Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

70

Habían tantas canciones tristes que lograban hacer llorar a cualquier persona, justo en ese momento sonaba en la televisión una canción antigua que solían escuchar sus padres cuando era pequeña. Stop Crying Your Heart Out - Oasis, esa era la canción que estaba escuchando en ese preciso momento. Su padre le explicó porque era su canción favorita, era una melodía triste junto con una letra que lograba tocarte el alma cada que la escucharas cantar. 

Ella quería dejar de hacer llorar a su corazón.

Iban a toda velocidad al hospital, la madre de Dahyun al principió querían que se quedaran en casa a esperar, le insistió tanto, que terminó convenciéndola de ir. En todo el caminó se la paso rezando, repetía una y otra vez una oración que escuchaba de su abuela por las noches. Todo se tranquilizo, la llevó rápido al piso en dónde se encontraba la habitación de Sana, en el aire lograba sentir todas esas malas vibras y las preocupaciones de los demás. 

Ahí estaba la madre de Sana, Mina y Tzuyu, todas la miraron al llegar. Mina rápidamente fue corriendo abrazarla y entre lágrimas intentaba hablarle. No era nadie para poder calmarla, estaba igual o peor que la japonesa. Solo quiso consolarla en su hombro y que se tranquilizara. No pudo contener las lágrimas y termino acompañándola en su llanto, en un llanto de dos chicas que solo deseaban ver despertar a Sana.

—¡¿Como se encuentra Sana?!—Le susurro entre llanto Dahyun a Mina—¿Salió todo bien?

—Aún no nos dicen el estado de Sana—A Mina le costaba tanto hablar—Están intentando estabilizarla de nuevo, el doctor aún no sale a informarnos su estado.

Tzuyu miraba de reojo a ambas con un gestó de desagrado. 

—¿Como paso? Estaba bien, apenas ayer vine visitarla—Se trababa al hablar y se le iba todo el aliento.

—Su cuerpo no esta recibiendo bien los medicamentos. Eso causo otro ataque cardíaco o al menos eso nos explicó el doctor—Mina se separó de Dahyun—Me alegra que estés aquí. 

Rieron entre lágrimas, se tranquilizaron y mantenían la calma. Fueron a sentarse junto a la madre de Dahyun quién sujeto la mano de su hija apenas se sentó alado. La madre de Sana, estaba pegada aún costado de la puerta junto a la taiwanesa quién la estaba apoyando en ese mal momento. Todo estaba silencioso, los hospitales nunca fueron de su total agrado. Eran lugares con historias demasiado triste, y nada bueno pasaba al estar aquí. No quería que Sana se volviera otra triste historia del lugar. El doctor salió luego de 15 minutos de esperar, todos se acercaron a el a excepción de Dahyun quién prefirió quedarse sentada y escuchar. El silenció del doctor se estaba haciendo un infierno, trago tantas veces su saliva que la boca la empezó a sentir seca. Los dientes los rechinaba debido a los nervios y sus manos no paraban de moverse ni un solo segundo. 

—¡¿Como esta mi hija?!—Preguntó con desespero la madre de Sana. 

—¿Sana se encuentra bien? ¿Verdad?—Preguntó Tzuyu con la voz entre cortada. 

El doctor quitó los guantes de látex que llevaba puesto en ambas manos y bajo el cubre bocas que cubría parte de su rostro para poder hablar. 

Eran los peores minutos de su existencia.

—Logramos estabilizarla a tiempo. Su cuerpo no quiere ceder con los medicamentos que le hemos proporcionado en su tratamiento—El doctor sacó una tabla con un par de hojas blancas—La mantendremos en observación estos días para ver si su cuerpo cede a los nuevos medicamentos. 

En ese momento sintió que su alma regresaba a su cuerpo. Llevo ambas manos a su pecho, quiso sentir su propio corazón temeroso. Latía y latía, la respiración se le tranquilizo, y sus manos dejaron de temblar. 

—¿Podemos entrar a visitarla?—Preguntó de nuevo Tzuyu. 

—Pueden hacerlo, solo que tienen que esperar al menos una hora—El doctor guardo la tabla que mantenía sujetada con las manos—Solo recuerden no deben entrar todos a la vez. 

Todos asintieron e hicieron una reverencia como agradecimiento. El doctor se despidió de todos, y regresaron a sus lugares tranquilas. Mina regreso junto a la madre de Dahyun, y volvieron a sentarse como estaban antes. El susto que pasaron, no se lo deseaba a nadie, ni siquiera a su peor enemigo. 

—¿Lo escuchaste?—Preguntó le preguntó a Dahyun, su madre—Ella esta bien, no debes preocuparte. 

Dahyun asintió más tranquila y le sonrió a su madre para no preocuparla.

—¿Te quedaras a esperar?—Dahyun le preguntó a Mina. 

—Quisiera quedarme a verla, pero mis padres me piden que regrese a casa—Guardo su celular en su bolsillo al levantarse—Vine desde la tarde a visitarla, justo acababa de entrar Tzuyu cuando Sana tuvo otro ataque. Y mientras, no pude regresar a casa a la hora acordada—Dijo apenada—Tendrás que animarla por mi también, te lo encargo Dahyun—Le dio unas pequeñas palmadas en la espalda como aliento a Dahyun. Hizo una reverencia como despedida para ambas—Las veo luego—Se despidió con la mano. 

—Nos vemos Mina, te lo prometo que la animare tanto como pueda—Dijo animada que hasta se levantó de su lugar—Cuídate mucho a volver a casa—Hizo una reverencia. 

—Estoy segura de que lo cumplirás—Rió feliz de escuchar a la menor tan animada—Es hora de que me vaya. 

Mina salió casi disparada del hospital. Y se quedaron nuevamente solas en ese enorme sofá de espera. No paso mucho tiempo para que la señora Kang hablara a la madre de Dahyun, se acercó para conversar un poco y que pudieran tomar un café. Insistieron mucho en que las acompañara, no aceptó ir, quería quedarse cerca de la habitación de la japonesa y también quería darles un poco de privacidad. 

Tzuyu estaba recostada en la pared cerca de la habitación de Sana, miró de nuevo a Dahyun manteniendo ese mismo gesto de desagrado en su mirada. Rió al verla sola jugando con sus propios dedos muy ansiosa. Se dirigió a dónde estaba, iba caminando lento y resguardo sus manos al llegar, se sentó aún lado y cruzo las piernas, era una postura un tanto arrogante. 

—No me imaginé que vendrías hoy—Hablo Tzuyu sin dejar de mirar a Dahyun—Por cierto, haces manualidades muy curiosas, vi esa hoja de papel decorada con el nombre de Sana que le dejaste esa tarde—Se acomodo un poco en el sofá—Es muy valiente de tu parte venir aquí ¿No te preocupa que Sana te eche de aquí? Por lo poco que me contó es que pelearon, solo no me contó el motivo. 

Dahyun agacho un poco la cabeza y los dedos de sus manos se movían más rápido.

—Ella estaba muy molesta esa noche a llegar a mi departamento—Sonrió para si misma estaba funcionando como deseaba—Dijo que no quería verte más—Busco entre sus bolsillos de su abrigo y saco una hoja de papel un tanto arrugada, y se lo puso entre sus manos a Dahyun—Lo guarde, estoy segura que Sana lo hubiera tirado o roto, no quería que tu pequeño detalle terminará en la basura. 

Reconocía la textura del papel que utilizo, era el mismo que el de su regalo, no había duda de que era el mismo que dejo en la camilla debajo de su mano de Sana.

—Se lo que intentas hacer, Tzuyu—Dahyun resguardo la hoja bajo sus manos—¿No quieres que visite a Sana más? ¿Es eso?—Bajo la cabeza solamente un poco y puso un poco de cabello detrás de sus orejas—¿Te molesta que la visite? Puedes decírmelo directamente, no necesitas mentir. 

Tzuyu frunció el ceño, se cruzo de brazos y alzo una ceja. Le sorprendió mucho escuchar esa respuesta, esperaba una más sumisa de su parte. 

—¿Tendría motivos para no querer que la visites?—Rió irónica de sus palabras la taiwanesa—Tal vez el hecho de que te encontrara esa tarde muy cerca del rostro de Sana, hubiera sido un buen motivo para prohibirte venir aquí de nuevo—Dijo con total molestia—Si tu estuvieras en mi lugar, seguramente hubieras sentido lo mismo que yo. Ambas somos cocientes de los sentimientos de la otra—Guardo silenció un momento—Es solo que no quiero verte cerca de Sana, no quiero arruinar la amistad que tenemos. 

Dahyun apretó con todas sus fuerzas su obsequió para la japonesa y se le formo un nudo en la garganta de nuevo. 

—No quiero que la vuelvas a visitar—Le ordenó Tzuyu—No quiero perder a Sana y siento que si sigue a tu lado, la perderé.

—¿Y tu quién te crees para decirme lo que tengo o no tengo que hacer?—Dahyun se levantó del sofá—Estoy cansada de que todos quieran decirme que hacer.

—Soy la novia de Sana, la única que sale sobrando aquí eres tú—Tzuyu se levantó del sofá sacando sus manos de los bolsillos de su abrigo—No quiero pelear contigo, solo quiero que te pongas en mi lugar y entiendas. Las amigas no se mienten ni se traicionan—Dio dos paso al frente—Y por cierto, no mentí en lo que dije, no desea verte más...

Tzuyu se fue de su lado dejándola sola de nuevo con un montón de dudas en su cabeza. Se volvió a sentar en el sofá y recostó su espalda en una de las almohadas decorativas. Cerró aquellos ojos sin vida e inhalo un poco de aire y estiró un poco sus brazos para intentar relajarlos. Aún tenía entre sus manos el obsequió que debía estar decorando el cuarto de Sana y no tenerlo ahí con ella. Claro que entendía como se sentía Tzuyu, ella estaba sintiéndose de la misma forma. Un fuerte nudo se formo en su garganta cuando escuchó salir de sus labios de su amiga ''Soy la novia de Sana'', no podía competir contra eso, por más de que sus sentimientos eran mutuos la una con la otra, eso no cambiaba el hecho que al menos la japonesa no era libre. 

—¿Porque estas ansiosa?—Le preguntó su madre preocupada—¿Te invitaron de nuevo café negro? 

Dahyun negó con la cabeza.

—Debe estar ansiosa por entrar a visitar a Sana—La madre de Sana la sostuvo de su muñeca y rió apenas la sujeto—Creó que ya es tiempo para entrar a visitarla. 

La arrastró hasta la habitación de 110, ese era el número del cuarto en dónde se encontraba su amada. Para su buena suerte no había ningún rastro de Tzuyu por ningún lado, volvió a respirar. Entraron sin problemas a la habitación, hoy era más helado que otros días, el cuerpo le tembló apenas entro. Llegaron hasta en dónde estaba la camilla y la japonesa permanecía dormida. Estiró el brazo, quería buscar la mano de Sana y sujetarla de nuevo como la última vez que la visito. La encontró rápido, estaba helada al igual que la tarde anterior; acarició su dorso con mucha tranquilidad formando pequeños círculos de caricias. El sonido de la maquina la cuál medía los latidos del corazón de Sana, era una melodía triste para sus oídos. 

—Hoy estas más callada de lo normal...—Le dijo la madre de Sana. 

—No es nada, es solo que me alegró que se encuentre bien—Soltó la mano de Sana solo un poco y sujeto su muñeca—No quiero que nada malo le pase, eso es todo. 

Dahyun guardo silenció de nuevo. La madre de Sana puso su mano sobre su hombro y se acercó un poco más quedando alado de ella. 

—Estoy segura que mi hija estaría feliz por verte aquí con ella... 

No quería que esa noche fuera la última vez que la visitara, no lo deseaba para nada. 

—Si despierta ¿Le podría entregar algo por mi?—Dahyun le dejo ver la hoja de papel que había hecho en la escuela y se la entregó—Es algo que hice para ella, es sencillo pero lo hice con mucho esfuerzo. Sana me dijo que el color de su cabello es rubio el cuál es como el amarillo y lo decore con muchas cosas de ese color. 

La madre de Sana observaba con mucho detalle lo que Dahyun le entregó. El nombre escrito en el medio con un montón de figuras que un niño de 6 años hubiera pedido y decorado de la misma forma. Le pareció demasiado tierno la manera tan animada con la que describía su propio regalo y en como se trababa muchas veces al hablar debido a los nervios.

—Lo recibirá mejor de ti—Le quiso devolver su obsequió pero Dahyun no lo agarro—Puedes dárselo cuando despierte.

—Quisiera dárselo yo misma—Dahyun limpiaba su ojo que parecía querer derramar una lágrima—No sé cuando vuelva a regresar—Inhaló un poco de airé para calmarse—Me dijeron que no quiere saber de mi, y no quiero que por mi culpa a Sana le pase algo de nuevo—Intentó reír para no preocupar más a la madre de Sana—La novia de su hija no es como le alegrara mucho que yo venga y no quiero ser una molestia para ella también. 

—¿Tú no eres la que sale con mi hija?—Preguntó confundida la madre de Sana.

La puerta de la habitación se abrió y una figura esbelta se dejo ver a lo lejos. Dio solo unos pasos a delante y se detuvo a mitad de la habitación. Era Tzuyu. 

—No, ella solo es la amiga—Tzuyu respondió con arrogancia—Perdón por no presentarme adecuadamente, mi nombre es Tzuyu y estoy saliendo con su hija es un gusto—Hizo una reverencia como saludo y presentación—Es un placer conocerla. 

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro