Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

80

Si el viento revuelve tu cabello al correr, no lo debes intentar acomodar, sentirse libre corriendo por las calles de aquella ciudad que crees tu hogar tomada de la mano de la persona que hace latir tu corazón, no lo podías hacer siempre. Sana tomó la mano de Dahyun y corrió sin rumbo saliendo de la escuela, conocía que no le podría seguir el paso, tuvo que alentar su paso y miraba de reojo detrás suyo, su mirada siempre se encontraba con la chica de piel pálida cerrando los ojos dejando sentir el viento chocar por su piel. Mirarla tan feliz, la deprimía a un punto en el que terminaba perdiéndose en sus pensamientos. 

El tiempo no era infinito y las personas morían con el paso del tiempo. 

No tenía idea de a dónde la llevaría, ni siquiera tenía un solo centavo en el bolsillo y una cita requería dinero. Recordó un lugar que Mina siempre le comentaba, era un lugar al que sus padres la llevaban de picnic o de paseó en esas tardes en dónde lloraba debido a que los extrañaba todo el tiempo.. No quedaba muy lejos de en dónde se encontraban, si corrían a ese ritmo, llegarían pronto. 

—Sana—Dahyun la llamaba—Me estoy cansado, quiero descansar. 

Sana dejo de correr y se quedo parada frente a una parada de autobús. 

—Lo siento, no debí correr de esa forma sin avisarte—Se disculpo avergonzada de sus propias acciones—Te buscaré una banca en dónde sentarte—Miraba sus mejillas coloradas y la frente llena de sudor de la menor—Sube a mi espalda, te llevaré—Se agacho enfrente dándole la espalda—Vamos.

—No, eso no esta bien—Dahyun negó con la cabeza—Tú estas enferma, yo debo cuidar de ti, no tú de mi—Rezongó. 

—Te dije que ya estoy mejor—Le mintió.

—¿Segura?—Le preguntó temerosa la menor. 

—Muy segura—Rió Sana—Vamos, sube a mi espalda. 

Dahyun no estaba muy segura, dio unos pasos y sus zapatos chocaron con la suela de los zapatos de Sana, dio un pequeño brinco a la espalda de la japonesa y tuvo miedo de caerse pero la sujeto bien y rodeó sus brazos al cuello de Sana aferrándose por temor a caer al suelo y lastimarse. El corazón latía de manera rápida, esos nervios la estaban carcomiendo en ese preciso momento, y sus mejillas se tornaron rojizas, solamente le pasaba con ella y con nadie más. Iban las dos caminando en la banqueta de la ciudad, la gente que pasaba las miraba extrañas, no era muy normal ver a dos niñas en esa posición. Dahyun no podía verlo, pero Sana si y le era un poco incomodo. Miraba por todos lados y buscando un lugar en dónde sentarse a descansar. Se encontró con unas bancas al final de una calle, el lugar nunca lo había visto jamás, parecía nuevo, había una fuente rodeado de enormes árboles y pinos altos. Se dirigía a ese lugar, no estaba tan lejos y aunque empezaba cansarse intentaba contenerse con todas sus fuerzas para no alertar a Dahyun y preocuparla. 

—¿Segura que estas bien?—Pregunto preocupada Dahyun al estar en completo silencio ambas—No quiero causarte más problemas. 

—Lo estoy—Le repitió la misma respuesta que antes—Ya estamos por llegar. 

Llegaron al lugar, todo de cerca era aún más bonito que mirarlo de lejos, solo pocas personas estaban al rededor, parecía una reserva y le prestaba mucho atención, estaba demasiado concentrada mirando los enormes árboles cubiertos con flores de muchos colores. Bajo a Dahyun y dejo que sosteniera su mano lastimada para ayudar a sentarse en la pequeña banca que había encontrado. 

—¿En dónde estamos?—Preguntó curiosa dado que el olor que sentía era dulce y tranquilizador.

—No lo sé, solo se que es un lugar muy bonito al igual que tú—Sana se sentó aún lado de ella y la miraba de reojo.

—No creó ser más bonita que este lugar—Se bufó de si misma. 

—Te equivocas, eres incluso más bonita que este lugar—Sostuvo una de sus manos y estrello sus labios en ellos consiguiendo que todo el rostro de Dahyun se pusiera rojo hasta las orejas—Nunca digas que no eres bonita, no enfrente mi. 

—Lo siento—Se disculpó la menor—¿Y tu mano como sigue? ¿El no te hizo daño? Pude sentir que temblaste cuando sostuve tu mano y que tenía algo extraño en ella como una especie de tela al rededor.

—Solo me salió una pequeña herida debido al mal golpe que le di a ese idiota—Sana acarició su mano herida la cuál dolía un poco—Espero que no vuelva a intentar herirte o molestarte, la próxima vez no tendré consideración.

—No tuviste que hacerlo, solo nos hubiéramos ido—Agacho la cabeza la menor—No quiero que te regañen o te causes problemas por culpa mía. 

—Problemas siempre tengo ¿Olvidas que soy una chica problemática?—Rió Sana para intentar calmarla un poco—No dejaré que nadie te dañe.

Dahyun escuchó un poco más sería a la japonesa que al principió. 

—Te lo agradezco, pero si te lastimaras por ello, entonces no quiero que me cuides—Dahyun negó con la cabeza un par de veces, dio un pequeño brinco debido a que el celular que llevaba en el bolsillo comenzó a sonar—Debe ser mi mamá—Le dijo a Sana. 

Respondió la llamada, lo primero que escuchó era un grito de su madre, estaba asustada por que no la encontraba por ningún lado en la escuela. Estuvo como 5 minutos escuchando un montón de regaños con sermones sobre que debe de avisar siempre. Rió al escuchar todo, le dijo a su madre que no tenía que preocuparse y que le llamaría cuando quisiera ir a casa, no tuvo ningún problema con que estuviera con la japonesa, si no todo lo contrario. Terminó la llamada y guardo su celular en el bolsillo en dónde lo tenía guardado al principió. 

—Es mi mamá, esta muy molesta por no avisarle—Dahyun sonrió—Le dije que hay veces en los que simplemente tienes que salir corriendo al mundo sin tener que avisar, y me regañó por decirlo—Saco los bocadillos del bolsillo en dónde los guardo y apretó la bolsa con las manos—Por cierto, gracias por el regalo. Yo en realidad quería guardarlos para ti pero no pude cuidarlos bien y terminaron en el suelo—Saco uno de la bolsa y lo alzó con sus manos hacía el frente, dio un pequeño giro calculando en dónde estaba sentada Sana—Quiero que lo comas, son  tan deliciosos.

Sana no podía con la ternura de Dahyun, en como volvía un pequeño gesto en algo maravilloso y en como al decirlo sus mejillas se tornaban rojas por la pena. Llevo un poco de cabello detrás de su oreja y le dio una mordida al bocadillo que le había ofrecido. No mentía era el dulce más delicioso que había probado en toda su vida.

—Es delicioso al igual que tus besos—Sana se acerco a Dahyun y le dejo un pequeño beso en la mejilla y sin perder la distancia pego su nariz con la de ella y la movía hacía los lados haciendo que sus narices se rozaran la una a la otra—Quisiera poder besarte en estos momentos. 

—¿Y porque no lo haces?—Intentaba calmar sus nervios al tener tan cerca a Sana—Puedes besarme si así lo deseas—Dahyun cerro los ojos y alzó un poco la cabeza hacía arriba.

—Hay gente viéndonos, no es posible—Sana se alejó de Dahyun y tomo su distancia—Es mejor que te lleve a casa—Sugirió—Llamale a tu madre para que le diga el lugar en dónde encontrarte.

Se borro la sonrisa del rostro de Dahyun, todo estaba yendo de la mejor forma y todo terminó volviéndose un poco triste con lo último. No quiso discutir, ni mucho menos perder el tiempo en una conversación que sabía que no llegará a ningún lado. 

—No creí que te molestará tanto—Saco el celular del bolsillo y le llamo a su madre—Lo arruinaste—Se susurro a si misma totalmente decepcionada de la japonesa. 

Sana logró escuchar lo último y agacho la cabeza mirando al suelo lleno de hojas verdes. Se levantó de aquella banca y Dahyun le entregó su celular para que le indicara las calles para que vinieran a buscarla, fue muy rápido, le indicó las calles y luego le regreso el celular. La menor no dudo en pararse rápidamente acomodando sus cosas, metió de nuevo los bocadillos en el bolsillo. 

—Te llevaré a dónde le indique a tu madre.

Dahyun solo asintió.

Se tomaron de las manos, Sana era la que iba un poco más adelante y Dahyun la seguía a un paso despacio. Llegaron al punto de encuentro y la japonesa rápidamente soltó la mano de la menor y se paro detrás de ella, la hizo retroceder un poco para resguardara del sol. Volvieron a perderse en ese horrible silencio abrumador que tanto odiaba que se interpusiera entre ellas dos, Dahyun quería hablarle pero estaba demasiado enojada con Sana, por no querer darle un pequeño beso, sintió el rechazo el cuál no quería sentir. 

—¿Porque tan silenciosa?—Sana rompió con el silenció—No es normal que estés can callada—Abrazó a Dahyun por detrás y recostó su mentón en el hombro de esta—¿Hay algo que te tenga preocupada?

Dahyun trago un poco de saliva al sentir los brazos de Sana rodear sus caderas. 

—¿Es por que soy una rara por eso te da vergüenza que te vean conmigo o es por que soy ciega o por que soy una mujer?—Dahyun quitó a Sana de su hombro y dio unos pasos adelante—¿Y si fuera hombre me besarías enfrente de todos? ¿Verdad?

—No es nada de eso, no quiero que la gente nos miré como extrañas—Sana le explicó quiso tomar su mano pero Dahyun no lo permitió—Si te molestó el que no quisiera darte un beso en publico, me disculpó. Nunca fue mi intención herirte o hacerte sentir mal. 

—¿Y desde cuando nos tiene que importar lo que digan los demás?—Dahyun contrajo las manos al pecho—El amor es nuestro, no de las demás personas.

Sana se acerco a Dahyun la tomo fuertemente del dorso y se aferró a su cuerpo. La menor era la persona más expresiva que conocía, sabía cuando estaba triste o feliz, era una persona transparente y una persona frágil, que terminaba herida con tan solo un pequeño gesto de rechazó. 

—Solo no quiero que nadie te vuelva a lastimar, Dahyun... 

—Mientes...—Dahyun trago saliva—No lo haces por mi, si no por ti.

—No se de que hablas—Sana soltó a Dahyun.

—Tú misma lo dijiste ''Que nadie te vería a ti como una rara'' no sabes como me hirió escucharlo—Dahyun se mantenía inmóvil en el mismo lugar intentando calmarse un poco y no alterarse—¿Tanto te importa la opinión de los demás?—Soltó un pequeño suspiro y restregó su mano sobre la cara, y parte de su cabello—Si querías una relación secreta, debiste quedarte con Tzuyu, eso sería lo mejor para ti. 

Las últimas palabras de Dahyun fueron un fuerte golpe para la japonesa, la estaba terminando o eso parecía. Quiso acercarse a Dahyun y abrazarla fuertemente, se abstuvo de hacerlo, no quería ser rechazada nuevamente, pero aquellas palabras le dolieron porque era verdad... Le importaba demasiado lo que los demás decían de ella, no lo parecía, era buena disimulando. Desde que aceptó sus sentimientos hacía daño, tuvo mucho miedo y la mayoría del miedo era el poder no aceptarse a si misma. No buscaba las palabras para responderle y no guardar silencio, eso lo estaba volviendo aún más incomodo. 

—Si no te aceptas a ti misma, entonces no puedes aceptar a mi, Sana. 

Llegó la madre de Dahyun, quién se bajo a ir a buscar a su pequeña hija. Saludo por cortesía a Sana, no estuvo ahí pero sabía que no estaban en las mejores condiciones ahí. 

—Dahyun, espera...—Le pidió Sana a gritos antes de que se subiera al vehículo—No hemos terminado de hablar. 

Dahyun se detuvo un momento.

—Gracias por lo que hiciste por mi hoy, pero no tenemos nada de que hablar. Ya dijiste todo lo que querías que escuchará y esta bien, lo entiendo—Se subió y cerro la puerta—Cuídate Sana.

Sana se quedo parada observando como la menor se iba, se quedo con todas las palabras atoradas en la boca porque no la dejaron defenderse. Se dio la media vuelta y caminó de nuevo hasta las bancas en dónde estaban sentadas al principió. El celular no dejaba de sonar, no quiso responder, no quería hablar con nadie en ese momento. Un pequeño mensaje le llegó, no tuvo más remedió que leerlo, era un mensaje de la persona que menos quería ver ni mucho menos escuchar. 

''¿Puedes venir a mi departamento? Te extraño mucho''

Apagó su celular y lo guardo en el bolsillo, no tenía más remedió que ir. Intentaba calmarse solo un poco, miraba a todos lados y luego su mirada se perdía al vació. 

—No quiero perderla...

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro