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58

El sol entraba por la ventana de aquella habitación, dos chicas acostadas la una con la otra con las piernas entrelazadas durmiendo en esa enorme cama. Una de las chicas fue abriendo los ojos poco a poco, los rayos del sol apuntaban a sus ojos, miró alado suyo y ahí estaba la chica de piel morena aferrada a su cuerpo, su cabello era largo casi podía llegarle a las nalgas, no lo había notado antes. La noche anterior luego de que recibiera una llamada de Tzuyu, no pudo negarse a ir. Había dejado a Dahyun en casa, ahora mismo su corazón dolía demasiado. Era el sentimiento de remordimiento sobre sus acciones, desde que acepto sus sentimientos, ese sentimiento nunca se iba y solo se intensificaba cada vez más.

Miró de nuevo a Tzuyu quién estaba en un profundo sueño, paso las yemas de sus dedos en su espalda y cerro sus ojos recordando todo lo que paso la noche anterior. Ni siquiera tuvieron tiempo de hablar, ni mucho menos tiempo para saludarse. De una u otra forma, no hubiera podido hacerlo. 

Le entregó su primera vez, de cierta manera lo era.

—Buenos días—Susurro Tzuyu medio dormida aún recostada entre las almohadas—¿Dormiste bien? 

La japonesa miró a la ventana, agarro una sabana para tapar su cuerpo desnudo. 

—Me gustaría decirte que sí pero fue todo lo contrario. 

Tzuyu se levantó dejando ver su cuerpo desnudo, abrazó por detrás a Sana y restregó un poco su cuerpo para que lo sintiera. La quería molestar un poco, y si que lo estaba logrando. Metió sus manos entre las sabanas que cubrían el cuerpo desnudo de la japonesa y rodeo con sus brazos las caderas de esta. 

—Para ser tu primera vez con una chica no lo hiciste nada mal a noche—Tzuyu beso el hombro descubierto de Sana y lo mordió, solo un poco—Me divertí tanto que caí rendida—No recibió respuesta alguna, acariciaba la su piel y ni parecía querer parpadear—¿Hay algo que te preocupa? Desde a noche andas muy extraña—Paso su mano cerca de su cuello, tomo su mentón y la obligo a mirarla—¿Paso algo con tu madre? 

Sana negó.

—Mi madre esta mejor, gracias a ti—Admitió—Si no fuera por ese medico al que nos recomendaste, seguramente estuviera muerta.

Sana dejo caer las sabanas dejando al descubierto su cuerpo, tiró a Tzuyu de nuevo sobre la cama sujetando sus dos manos, la estaba sometiendo. Se subió encima de ella, no la dejaba soltarse ponía toda su fuerza para evitarlo. 

—Hace unos momentos me estabas agradeciendo por lo que hecho por ti y ahora estas actuando ruda—Tzuyu solo se reía de las acciones de la japonesa—¿Por que me miras así? ¿Hice algo que te molestara?—Le guiñó el ojo a la japonesa y soltó una fuerte carcajada—Ya veo, la pequeña Dahyun te contó lo que escuchó. Eso no esta bien—Fingió dolor—¿Confió en ti o te despreció de nuevo?—Hacía pequeños pucheros en forma de burla—O tal vez, fue porque le contaste lo de nosotras. Estoy ansiosa por saber lo que te trajo tan enojada el día de ayer. 

Soltó a Tzuyu, se sentó en la orilla de la cama y guardo silenció. No podía desquitar su enojo con ella, no era su culpa nada de lo que estaba pasando. Estaba demasiado furiosa consigo misma que no la dejaba pensar claramente.

Tzuyu se levantó de la cama y la abrazo de nuevo por detrás, consiguió que sana soltara un pequeño gemido de su boca al sentir sus pechos en su espalda. Desde que llegó a noche, notó que no estaba en sus mejores condiciones, estaba decaída y solo hizo lo que tenía que hacer, ni siquiera parecía disfrutarlo. Pasaba sus manos por todo el cuerpo de la japonesa, hacía pequeñas caricias cerca de su estomago hasta bajar a su abdomen y se detuvo antes de bajar cerca de su entre pierna. El cuerpo de Sana estaba reaccionando a sus caricias, intentaba contenerse pero no estaba teniendo mucho éxito. 

—¿Por que dijiste que me vieron con Mark?—Sana dejo de temblar—No importa que juegues conmigo, no lastimes de esa manera a Dahyun—La miró de reojo con el ceño fruncido—No me hagas enojar. 

La mirada tan penetrante de Sana, era la primera vez que la veía. Nunca estaba lo suficientemente enojada, ahora mismo podría ser asesinada y seguramente nadie se daría cuenta de su ausencia. 

—Chaeyoung me pidió que lo hiciera—Admitió—No sé quién pude decirle que yo era la chica de los rumores—Tzuyu se alejo de Sana y se sentó en la orilla de la cama en el otro extremo—Estaba yendo por Nayeon para desayunar y se acercó a mi—Sana la volteó a ver sorprendida—Me amenazo con decirle a todos que estábamos saliendo—Guardo silenció un momento—Al principio me sorprendí, muy pocos saben lo nuestro. Dudo mucho que Nayeon lo haya dicho. 

Sana se quedo pensando acerca de Chaeyoung, si solo fuera porque la molestaba anteriormente no se tomaría tantas molestias. Intentaba recordar algo que le pudiera dar una pista, el único problema suficientemente grande podría ser ''Jeongyeon'' pero eso no tendría sentido ahora. 

—Antes de irme de nuevo a casa, la escuché hablando con Taehyung—Llamó la atención de Sana de nuevo—Ellos hablaban acerca de un almuerzo o algo parecido, le daba consejos de como acercarse más e incluso le dio su horario de salida de Dahyun—Tzuyu busco su celular en la cama y luego buscaba en su galería una foto, puso enfrente del rostro de Sana aquella foto que buscaba—Es esta, mira—Le mostró la foto—No le caes muy bien a la mejor amiga de tu novia, eso es muy triste. 

—¿Por que me cuentas todo eso?—Preguntó confundida ante las palabras de la taiwanesa—Creía que tu serías la primera en intentar arruinarlo. 

Tzuyu se paro de su lugar, agarro una de las sabanas desordenadas arriba de la cama y cubrió su cuerpo completamente. Deseaba responderle con la verdad, no lo haría. Estaba enamorada de la chica que estaba sentada en la orilla de su cama. Se levantó de la cama, camino hasta llegar a la mitad de la habitación y se quedo parada ahí, dándole la espalda a Sana.

—Yo te vi besando a Dahyun esa noche cerca de tu casa. Curiosamente iba a buscarte para obsequiarte ese celular que ahora tienes contigo—Entro a sus mensajes y le envió la fotografía que había tomado esa noche—Sentí tanta rabia por dentro pero, Dahyun no tiene la culpa.

Sana se levantó de la cama, miraba todo a su al rededor, su celular sonó, lo busco por toda la habitación hasta que lo encontró sobre una repisa que había en la habitación. Le llegó un mensaje el cuál no tardo en abrirlo, era del número de Tzuyu, le había enviado la foto que tomo esa noche. Se lograba ver claro como sus brazos rodeaban la cadera de Dahyun y como sus rostros estaban demasiado cerca uno del otro. Sonrió al recordar ese momento en la fotografía. Dejo aún lado su celular de nuevo, agacho la cabeza y no buscaba las palabras adecuadas para responerle a Tzuyu. 

—El que seas amable, haces que me sienta la peor persona del mundo—Sana dijo con incomodidad—Se como te sientes, me pasa cada vez que veo a Taehyung junto a Dahyun

—El amor es complicado Sana—Tzuyu volteó a verla—Tu y yo somos complicadas—Salio de la habitación. 

—Muy cierto... 

Estuvo de acuerdo con las palabras de la taiwanesa. Miró la hora en su celular, era un poco más de medio día, necesitaba ir a buscar un poco de ropa a su casa. Tzuyu salió a la cocina y la dejo sola en la habitación. Fue a buscar su ropa, estaban dentro de la bañera, no recordaba muy bien como es que su ropa termino dentro de la bañera. Tomo un baño rápido, agarro sus cosas y ni siquiera se molesto en despedirse de Tzuyu. 

Le había dado dinero la noche anterior, deseaba caminar un poco y estaba sintiendose la peor persona del mundo. Recordando cada caricia, cada beso que dejaba en el cuerpo de Tzuyu, sus labios postrados sobre su entre pierna. Y toda la noche intentando no pensar si quiera en Dahyun. Paro el primer taxi que paso, subió en el, puso un poco de música en su celular y leyó el mensaje que Tzuyu le mando, le pedía que regresara antes de las 7 de la noche. De todos modos, no tenía pensando quedarse en casa. 

Estaba teniendo un mal presentimiento, desde la semana se sentía igual, su corazón se arrugaba del miedo. Si era lo que se imaginaba, entonces no le quedaría mucho tiempo. Miró a la ventana su mirada se volvía borrosa, los parpados se le iban cerrando poco a poco, luchaba con todas sus fuerzas para no dormirse, estaba demasiado exhausta. 

Llegó a casa, miraba su casa unos segundos, no era nada comparado con la casa de Mina, Tzuyu o Dahyun, solo era una casa viaja y pequeña. Todo su vecindario era igual, era uno de los vecindarios más pobres de todo seúl.  Caminó hasta su casa, estaba por agarrar la perilla y abrir la puerta... su madre no estaba sola ahí dentro. 

—¿Entonces te llevas muy bien con Sana?—Pregunto su madre. 

Sana se quedo pegó su oído a la puerta sin hacer ningún ruido. 

—Sí, Sana es muy amable—Mustió Dahyun—Pensé que estaría aquí, quería saludarla—Rió Dahyun. 

Estaba escuchando todo lo que platicaban. 

—No suele dormir aquí, nuestra casa es pequeña, yo en su lugar haría lo mismo—Admitió su madre. 

—¿Y usted sabe en dónde se queda a dormir?

—Seguramente con el chico con el que sale—Reía su madre, parecía incomoda—Eso no lo permitiría una buena madre, aunque no serviría de nada prohibirle eso, de todos modos no me escucharía. 

—Debe ser difícil toda esta situación—Dahyun suspiro—Espero que se encuentre bien. 

Sana no aguantó más abrió la puerta y llamo la atención de ambas. Dahyun dejo de mover las manos, se encontraban haciendo un pequeño pastel. Estaban en la cocina, su madre le sonrió al entrar y la saludo con la mano. Fue directo a su habitación, no se tomo el tiempo de saludarla. Dejo sus cosas sobre la cama, miró su techo lleno de pequeños pedazos de papel pegados por todas partes, papeles llenos de recuerdos que deseaba olvidar, sentimientos que creía perdidos y un montón de temores mismos. 

Una depresión de la cuál no lograba escapar. 

Entro al baño, se quito toda la ropa y dejo el agua caer por todo su cuerpo. Cerro los ojos, el agua cristalina limpiando cada parte de su cuerpo sucio. Cada vez se iba desgastando a un punto que no habría retorno y no podía si quiera retroceder. Nunca se dio cuenta en que momento se hundió tan profundo que no lograba ver la luz. Tocaron la puerta de su habitación, abrió los ojos y cerro la llave de la regadera. 

—Sana—Gritaba Dahyun desde la puerta—He preparado unas galletas para ti. 

Salió del baño con solamente una toalla puesta. Abrió la puerta y sus ojos se encontraron con Dahyun quién llevaba un plató con galletas de chocolate. 

—Me cambiaré, no tardaré. Ahora mismo estoy en toalla frente a ti—Sana sonrió al notar como su rostro por completo de Dahyun se puso rojo hasta llegar a la punta de sus orejas. Se acercó a su oído y soltó una pequeña risita—Mi madre esta mirando, disimula un poco.

Cerro de nuevo la puerta de su habitación. Busco en su armario un poco de ropa para cambiarse y aprovecho hacer su maleta para pasar la noche de nuevo en casa de Tzuyu. Dejo su mochila aún lado, se peino rápido y salio de su habitación. Dahyun estaba sentada en la pequeña mesa de la cocina enfrente de su madre, parecían tan felices horneando galletas.

Un enorme sentimiento de soledad iba abrazando a su corazón. 

—Sana—Gritó su madre emocionada de verla—Ven, siéntate con nosotras. 

Obedeció la petición de su madre y tomo asiento alado de la chica de piel pálida. Le paso un poco de la mase que recién prepararon de las galletas y le explicaban poco a poco como debería hacerlo. Era la primera vez en mucho tiempo que se sentaba de nuevo en la mesa junto a su madre, no recordaba la ultima vez que comieron juntas. No conseguía quitar la mirada sobre Dahyun, sonreía cada vez que la miraba tan emocionada.

—Las galletas saben más deliciosas cuando le pones todo tu amor en ellos—Dahyun llamo su atención—Así que, nos deben quedar muy deliciosas. 

Le revolvió un poco su cabello y rió. Unas palabras cuyo significando no eran tan grande, lograba hacerla sonreír. Miró al frente, su mirada se encontró con la de su madre, esta la miraba curiosa, quito su mano de la cabellera de la menor y resguardo sus manos debajo de la mesa. Ambas mantenían una mirada fría.

—Entonces...—Hablo la madre de Sana logrando llamar la atención de ambas—Iré a comprar unas bebidas para poder disfrutar las galletas—Se levanto de la mesa, tomo sus llaves y su cartera—No tardaré—Les sonrió antes de salir por la puerta. 

Ambas asintieron. Quedaron solas en esa pequeña casa. El único ruido era el de la masa de las galletas siendo azotada en la mesa. Sana, intentaba imitar todo lo que Dahyun hacía, no podía ver y aún así estaba haciendo un gran trabajo. No dejaba de sonreír desde que se encontraba a su lado. 

—¿Por que viniste?—Preguntó Sana curiosa, se limpio las manos con un pequeño trapo que estaba aun lado del jarrón en medio de la mesa—No esperaba verte hoy—Estaba demasiado avergonzada. 

Dahyun detuvo todo lo que estaba haciendo, limpio sus manos con el trapo que Sana utilizo para limpiarse. Alado de ella, estaba una pequeña caja con galletas adentro, las agarro y las pego a su pecho. 

—¿Es verdad que duermes con Tzuyu?—La confrontó ignorando totalmente la pregunta de la japonesa. 



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