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Sana era una chica demasiado temperamental, en otras circunstancias hubiera explotado, pero sabía muy en el fondo que Dahyun nunca hubiera sido capaz de engañarla, y prefería creer en lo que conocía que en lo que miró esa noche. No pudo resistirse, envolvió a Dahyun en brazos y se acurruco en ella recostando su barbilla encima de ella, cerró los ojos y dejo que el silenció las invadiera queriendo solamente disfrutar de ese momento a solas. 

—Es la primera vez que me abrazas de esta forma—Dahyun se agarro fuerte de la camisa del uniforme de Sana—Es tan cálido, que podría llorar de felicidad.

—Me preguntó, en que momento cambió todo—Sana alzó la cabeza y miró su al rededor—Esa noche, tuve miedo por ti más que por mi—Suspiró—Cuando me fuiste a buscar, me hiciste muy feliz, yo no podía hacerlo, pensé que terminarías conmigo, igual por esa razón dude al verte. 

Dahyun se separó un poco de Sana, tragó saliva y los ojos no dejaban de parpadearle. 

—Chaeyoung me dijo, que siempre eras tú la corría detrás de mi—Hizo una pequeña pausa—Y tenía razón, tenía demasiado miedo de que quisieras terminar conmigo que mi mente simplemente no dejaba de darme vuelta.

Sana se levantó de la banca en dónde estaba sentada y le dio la espalda a la menor. 

—Dahyun—Llamó la atención de Dahyun—Si yo no estuviera ¿Saldrías con Taehyung? 

—¿Por qué me preguntas eso de repente?—Dahyun estaba confundida. 

Sana no sabía que contestarle, fue salvada por la campana; el celular de la menor sonaba, alguien la llamada por lo que se detuvo a responder. Por otro lado, la japonesa revisó el celular mientras esperaba a que terminará la llamada, ya se estaba haciendo un poco tarde para un compromiso importante que tenía. Cuando vio que Dahyun guardo el celular, hizo lo mismo y se volteó para poder verla a la cara.

—Es mamá, me esta esperando afuera—Dahyun se levantó de la banca—Mi papá tuvo la brillante idea de ir a almorzar todos juntos—Saco de nuevo su celular—Le hablaré a Chaeyoung para que venga a buscarme. Lo siento, realmente quería quedarme más tiempo contigo. 

—No pasa nada, no todos pueden ir almorzar en familia—Sana acarició el cabello de Dahyun—Así que solo diviértete. 

Dahyun le hablo a Chaeyoung para que fuera a buscarla, no había ido tan lejos con Mina que llegaría en un abrir y cerrar de ojos. Ambas se despidieron y se abrazaron una ultima vez, solo que esta vez Sana le dio un pequeño beso en la frente a la menor, quién sonrió de inmediato al sentir tan adorable gesto. 

—Yo conseguí un empleó y trabajare muy duro, para poder repetir nuestra primera cita. Y poder darte la cita que mereces, Dahyun. 

—No es necesario, con escuchar tu voz es suficiente para mi ¿Lo sabes no? 

—Lo sé,  pero quiero ser egoísta y crear buenos recuerdos contigo mientras pueda.

—No digas eso, lo haces sonar como si nos quedará poco tiempo—Dahyun abrazo a Sana de nuevo—Si te sientes mal, recuerda que puedes hablar conmigo. 

Sana le dio unas pequeñas palmadas en la espalda de la menor, alzó la mirada y se encontró con Chaeyoung y Mina quienes venían corriendo del otro lado de la cancha de atletismo. Les fue muy difícil separarse la una de la otra. Rompieron con el abrazo con la llegada de Chaeyoung, se despidieron y se quedo con Mina en silencio total mientras miraba la silueta de aquellas chicas desaparecer entre la multitud. 

—Creí que le reclamarías por lo del fin de semana—Mina miraba a Sana—Tuve miedo de que le hicieras pasar un mal momento aquí. 

—Quería sentirme enojada, pero no pude en el momento en el que mi mirada la encontró a ella—Miró a Mina a los ojos—No pude hacerlo. 

Miró desde el celular y ya se le estaba haciendo tarde para llegar a la entrevista de trabajo que tenía pendiente, le pidió a Mina que la llevará. Iban caminando hasta el estacionamiento y en ese momento sus ojos volvieron a encontrar a la chica de piel pálida, no estaba sola, ahí estaba de nuevo el chico pelinegro del sábado, se detuvo a mirarlos solo un poco más y sintió una enorme rabia por dentro, la manera en el que el la miraba era de una forma única. 

—¿No crees que el la mira de una forma especial—Volteó a ver a Mina quién la miraba fijamente—Es como si el hubiera encontrado la flor más hermosa de aquí. 

Mina miró a la entrada en dónde la mirada de Sana estaba fijamente en esa dirección. Y logró darse cuenta de a lo que se estaba refiriendo su mejor amiga, tenía razón, el chico de nombre Taehyung miraba de una manera tan especial como si fuera ella misma mirando a Chaeyoung. 

—¿Crees que hacen bonita pareja ellos dos?—Llamó la atención de Mina de nuevo—Si Dahyun pudiera ver, se enamoraría de esa mirada dulce y no de mi.

Sana no podía dejar de ver tal escena, le dolía verlos juntos y aunque el pecho le doliera no quitaba sus ojos de encima de ambos chicos. 

—Llegaremos tarde—Mina jalo la mano de Sana para que la siguiera y continuaran caminando—Apúrate y deja de hacerte preguntas tontas. 

Sana estaba muy distante desde hace días, la mayor parte del tiempo guardaba silenció y solo se quedaba parada mirando. Mina empezaba a preocuparse, deseaba preguntarle muchas cosas, pero sabía que de hacerlo, lo único que recibiría como respuesta sería ''Estoy bien, no te preocupes por mi'', era lo único que sabía decir la japonesa ante preguntas personales que la involucraran. Lo único que hizo Sana fue mirar por la ventana y se mantuvo en la misma posición, ni siquiera parecía que parpadeaba, su mirada estaba fija en una sola dirección y sus dedos no se movieron ni un solo centímetro desde que subieron al auto. 

—¿Que pasa? Has estado rara desde hace varios días—Preguntó Mina sin quitar la vista del caminó. 

—¿El color negro se vería bien en mi cabello? Pronto me lo teñiré—Volteó a ver a Mina—Así que quería saber tu opinión, ya que tu me conociste con ese color de cabello. 

—Llevas tiempo con el rubio, pero el color negro va muy bien contigo ¿Y eso que quieres teñirlo?

—El color negro, combina con alguien como yo—Hizo una pequeña pausa—Con tanta mala suerte—Terminó. 

Llegaron al bar en dónde le indicó Sana, se estacionó justo al frente del local. Mina apagó el carro, y soltó un enorme suspiró, y recostó su frente en el volante del vehículo. 

—A pesar de que llevamos siendo amigas desde hace tiempo, no puedo lograr entenderte—La miró de reojo—En fin ¿Quieres que venga por ti cuando salgas? 

—¿Vendrías?—Sana rió—Pareces mi novio el cuál se preocupa mucho por mi—Se acercó a Mina y le dio un pequeño beso en la mejilla y sonrió al notar el color del rostro de su mejor amiga—Te mandaré mensaje cuando este apunto de salir—Se bajo del auto—Eres muy linda cuando te sonrojas, mi pequeña Mina—Le guiñó el ojo antes de entrar al bar. 

Era un bar pequeño, la paga no era mala, de hecho pagaban muy debido a las jornadas largas que algunos días tendría. Estaba muy agradecida de que la llamaran tan pronto, no le quedaba más dinero y era un enorme alivió que la hayan contratado, el gerente no parecía ser una mala persona y estaba demasiado nerviosa por ser su primer día. Caminó directo a la oficina del gerente, llegó solamente unos minutos tarde y mientras caminaba a la oficina pudo observar un poco del lugar, a pesar de que era un bar llegaban muchas familias. Ihnalo un poco de aire al estar parada enfrente de la oficina, toco dos veces y se quedo quieta esperando a que abrieran.

—¿Tú eres la chica nueva?—Dijo una voz femenina a sus espaldas—El gerente tenía razón, eres muy linda. 

Sana se dio la media vuelta para ver a la persona que le estaba hablando. Se encontró con una chica un poco más alta que ella, con el cabello largo y unos pequeños ojos al igual que los de Dahyun. 

—Que manera de iniciar un conversación—Sana estaba completamente seria al hablar.

—Mi nombre es Yeji por cierto—Le extendió la mano para saludarla—Mucho gusto. 

La ignoró y la dejo con la mano extendida y volvió a darse la vuelta mirando la puerta de gerencia que no tardo en abrirse. 

—Señorita Minatozaki, adelante—La invitó a entrar. 

El gerente no parecía mayor, le calculaba unos 30 años y era muy apuesto. La vez que llevo la solicitud no logró conocerlo dado que no se encontraba. Quedo muy sorprendida al mirarlo, era demasiado alto y tenía que mirar hacía arriba para poder verle el rostro. 

—Mi nombre es Dong-yul y es un gusto, puedes sentarte—Le señalo la silla y tomo asiento—Vi tu curriculum y quede impresionado, tienes mucha experiencia a pesar de tu edad—Saco un papel de un cajón del escritorio—Hay un puesto como encargado de cocina, si vemos que te desenvuelves bien ese puesto podría ser tuyo.

No lograba creer aquella propuesta que le estaban ofreciendo.

—Si no tienes problemas en empezar como mesera—Se levantó de la silla y extendió su mano para saludarla—Entonces sería un placer trabajar contigo. 

Se levantó rápido de la silla y estrecho la mano del gerente e hizo una reverencia como agradecimiento.

—Me encantaría, puedo comenzar ya mismo—Alzó un poco la voz y no pudo evitar no sonreír—Daré mi mejor esfuerzo. 

No podía creerlo, era demasiado bueno para ser verdad y lo único en lo que podía pensar es que podría llevar a Dahyun a un lugar bonito a cenar para reponer esa primera cita fallida. 

—Me parece perfecto—Le sonrió de vuelta—Puedes ir con Yeji para que te entregue tu uniforme.

Sana asintió y antes de salir de la oficina le volvió agradecer por todo. Fue en busca de la chica de nombre Yeji que estaba en la cocina apurando a todos para que trabajaran más rápido, la mayoría se quedo mirándola. Le toco el hombro para llamar su atención y esta solo la miró de los pies a la cabeza de nuevo. 

—¿Necesitas algo?

—El señor Dong-Yul, me dijo que viniera contigo por mi uniforme...

—Sigueme—Le sonrió. 

La siguió hasta un almacén que estaba después de la cocina, al parecer era el lugar en dónde guardaban todas sus pertencias al entrar a trabajar, le entregó una llave y le señalo uno de los lockers del final para que dejara su mochila y luego regreso con el uniforme de la japonesa, era una camisa blanca con una corbata negra, un pantalón negro pegado y un delantal negro que se sujetaba a la cintura. 

—Puedes cambiarte al fondo hay un vestidor—Le señalo a la derecha—Te esperaré aquí. 

Fue al vestidor, encendió la luz y era bastante grande, la ropa le quedaba bastante bien a excepción de la camisa que le quedaba un poco grande, lo metió dentro del pantalón y le hacía falta un cinturón para que la camisa no se desacomodara, la corbata fue un poco más difícil de poner, nunca uso una y a penas pudo ponérsela. Salió de los vestidores y guardo su ropa en el locker que le otorgaron. 

—Como es tu primer día, solo ayúdame atender las mesas y ya mañana podrás hacerlo sola—Le guiñó el ojo la chica—Hay días que se llenan, pero hoy es lunes y hay menos personas por estos rumbos, así que no te preocupes. 

Sana asintió, aún era temprano por lo que no habían muchas personas dentro. Después de las 7 las personas empezaban a llegar, el lugar se mantuvo casi lleno durante 3 horas y era sorprendente como la chica de nombre Yeji junto con otro compañero que llegó después atendían todas las mesas, la hacían ver como una novata total en su primer empleó. Le pedían hacer las cosas más fácil como llevar el agua entre otras cosas para apoyarlos. Luego de que la mayoría terminara y se fuera se sentaron a tomar un pequeño descanso y a tomar agua. 

—No lo haces mal Minatozaki—Le sonrió la chica de nombre Yeji. 

—He perdido la practica, llevó sin trabajar un mes o más—Por primera vez en la noche Sana sonrió—Trabajar por alguna razón me relaja. 

—Eres a la primera persona y seguro la única a la que escucharé decir eso—Se bufó la chica. 

—Es probable—Rió Sana. 

Terminaron el descanso, todo parecía ir tranquilo, las personas que iban eran demasiado agradables y amables. El día pintaba perfecto, tanto que muy dentro de ella, sentía que algo malo pasaría en cualquier momento. Y no se equivoco. Faltaba solamente una hora para que saliera, le envió un mensaje a Mina para que estuviera pendiente y fuera por ella. El bar iba quedando vació, mirando el reloj de la pared, los minutos parecían no avanzar y regreso su mirada a la entrada y trago saliva al ver quién entraba por la puerta.

—Esto es una broma—Se dijo a si misma.

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