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El tiempo paso volando, los minutos parecían írselos comiendo con tanta rapidez. Sin darse cuenta ya era de noche, solamente habían visto 3 películas, dos románticas y la última era una de terror que no tenía nada de miedo, lo único que hacía era causarle un enorme estrés a Dahyun por los efectos de sonido que le causaban escalofrió. Debido a eso, Chaeyoung y Mina no dejaban de burlarse de ella, les parecía gracioso que se asustará con tales sonidos que a ellas no les causaba ningún miedo. 

Al terminar la última película, se tomaron un descanso, querían conversar un poco antes de poner la última. Mina fue por bebidas nuevas a la cocina,  el celular de la japonesa empezó a sonar, Chaeyoung se lo llevó a la cocina en dónde su novia se encontraba y se lo entregó. Dahyun se quedo sola en la sala, un fuerte ruido proviniendo de atrás le hizo dar un saltó del susto.

—Ahora vuelvo—Dijo Mina mirando a Chaeyoung—Tengo un problema que resolver, no tardaré.

—¿Nos vas a dejar aquí?—Exclamó con molestia Chaeyoung—Esto es irónico, Mina. 

—Tengo que ir por ella, Chaeyoung.

Dahyun se levantó del sofá.

—¿Le paso algo a Sana?—Preguntó Dahyun pero nadie le respondió—Alguien dígame que esta pasando...

—No es nada, iré a buscar a Momo—Agarro sus llaves del carro—Volveré pronto. 

Chaeyoung daba vueltas al rededor de toda la sala, se podía ver la molestia en cada poro de su rostro. Se sentó con fuerza en el sofá justo alado en dónde Dahyun estaba sentada, su respiración se escuchaba fuerte, y cruzo las piernas y brazos.

—A veces siento que todos son más importantes que yo para Mina—Mustió la más bajita—Estamos en una cita, y aún así se fue a ver a sus amigas como si yo no fuera nada. 

—Mina te quiere, Chaeyoung—Se sentó de nuevo en el sofá—Si nos dejo aquí es porque Momo tuvo un problema grave, tú harías lo mismo por mi ¿No? 

—No dudo que me quiera, ella es grandiosa y honesta—Chaeyoung agacho la mirada—Esta noche tenía que ser divertida, quería que te olvidarás de lo que paso con Minatozaki y te divirtieras porque te conozco, y se que no te sientes tranquila. 

—Te agradezco por preocuparte por mi—Dahyun le sonrió—Eres demasiado amable cuando se trata de mi, gracias por ser mi amiga.

—¿En serio estas bien?

—No lo estoy, tengo ganas de llorar—Sentía un nudo en la garganta—Terminé con Sana, quién es la persona que hace enloquecer mi corazón con tan solo escucharla decir mi nombre. Y ahora mismo no sé si esta bien o mal. 

Chaeyoung se acercó a la menor y la rodeó con sus brazos en un fuerte abrazo. Y se quedaron en silencio unos minutos, sabían que siempre contarían la una con la otra, y los brazos de Chaeyoung siempre lograban tranquilizarla porque su aroma a fresas era demasiado cálido para su olfato. 

—El primer amor siempre duele, pero conocerás a otra persona—Chaeyoung se separó un poco de Dahyun—Y estoy segura que será alguien mejor. 

Dahyun se aferró más al cuerpo de su mejor amiga.

—Tienes razón—Mustió Dahyun—Pero, yo no quiero conocer a otra persona—Recostó su rostro sobre el hombro de Chaeyoung—Solo apóyame en mis decisiones, es lo único que te pido ¿Puedes hacerlo? 

—Lo haré, no me meteré más en tus decisiones—Chaeyoung acarició el cabello de Dahyun con suavidad—A veces olvidó que ya no eres más una niña. 

Había cambiado tanto desde que conoció a Sana, solía ser una chica cuya característica siempre fue esa amabilidad, era una persona con miedo, y con muchas inseguridades. Ahora, era más independiente, seguía teniendo miedo, pero no permitiría encerrarse más, ahora sentía que estaba viva y que también podía hacer todo como los demás. Aquellos sentimientos fueron bien recibidos por Chaeyoung, no necesitaban decir otra palabra porque todo estaba dicho. Se abrazaron de nuevo, solo que estaba vez se dejaron acurrucar por el silencio vacilante de la noche. Un vehículo se aparcó enfrente de la casa de Mina, se separaron y se mantuvieron atentas del ruido proveniente de afuera, se escuchaban voces, y risas, una en particular puso la piel de gallina de ambas, terminó escondiéndose la chica de piel pálida detrás de su mejor amiga, en la espera de que aquella puerta se abriera.

—¡¿Por qué permitiste que se pusiera en ese estado, Momo?!—Dijo con total irritación la chica de nombre Mina—No esta bien de salud, y aún así permitas que llegue a estos extremos. 

Ambas sabían a quién se referían. 

—Solo la ayude a desahogarse, no me regañes, Mina—Se excusó Momo. 

La puerta se abrió, la mirada de Chaeyoung recayó en las tres japonesas, para su sorpresa la chica rubia por la que más temían estaba siendo cargada por Mina y Momo, parecía estar totalmente inconsciente. 

—¿Qué le paso? ¿Se encuentra bien?—Preguntó Chaeyoung quién se moría de la curiosidad al ver por primera vez en ese estado a Sana. 

—Solo nos pasamos de bebidas—Se bufo Momo—Fuimos a una fiesta con unos chicos, pero al parecer alguien no es muy buena en las bebidas—Sonrió al terminar de hablar. 

Dahyun insertó sin querer debido a lo que escuchó sus uñas en el brazo de Chaeyoung. Mina solo se quedo observando cualquier movimiento proveniente de ella, aún sin tanta luz se daba cuenta de como sus manos temblaban.

—La llevaré a mi habitación, ahora vuelto y les explicó—Indicó la japonesa de cabello castaño. 

Chaeyoung acarició la cabeza de Dahyun, intentaba hacer que se tranquilizará. Si ella estuviera en su lugar, también estaría llena de muchas preguntas.

—¿Era Sana verdad?—Preguntó la menor sabiendo la respuesta—¿Todo esta bien con ella? ¿Verdad? 

—¿Es obvio?—Rio Chaeyoung irónicamente—Parece ser que todo te conecta a ella.

Salieron las japonesas después de acomodar a Sana en su habitación de la chica de cabello castaño. Momo se despidió de todas, aparentemente se encontraba mucho mejor de lo que Sana estaba, por lo que dejo que se fuera en un taxi a casa. 

—¿Y nos contaras Mina?—Chaeyoung se cruzo de brazos.

—Al parecer Sana intentó beber más de lo que su cuerpo pudo aguantar, entre otras sustancias—Se rascó la cabeza—Es raro, Sana no bebé, si ingiere otras cosas pero el alcohol, me sorprende. 

Dahyun agacho la cabeza, si había bebido sabía que debía estarse sintiendo mal. 

—¿Puedes llevarme a tu habitación?—Dijo en un tono bajito por lo apenada que se sintió con su petición—Solo quiero estar con ella, estoy preocupada—Explicó. 

—Yo no tengo problema alguno—Mina volteó a ver a Chaeyoung y esta asintió—Bien, te llevaré. 

Sin más de que hablar, fueron todas a la habitación de Mina; adentro se encontraba recostada la chica rubia totalmente dormida, la ayudaron a llegar hasta la enorme cama y la dejaron sola, no necesitaban decirles que se fueran para saber que Dahyun quería privacidad. 

La habitación era más grande de lo que pensó, el olor del incienso se convino con el fuerte olor a cigarrillo que provenía de su amada. Acercaba sus manos lentamente intentado que tocaran parte del cuerpo de la japonesa, hasta que por fin sintió la ropa que ella llevaba puesta, Sin meditarlo más, decidió subirse a la cama, quito sus zapatos y con mucho cuidado se adentro dentro de las sabanas, se fue acercando poco a poco hasta poder sentir su nariz chocar con la espalda de Sana, le temblaban y aunque sus nervios la gobernaran, ella no quería irse a ningún lado. A pesar de que el airé acondicionado era muy fuerte, el cuerpo cálido de Sana, le bastaba para no sentir frio. 

—¿Por qué soportas todo sola?—Se preguntaba a si misma—Para eso estoy aquí, no estas sola, siempre me tendrás a mi—Rodeó su cuerpo de su amada y se aferro a ella sintiendo el horrible olor a cigarro tan cerca y aunque le desagradaba no la soltaría—Me alegró de no poder ver, no quiero verte triste.

El simple hecho de solamente estar acostada aún lado y abrazándola, era suficiente para poder sentirte tranquila, cerró sus pequeños ojos lentamente y solo deseaba sentir el cuerpo cálido de su querida japonesa. Sin embargo, un movimiento hizo que reaccionara, se estaba moviendo intentando romper aquel abrazo con movimientos brutos. 

—No quiero que me toques—Susurra Sana entre sueño—Yo solo quiero a Dahyun, aunque ella no me quiera más. 

Dahyun se aferró más al cuerpo de Sana y en el acto le susurraba una pequeña canción para intentar calmarla.

—Soy Dahyun—Le susurro a Sana.

Sana dejo de moverse.

—No debí drogarme tanto, ahora estoy alucinando con ella, cuando solo quiero olvidarla...

—¿Y por qué quieres olvidarla? 

—Porque no las flores no se deberían juntar con las espinas—Se acomodó en la cama—Las espinas solo vuelven a las rosas, peligrosas.

—Tú no eres una espina, Sana. Eres una semilla de girasol apunto de nacer y volverte un girasol grande, y bonito.

—Lo dudo, una persona como yo, no vale nada—Sana agarro fuertemente las sábanas—Ni siquiera mis padres me quisieron ¿Por qué no lo hicieron? ¿Fui tan mala hija?—Las lágrimas se derramaban en la almohada—Solo soy basura en vida. 

Escuchar el llanto de Sana ya era suficientemente desgarrador, acompañado de todas esas palabras lo volvían una navaja muy filosa apunto de ser apuñada justo en el pecho. No estaba consiente de que estaba hablando con ella debido a la sustancia que le hizo perder todo sentido alguno. Se quedo sin palabras, se mordía los labios queriendo decir alguna palabra, cualquiera que se le ocurriera, pero simplemente no pudo hablar. Optó, por simplemente abrazarla, que en ese momento tan duro, pudiera ser su paño de lágrimas. Sana no volvió a decir otra palabra, tampoco volvió a moverse, el llanto había cesado. El sonido del aire acondicionado era lo único que se escuchaba dentro de esa habitación, aquel sonido hizo que sus pequeños ojos se cerraran de nuevo. Ni siquiera se dio cuenta en que momento cayó dormida. 

La hora de irse llegó, Chaeyoung fue a buscar a su mejor amiga, y al abrir la puerta se encontró con una de las escenas más tiernas. Sin hacer algún ruido alguno se acercó a la cama y se quedo mirando a ambas durmiendo en esa enorme cama, Dahyun tenía las mejillas coloradas y verla abrazada a Sana, la hizo sonreír. No quería despertarla. 

—¿Aún no la despiertas?—Susurro Mina desde la puerta quién estaba llegando apenas.

—Debería despertarla—Susurro caminando hasta Mina—Jamás había visto a Dahyun tan feliz durmiendo—Abrazó a Mina—Tal vez debería dejarla dormir aquí, no creó que su madre tenga problema en que se quede conmigo. 

—¿Y ese cambió de actitud hacía Sana?—La cuestiono Mina incrédula de lo que su novia estaba diciendo—¿Eres Son Chaeyoung?

—Tonta—Susurro Chaeyoung con el rostro totalmente sonrojado—Es solo que, quiero apoyar a Dahyun, aunque este un poco celosa—Hizo un puchero—Pensar que Dahyun se quedará a dormir en tu casa, antes que yo me hace ponerme celosa. 

Mina solo rio al ver con ese rostro tan sonrojado a su novia.

—Sigues siendo una niña, Son Chaeyoung. 

Cerraron la puerta de la habitación, y dejaron que aquellas chicas durmieran tranquilamente, al menos por esa noche. El estar aún lado de la otra, su cuerpo lograba reconocer aquel calor enriquecedor que les traía una calma excepcional, era un poco extraño pero la paz que se trasmitían mutuamente, era único y era suyo.

Sana paso días llenos de estrés, no lograba conciliar el sueño, estaba en un punto de ansiedad muy alto. Con el pasar de las horas, poco a poco fue recuperando el conocimiento, pudo notar que no estaba en casa, al abrir los ojos se encontró con la habitación de Mina, la misma chica con la que había peleado el viernes, pero eso no fue lo único que notó extraño, sintió como unos brazos la rodeaban y  sin despertar a la chica de alado, se movió lentamente encontrándose con el rostro que más quería ver, pero a la vez pedía a gritos que no se tratará de su querida ex novia, Kim Dahyun. Estaba completamente dormida sujetándola y con su rostro totalmente pegado a su espalda. La quedo observando durante varios minutos sin moverse y solo dedicándose a mirar cada detalle de su rostro; era la primera vez que la veía dormir de una manera tranquila. Miró un mechón de cabello suelto, sin pensarlo más, acarició con mucha suavidad el cabello, pudo sentir lo sedoso que era su cabello en ese momento, no pudo evitar reír. Y su corazón se volvió loco solamente con esa pequeña caricia. 

—Eres muy bonita, hasta durmiendo... pequeña Dahyun.

Miró a la ventana, apenas estaba amaneciendo, no quería despertarla por lo que opto por remover un poco las manos con mucho cuidado, consiguiendo ser liberada de aquel abrazo. Se levantó de la cama y se sentó en la orilla, la cabeza le daba mil vueltas. Intentaba recordar todo lo que sucedió ayer, sus recuerdos eran vagos y por más que lo intentaba, simplemente su cabeza estaba en blanco. Se levantó de la cama, salió de la habitación buscando huir de esa casa, para su sorpresa justo detrás antes de abrir la puerta escuchó unos pasos.

—¿Te irás?—Mina estaba con los brazos cruzados—Son las 6 de la mañana todavía.

—No puedo estar aquí—Sana se dio la media vuelta para encontrarse con la figura de su mejor amiga—No sé como termine aquí, solamente debiste dejarme. 

—Sin importar qué, nunca te abandonaría—Se fue acercando a Sana pero esta retrocedía—A parte, no puedes irte sin despedirte de Kim, estaba muy preocupada por ti. 

—No tienen que preocuparse por mi, solo hagan sus vidas como si no existiera—Agacho la cabeza sin poder mirar de nuevo a Mina—Estoy segura que Dahyun no me extrañara, esta mejor sin. 

—¿Ella te lo dijo?—Mina negó con la cabeza evitando reírse de su mejor amiga—Ella estaba muy preocupada por ti, por eso se quedo contigo en la noche a dormir.

—No le pedí que hiciera eso, ni tampoco que se preocupe por mi—Sana se dio la media vuelta y agarro la perilla de la puerta—Solo dile que me fui y no te diste cuenta. 

Salió de la casa de la japonesa, el sol todavía no salía y las calles estaban vacías. Y a pesar del frio insoportable, decidió irse a otro lugar que no fuera su hogar. Era como un cachorro abandonado en busca de un lugar en el que lo quisieran y un lugar en el que pudiera volver, y ella no tenía nada de eso, no tenía un hogar ni mucho menos una familia en quién apoyarse, sentía que estaba completamente sola. 

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