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La mejilla dolía, no era exactamente por el golpe si no más bien por las acciones de Sana, aquello solamente terminó por decepcionarla. Lo único que quería era desayunar con ella y entregarle los chocolates que su madre le entregó para que se los obsequiara por la mañana, todo fue tan rápido que al estar en el suelo quedo en completo shock, lo único que recordaba fue un sonido que escuchó antes de ser golpeada. Cuando la japonesa se fue, todos continuaron en lo que estaban haciendo, era normal ver la mala conducta de la chica rubia de la escuela; muchos se sorprendían al escuchar sus calificaciones, porque aún siendo como lo era ella, era muy inteligente.
La llevaron al baño, Chaeyoung le reviso la mejilla con mucho cuidado y solo se notaba un ligero rojizo en la zona en dónde fue golpeada, Mina por el contrario estaba peor, ella si tuvo que echarse mucho agua para lavarse el rostro.
—Espero que ahora te des cuenta, que Sana no vale la pena—Chaeyoung agarro la mano de Dahyun—No quiero que se te vuelva acercar, tú padre tenía razón al no aceptarlo.
Dahyun agacho la mirada totalmente apenada.
—No tienes que decírmelo, lo sé—Dahyun mantenía un enorme nudo en la garganta—Lo sé—Volvió a repetir.
—Espero que esta vez me hagas caso, Dubu—Dejo de ver a Dahyun para ahora ver a la japonesa—Y tú también, Mina. Deberías aprovechar esta oportunidad para alejarte de ella, no te traerá nada bueno al final.
Mina se terminó de lavar las manos, sabía que Chaeyoung tenía razón, cualquiera preferiría huir de aquella amistad tóxica, sin embargo ella nunca le haría algo así a esa chica rubia por más tonta e impulsiva que era, porque la conocía, sabía que no era fácil para Sana lidiar con todo lo malo que la rodeaba, y reaccionaba de ese modo, siempre lo hacía. Y ni así, podría dejarla sola.
—Chaeyoung...—Susurro el nombre de su novia—No vuelvas a repetirlo, yo nunca dejaré a Sana sola—Volteó a ver a ambas chicas—No conoces la vida de Sana, ni el porque actúa de esa manera—Hizo una pequeña pausa—No puedes opinar de algo que no sabes y desconoces—Chaeyoung la miró con asombro ya que no la había visto tan sería—Me sorprende que me estés pidiendo algo así.
—Nada justifica lo que acaba de pasar afuera—Chaeyoung alzo un poco la voz—Te golpeo a ti y golpeo a Dahyun, y siempre actúa de esa forma tan desagradable.
—¿Cómo serías si tu padre abusara de ti toda tu infancia y te escondieras todas las noches en un armario?—Aquella pregunta hizo que Chaeyoung quedara callada—Sana desde pequeña lidió con un montón de cosas, desde el abandono de su madre, la muerte de su abuela la única persona que la cuido y la muerte de su hermano gemelo—Chaeyoung agacho la cabeza—No digo que este bien sus acciones, hizo mal pero Sana prefiere guardarse todos sus problemas para ella—Sabía que algo mal estaba pasando para que explotara de esa manera—Si regresara al pasado, le volvería a obsequiar ese abrigo y volvería hacer su amiga de nuevo—Agarro ambas manos de su novia y la miró fijamente a los ojos—Te quiero mucho Chaeyoung, pero nunca me pongas a escoger entre Sana y tú, porque la escogería a ella.
—¿Por qué?—Se cuestiono Chaeyoung.
—Porque el amor se termina—Dahyun intervino en la conversación—En cambio la amistad es para siempre, como la tuya y la mía.
—Tienes razón, Dahyun. Mina no me meteré entre ustedes—Chaeyoung abrazo fuertemente Mina—Te quiero y no quiero que peleemos.
El ambiente ahora se tornaba incomodo, Dahyun no quiso volver a entrometerse y guardo silencio absoluto, no necesitaba que Chaeyoung se lo dijera, sabía que las palabras de Mina le habían dolido más de lo que se imaginaba. Terminaron de arreglarse y fueron por un poco de hielo para bajar la inflamación, y luego iban de regreso a sus respectivos salones de clases. Nadie hablaba sobre el tema, todo estaba más tranquilo, mucho más tranquilo que antes. Dahyun estaba caminando siguiendo el paso de su mejor amiga, cuando sonó la primera campana, tuvo que irse corriendo debido a que tenía un trabajo importante que hacer a primera hora. La dejo con Mina, quién accedió con gusto a acompañarla hasta llegar al salón en dónde Nayeon la esperaba, no tenían porque estar nerviosa entre ambas, sin embargo aquella discusión se volvió un tema demasiado complicado de tratar.
—Lo que dijiste en el baño ¿Es verdad? ¿Tú dejarías a Chae por Sana?—Susurro Dahyun con los nervios en la boca, deseaba preguntarle ahora que su mejor amiga no estaba.
—Sí, puede parecer la chica más fuerte, y eso no cambia el hecho de que es una niña asustada—Mina había respondió de inmediato sin siquiera pensarlo demasiado.
—Supongo que irás a verla a casa—Dahyun rechino los dientes y agarro el brazo de Mina con mucho más fuerza que del principio—Si irás ¿Puedes llevarme?—Agacho la cabeza al finalizar.
—No creo que sea buena idea que vayas. Chaeyoung te pidió que te alejaras, no quiero que se enoje conmigo por llevarte.
—No tiene porque enterarse—Dahyun se detuvo y soltó a Mina quién se detuvo junto con ella—Llevó días con un mal presentimiento—Su corazón latía demasiado rápido—Solo quiero asegurarme que esta bien, si lo que dijiste es cierto, no quiero dejarla sola...—Hizo una pequeña pausa—Pensaras que soy una inmadura por pedirte algo así, luego de que me golpeara.
Si Mina rechazaba su petición, de todos modos buscaría la forma de poder dar con la japonesa. Ese mal presentimiento simplemente llevaba días en su pecho, no la dejaba tranquila a ninguna hora del día y se estaba volviendo molesto; le quitaba el aliento.
—No eres inmadura, de hecho a veces siento que eres incluso más madura que Chaeyoung—Mina sonrió y se acercó a Dahyun solo para revolverle el cabello—Solo por esta vez, dejare que vayas conmigo.
—Gracias—Hizo una reverencia y le sonrió de vuelta.
Después de aquella charla, se despidieron, no sin antes quedar de verse a la salida. Mina quedo en distraer a Chaeyoung y luego iría a buscar al salón de clases e irían en su auto a la casa de la chica rubia. Estando sentada en su banca de manera, jugaba con sus dedos contando en su mente como si así conseguiría que el tiempo pasara demasiado rápido. Nayeon conversaba un poco con ella, estaba demasiado feliz y no se molestó en preguntarle, su cabeza estaba ocupado en otras cosas como para hacerle una simple pregunta a la mayor. La campana resonó en su oído y saltó del susto, guardo todas las cosas que tenía en la mesa rápidamente en su mochila y se quedo quieta esperando la llegada de Mina, la chica japonesa que la llevaría a casa de su querida Sana. Mientras esperaba, toco su mejilla, le estaba doliendo, no era un dolor tan fuerte como para ponerla a llorar, sin embargo eso no evitó que sus pequeños ojos se llenaran de unas cuantas lágrimas.
—Hasta mañana, Dahyun—Se despidió Nayeon con una fuerte risa—No llegues tarde como hoy.
—Hasta mañana, Nayeon.
Todos se habían ido, la única que seguía en el mismo lugar era ella, comenzaba a desesperarse, si Mina se iba sin ella, nunca se lo perdonaría por haberle mentido de una forma tan descarada. Cada minuto en su cabeza, parecía una eternidad comparada con el verdadero tiempo que estaba transcurriendo.
—¿Nos vamos?—Mina venía a pocos pasos—Lo siento por tardar, Chaeyoung no quería dejarme ir y tuve que escaparme—Se rio recordando los pucheros de su pequeña novia.
—Esta bien, el día es largo de todos modos ¿Nos vamos?
Mina asintió y agarro la mano de Dahyun para que caminaran hasta el auto que estaba estacionado del otro lado del campus. Platicaban de cosas randoms durante el caminó, mayormente Mina le preguntaba acerca de como solía ser Chaeyoung de pequeña y no paraban de reír por contarle pequeños secretos que seguramente harían que su mejor amiga quisiera matarla por haberle contado algo tan personal. Eso logro tranquilizarlas y que los nervios se esfumaran. Detuvieron el auto a una esquina antes de que llegaran a casa de la japonesa, se podía ver a lo lejos, parecía que si se encontraba en casa, se notaba por una pequeña luz que sobresalía del cuarto que se suponía que era la cocina. Aparcaron del otro lado de la calle, cuando el motor dejo de sonar esos nervios que permanecieron en el olvido en el transcurso del caminó volvieron a tomar posesión de sus cuerpos.
—Sí, Sana esta a la defensiva, no te vuelvas a entrometer—Mina hablaba en un tono alto—¿De acuerdo?
Dahyun asintió, lo que menos querían era agravar las cosas y complicarlas más de lo que ya estaba. Se dirigieron hasta la pequeña casa en donde vivía la japonesa, tocaron la puerta un par de veces y no recibieron respuesta, no se rindieron ya que dentro de la casa se escuchaba ruido, un sonido como si estuvieran sacando algo de alguna bolsa de plástico. La puerta terminó siendo abierta, pero enfrente no estaba la persona que estaban buscando, si no era aquel hombre que era la pesadilla de la misma Sana.
—¿Buscan a alguien?—Dijo una voz ronca que era desconocido para Dahyun.
Mina intensifico su agarre y se aferro a la muñeca de Dahyun. Si la chica de piel pálida pudiera ver lo que ella estaba viendo, quedaría de la misma forma en la que se encontraba, el padre de Sana era igual a ella, era alto y muy apuesto, pero aquella mirada con la que las veía, le desagradaba.
—No es nada, estábamos por irnos—Mina hizo una mueca—Volveremos luego, cuando Sana se encuentre en casa—Hizo una reverencia.
—¿Son amigas de Sana?—Les preguntó—Por que no lo dijeron antes, vengan pasen—Las invitó a entrar—No debe de tardar en llegar—Les sonrió.
—No es necesario ¿Verdad Dahyun?—Dahyun asintió entiendo la situación—Solo veníamos a ver si haríamos la tarea.
—No es molestia, entren es la primera vez que conozco amigas de mi hija—Les volvió a sonreír.
No les quedo más remedio que aceptar su invitación a entrar, les ofreció el único sofá y el se sentó al frente de ellas en una silla. Dahyun no soportaba escuchar la voz de aquel hombre que decía ser el padre de Sana, nunca se imaginó que lo conocería. Dentro de la casa, el olor a cigarrillo era muy fuerte, apestaba y les causaba un enorme dolor de cabeza. No comentaron nada, pero se mantenían en silencio escuchando a aquel hombre hablar.
—Es la primera vez que conozco alguna amiga de mi hija—Prendió un cigarrillo que saco del bolsillo de su camisa—Siempre fue callada y llorona, nadie quiere ser amigo de personas así daba lastima—Saco humo de su boca y rio—Aún lo da.
Mina estaba sumamente seria y Dahyun por otro lado estaba realmente molesta.
—¿Por qué se ríe? No creo haber escuchado algo gracioso—Se puso de pie—No debería referirse a Sana de tal manera y es una buena persona, todos quieren ser su amiga.
—¿Buena persona?—El padre de Sana también se puso de pie—Una buena persona no manda al hospital a su propia madre ¿Oh si? ¿No es por eso que están aquí?—Se dio cuenta de las caras llenas de sorpresa que tenían ambas chicas—Supongo que no lo sabían—Levantó una ceja.
Dahyun y Mina guardaron silencio un momento no lograban creer lo de la madre de la japonesa y se negaban a creer lo que habían escuchado.
—No diga tonterías, Sana nunca le haría eso a su madre—Dijo Mina quién se puso de pie y lo apunto con el dedo—Seguro fue usted.
—Me ofende mucho que piensen que fue mi culpa—La sonrisa del rostro se le borro y ahora estaba totalmente serio—¿Qué clase de esposo creen que soy?—Decía en un tono de burla que era realmente muy notorio.
—Fue una mala idea haber entrado—Dijo Mina quién sostuvo la mano de Dahyun—Lo mejor será que nos vayamos.
Hicieron una reverencia para despedirse y caminar hasta la puerta. No querían quedarse en el mismo lugar que el padre de Sana o terminarían en una horrible discusión. Y no querían causarle más problemas de los que ya tenía, el comportamiento del padre de la japonesa era realmente horrible y desagradable.
—Aún estábamos conociéndonos—Se bufó el padre de Sana quién se paro en la puerta—Si ven a mi querida hija, díganle que su papá la espera en casa.
—Usted es realmente desagradable—Dijo en voz alta y se detuvo.
—¿Qué dijiste niña?—Tiró su cigarrillo al suelo y lo piso—¿Tus padres no te enseñaron a respetar a los mayores?
—No respetó a personas como usted—Mina volvió a sostener su mano para que se fueran pero volvió a soltarse y se quedo parada—Estoy molesta.
—¿A personas como yo?—Se rio de nuevo al mirarlas—¿Y como son las personas como yo?
Dahyun estaba realmente molesta, se podía notar en cada expresión de su rostro y para Mina era la primera vez que la veía enojada.
—Es el tipo de persona que piensa que todos están debajo de el—Hizo una pequeña pausa y trago un poco de saliva—Dijo que Sana daba lastima, pero el que da lastima es usted , no entiendo como puede soportarse, jamás creí conocer a una persona tan repugnante como lo es usted, me siento mal por Sana y la señora kang que tienen que lidiar con esto todos los días—Sentía un nudo en la garganta—De hecho, lo odio por haberle hecho tanto daño a la persona más importante de mi vida, por haber hecho la vida de Sana tan horrible.
—La única que da lastima aquí, eres tú ciega estúpida, yo puedo hacer lo que quiera con mi hija—Se acercó con la intención de querer herir a Dahyun, pero Mina se puso enfrente e hizo retroceder a Dahyun unos pasos—Quítate del caminó, esto es asunto de la ciega y yo.
—Tranquila Mina—Susurro Dahyun—No le tengo miedo.
Claro que sentía miedo, su corazón en ese momento latía con prisa y sus manos temblaban, no sabía de dónde salió el valor para enfrentarlo, era algo que llevaba estancado en su pecho desde que escuchó la historia de su novia. No mintió, no lo conocía y era la primera vez que lo conocía sin embargo, lo odiaba. El padre de Sana empujó a Mina tan fuerte que la hizo caer consiguiendo que se golpease la cabeza con el suelo; se escuchó tan fuerte que el ruido la hizo saltar del susto. La había tomado del cuello de la camisa que llevaba puesta y podía sentir tan de cerca el olor a cigarrillo. Cerro los ojos esperando el golpe, estaba preparada para lo peor, fue en ese momento en el que el olor a cigarrillo fue opacado por un olor más dulce, su olfato se inundo con el dulce aroma de Sana.
—Suéltala—Sana agarro la muñeca de su padre—O te romperé la muñeca, no quiero que toques a Dahyun con tus sucias manos
El padre de Sana estaba sorprendido por el comportamiento de su hija, su mirada era algo nuevo de ver, siempre la veía con miedo y temblaba al verlo, ahora mismo esa no era la mirada que siempre le daba, era la primera vez que la veía realmente enojada.
—Que manera de saludar a tu padre—Alzó una ceja y rio de nuevo—¿También me mandaras al hospital como a tu madre? Eso no es ser una buena hija, de acuerdo la dejaré ir.
Dahyun quedo muda y no podía hablar, deseaba decir algo pero las palabras simplemente no salían.
—Váyanse de aquí y no regresen—Les dijo la japonesa a ambas chicas.
Mina corrió hasta Dahyun y sin meditarlo la sujeto de la mano para que corrieran a su vehículo. No se saludaron más, no podían dejar de temblar ambas, si el día no se podía poner peor realmente consiguieron que todo se volviera realmente malo y terminaron causándole más problemas a la chica rubia.
Todo se volvió un infierno.
Ya le quedan pocos capítulos por lo que espero que en la siguiente actualización ya publique los que faltan junto con el final. Así que, bueno ya llevo un año escribiendo esta historia y escribir un final con el que me sienta satisfecha es un poco difícil. Espero que disfruten de los últimos capítulos y que la historia no se haya tornado muy pesada, llevo un año escribiéndola y es nostálgico que este apunto de terminar.
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