67
Una semana después.
Todo parecía ir demasiado rápido, solo una semana paso y lo sentía una eternidad. El tiempo pasaba demasiado rápido como aquellas hojas en el suelo del parque eran arrastradas por el fuerte viento, llevándolas a cualquier parte de la ciudad. Estaba sentada en aquel árbol en dónde solía sentarse a conversar con Sana, Nayeon estaba aun lado suyo escuchando un poco de su música. Le plática acerca de lo preocupada que estaba Tzuyu por Sana, esta se entero por una llamada del médico, estaba más pendiente de lo que se imaginaba, parecía estar al tanto de la condición de la japonesa. Sin embargo, cada vez que le preguntaba, simplemente le decía que eran cosas confidenciales y que no podía contarle.
Entraron de nuevo a clases, les pusieron hacer unas manualidades, no eran grandes cosas pero le echaba mucho empeño. Iba todas las tardes a visitar a Sana, quería ir el día de hoy y utilizarlo como decoración, para que esa habitación no estuviera tan vacía. Aunque deseaba escribirle su nombre, terminaría siendo un desastre y arruinándolo. Le pidió a su madre que le compraba cosas color amarillo, un par de flores y otras cosas muy bonitas para decorarlo.
—¿Por que no me haces caso?—Hizo un puchero de molestia la mayor—Te estoy hablando, y me ignoras.
En todas las clases solían distraerse un poco, platicaban y reían. Hoy era todo lo contrario, casi no habían hecho nada de eso, ni siquiera cruzar más de 50 palabras.
—Le voy a obsequiar lo que hagamos el día de hoy a una persona—Dahyun sonrió tímidamente—Quiero que sea especial y me quede muy bonito.
—¿Taehyung? ¿Es un regalo de disculpa?
Dahyun pegaba unos girasoles en la hoja de papel, se detuvo al escuchar el nombre de su novio. Desde el incidente de Sana, ignoró todas las llamadas.
—Sí, estoy segura de que le gustara—Le mintió a la mayor.
—Espero conocer a alguien como Taehyung, se nota que te quiere mucho—Rió Nayeon y le tiró una bolita de papel a Dahyun—No te molestaré más para que te concentres.
—Encontraras a alguien mucho mejor que el, estoy segura—Rió para Nayeon.
Entre todo ese ruido en su salón, estaba luchando para concentrarse y no distraerse. No era una gran obra de arte, pero era algo importante que contenía un montón de pensamientos. No lograba verlo, ni siquiera imaginarlo, y aún así pensaba que su trabajo, era el más lindo del mundo. Antes de que el timbre de salida sonara, se levantó de su lugar y fue en busca de su profesora, la felicitó por el gran trabajo que hizo, y no antes de volver a su lugar, le pidió el favor de escribirle un nombre justo aún lado de una flor que señalaba con el dedo. Le dijo el nombre, quería que tuviera dedicatoria.
Regreso a su lugar luego de que su profesora terminara de escribirlo, llegó justo a tiempo para tomar sus casas e ir a la puerta en dónde Chaeyoung seguramente la esperaba. Se quedo parada unos 10 minutos esperando a que fueran por ella, desde hace días su mejor amiga estaba muy callada y distante, cruzaban muy pocas palabras, y si conversaban, solo era de cosas insignificantes.
—Dahyun—Dijo Taehyung llamando la atención de la menor—Estoy tan feliz de verte—La tomó de la mano—Te extrañe muchísimo—Le entregó un ramo de margaritas blancas como la nieve—Te he traído tus flores favoritas, Chaeyoung me ayudó a adivinar. Espero que te gusten.
Escuchar la voz de Taehyung era lo que menos quería escuchar. El aroma de las margaritas era un poco molesto para su olfato, y el sonido de su voz era demasiado molesta para sus oídos.
—Gracias por el detalle—Le contestó con un tono suave—No te hubieras molestado en venir... ¿Y Chaeyoung?—Le preguntó.
—No es una molestia. Hoy es nuestro aniversario,y no contestabas mis llamadas que tuve que recurrir a Chaeyoung—Rió recordando lo mucho que batallo para poder ir a buscarla a la sálida.
Tenía tantas cosas en la cabeza, que ni siquiera recordaba que era su aniversario con el chico pelinegro. Estaba siendo una mala persona, se convertía en esa horrible persona que nunca deseó ser. Si no era honesta, todo terminaría en desastre de dos corazones rotos en el medio.
—¿Lo olvidaste?—Volvió hablar Taehyung decepcionado.
Dahyun agacho la cabeza e hizo una reverencia como disculpa.
—Lo siento mucho—Mantuvo la cabeza agachada—He tenido una pésima semana—Alzó la cabeza.
Taehyung la abrazó sin permiso, ansiaba hacerlo desde que la vio de lejos, la piel y el aroma de Dahyun era tan dulce que lograba calmar a cualquier persona.
—No importa, tenemos todo el día aún para festejar nuestro aniversario de 100 días—Taehyung olió un mechón del cabello de la menor—No puedes negarte, al menos no hoy—Le recalcó.
Dahyun no le respondió nada durante 10 minutos. Permanecieron abrazados en todo ese tiempo, las margaritas se aplastaban en el pecho de Taehyung e iban perdiendo pétalos. La voz del chico sonaba mal, ni aunque intentara con todas sus fuerzas lograba ocultar ese malestar en su pecho. Al estar tan cerca, consiguió escuchar sus latidos, el estaba totalmente nervioso.
—No puedo, necesito ir a un lugar...—Le respondió con total sinceridad.
Estaba sintiéndose la peor persona del mundo por rechazarlo, por dejar aún lado el día que para el era tan importante.
—¿Es por ella? ¿Irás a verla al hospital?—Su voz se hizo más grave que al principió.
—¿C-omo sabes?
Taehyung la abrazó más fuerte de una manera posesiva.
—Chaeyoung me contó el motivo del porque no contestabas mis llamadas—Le susurro muy cerca del oído a Dahyun—No estoy molesto... Solo no me hagas aún lado—Temblaba al hablarle—Te quiero...
Abrió los ojos como platos, al escuchar esas últimas palabras. Esos brazos que rodeaban su cuerpo, temblaban de miedo. Ese chico quién parecía realmente estar enamorada de ella, con esas palabras por miedo a perderla, por miedo a que se fuera, y lo terminará. Mordía su labio inferior, mantuvo sus brazos a los costados, y permaneció en silencio. No podía mentirle, no deseaba hacerlo, por esa razón guardaba silencio.
—¿Sigues pensando en esa chica?—La abrazaba con más fuerza el chico pelinegro—No importa, soy un chico paciente.
No deseaba herir a nadie.
—Taehyung—Susurro suavemente Dahyun intentando terminar con ese abrazo—Perdóname, pero necesito irme ya.
Taehyung la soltó como deseaba, la miraba con decepción al no escuchar salir de esa boca las palabras que tanto ansiaba escuchar de ella.
—Te llevaré con Chaeyoung, debe estar esperándonos en la salida.
Dahyun asintió convencida, se tomaron de las manos y la guiaba hasta la puerta de salida del instituto. El parecía más tranquilo, puesto que sus manos no temblaban más y su respiración se escuchaba normal. Chaeyoung estaba parada justo en la puerta, estaba distraída con el celular que no los vio ni los escuchó llegar hasta que dijeron su nombre. Al verlos, les sonrió y le dio unas pequeñas palmaditas en el hombro a Dahyun.
—Espero que hayan disfrutado su momento solos—Les insinuó de una forma atrevida a ambos con una expresión picara en el rostro—Se ven tan lindos—Los alago.
Se soltaron de las manos, y Dahyun se pegó a Chaeyoung, aferrándose a su brazo.
—¿Te veré más tarde?—El chico pelinegro, volvió a preguntarle esperando una respuesta positiva.
—¿Puede ser mañana? Hoy, no puedo...—Trago un poco de saliva.
—Me parece bien—Taehyung dio un paso al frente y tomo la mano de Dahyun—Esperaré al día de mañana para nuestra cita—Le dio un beso en la mano y sonrió al despegarse luego de mirarla—Nos vemos, mañana entonces.
Taehyung se despidió de ellas, ambas se quedaron esperando un momento en la entrada. Esperaron solo un poco calculando que su novio se haya ido. Chaeyoung mantenía su ceño fruncido, no parecía contenta. Iban a tomar un taxi, caminaron hasta enfrente en dónde solían estacionarse. Se subieron al primero que paro y se dirigieron al hospital. Revisaba su mochila, buscaba el regalo que le pondría en la habitación del hospital en dónde estaba Sana, lo buscaba para que verificara que estuviera bien y que no se le arrugó por guardarlo apresuradamente. Chaeyoung soltó la mano de Dahyun a medio caminó, se puso sus auriculares y un poco de música. No estaba contenta con acompañarla al hospital a visitar a la chica que le había casi roto la nariz de un golpe.
—¿Por qué estas molesta?—Le preguntó ansiosa Dahyun—Llevas tiempo evitándome ¿Te he hecho algo malo?
—Estoy cansada de tus comportamientos de una niña inmadura—Chaeyoung quitó sus auriculares de los oídos—Si hubieras visto la expresión de Taehyung que tenía cuando te pregunto si se verían hoy, el parecía herido—Soltó un fuerte suspiró y masajeaba un poco su cabeza—Nunca entenderé tu obsesión por Minatozaki, me estoy cansado de verte perder tu tiempo en alguien que no vale la pena. Y que ignores al chico que daría todo por ti, por un maldito capricho.
Dahyun abrazó su mochila ocultando su rostro detrás de ella. En el fondo sabía todo lo que su mejor amiga pensaba, no era un secreto, solo que escucharlo directamente era mucho peor que imaginarselo.
—¿Alguien que no vale la pena?—Repitió las palabras de su mejor amiga—Si tanto quieres que salga con Taehyung, entonces deberías salir tú con el—Dahyun bajo su mochila y dejo ver su rostro—Si necesito mentirme a mi misma para seguir siendo tu amiga y complacerte a ti, entonces no deberíamos ser más amigas—Un fuerte nudo en la garganta se le formo—No soy una niña que necesita ser cuidada y que decidan todo por ella—Hizo silencio un momento y aprovecho para tomar un poco de aire—Yo no quiero ser una cobarde como tú, que le huye al amor por ser diferente—Una pequeña sonrisa se le formo en su rostro—Puedes irte si quieres después de llegar al hospital.
Estaba sintiendo un gran alivió, era la primera vez que le hablaba a alguien de una forma ruda y sincera. Se cansó, se cansó de que todos decidieran por ella lo que estaba bien o mal, de que siguieran pensando que era una pequeña niña que necesitaba ser cuidada todo el tiempo, solamente por ser ciega. Y a pesar de que quería mucho a Chaeyoung, si ni siquiera su madre le cuestionaba sus decisiones, entonces ni su mejor amiga tenía al derecho de hacerlo.
—Has cambiado—Chaeyoung miraba a Dahyun—Antes nunca me hubieras dicho esas palabras.
Dahyun volvió a sonreír para si misma.
—Antes no intentabas decidir por mi.
—Tienes razón, lo siento...
—Tu también deberías hacer lo mismo, darte una oportunidad con esa chica—Le sonrió mostrando sus dientes blancos y cerrando sus ojos—La vida es demasiado corta como para dejar ir esas oportunidades.
—Lo tendré en cuenta—Rió Chaeyoung.
Llegaron al hospital en el que estaba internada Sana. Normalmente siempre iba a visitarla a esa misma hora, por buena suerte nunca se encontraba con Tzuyu. Eso era un gran alivió. Chaeyoung la ayudo a llegar al piso 10 en dónde se encontraba la habitación de Sana. Entregó un pequeño documento que le solicitaban y no tuviera ni un solo problema para pasar a visitarla. La madre de Sana no tenía mucho tiempo de haberse ido, y hoy estaría sola dentro rodeada de ese enorme silencio.
Chaeyoung la esperaría afuera, no quiso entrar a sentarse a dentro, prefirió quedarse afuera sentada en el suelo del pasillo. Saco su bastón de su mochila, y lo utilizo para llegar a la camilla, choco la punta del bastón con un poco de metal, se detuvo y extendió un poco su mano, logró tocar unas telas. Lo hizo aún lado y del otro lado, estaba una pequeña silla que utilizaban para que las visitas se sentaran.
El aire acondicionado estaba demasiado fuerte, no llevaba ni siquiera 5 minutos, y estaba sintiendo que se congelaba. Estiró su brazo, resguardo la mano de Sana entre las suyas, estaban heladas. La dejo un momento sobre la cama, busco entre sus cosas y saco su regalo, una hoja de papel decorada con un montón de girasoles, era un regalo sencillo y pequeño, pero lo hizo con mucho esfuerzo. Lo colocó debajo de la mano de la japonesa.
—¿Cuándo piensas despertar?—Susurro suavemente—Tengo muchas cosas que contarte, te contaré un pequeño secreto ahora—Se levantó de la silla y busco con sus manos el rostro de Sana, se acercó a el y estando cerca de las mejillas, le dejo un pequeño beso—He tomado una decisión, y quiero intentarlo contigo, aunque eso rompa mi corazón—Se alejo un poco del rostro de Sana—Terminaré con Taehyung...
Alguien abrió la puerta y la cerro fuertemente consiguiendo que se asustara y se alejara de Sana. Alguien más había llegado a visitar a Sana, esperaba que fuera su madre o Mina. La persona que entró no decía ni una sola palabra y eso estaba poniéndola nerviosa.
—¿Por qué estabas muy cerca de Sana?—La cuestiono la taiwanesa.
—Solo le quería contar un secreto—Rió Dahyun y remojo un poco sus labios—Veo que has llegado, es momento de que me vaya—Se levantó de la silla y volvió a utilizar su bastón para caminar hasta la puerta—Eres su novia, supongo que quieres privacidad—Caminó hasta la puerta—Nos vemos Tzuyu—Se despidió antes de salir.
Dejo en silencio a la taiwanesa y con el ceño totalmente fruncido en la habitación. Lo único que hizo para no causar un conflicto dentro del hospital era calmarse, por más que le hubiera querido responder. Estaba odiando a Dahyun.
Una rosa era la más hermosa todo el tiempo, y las margaritas solo era un acompañamiento para hacerlas destacar más.
¿Entonces porque Sana no se daba cuenta de eso? Pensaba Tzuyu.
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