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Dahyun no logro dormir esa noche, se la paso pensando en todo lo que paso y no dejaba de preocuparse por Sana, tenía miedo que le hiciera algo su padre. Se revolcó en la cama toda la noche hasta que por fin la mañana llegó, su mejilla ya no estaba irritada y es que al llegar a casa tuvo que inventar una mentira acerca de que le había pasado en el rostro, le terminaron creyendo al final. Era fin de semana, seguía acostada en su habitación y puso un poco de música para que no estuviera en total silencio. Esperaba a que su madre regresara a casa, ayer en la cena le pidió un favor, quería ir a visitar a la señora Kang, su madre acepto pero tendría que esperar a que llegara del trabajo, aún dudaba del testimonio del padre de su novia, no lograba creer que fuera culpa de Sana, no podía ser cierto.
Le hablo a Chaeyoung, le preguntó acerca de como se encontraba Mina ya que el golpe de ayer se escuchó realmente fuerte y se sentía totalmente responsable, tuvieron que inventarle algo para que no se enterara de a dónde habían ido realmente, pudo respirar luego de escuchar que todo estaba bien, y que no se había lastimado. Conversaron un poco más acerca de la escuela y evitaron a toda costa el tema de Sana, conocía la postura de su mejor amiga acerca de su relación y no quería agobiarla con esos temas, quedaron de ver más tarde en casa de Mina para una pequeña reunión. Se despidió luego de escuchar el auto de su madre, ya era un poco más de las 3 de la tarde, antes de que su madre llegara a casa, se baño y se arreglo, agarro cualquier ropa que encontró en su armario, esperaba que no tuviera que cambiarse de nuevo.
—¿Ya esas lista?—Le preguntó su madre del otro lado de la puerta de su habitación—¿Nos vamos?
—Sí—Le respondió—Estoy lista, mamá.
Abrió la puerta de la habitación y se encontró con su hija quién llevaba puesto una sudadera, un short negro y unos zapatos negros. Le sonrió y la felicitó por aquella combinación. De caminó al hospital hicieron una parada en una florería, Dahyun le pidió a su madre que comprara unas flores para que no llegará con las manos vacías y decorara la habitación en dónde se encontraba la señora Kang, le pidió que le comprará unas margaritas.
En el hospital se puso demasiado nerviosa, no estaba muy segura de si en ese hospital se encontraba y para su buena suerte, si había adivinado bien. Su madre de Dahyun se quedo a esperarla afuera, la acompaño hasta la habitación y era en la planta baja por lo que no tuvieron que utilizar un elevador ni de caminar demasiado. Se paro en la puerta durante varios minutos sin haber tocado, trago saliva debido a los nervios y toco la puerta.
—¿Quién es?—Preguntó la madre de Sana.
—Soy Dahyun ¿Puedo pasar?—Dahyun agarro fuerte el ramo de flores.
—Pasa.
Dahyun entró al cuarto, llevaba su bastón para poder guiarse.
—No esperaba verte por aquí, señorita Kim—Le sonrió apenas la vio entrar—Creí que nadie me visitaría estando aquí, se siente tan vacía esta habitación.
—¿C-como se encuentra?—Dahyun llegó hasta la cama—Le traje esto para que decore aquí y al verlas sonría.
—Margaritas—Sonrió al verlas y al tomarlas se acerco a olerlas—¿Por que margaritas?
—Son las flores favoritas de Sana.
—¿Ah si? No tenía idea—La madre de Sana agacho la cabeza y las puso aún lado suyo—No conozco a mi hija, realmente—Su expresión en el rostro se volvió triste al decir lo último—¿Sana te dijo que estaba aquí? ¿Cómo se encuentra ella?
Dahyun negó y agacho la cabeza.
—Es una larga historia—Dahyun intentó sonreír pero no pudo hacerlo se mantuvo con una expresión sería en el rostro—No fue ella quién nos contó, y realmente no sabría decir como se encuentra ahora mismo—Se sentó en una silla que la madre de Sana le indicó que estaba cerca suyo, tomo asiento, y dejo salir un enorme suspiro antes de poder hablar.
—¿Pasa algo?—Preguntó preocupada la madre de Sana viendo a la menor suspirar.
—¿Es verdad que fue culpa de Sana por la que usted esta aquí?—Dahyun agarro su mejilla justo en dónde la japonesa la había golpeado por accidente, tenía bastante fuerza—Es solo que su padre lo menciono...
La madre de Sana no se esperaba aquella pregunta, guardo silenció y se acomodo en la cama recostando la cabeza sobre la almohada, y mirando al techo.
—¿Te puedo hacer una pregunta Dahyun?—Dahyun asintió de inmediato y cambió su postura a una más firme—¿Qué harías si tus padres no te quisieran? ¿Sería doloroso para ti?
Dahyun se puso a pensar su respuesta, imaginarse acerca de que sus padres no la quisieran, era demasiado triste de imaginar. Y no lograba entender como era posible que algunos padres no quisieran a sus hijos.
—¿Por qué alguien no querría a sus hijos?—Respondió indignada por la pregunta de la señora Kang.
—¿Eso crees?—Rio la señora Kang muy bajo para que Dahyun no la escuchará—¿Tú quieres a Sana ¿No es así?—Dahyun asintió varias veces—Yo no la quiero, así como nunca quise a Yoshio...—Guardo silenció y trago saliva—Soy una mala madre ¿No crees? Esa fue la razón por la que peleaba con Sana—El silenció de Dahyun respondía su propia pregunta y esa expresión sería en el rostro había cambiado a una más solitaria—Mi hija, es una chica solitaria que solo busca el amor y el cariño, que nunca recibió de sus padres. Me alegra que haya encontrado todo eso en una chica como tú.
—¿Por qué?—Susurro Dahyun para si misma—Usted parecía entenderse con Yoshio, el la quería mucho ¿Por qué esta diciendo eso?
—Porque odio todo lo relacionado con ese hombre, con el padre de ambos—Dijo con disgusto—Ver a Yoshio y ver a Sana, es ver su rostro cada vez que los miraba—Apretó los dientes recordando lo mal que la paso alado de el—Cuando descubrí que estaba embarazada, fue la peor noticia que pude recibir esa tarde... recuerdo que lloré toda la noche, mis padres habían dicho que no me apoyarían y me quede a su lado hasta que nacieron—Miró a Dahyun de nuevo y mantenía la misma postura y la misma expresión en su rostro, la estaba escuchando—Es algo que no entenderías, tal vez solo no nací para ser madre.
Entre más entraba a la vida de Sana, se iba enterando de más cosas relacionadas con su novia, la ponían triste, porque parecía que en cada recuerdo que se relacionara con Sana, solo venían acompañado de lágrimas y sufrimiento.
—Tiene razón, no la entiendo y no quiero hacerlo—Dahyun alzó la cabeza—Cuando usted cuidaba de mi, siempre pensé en que era una buena madre, nos hacía panecillos y bebidas deliciosas, y Yoshio me contaba acerca de como quería a su madre más que a nada, porque era su heroína por esforzarse por salir adelante, siendo ustedes solos. Es triste saber, que usted no pensaba lo mismo de el... Pero, aún así no pienso que sea mala, porque nunca le hizo daño, si no todo lo contrarió, ya sea por apariencia o por otra cosa, el fue feliz en vida.
—Gracias por tus palabras, eres sincera y amable, nos has cambiado nada, Dahyun—Aquellas palabras provenientes de la menor, la hicieron sentir tranquila por unos momentos—Eres una buena chica—Finalizo.
—¿Le puedo hacer una pregunta?
—¿Una pregunta?—Dahyun asintió—¿Hay algo más que quieras saber?
—¿Por que volvió con el padre de Sana si usted no lo quería?—Estaba esperando aquella respuesta con bastante curiosidad—Es solo que, porque volvería con un hombre así de malo.
—No fue por ella—Respondió a secas—Si esperabas otra respuesta, lo siento.
Dahyun se levantó de la silla, la respuesta la decepciono por completo al escucharla y no buscaba las palabras adecuadas para poder responderle. Prefería irse, no quería sentirse cada vez más decepcionada de aquella mujer que siempre fue buena a su perspectiva.
—Antes de irme quisiera pedirle un favor—Se dio la media vuelta apuntando hacía la puerta—Si Sana viene a verla ¿Podría decirle que la quiere?—Su corazón latía muy rápido—Aunque sea mentira, estoy segura que le gustaría escucharlo de alguno de sus padres, ya que ellos siempre deberían querernos.
—Lo haré, así que tu también díselo—La madre de Sana se levantó un poco de la camilla—Supongo que este es el adiós, gracias por venir a visitarme.
—Gracias por cuidar de mi, guardaré conmigo todos esos buenos recuerdos que tengo con usted—Dahyun caminaba hasta la puerta y se detuvo un momento—Este es la última vez que vendré, no puedo visitar de nuevo a una persona que no quiere a Sana. Adiós señora Kang.
Salió de la habitación, su madre la esperaba no muy lejos y al verla salir fue ayudarla para que se fueran al auto. Una parte de ella sentía alivió, a pesar de que la visita no fue lo que esperaba al menos se sintió libre por haber dicho lo que tanto sentía. Quiso inhalar un poco de aire, estaba sudando y no entendía el porque, su madre prendió el airé acondicionado para que se refrescara un poco.
—¿Paso algo? No es normal verte tan callada—Le preguntó su madre.
—Creí que la señora Kang era buena, pero nos equivocamos mamá—Agacho la cabeza—No es una buena persona, ella es mala.
La madre de Dahyun sostuvo la mano de Dahyun sin quitar la vista del caminó.
—¿Por que lo dices pequeña?—Dahyun no le respondió—No sé a que te refieres pero cada persona tiene sus motivos de hacer o de actuar, no somos nadie para juzgar ni para decidir si esta bien o esta mal.
—¿Tú me quieres aunque sea nacido ciega mamá?
—¿Por qué no te querría? Eres mi hija, y desde el primer momento en el que supe que estaba embarazada, te quise desde ese momento.
—Me alegra de que seas mi mamá, yo te quiero mucho.
No lograba olvidar la conversación con la señora Kang, y entre más lo pensaba más preocupada se sentía con respecto a la japonesa. Pedía, que estuviera bien y que no estuviera haciendo locuras. Todo el resto del caminó prefirió guardar silenció e intentar olvidarlo, Chaeyoung la estaría esperando afuera de casa, quería solo concentrarse en su pequeña reunión. Al llegar, no se equivoco, su madre le dijo que Chaeyoung estaba afuera, fue corriendo hacía ellas apenas se detuvo el carro.
—Buenas tardes, señora Kim—Se acercó y ayudo a la chica de piel pálida a bajarse—¿Ya nos podemos ir Dahyun?
Dahyun asintió.
—Entonces, le traeré más tarde a Dahyun, sana y salva.
La madre de Dahyun asintió y entro a la casa. Por otro lado Chaeyoung y Dahyun se quedaron afuera dirigiéndose al vehículo en dónde Mina las esperaba para llevarlas a su casa. Apenas se saludaron, se pudo sentir esa tensión, acordaron en no mencionarle nada a la más bajita sobre la visita que le hicieron ayer a la chica rubia.
—¿Por qué están tan calladas? —Cuestiono Chaeyoung un poco desconcertada del silencio—¿Compraste los bocadillos Mina?
—El silenció es bueno ¿O no Dahyun?—Dahyun asintió y Mina regreso su mirada a su novia—Y sí, compré todo lo que me pediste.
—Hoy tenemos que divertirnos, estoy segura que será una tarde excepcional.
Llegaron a la casa de la japonesa, para Dahyun era un lugar nuevo y desconocido, siempre se ponía nerviosa cuando iba a lugares por primera vez. Tendría que tener cuidado acerca de todo lo que la rodeaba porque era totalmente desconocido. El olor al entrar era refrescante, podía hacer danzar a su olfato por tan suave olor. Se sentaron en el sofá mientras Mina iba por las cosas que compro para que comieran. Estaba solamente Chaeyoung y Dahyun en la sala de espera.
—Oye Dahyun—Le susurro Chaeyoung para llamar su atención—¿Cómo te encuentras? Desde que fui por ti, tienes una expresión triste en el rostro—Agarro la mano de Dahyun—Hoy nos divertiremos y nos olvidaremos de lo que paso ayer.
—Estoy preocupada por Sana—Suspiró—No quiero pensar que le pudiera pasar algo malo, se debe estar sintiendo culpable por el golpe.
—Solo ignóralo, ella ya no tiene nada que ver contigo ahora.
Mina llegó con la comida, Dahyun prefirió no responderle a su mejor amiga y guardo silencio.
—¿Paso algo? Se ven incomodas.
—No, no paso nada Mina—Respondió con mucha velocidad la más bajita—Bien, es hora de nuestra tarde de películas, y nada lo arruinará—Sonrió.
Escogieron un par de películas que estaban siendo tendencia, estaban todas ansiosas por mirarlas, incluso Dahyun cuando escuchó la sinopsis quedo encantada. Todo el ambiente se iba poco a poco de la habitación, el sonido de las risas, las lágrimas y los vasos de vidrió siendo asentados en la mesa, lograron que por fin su cuerpo se relajara, que todo lo malo se le olvidará en ese momento. Quería disfrutar de todo, quería estar en paz consigo misma esa tarde, pero esa llamada terminó con romper su estabilidad emocional de nuevo.
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