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Iban tomadas de la mano, caminando hacía el jardín de rosas que era el lugar más cerca. Caminaban en silencio hasta una pequeña banca que la cubrían las hojas de las rosas que lo rodeaban, era el lugar más alejado de las personas que estaban conversando a gusto. Sana ayudo ayudo a Dahyun a sentarse, limpió un poco la banca con las manos para que no se ensuciara la ropa y ella se quedo parada enfrente suyo con los brazos cruzados.
—Lo siento mucho, lo siento por lo que te hizo mi padre ayer—Dahyun se puso a jugar con los dedos queriendo recuperar el valor que perdió pensando en que Sana no quería verla—No estuvo bien, te lastimó por mi culpa y no pude defenderte.
Sana se acercó un poco a Dahyun y acomodó un poco del cabello que le cubría el rostro detrás de la oreja y le acarició un poco el cabello con una expresión sería en el rostro. No le gustaba verla triste ni mucho menos verla sentirse culpable.
—No tienes que disculparte, no fue tu culpa—Sana rompió el silencio—No te preocupes por mi, estoy bien—Rió queriendo animar la situación—¿Y tú lo estas?—Acarició la mejilla de Dahyun contorneando esa ligera capa rojiza que la cubría—¿El también te pegó?
Dahyun asintió a la pregunta de Sana.
—Mis padres no dejan de pelear por mi culpa—Apretó su pantalón con mucha fuerza—Nunca habían peleado, pero ahora ni siquiera pueden verse sin que se estén gritando, todo porque quiero a una chica y eso no es justo—Apretaba los dientes por la impotencia que sentía—El te hizo daño y no puedo perdonarlo—Dahyun alzó la cabeza—¿Puedo tocar tu rostro?—Le pidió.
Sana se agacho se había agachado, Dahyun busco su rostro y con ambas manos sujetaba el rostro de la japonesa, sentía cada curita que sus dedos rozaran y sentía como el cuerpo reaccionaba al tacto de ella al tocar la parte en dónde había sido el golpe. Empezó a llorar, le dolía porque a pesar de que ella no la había golpeado, fue por su culpa que la hirieron.
—¿Te duele?—Le preguntó la menor a Sana.
—Un poco—Sana sujeto la mano de Dahyun que acariciaba su mejilla—Gracias a ti, ya no duele más.
—No quiero alejarme de ti—Comenzó a sollozar—El quiere sacarme de esta escuela, y si me voy no podremos encontrarnos más.
Dahyun se cubrió el rostro con las manos, no deseaba que la miraran llorar. Sana se puso de pie y miró el cielo, el tono azul se iba perdiendo entre las nubes grises que lo iban cubriendo. Del lado suyo se encontraba una rosa roja llena de espinas, con mucho cuidado la corto y le quito aquellas espinas y regreso su mirada a Dahyun quién seguía llorando.
—Si dejas de llorar y ocultar tu rostro, te daré un regalo—Sana olio la rosa por unos segundos.
—¿Un regalo?—Dahyun quitó las manos del rostro y limpió sus lágrimas con las manos.
—Sí, un regalo—Sana miró la rosa—¿Recuerdas que solía decirte que las margaritas eran mi flor favorita?
Dahyun asintió a su pregunta.
—Lo recuerdo, fue el primer regalo que recibí de ti.
—En realidad, soy alérgica a las flores—Sana se quedo un momento en silencio—A pesar de que eran bonitas, me hacían daño, pero es muy curioso... tú eres una margarita y no soy alérgica a ti—Le entregó la rosa a Dahyun—Este es mi obsequió, pero ya no llores.
Dahyun tomó entre sus manos aquella rosa, la acercó para poder olerla y olía también que ese refrescante aroma, la tranquilizaba como una dopa-mina. Admiraba la forma de ver las cosas tales como las veía Sana, era sorprendente como con unas pequeñas palabras la hacía sentir mejor sin importar las circunstancias.
—Gracias, siempre sabes como hacerme sentir mejor—Dahyun le sonrió por primera vez en el día a la japonesa—Me siento menos culpable ahora—Se puso de pie—Tengo que volver a clase ¿Te importa si me llevas de regreso con Chaeyoung?
Sana tomo de la mano a Dahyun y caminaron de regreso hasta el kiosco en dónde Chaeyoung las esperaba. Se despidieron una vez más antes de que se fueran, Dahyun le había sonreído a la japonesa mostrando los dientes y cerrando por completo sus pequeños ojos. Aquel obsequió, no lo soltaba por ningún motivo, se aferraba tanto a la flor como si fuera la mismísima Sana Minatozaki, la olía, el olor era tan suave que endulzaba su nariz. A mitad del caminó, tuvo que detenerse, de nuevo estaba sintiendo ese mal presentimiento, el escalofríos que le daba mala espina estaba regresando.
—¿Por qué te detienes?—Chaeyoung estaba un poco extrañada de la repentina acción de su mejor amiga.
—No es nada, continuemos.
Al llegar a su salón de clases pidió permiso para entrar, ahí estaba Nayeon esperandola para poder hacer equipo en una pequeña actividad que pondrían. La clase era más divertida de lo que se imaginaba, y lo disfrutaba al máximo por si se trataba de su último día. Cuándo el timbre de salida sonó, un nudo se formó en su estomagó. Recogió todas las cosas que tenía en la mesa y las guardo en la mochila, salió junto a Nayeon a la puerta a esperar a Chaeyoung quién las llevaría hasta la entrada a esperar a sus respectivas madres. Se quedo parada en la puerta de salida recostando la espalda en la enorme reja de la entrada, tanto Chaeyoung como Nayeon se habían ido, vinieron por ellas primero. Comenzaba a desesperarse, su madre nunca llegaba tarde por ella y era puntual todo el tiempo.
—¡Dahyun!—Gritaron su nombre.
Dahyun intentaba adivinar de que lado escuchó que la llamaran.
—Hola, estoy aquí por si me buscabas—Tocó ligeramente su hombro de la chica de piel pálida y soltó una pequeña risa al ver como dio un pequeño brinco del susto—Soy Taehyung—Se presentó.
—¡¿Taehyung?!—Repitió la menor—Me asustaste mucho—Se tocó el pecho sintiendo su corazón—¿Que te trae por aquí de nuevo? ¿Nueva novia?—Le preguntó.
El chico pelinegro no paraba de reír.
—No, de hecho vine a verte a ti—Sonrió al mirar a Dahyun.
—¿A mi?—Dahyun estaba extrañada de la presencia de Taehyung en la escuela.
—Sí—Asintió el chico mientras buscaba algo en la mochila que llevaba con el—El sábado daré una fiesta y quería invitarte a que vinieras con Chaeyoung—Le entregó la invitación—Me encantaría que estuvieras ahí, como amiga eres muy importante.
—No creó poder, estoy castigada—Le devolvió la invitación—Me disculpo—Hizo una reverencia Dahyun.
—Es una lastima—Taehyung estaba abatido—Me hubiera encantado volver a bailar contigo.
El padre de Dahyun había llegado por ella, se bajo del carro y se quedo parada de brazos cruzados observando a Dahyun conversar con el chico pelinegro. Lograba escuchar todo lo que ambos conversaban y alzó una ceja, parecía tener una idea y decidió acercarse.
—Dahyun, te daré permiso de ir a la fiesta con Chaeyoung—Se entrometió el padre de Dahyun—Socializar era lo que tu madre y yo queríamos que hicieras, y esta es una buena oportunidad ¿Te parece?
Dahyun quedo afligida al escuchar hablar a su padre con tanta tranquilidad.
—Mucho gusto señor—Taehyung hizo una reverencia como saludo—Soy un amigo de su hija—Llevó la mano detrás de la cabeza—Y pues si usted no tiene ningún problema, puedo pasarla a buscar también para ir juntos.
—El gusto es mió—Estrecharon las manos como saludo—Me alegra ver que mi hija tiene amigos tan atractivos como tú.
—No es para tanto—Balbuceó Taehyung avergonzado—Su hija es muy linda y tuve suerte de haber salido con ella un tiempo.
El padre de Dahyun volteó a mirar a su pequeña hija y esta estaba cruzada de brazos solamente escuchándolos hablar.
—¿En serio?—Alzó una ceja el padre de Dahyun—Es una lástima, espero que mi hija cambie de opinión pronto y regresen, sería una buena noticia tener un yerno como tú de nuevo.
—Eso sería fantástico—Se sonrojo el pelinegro—Me gustaría continuar conversando, pero tengo que ir a buscar a un amigo—Hizo una reverencia—Nos vemos luego Dahyun—Se despidió.
Dahyun movió la cabeza hacía los lados, estaba realmente molesta con su padre y su actitud tan inmadura. No tenía otra opción que regresar con el, si pudiera ver se hubiera ido desde que lo escuchó llegar a interrumpirlos.
—¿A que viniste? ¿Solo a fastidiarme más?
—Vine hablar con tu director ¿Olvidaste que hoy era tú último día Dahyun?—Rascó ligeramente su barbilla—Tú madre puede aceptarlo, pero yo no estoy de acuerdo. Y no quiero a esa chica rubia rubia detrás de ti.
—Sana no estudia aquí—Mintió.
—¿No estudia aquí?—Se bufó de las palabras de su hija—Si no estudia aquí ¿Quién es la chica rubia que camina hacía nosotros con un grupo de chicas?
Sana venía distraída con su grupo de amigas, venían saliendo del teatro en dónde pasaron mucho tiempo. Sintió que alguien la miraba por lo que alzó la cabeza y se encontró con aquella mirada del hombre quién la había golpeado la noche anterior. Dejó de caminar y Mina la miró extrañada por detenerse tan de repente.
—Parece que ya se dio cuenta de que estoy aquí—Miró a Dahyun quién no buscaba en dónde poner las manos—Quiero ver si se atreve a venir hacía nosotros.
—Vayamos a casa—Le pidió a su padre tomándolo del brazo—Tengo cosas que hacer con mamá al rato.
Logró convencerlo, caminaron hasta el carro, antes de que subieran al carro el hombre volteó de nuevo a ver en dónde se encontraba Sana y sus miradas volvieron a encontrarse, solo que estaba vez el gestó en el rostro no era nada amable. Dahyun no quería dirigirle la palabra a su padre, ignoraba cualquier pregunta que le hiciera y mejor prefirió ponerse los auriculares y poner un poco de música para que el caminó no se le hiciera tan eterno. En la puerta de su casa, su madre estaba esperándola, fue a buscarla apenas se detuvo el carro.
—¿Por que tardaron?—Preguntó la madre de Dahyun mientras la ayudaba a salir.
—Dahyun platicaba con su amigo llamado Taehyung y no quise interrumpirla parecían muy gusto conversando—Saco un cigarrillo del bolsillo y lo encendió—Le di permiso de que fuera a una fiesta con el y pasara por ella acá a la casa—Saco el humo de la boca—¿Verdad que irás con el?
Dahyun se oculto detrás de su madre y sujeto fuerte su ropa.
—¿Te quedaras a comer?
—No, iré a la oficina, el teniente quiere hablar conmigo—Tiró el cigarrillo al suelo y lo piso—Vendré hasta la noche, así que no me esperen.
Se despidieron de el y entraron a la casa, se desparramaron ambas en el enorme sillón de la sala y soltaron un fuerte suspiró. Dahyun se cruzo de brazos y quito su par de zapatos con ayuda de sus pies y los subió al sillón y abrazo sus piernas poniendo su barbilla sobre las rodillas.
—Porque mi papá tiene que ser así de odioso—Se quejaba—Desde que se mudo a Busan por el trabajo, ni siquiera logro reconocerlo.
—No me tienes que decir que fue lo que paso, me lo imaginó—Dijo su madre—Llevaba 5 años sin visitarnos, es normal que este muy sobre protector contigo.
—Yo no se lo pedí—Frunció el ceño—Sigue con la tonta idea de sacarme de la escuela.
—Hablaré con tu padre de nuevo—Se dio pequeños golpes en los hombros—Le haré entender que tanto tú como Sana no tiene mucho tiempo de encontrarse, por otro lado ¿En serio irás a la fiesta con Taehyung?
—Eres la mejor madre del mundo—Gritó emocionada—Y no lo sé, si no voy estoy seguro de que no se rendirá hasta convencerme—Levantó la cabeza y bajo sus pies del sillón—No creó que ir con Taehyung cause algún problema, somos amigos después de todo.
—Si tu quieres ir, entonces no tengo ningún problema.
—Lo olvidaba—Dahyun casi sale volando del sofá, busco entre sus cosas que tiro aún lado la rosa que Sana le había regalo, había olvidado que la guardo con mucho cuidado entre sus cosas para no romperle ningún solo pétalo, se la mostró a su madre. —¿Verdad que es bonita?—Dahyun no paraba de elogiarla—No puedo verla, pero el olor me hace darme cuenta que es una bonita rosa.
—Es muy bonita ¿Te la regaló Taehyung hija?—Dahyun negó con la cabeza—¿Entonces quién fue?
—Sana me la dio, hablamos en la hora de descanso—Le brillaban los ojitos—Creí que estaría molesta conmigo y me alegró mucho escuchar que no—Le entregó la flor a su madre—¿Y si la invitó a la fiesta? Podríamos pasar un tiempo juntas, ya que no podremos encontrarnos mucho por el momento.
—Eso es una buena idea mi pequeña—Se levantó del sofá—La iré a poner en agua y tu ve a cambiarte.
Dahyun estaba bastante emocionado con su idea, le tendría que pedir ayuda a Chaeyoung para poder localizar a Sana y poder invitarla. Fue hasta su habitación con una enorme sonrisa en el rostro. Nada podía salir mal y quería creer en esas palabras, de que todo saldría bien.
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