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Hizo que Chaeyoung corriera hasta el baño, estaba demasiado sensible con respecto a todo lo que había pasado desde muy temprano y no lograba controlar sus emociones, siendo la primera vez que se desbordaban al tal punto en el que ni siquiera sabía que hacer con ellos. Llegando al baño se encerró en un cubículo y pegó su espalda detrás de la puerta del baño. Dejó a Chaeyoung esperando afuera, no quiso que entrara con ella, quería estar sola sin que nadie la molestará. 

—Necesitas secarte o pescarás un resfriado—Le gritó Chaeyoung desde el otro lado de la puerta—Al menos déjame ayudarte.

—No quiero, vete tú también—Gritó Dahyun. 

—¿Puedes abrir la puerta y explicarme lo que te pasa?—Le pidió amablemente la más bajita—Desde que llegué a buscarte estas un poco alterada. 

—Yo fui la que les echo agua primero a esos chicos idiotas—Dahyun quito el seguro de la puerta y dejo que Chaeyoung la abriera—Dijeron cosas de Sana muy feas, no iba a tolerarlo eran unos chicos desagradables.

Chaeyoung no lograba creer lo que estaba viendo, su mejor amiga no solía enojarse y siempre mantenía una expresión calmada en el rostro y ahora parecía realmente furiosa con todo aquel que se la pasara enfrente.

—Entiendo que te haya molestado, pero tienes que recordar que pudieron haberte lastimado y estando sola no puedes defenderte—Chaeyoung la regaño—Si te pasa algo, yo estaría muy triste y tus padres también. 

—Pero...—Replicó Dahyun. 

—Pero nada, tienes que tener más cuidado—Chaeyoung se daba pequeños golpecitos en el hombro debido a lo tensa que se sentía en ese momento—Ahora tenemos que buscar algo de ropa para que te cambies. 

La puerta del baño se abrió y Chaeyoung volteó a ver de que persona se trataba, no se necesitaba ser muy listo para saber de quién se trataba. Se separó un poco de Dahyun y le hizo una pequeña señal acerca de dónde estaba Dahyun oculta. 

—Dahyun—Sana la hablo con un tono suave—¿Podemos hablar? 

Dahyun se adentró más al cubículo chocando las puntas de su piel con aquella taza del baño. 

—Te dije que no quiero hablar contigo, ni ahora ni nunca. Vete—Le volvió a pedir la menor a Sana. 

Sana estaba perdiendo la paciencia. 

—Chaeyoung ¿Podrías dejarnos solas y esperar afuera?—Le pidió amablemente Sana.

—Chaeyoung no te vayas, la que se tiene que ir es Sana no tú—Intervino Dahyun. 

Chaeyoung estaba cansándose de estar involucrada en una pelea al que era ajena. No sabía si irse y dejar que resolvieran todos sus problemas o quedarse. 

—Dahyun, entiendo que te molestaras por mis acciones de ayer y ninguna lo hice con el afán de herirte—Sana  se iba acercando poco a poco hasta dónde estaba Dahyun—Si quieres que me disculpe, lo haré pero no quiero que estés molesta conmigo.

Dahyun no quería responder, se agacho y se tapo las orejas con ambas manos para no continuar escuchándola. Estaba siendo infantil, pero no le importaba que pensaran eso. 

—¿Hay algo más por lo que estés molesta conmigo?—Sana se agacho de la misma manera y sostuvo el hombro de la menor—Eres importante para mi y puedes decirme lo que te molesta de mi y lo cambiaré si me lo pides. 

—Yo no soy importante para ti, ya no me quieres—Dahyun bajo sus manos sujetando sus piernas—No creí que volverías con Tzuyu apenas discutimos, te vieron con ella en la mañana, seguro estuviste con ella ayer e hicieron cosas sucias—Guardo su rostro entre sus rodillas—Eres de lo peor, te odio. 

Sana no buscaba que hacer o que decir, miró varías veces a Chaeyoung para ver si le ayudaba pero no sirvió de nada estaba igual de sorprendida que lo estaba ella. No era muy buena en ese tipo de situaciones, solo había tenido una relación y su relación con Mark no era un buen ejemplo dado que nunca tuvieron peleas de ese tipo, ni siquiera escena de celos puesto que ninguno de los dos nunca sintió amor el uno por el otro. 

—Te quiero, Dahyun—Sana rodeó el pequeño cuerpo de Dahyun con sus brazos en un tierno abrazo—Claro que me importas, por eso vine hasta acá a buscarte. Estaba muy preocupada por ti—Le murmuro cerca del oído—Lo que sea que estés pensando acerca de Tzuyu, olvídalo. Solo fue muy amable al traerme aquí, no tenía nada de dinero para poder venir. 

Dahyun alzó su rostro, los latidos del corazón se fueron tranquilizando. Se dejo rodear por los brazos de Sana, lograba escuchar los latidos de la japonesa, ella aún continuaba nerviosa. 

—¿En serio no paso nada con ella?—Dahyun rompió con el abrazo y se puso de pie dando la vuelta. 

Sana se levantó del suelo y quedando de frente, rodeó las caderas de Dahyun y la atrajo aún más cerca suyo. Le limpió un par de lágrimas, su ropa estaba helada debido al agua que cayó encima y sus pequeños ojos tenían un color rojo. Acarició el mentón de la menor y sin decir una sola palabra, choco sus labios con los de ella, movía de forma suave sus labios, lo único que deseaba era sentir los labios de Dahyun siendo amados por los de ella. Estaban en el baño, no estaban solas y Chaeyoung se dio la media vuelta para no mirarlas. Se dejaron llevar en ese beso, Dahyun se aferraba al cuello de Sana, el aire no era suficiente, no quería detenerse, no era suficiente, quería más y más, eran los únicos labios que ambas deseaban saborear.

—¿Me crees ahora?—Sana detuvo el beso y pego su nariz con la pequeña nariz de Dahyun, y sonrió por ese gesto—Eres el sentimiento más sincero dentro de mi, nunca lo dudes.

—Te creó, no sé porque me sentí de esa manera—Dahyun bajo la cabeza—Mi corazón dolía cuando me dijeron que estabas con Tzuyu. 

—Pueden decir muchas cosas horribles sobre mi, pero no podría engañarte—Sana beso la mano de Dahyun y se la pego a la mejilla—Te vez muy hermosa hoy, mi pequeña Dahyun. 

Dahyun no pudo evitar que todo su rostro se pusiera totalmente rojo al sentir los labios de Sana sobre su mano, esos pequeños gestos, eran tan valiosos para ella que nunca quería que se perdieran con el tiempo. Debía creer en la chica que tenía al frente, la única que causa que todo en ella se rompa sin retorno alguno. 

—Le pedí a mi madre que me escogiera la ropa más bonita por si me veías—Dahyun oculto su rostro en el cuello de Sana—Es una lastima que me veas en estas condiciones. 

Sana rió y sus mejillas se tornaron rojizas. 

—En los vestidores de la cancha de atletismo hay regaderas y tengo ropa de repuesto—Sana volteó a ver a Chaeyoung—Si Son quiere, puedo llevarte. 

Chaeyoung se mantuvo sería en todo momento. 

—Me parece buena idea, pero antes de ir quiero hablar contigo a solas ¿Se puede?—Chaeyoung se quedo mirando a la japonesa. 

—De acuerdo—Sana sujeto la mano de Dahyun—Le pediré a Mina que lleve a Dahyun a los vestidores—Chaeyoung asintió—Bien—Recalcó la japonesa. 

Mina esperaba afuera de los baños, llevó a Dahyun a la puerta y le pidió a la japonesa que la llevará a los vestidores y después las alcanzarían. Sana estaba un poco ansiosa, no lograba imaginarse lo que la mejor amiga de su novia quería tratar con ella. Sana se paro al frente de Chaeyoung con los brazos cruzados y caminaron hasta el fondo de los baños para un poco más de privacidad. 

—¿Y que es de lo que querías hablar conmigo?—Sana alzó una ceja queriendo intimidar a la más bajita.

—Quería hablar de Dahyun—Comenzó hablar Chaeyoung nerviosa—Nunca estuve de acuerdo de que estuviera contigo, yo misma le hacía creer que estar con Taehyung era lo mejor, porque alguien como tú, solo la lastimaría—Confesó avergonzada—Lo que vi hoy, me hace dar cuenta que en verdad quieres a Dahyun y no solo estas jugando con ella—No buscaba las palabras adecuadas acerca de lo que realmente deseaba decirle—Eres la primera persona de la que Dahyun se enamora, es muy insegura y no hagas acciones que las pueda malinterpretar—Trago saliva y con todas sus fuerzas inclinó la cabeza e hizo una reverencia—Por favor, cuida de ella y no la lastimes. 

Sana abrió los ojos como platos, estaba asombrada por la acción de Chaeyoung. 

—No necesitas pedírmelo, lo que menos quiero es herirla—Sana soltó una pequeña risita—Yo soy la que te debería pedir que estés con ella, cada vez que lo termine arruinando. 

Chaeyoung alzó la cabeza y se encontró con aquellos ojos marrones cuya mirada en ese momento, solo desprendía amor y cero maldad en ellos. Era la misma mirada con la cuál miraba a su mejor amiga, era la misma que no lograba creer lo que estaba viendo. 

—Lo haré—Fue lo único que respondió Chaeyoung. 

—Entonces me quedaré tranquila—Sana se dio la media vuelta y comenzó a caminar, se detuvo a medio caminó y miró de reojo a Chaeyoung—Lo olvidaba, no te rindas con Mina—Regreso su mirada a la puerta del baño—Ella también esta enamorada de ti, te ayudaré con un pequeño empujón—Empezó a caminar la japonesa—Solo te advierto, que si le haces daño... tu y yo tendremos un problema—La amenazo—Y tú sabes que yo no juego—Le recalcó. 

Sana no amenazaba en vano, mucho menos cuándo se trataba de alguien importante para ella, siendo así el caso, nunca permitiría que su mejor amiga saliera herida. No necesito escuchar la respuesta de Chaeyoung, ya conocía su respuesta y no quería perder más tiempo dentro de ese baño. Los vestidores de atletismo no quedaban muy lejos, miraba de vez en cuando detrás suyo para no perder de pista a Chaeyoung que debido a su estatura se perdía entre la multitud. Llegaron a los vestidores, en la puerta estaba Mina esperando con los brazos cruzados, Sana no pudo evitar reírse del ceño fruncido de su mejor amiga y le guiño el ojo señalando detrás suyo. Y se detuvo justo enfrente de la japonesa.

—¿Me puedes hacer un favor?—Sana le guió de nuevo el ojo acompañado de una pequeña sonrisa—Quiero que entretengas a Chaeyoung y se quede aquí contigo—Hizo un poco de aegyo para intentar convencerla—Estoy segura de que me lo agradecerás. 

—¿Tengo opción?—Cuestiono Mina. 

Sana solo sonrió y entro corriendo a los vestidores, miró al rededor para asegurarse de que no hubiera nadie dentro. Fue en busca de Dahyun, y ahí estaba sentada muy calmada poniéndose la ropa con mucho cuidado aquella que Mina le había entregado para que se cambiara. No quiso hacer ruido, no quería alarmar a Dahyun, lo único que deseaba era mirarla durante unos minutos, sus ojos se perdieron en el hermoso cuerpo con un tono pálido como, si de por si la menor ya tenía un tono pálido, su espalda era casi porcelana ante sus ojos. Se sostuvo en la pared y apretó fuertemente su pecho, el dolor llego tan de repente que luchaba con todas sus fuerzas para no gritar, cayó de rodillas al suelo y con mucha prisa saco el frasco con pastillas que siempre llevaba consigo. 

—Sana ¿Eres tú?—Preguntó Dahyun al escuchar ruido—¿Pasa algo?—Se terminó de vestir y utilizo su ropa mojada para taparse un poco. 

Tomó rápido las pastillas del frasco y lo guardo en su bolsillo, miró arriba y Dahyun se había levantado de la banca en donde permanecía sentada cuando llegó. Se puso de pie e inhalo y exhalo sin hacer ningún otro ruido.

—Soy yo Dahyun—Rió Sana quería ocultar el dolor que sentía en esos momentos—Al parecer te quedo muy bien mi ropa deportiva—Fue caminando hasta en dónde estaba Dahyun—El color blanco va muy bien en ti, te vez preciosa con todo—Levantó su mirada para encontrarse con el rostro de su novia—¿Como es que terminaste con la ropa mojada? 

Dahyun se dio la media vuelta siguiendo la voz de Sana que venían de su lado derecho, sostenía con fuerza la ropa que le pertenecía a ella y no dio un solo paso más. 

—Me asuste, pensé que era otra persona—Dahyun le sonrió a su novia—Tú sudadera huele a ti, tu olor me tranquiliza mucho. 

—No respondiste mi pregunta—Sana rodeó su cintura con su mano y la atrajo hacía ella—¿Quién te hecho agua encima?—Sostuvo el mentón de Dahyun para que pudiera ver bien su rostro. 

Dahyun trago saliva.

—Esta vez fue mi culpa, yo les tiré agua a esos chicos primero—Dahyun cerro los ojos y mordió sus labios suavemente—Y lo volvería hacer, esos chicos son unos idiotas. 

—¿Que te hicieron?—Preguntó confundida la japonesa.

—Hablaron mal de una persona que quiero mucho y eso no se lo tolerare a nadie... 

—¿Y ese alguien soy yo?—Sana le susurro cerca de los labios de Dahyun casi pudiendo rozarse el uno al otro—Tengo que agradecerte adecuadamente—Beso ligeramente sus labios con un toque dulce y suave queriendo solamente probar esos labios que la estaban volviendo loca. 

El roce de sus labios con un ligero toque a menta combinado con el sabor menta del labial de la menor, era una combinación peligrosa. Era dulce, tanto que no quería separarse ni un solo segundo, solo querían danzar en un beso que poco a poco iba perdiendo la inocencia hasta dejarlas sin aliento. Esos eran los detalles que Dahyun tanto pedía y quería, que esas pequeñas muestras de amor, era lo que le daba fortaleza a sus propios sentimientos y lo alimentaban más y más. 

—Espera un momento Sana—Dahyun empujó a Sana haciéndola retroceder un paso. 

—¿No quieres que te bese?

—Si quiero—Respondió intentando recuperar el aliento—Es solo que, si continuó besándote olvidaré lo que tanto quería preguntarte desde hace días—Relamió un poco los labios—No buscaba la forma de pedírtelo, pero es mañana y no puedo esperar otro día.

—¿Mañana?—Repitió la japonesa sin entender. 

Dahyun asintió ante la pregunta de Sana.

—Sobre el festival del que te hable ese día en el hospital, comenzará mañana y quiero que vayas conmigo y Chaeyoung—Se ruborizaron sus mejillas—Solo si tu quieres y no tengas algo que hacer. 

—¿Detuviste nuestro beso para pedirme que vaya a un festival contigo?—Sana no pudo evitar reírse ante la inocencia de la menor—Eres increíble Kim Dahyun y un desastre—Volvió a reírse—Esta bien iré, te acompañare. 

Mina gritó desde la puerta el nombre de Sana un par de veces. La japonesa miró la hora desde su celular y ya era un poco tarde, su maestra seguramente ya las estaba buscando seguramente y al llegar recibirían un enorme regaño. 

—Me tengo que ir, pasaré por ti a casa a las 7 si te parece bien. 

Dahyun asintió muchas veces y desbordaba alegría en cada poro de su piel. 

—Te estaré esperando mañana—Le regaló una enorme sonrisa. 

—Cuidate y disfruta del evento, nos vemos luego. Le pediré a Chaeyoung que venga por ti ahora—Sana le revolvió un poco su cabello y se despidió. 

Dahyun se quedo parada dejando caer su ropa al suelo y toco su cabeza, cada vez que Sana le revolvía el cabello, su corazón se volvía loco, tan loco que ni siquiera un psiquiatra podría controlarlo. Toco su pecho, lo que estaba sintiendo, no era nada bueno, porque ese mal presentimiento estaba volviendo a su pecho. 

Y el amor, no siempre es más fuerte que la realidad. 


Se cancela todo, así que disfruten porque ya viene el lemon que tanto esperan y que me tarde en llegar. 

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