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Nunca se espero que terminar una relación fuera tan difícil, por más que no quisiera lastimar a nadie lo estaba haciendo. Si nunca hubiera tomado esa decisión tan apresurada de aceptar salir con el debido a un ataque de celos, seguramente nada de eso estuviera pasando. Fue demasiado ingenua pensando que un clavo sacaba a otro, fue todo lo contrario. Siempre que estaba con el deseaba estar con Sana, y nadie más. Lograba escuchar la respiración agitada de Taehyung intentando no perder el control, debido a que estaban en una heladería con otras personas. Incluso ella no sabía que hacer o que decir, el estaba en total silenció.

—¿En verdad quieres terminar?—Le susurro Taehyung con la voz más calmada—¿Que hice mal? Solo dame una oportunidad, no quiero que lo nuestro termine. 

Esa voz tan desanimada muy diferente al tono ronco que el tenía, no era para nada perecido a lo que estaba escuchando ahora. 

—No es justo para ti que yo te siga mintiendo o ilusionando con cosas que tal vez nunca sucedan.

—¿Aún tienes las esperanzas de que esa chica este contigo?—Le preguntó desanimado con los ánimos por los suelos—Dos chicas no tienen futuro en esta sociedad y las personas te tachara de extraña todo el tiempo ¿Eso quieres para ti?—La cuestionaba—Esa chica tal vez nunca despierte y tu llorando por ella—Dejo la cuchara en la mesa y acomodo un poco su ropa—No dejes que tus emociones tomen decisiones apresuradas, piénsalo mejor y luego hablemos. No quiero ser el malo, en verdad no lo digo para herirte, solo quiero evitarte todo ese sufrimiento—Se sentó de nuevo intentando calmarse—¿Te parece ir a caminar un poco para refrescar nuestras mentes? Iré a pagar y volveré. 

Dahyun asintió, sentía que se lo debía. Aquellas palabras habían sido duras, pero no estaban lejos de ser una realidad, la sociedad en la que vivían no eran amables con las personas diferentes. El amor no valía tanto como para soportar todas esas groserías de los demás y aún así deseaba escoger ese caminó. 

—Me parece bien, lo necesito. 

Taehyun se levantó de la mesa y fue a pagar los helados. Dahyun se quedo sola de nuevo en la mesa y en ese preciso momento escuchó la voz de la persona que repartía los volantes. Era un poco diferente a como la recordaba, se levantó un momento y siguió esa voz. No se escuchaba muy lejos, se sujetaba de las mesas que estaban aún lado y se quedo parada enfrente de una de las sillas. 

—¿Sigues trabajando aquí?—Le preguntó Dahyun. 

La botarga de los volantes volteó a verla al escuchar que lo llamaban a el. 

—¿Necesitas algo?—Le preguntó confundido la persona del disfraz. 

—¿No te acuerdas de mi? Varias veces me ayudaste, solo quería saludarte—Le sonrió Dahyun con sus mejillas ligeramente sonrojadas recordando todos esos momentos.

—Creó que te refieres a Minatozaki—Le respondió confundido el chico—Ella era la que estuvo antes de mi detrás de este disfraz, solo que renunció hace tiempo. 

—¿Minatozaki Sana?

—Sí, a ella me refería...

Dahyun hizo una reverencia como disculpa por interrumpirlo y regreso cuidadosamente a la mesa en dónde estaba esperando a Taehyung. No lograba procesar lo que acababa de descubrir, todo ese tiempo era Sana la que cuido de ella, y lo que más le sorprendía era que le confesó sus sentimientos, y no cambio su actitud hacía ella. 

''Se lo que quieres decir, no quiero escucharlo... Detente''

Esas fueron las palabras que dijo esa día en el que decidió confesarle sus sentimientos. Sin saber que ya lo había hecho. Trago saliva debido a la sorpresa, realmente Sana la quería, se lo demostró todo el tiempo. 

—¿Lista?—Le preguntó Taehyung tocándole ligeramente su hombro para llamar su atención—¿Nos vamos? 

Dahyun asintió, sacudió ligeramente su cabeza a los lados y se levantó de la mesa. Esperó a que buscara unas cosas en su vehículo del pelinegro. Luego sujeto su mano para empezar a caminar, al principió no parecía muy convencida de haber decidido ir a caminar con el, pero escuchar el cantó de los pajaritos, estaba resultando melodía para sus oídos. Decidieron caminar sin destino alguno, solo siguiendo sus pies en dónde sea que los llevara. Era tan tranquila la calle, el sonido de la comida de los puestos ambulantes llenaban su nariz y le daba un apetito deseando comer todo lo que su nariz detectaba. Taehyung pareció darse cuenta, se acercaron a un puesto que vendía unas papas un tanto picosas, pidieron uno y se sentaron en una de las bancas que estaban disponibles en la calle. Compro un par de bebidas para acompañar el snack y se sentaron tranquilamente a disfrutar de su comida. Eran dos chicos disfrutando de una tarde de verano con comida deliciosa mientras escuchaban el cantó de los pájaros y el viento revolviendo sus melenas. 

—¿No crees que el día es muy tranquilo hoy? Me gusta pasar estos momentos contigo—Taehyung bebió un poco de su refresco—El viento consiguió que me tranquilizara. Mi padre de pequeño solía llevarnos a pescar y siempre deseaba que llegara sábado para poder ir. 

Dahyun escuchaba con atención a Taehyung quién parecía animado de nuevo. 

—Mis padres siempre trabajaron mucho, pero siempre se daban tiempo para estar conmigo—Le dio una mordida a su papa—No debe ser fácil tener una hija ciega. 

—Ahora entiendo porque eres una chica realmente feliz—La alagó y sonreía mientras la miraba. 

—No lo soy—Lo contradijo—Nadie es realmente feliz. 

—En eso tienes razón. 

Volvieron a guardar silencio y concentrarse en su pequeña merienda. Estaban a una distancia considerable y simplemente se dedicaban a comer. Ese enorme muro que se estaba formando entre ellos era al mismo que sintieron al principió. 

—¿Nunca te has enamorado de verdad?—Le preguntó curiosa Dahyun—Ya sabes, ese amor que te hace pensar cosas irracionales, que te vuelve salvaje y que te hace caer en la locura. 

Taehyung agacho la mirada, la sonrisa en su rostro desapareció y apretaba el bote de refresco haciendo que el plástico de la botella se deformara. La boca la sintió seca y un nudo en la garganta se formo en su garganta. Llevaba mucho tiempo sin que le hicieran esa pregunta. 

—Todos hemos tenido un primer amor, yo no soy la excepción—Murmuró intentando que su voz no sonara desanimada—Era un amor que estaba destinado a no suceder, fue doloroso pero no culpo al destino. Siempre termina llegando alguien mejor y ese alguien eres tú—Acerco su mano junto a la de Dahyun para que sus dedos chocaran—Todavía no me he rendido. 

Los dedos de Taehyung rozaban ligeramente con los dedos de Dahyun. No quitó su mano, no quería hacerlo sentir más incomodo, solo por esa vez se lo permitiría. 

—Miren a quién me encontré—Gritaron de lejos—Es la amiga de Minatozaki, la chica ciega. 

Dahyun sostuvo la mano de Taehyung cuando escucho la voz de ese chico, era la voz de JK el mismo chico que las ataco en el parque. Se acercó más al pelinegro debido al susto, no tenía buenos recuerdos de el, si al menos pudiera ver, seguramente esa tarde no hubiera permitido que lastimara a Sana. 

—¿Quién es?—Preguntó confundido el pelinegro—¿Lo conoces?

No le dio tiempo de responder, Jungkook se iba acercando con su grupo de amigos a la banca en dónde estaban sentados. Sonrió al ver que no se equivoco de persona, aunque deseaba ver a Sana y no a Dahyun. 

—¿Y Minatozaki? ¿No vendrá a nuestro querido encuentro?—JK se rió fuerte soltando una fuerte carcajada—Puedo notar que estas nerviosa ¿Me tienes miedo por la ultima vez?—Quedo viendo a Dahyun. 

—Vayanse de aquí—Intervino Taehyung levantandose de la banca en dónde estaban sentados—Su presencia aquí, no es requerida—Lo enfrentó.

—¿Eres su novio de la ciega?—Se dirigió a Taehyung—No tienes buen gusto, aunque no te pongas celoso, no me interesa tú novia, solo Minatozaki ya que no pude darle una buena despedida—Le guiño el ojo—Seguro la conoces, es una perra con cara de niña buena. 

Dahyun frunció el ceño se levantó de la banca y empujo a JK con todas sus fuerzas. Odiaba escuchar que las personas hablaran mal de la japonesa, y era algo que no toleraría más. Taehyung la miró sorprendido por su acción era la primera vez que la veía molesta. 

—¡¿Cual es tu problema maldita ciega?!—JK acomodó su chaqueta de cuero—¿No te gusta que insulte a tu querida amiga la perra de Minatozaki?—Se acercaba a Dahyun y Taehyung se puso en su camino—Deberías saber que tu amiga, solo es una zorra ¿Sabes cuantas veces tuvimos sexo? Pregúntale. Lamento decepcionarte niñita. 

Taehyung volteó a mirar a Dahyun quién no lograba contener su furia. Si se quitaba o se distraía seguramente era capaz de correr sin saber la dirección del chico y tropezar. 

—No es así, deja de inventar cosas—Susurro Dahyun con la boca seca—Deja de referirte a ella de esas maneras tan feas. 

JK rió al ver la expresión en el rostro de Dahyun, no logró contener su risa.

—¿Vas a llorar? 

—Puedes retirarte, no quiero que este problema se haga más grande—Taehyung estaba serio—Estamos pasando un día tranquilo, no lo arruines con tus comentarios asquerosos.

—¿Y si no me voy? ¿Que harás?—Se acerco a Taehyung con una mirada retadora—¿Me vas a golpear? 

—Llamaré a la policía—Lo amenazó. 

—No pareces ser un chico valiente, eres igual de patético que tu novia—Le hizo una señal a sus amigos para que se fueran—Lo dejaré pasar esta vez, la siguiente vez que nos encontremos no seré tan suave. 

Dahyun cayó sentada en la banca intentando recuperar el aliento. Bebió un poco del refresco que tenía aun lado e intento calmar su respiración. Todo lo que decía ese chico era desagradable y denigrante. Gracias a Taehyung es que se fueron, de otro modo seguramente la hubieran terminado golpeando al igual que la última vez. 

—¿Te encuentras bien?—Estaba preocupado el pelinegro—¿Quieres que te lleve a casa?

—Sí—Dahyun asintió tantas veces como pudo—Quiero ir a casa. 

—Te llevaré, vamos. 

La tomo de la mano con mucho cuidado. Tiraron las cosas que habían comprado para comer y regresaban de nuevo a la heladería en dónde estaba estacionado el carro del pelinegro. Esta vez el caminó parecía demasiado largo, como si un paso solo terminará por alejarla más y más de la heladería. Todo eso estaba en su cabeza debido al mal momento que paso. 

Le abrió la puerta del carro y como al principió la ayudo a subir y le puso el cinturón de seguridad. Su día no podía empeorar más, llegaba a pensar que simplemente tenía mala suerte y los buenos días que solía pasar se iban desvaneciendo uno por uno. La llevó a casa como lo prometió, se quedaron un momento dentro del carro, su cuerpo lo sentía demasiado pesado como si estuviera pegada al asiento del vehículo y no pudiera moverse. 

—¿Segura que estarás bien?—Taehyung volteó a ver la casa de Dahyun—Olvida todo lo que dijo ese chico, estoy seguro que solo son mentiras. 

—No soporto que hablen de esa manera de ella, me duele escucharlo—Dahyun derramó un par de lágrimas—Perdón, estoy siendo extraña—Se limpiaba las lágrimas de sus ojos—Es solo que no puedo contenerme. 

Taehyung busco algo en su bolsillo y saco un pequeño pañuelo para que pudiera limpiarse las lágrimas, se lo puso en la mano y guardo silencio mientras se limpiaba el rostro. 

—No la conozco ¿No es raro que la gente nunca tenga cosas buenas que decir sobre de ella?—Dijo lo que pensaba en voz alta—No sé como explicarlo, solo ten cuidado con ella. Ese chico no parecía una persona agradable ni estar metido en cosas buenas. No vaya ser que te involucre también y termines lastimada. El tipo de personas como ella, no son buenas amistades. 

Dahyun le entregó su pañuelo al escucharlo terminar de hablar. Abrió la puerta del vehículo y saco su bastón para poder guiarse sola a casa. 

—Gracias por cuidarme de ese chico—Le agradeció la menor—Cuidate. 

Cerro la puerta enojada y caminaba hasta la puerta de su casa. El ni siquiera se molesto en perseguirla y lo agradecía. Subió con cuidado los escalones de su entrada, los conocía bastante bien como para terminar tropezando. Escuchó el motor del auto encenderse e irse. Toco un par de veces la puerta, su madre vino corriendo abrir la puerta y la ayudo a sentarse en el sofá de la sala. 

—¿Como te fue?—Le preguntó al notar la expresión del rostro de su hija. 

—Terminé con el—Dahyun agacho la cabeza—Creí que sería un buen día, pero termino siendo horrible. 

El celular de su madre empezó a sonar, lo tenía en la cocina por lo que le pidió a Dahyun que la esperara un momento. Dahyun se recostó en su sofá y cerro los ojos del cansancio, estaba tan agotada mentalmente que su cuerpo ya no daba para más. 

—¿Si?—Decía su madre desde la cocina—¡¿Que paso?! ¡¿Esta todo bien?! 

El corazón le empezó a doler de nuevo, su pecho se hizo pequeñito. Se levantó del sofá y caminaba con cuidado para llegar en la cocina en dónde escuchó los gritos de su madre, se detuvo al tocar la puerta y se quedo parada en la entrada. 

—¿Que pasa mamá? ¿Paso algo malo con papá? 

La madre de Dahyun no le respondió durante 3 minutos permaneció en silencio.

—Mamá, responde... 

—Pequeña...—Se acercó para abrazar a Dahyun—Sana tuvo otro infarto y están interviniendo la ahora mismo. 

Esta vez no logro contener sus lágrimas, seguido de un llanto desgarrador para los oídos de su madre. La abrazaba fuertemente sin importarle que sus uñas se enterraran en su espalda y la estuviera lastimando. El miedo en su corazón no le permitía pensar con claridad, necesitaba calmarse, necesitaba decirse a si misma que todo iba estar bien y que Sana pronto despertaría, que Sana pronto volvería a decir su nombre. 

—Sana, por favor se fuerte—Decía entre lágrimas. 

Su girasol iba perdiendo pétalo por pétalo hasta quedar vació. 

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