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Domingo en la mañana.

La cabeza dolía, todo le daba vueltas al intentar levantarse de la cama, se quedo tirada entre las sabanas de la cama y agarraba su cabeza la cuál no dejaba de dolerle. Estiró un poco el brazo y terminó chocando con una espalda, se asustó y se pegó a la pared que estaba detrás suyo. Tragó saliva y pico a la persona que estaba durmiendo aún lado, al rozar sus dedos con el cabello de la persona pudo darse cuenta que se trataba de Chaeyoung y volvió a respirar. No lograba recordar nada, por más de que lo intentaba todo en su mente era confuso y lo último que recordaba era de aquella bebida que le dieron para brindar por el cumpleaños de Taehyung y de ahí en fuera, no lograba ni recordar la música que pusieron en toda la noche.

—Chaeyoung—Dijo mientras la movía para que se despertara—Despierta, ya es tarde. 

Chaeyoung se movió a los lados y cubrió su cabeza con una almohada.

—Despierta ¿En dónde estamos?—Volvió a intentar despertarla—Despierta, Chaeyoung. 

—¿Que quieres Dahyun? Estamos en mi habitación—Abrió los ojos un poco y miró a Dahyun—La cabeza me va a explotar, no debimos beber. 

—¡Mi mamá va a matarme!—Gritó Dahyun.

—Le hable a noche que te quedarías conmigo y estuvo de acuerdo—Chaeyoung se estiró al levantarse—No te iba a llevar en el estado en el que estabas, no recuerdo mucho, lo único de lo que me acuerdo es que fue Mina quién nos trajo a casa junto a Momo. 

—¿Que hora es Chaeyoung?

—No lo sé—Busco su celular por todas partes, lo encontró debajo de ella y lo prendió—Son las 2 de la tarde—Abrió los ojos y volvió a revisar la hora—Si son las 2 de la tarde.

—Tengo que ir a casa ¿Me llevas? 

—Sí, solo dejame lavarme la cara y cambiarme—Le pidió la más bajita. 

Dahyun aceptó esperar que se cambiara, no dejaba de tocarse la cabeza, le dolía demasiado que ni siquiera quería moverse un solo centímetro. Los padres de Chaeyoung estaban fuera y les dejaron una nota aún lado de la puerta, habían salido para hacer las compras. Le había hablado a su madre antes de irse que ya estaría de regreso, en todo el caminó no soltó la ropa de Chaeyoung, iban caminando despacio, no querían agitarse demasiado o terminarían vomitando. 

—No volveré a beber—Se quejo Chaeyoung en el caminó—No debí dejarme convencer por los amigos de Taehyung de beber un poco—No dejaba de tocarse la cabeza—Debes estar agradecida de que Sana no pudiera verte, pero Mina ami si y estoy muy avergonzada. 

—Me preguntó si estará bien en estos momentos. 

Dahyun lucia decaída en todo el caminó. 

—No te preocupes, hablamos de Minatozaki—Intentó consolar a Dahyun—Estará bien.

En la puerta de su cosa, las estaba esperando su madre con los brazos cruzados. Chaeyoung estaba apunto de huir, era demasiado tarde para que lo hiciera; le tenía miedo a la madre de su mejor amiga cuando se enojaba. Entre más cerca estaba de llegar, ese enorme escalofriar invadía la parte de atrás de su cuello. Le sonrieron y ni así se salvaron de recibir gritos por llegar apenas a esa hora. Entraron a la casa y las hizo sentarse en el sofá esperando recibir alguna explicación de parte de ambas. 

—¿Tienes algo que decirme señorita?—Se dirigió a Dahyun su madre. 

Dahyun negó.

—Chaeyoung es la que sabe—Señalo a su mejor amiga—Ella te contará todo lo que quieras saber, mamá. 

Chaeyoung miró con el ceño fruncido a Dahyun quién la dejo con todo el problema. 

—Y bien Chaeyoung ¿Tienes algo que contarme?

—No es nada malo, lo que pasa es que se nos hizo tarde para que Taehyung nos trajera y no quisimos pagar dos taxis—Chaeyoung trago saliva—Ya sabe, el dinero no se puede desperdiciar. 

—Dinero—Repitió incrédula la madre de la menor—Es mejor que regreses a casa, Chaeyoung. Y te agradezco por cuidar de mi hija. 

—No tiene nada que agradecer—Se levantó del sofá e hizo una reverencia—Hasta luego. 

Chaeyoung salió volando de la casa, Dahyun intentó camuflarse hasta su habitación, no tuvo mucho éxito su madre la atrapo cuando hizo ruido al chocar con la pata de una pequeña mesa que estaba aún lado. 

—¿Bebiste Dahyun?—Se le acercó y la olio—Hasta aquí se siente el olor.

—Un poco, no quiero mentirte—Trago saliva—No lo volveré hacer, lo prometo. 

—Sabía que era mala idea de que fueras a esa fiesta—Se dio la media vuelta dándole la espalda—Bañate antes de que regrese tu padre y te castigue más de lo que ya estas. 

Dahyun fue hasta su habitación, dejo las cosas que trajo aún lado y fue directo al baño. Se hecho un baño rápido y se adentro a la cama a recostarse de nuevo ya que la cabeza no le permitía hacer nada, ni siquiera escuchar música. El restó del día estuvo normal y caótica al mismo tiempo. Con la llegada de su padre los días iban empeorando por esas constantes peleas, por esa misma razón quiso quedarse en cama todo el día y aunque su padre entro un par de veces para hablar con ella, se negó hacerlo con la excusa de que estaba demasiado cansada por haber bailado toda la noche. 

El día siguiente llegó, era lunes por la mañana, se levantó al escuchar sonar su alarma y se estiró al ponerse de pie. La ropa que llevaría ya la tenía lista desde a noche, solo tomo un rápido baño y comió una manzana que estaba aún lado de su cama para desayunar y aguantar a comer más tarde en la escuela. Le gritaron para que saliera que ya era un poco tarde, solo agarro su mochila y fue en dónde su madre la esperaba. El tráfico por la mañana llega hacer demasiado molesto, todos iban con prisas y era demasiado ruidoso. La llevó hasta el salón de clases y le acomodó sus cosas y se despidió de ella. Muy pocos compañeros habían llegado, la saludaron y fueron a sus propios lugares. 

—¿Ya llegaste Dahyun?—Preguntó Nayeon al arrimar la silla de su lugar para sentarse. 

—Sí, recién llegué también—Rió bajito para si misma. 

—¿Mucho tráfico? Fue un dolor de cabeza para mi—Nayeon rió—Lo bueno es que nuestras vacaciones están cerca y ya no tendremos que venir aquí. 

—Sí un poco—Se quedo pensativa un momento—Oye Nayeon, tú que fuiste amiga de Sana antes ¿Que bocadillos podría comprarle? 

Nayeon quedo pensativa unos minutos. 

—Sana nunca suele hablar de lo que le gusta, supongo que ella estará contenta con lo que lleves. No tienes que romperte la cabeza en ello, Dahyun. 

—Espero que tengas razón, Nayeon. 

En todas las clases se la paso pensando en ello, en los bocadillos que quería obsequiarle a Sana, en la hora de descanso le pidió el favor a Chaeyoung que pidiera unos en una tienda del centro, eran muy populares y deliciosos. Estuvieron esperando en la entrada hasta que los trajeron y pudieron ir a sentarse a descansar un poco antes de volver a clase, se los encargo a su mejor amiga para que los cuidará y ya estaba todo listo para la hora de salida. Los minutos pasaban demasiado lento, sentía como si hubiera estado dos días completos dentro del salón y como si el tiempo no avanzara lo suficiente rápido como para salir. Apenas sonó el timbre de salida, guardo todas sus cosas con rapidez.

—Mucha suerte Dahyun—Nayeon se levantó de la silla—No faltes mañana, traeré comida para las tres. 

—Cuídate Nayeon, hasta mañana—Se despidió. 

Chaeyoung vino corriendo con todas sus fuerzas hasta el salón de Dahyun, conocía lo impaciente que llegaba a ser la menor. La vio parada a lo lejos jugando con sus dedos de los nervios, rió antes de llegar y le dio unas palmadas en la espalda.

—¿Averiguaste lo que te pedí? 

—Sí, en dónde hay que ir—Agarro de la mano a Dahyun—Vamos, así aprovecho a conversar con Minari. 

Fueron corriendo hasta la cancha de atletismo, escuchó de unos compañeros de las japonesas que ahí estarían todo el día por unas pruebas. No se equivoco, ahí estaban ambas japonesas con ropa deportiva sudando por el calor que hacía, el lugar estaba prácticamente vació, solo quedaban unas cuantas personas. Dejaron de correr y se quedaron paradas alado de un poste, Dahyun se escondió detrás de Chaeyoung. 

—¡Sana!—Gritó Dahyun con todas sus fuerzas. 

Sana soltó sus cosas las cuáles estaba preparando para poder irse, Mina la miraba directamente esperando la reacción de la japonesa hacía Dahyun. Miraban como se iban acercando ambas chicas, caminaban despacio con algo escondido entre sus manos. 

—¿Necesitas algo de mi?—Sana estaba completamente seria mirando a Dahyun detrás de Chaeyoung. 

—He comprado unos deliciosos postres y jugo, para compartirlos contigo—Dahyun le sonrió y saco aquellos pequeños postres que compró y se los enseño—Debes estar muy cansada, quiero que los pruebes y que te sientas muy feliz. 

Mina y Chaeyoung quedaron en silencio solamente observándolas. 

—Claro, solo iré a buscar una toalla para limpiarme un poco—Su expresión se suavizo, miró a Mina y sonrió —No te muevas de aquí, regresaremos pronto. 

Chaeyoung ayudó a Dahyun a sentarse en una de las bancas cerca de la cancha. Le acomodó las cosas aún lado de ella y el jugo lo puso un poco más lejos y así no lo tirara por accidente. Comenzó a jugar con las manos y los pies de los nervios, no importaba cuanto tiempo llevaran y ni que tan lejos habían llegado como pareja, seguía poniéndose nerviosa al estar cerda de Sana. 

—¿Me puedo sentar?—Le preguntó Sana. 

Dahyun asintió.

—¿Y Chaeyoung se fue? 

—Sí, se fue con Mina—Se sentó Sana en el espacio vació de la banca—Me pidió que te llevará a la entrada cuando terminemos.

—Mi mamá no vendrá pronto por mi, así que podemos comer con calma—Dahyun destapo los pastelillos y tomó uno con las manos—No sabía cuáles son tus favoritos, espero que te guste los que escogí—Se lo ofreció—Dime si no te gusta y comprare otra cosa. 

Sana debía estar molesta después de lo que vio, paso toda la noche pensando en que le diría la próxima que se encontraran, y ahora que la tenía justo enfrente, todo en su mente se desvaneció y una parte de ella misma quería olvidarlo. 

—¿Y que hiciste el fin de semana?—Preguntó Sana queriendo quitar esa espina que la punzó durante todo el fin de semana. 

Dahyun le dio una mordida al pastelillo y sonrió por lo delicioso que era. 

—Fui a la fiesta de Taehyung—Dejo de comer un momento—No recuerdo mucho de esa noche, bebí algo que me dieron que me hizo doler la cabeza al día siguiente—Agacho la cabeza—Me hubiera gustado que fueras y bailáramos juntas.

—Entiendo—Sana se sirvió jugo y bebió un poco—No bebas alcohol con nadie que tu sepas que no cuidará de ti ¿Me lo prometes? 

—Te lo prometo, Sana—Le sonrió. 

Sana se acercó a Dahyun y le limpio la boca, tenía un poco de merengue. Quedo perdida en su rostro el cuál estaba totalmente sonrojado debido a su tacto, no quería dejar de mirarla, las manos parecían moverse solas y miró su alrededor asegurándose que nadie estuviera cerca. Cerro los ojos y le dio un pequeño beso de pico a la chica de piel pálida, quién al sentir sus labios de Sana, dejo caer su pastelillo al suelo. 

—¿Me quieres solo a mi?—Sana se separó para ver el rostro de la menor. 

Dahyun tenía la garganta cerca y todavía no podía creer que la besara en un lugar publico.

—Te amo, Sana ¿Por que lo preguntas?

—Solo quería escucharlo de nuevo—Sana rió y le revolvió el cabello—Yo también te amo y mucho, Dahyun. 

Y entre pétalos pintados, se dieron un pequeño beso el cuál significaba mucho. 


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