la puerta, entró y sujeto la mano de Momo con fuerza. Intento forcejear con ella, soltó a Dahyun poco después y empujo a Sana con fuerza.
—Basta Momo es suficiente—Dijo Sana con el ceño fruncido.
—Es bueno verte Sana—Momo se paro de frente a Sana y recogió la botella en el suelo—Vete de aquí.
Momo abrió la botella y lanzó el jugo de naranja sobre el vestido de Dahyun. No paraba de reírse por lo divertido que se veían, Nayeon la estaba abrazando y le quitaba el jugo en su rostro.
La japonesa no pudo evitarlo, miró el rostro de Dahyun quién parecía estar reteniendo las lágrimas apretando su vestido con sus manos. Apretó los puños y sin pensarlo camino hasta Momo y le soltó un fuerte golpe justo debajo de su ojo izquierdo. El golpe fue tan fuerte que logro que cayera al suelo, Dahyun y Nayeon gritaron al escuchar el ruido.
—Quieres pelear, eh—Momo toco su mejilla la cuál le dolía y se puso de pie—Entonces pelea tendrás.
De la misma forma en la que lo hizo, Momo le dio un fuerte golpe cerca de la boca logrando que saliera sangre. Ninguna de las dos se detuvo, se puso de pie de nuevo y de la misma forma se lo devolvió, no tenían la intención de parar. A ninguna le gustaba perder, no les gustaba sentirse inferior y hoy no sería la excepción. Tiradas en el suelo, una encima de la otra y golpe tras golpe era lo que sus ojos no podrían ver.
Dahyun cubrió sus oídos, aquellos ruidos no le gustaban. Nayeon estaba de la misma forma, sus cuerpos temblaban debido a la pelea de las dos japonesas. Querían irse, pero no sabían con exactitud en dónde estaban y de tener mala suerte también saldrían heridas.
—Detente Sana—Susurro Dahyun.
Sana la miró y se detuvo de golpear de nuevo a Momo. Pero eso no detuvo a la otra japonesa quién le dio un fuerte golpe en el estomago logrando que cayera al suelo retorciéndose de dolor.
—Te has vuelto tan patética—Momo recogió sus cosas y camino hasta la puerta—Te veré mañana en los ensayos.
Su estomago le dolía, no fue un pequeño golpe si no uno que logro estremecer todo su cuerpo. Se levantó con cuidado y miraba a las dos coreanas quienes estaban abrazadas junto a una puerta y una con el vestido todo sucio.
Sana siempre llevaba una bolsa extra en dónde guardaba su ropa deportiva que utilizaba durante los ensayos. Saco una sudadera, un pans y una camisa, camino hasta dónde estaba Dahyun abrazada de Nayeon, abrió su mano y le entregó la ropa.
—Debes cambiarte o pescaras un resfriado.
Dahyun no iba aceptarlo, pero no tenía opción. Si salía de esa manera todos se burlarían de ella, y tendría que dar explicaciones, y lo que menos quería era preocupar a las personas de su alrededor.
—Gracias—Le susurro a Sana le sujeto la manga de su uniforme para evitar que se fuera—¿Nos puedes llevar a nuestro salón?
—Ustedes pueden ir solas, no necesitan mi ayuda—Le respondió sin dejar de mirarla.
—Por favor—Susurro Dahyun.
Sana termino aceptando, esperaba a que se cambiará. Se quedo en silencio con Nayeon, no tenía interés en ella, sacó su celular y miro la hora, llegaría tarde a su próxima clase, y de tener mala suerte no la dejarían entrar. Se acercó al espejo, su rostro si que estaba mal, quedaría morada su mejilla y tendría que ir a la enfermería más tarde. Tendría que cubrir esas marcas o no podría actuar y todo el esfuerzo se iría a la basura.
—Veo que tienes problemas, Minatozaki—Esa fue la voz de Nayeon.
—No mas que tú, Im.
La miraba desde el espejo, se lavaba la cara y sonrió. La puerta de aquel baño en dónde Dahyun se cambiaba se abrió, su ropa deportiva le quedaba un poco grande y la sudadera era un poco más larga. Nunca la había visto vestida de esa manera y le parecía linda. Dahyun sujeto la mano de Sana, y Nayeon su brazo. Salieron del baño, no habían personas afuera más que los que tenían prácticas deportivas. Estaba cerca su salón, no tendrían que caminar mucho, pero lo que le molestaba un poco era lo lento que caminaban ambas.
Llegaron a su salón de clases, su maestra llevaba esperándolas por que tardaron como 30 minutos fuera. No dijo ni una sola palabra la japonesa e iría a su salón pero alguien tiro de su camisa, pensó que era Dahyun pero se equivocaba ella estaba ya sentada en su lugar con sus cosas ya fuera.
—¿Desde cuándo ayudas a las victimas de tus amigas?—Nayeon no soltaba la camisa de Sana.
—Desde que te convertirse en la victima de tus propias amigas—Dijo sarcástica Sana acercándose a su oído—Si hubieras estado sola, no hubiera ido ayudarte.
Sana reía al notar su expresión de miedo de la mayor.
—¿Que interés tienes en Dahyun?—Se rió cerca de su oído lo que le causo un cosquilleó—Lo que venga de ti no es bueno.
—Hoy andas muy curiosa, Nayeon. Olvidaba ese pequeño detalle de ti—Sana soltó una risita y le dio un pequeño beso en la mejilla—Cuídate.
Antes de quitarse miró una ultima vez a Nayeon quién tenía todo el rostro rojo por el pequeño beso en su mejilla y su ceño fruncido no faltó porque ahora estaba totalmente enojada. Y eso ya era ganancia para Sana.
Ya era un poco tarde, no la dejarían pasar y prefirió ir de camino a la enfermería. El lugar no estaba vació ahí adentro estaba Mark quién tuvo un pequeño accidente jugando baloncesto, tuvo una caída y lastimo un poco su muñeca porque cayó casi encima de el. El era al que estaban atendiendo, le sonrió y se sentó a esperar a que terminaran para que fuera su turno.
Lo primero que hizo al salir fue darle un pequeño beso como saludo y tomo asiento a su lado. No le dejaba de sonreír, le entregó una cajita de chocolates que iba a darle a la salida pero se adelanto ya que la tenía a su lado.
—¿Quién te golpeó?—Le preguntó Mark.
—Tuve una pelea con Momo, no fue nada solo un malentendido—Soltó una risita la japonesa—Espero que te recuperes.
Sana se levantó para entrar con la enfermera pero Mark la sujeto de su hombro.
—Debemos hablar, no podemos continuar de esta manera.
—Ya tendremos tiempo de hacerlo, pero aquí no es el mejor lugar para que hablemos de lo que quieres...—Sana le dio un manotazo para que la soltara—Te mandaré mensaje después.
Ella sabía de lo que quería hablar Mark, después de la fiesta todo se volvió más complicado entre los dos, se puso muy tensa la situación. Evitaba sus llamadas y mensajes para que no tuvieran que tener esa conversación, no sabía que le diría o respondería respecto a sus dudas porque ni ella misma estaba segura. Pero no podría huir todo el tiempo.
La enfermera examinaba su rostro, su labio no se rompió, la causa de la sangra es porque se mordió ella misma cuándo sintió el golpe. Y su mejilla si quedaría un poco morada, sus nudillos si que estaban heridos por el primer golpe que le dio a Momo. Le vendaron su mano, le entregaron unas pastillas des inflamatorias y la dejaron ir.
Mark no se fue la esperaba esperan afuera de la enfermería, tenía los brazos cruzados y estaba recostado en la pared. Intento evadirlo pero se puso adelante para cubrir su paso y que no continuara caminando.
—Tenemos que hablar—Soltó de repente Mark—Esa noche me equivoque, lo siento mucho—Apretaba los dientes—Te amo Sana.
—Tengo que irme, o llegaré tarde a mi próxima clase.
Caminaba de manera rápida directo a su salón de clases. El escuchar la palabra ''Te amo'' era algo que le asustaba, su corazón estaba nervioso después de escucharlo venir del chico con el que venía saliendo desde secundaria.
—El amor no existe, chico estúpido.
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