HOY tenía que aguantar el mal humor de Jughead ya que iban a cerrar el autocine
El autocine cierra. Es lo que le faltaba a Riverdale -dijo Jughead a mi lado- olvida Riverdale. Lo que le faltaba al sueño americano. Como padre independiente, Quentin Tarantino dice...
Por favor, Dios, basta de referencias a Tarantino -le dijo Kevin-
¿Qué? Estoy cabreado -le dijo Jughead. Acaricié su brazo y asentí-
Nos hemos dado cuenta, Jug -le dije- ya se lo mucho que te gusta ir al Twilight. A mi también
Es que debería de significar algo para nosotros. La gente debería intentar salvarlo -dijo Jughead-
En la era de Netflix y de los vídeos a la carta, ¿hace falta un autocine? -dijo Veronica- ¿acaso alguien sigue yendo?
Los que quieren pillar crack -le dijo Kevin-
O las que le llevan la cena al que trabaja allí -le dije. Vi una pequeña y diminuta sonrisa en Jughead después de decir eso-
Cierra porque pertenece al ayuntamiento, pero no ha invertido en él -dijo Jughead- y un comprador anónimo hizo una oferta a McCoy que no pudo rechazar
¿Un comprador anónimo? ¿por qué se esconde? A quién le importa -dijo Veronica-
A mi -dijo Jughead algo ofendido, asentí y seguí acariciando su brazo- deberíais de venir a la noche del cierre. Estoy pensando en American Graffiti ¿o es demasiado obvia?
Voto por cualquiera de Audrey Hepburn. O Cate Blanchett -dijo Veronica-
O el talento de Mr. Ripley -añadió Kevin- Betty, ¿tus propuestas?
¿Estás bien, B? -dijo Veronica. Es cierto, esta noche se ve distraída-
Sí,  sí.  Sólo estoy pensando -dijo ella- ¿Rebelde sin causa?
Aquí tenéis, chicos -dijo Hermione dejando nuestra comida-
Gracias, mamá -le dijo Veronica para luego levantarse y al par de segundos volver a sentarse-
Ese es un gran grupo de gente -dijo Kevin. Me giré disimuladamente y vi a los dos Andrews y a la profesora Grundy-
Conociendo al suegro -murmuré- no, Betty, no vayas... se fue
¿Qué pasa ahí fuera? ¿es por mi? ¿lo sabemos? -dijo Veronica cuando Betty y Archie fueron a hablar fuera
Tengo un fuerte presentimiento. Y, no, yo lo dejaría pasar -le dijo Jughead-
Sí,  pero tú eres tú y yo soy yo -dijo ella para luego irse-
Esto no está saliendo bien -le dije a Jughead apoyando mi cabeza con cansancio en su hombro-

ESTABA junto a Jughead mientras la película se proyectaba en la gran tela y varios coches veían esta
Sabes que eres bienvenido a mi casa, ¿verdad? -le susurré sentada en su cama. Él se giró hacia mi sin decir nada y luego asintió- te podría esconder en la lavadora y llevarte la comida
Gracias por tu ayuda, Sam. No a lo de la lavadora si no... -dijo y asentí comprendiendo-
Para eso están los... amigos, ¿no? Es eso lo que somos, ¿verdad? -le susurré. Como si fuera un secreto que nadie más tenia que escuchar-
¿Lo somos? -murmuró de vuelta. Pero no hablamos más. Esa noche me quedé junto a él allí y a la mañana siguiente estaba recogiendo sus cosas para luego escribir en la pared: Jughead Jones estuvo aquí. Y una corona o un intento fallido. Agarré el bote de spray y dibuje una cara feliz junto a una S pero me asusté al ver a un señor frente a nosotros. Luego creo que lo reconocí-
Van a derribar esa caseta también -le dijo mientras yo cargaba la gran mochila de Jughead para demostrarle que tenía fuerza y ganar una apuesta- van a demolerlo todo. Y a llevarlo al vetedero. A nosotras también
Animador de fiestas de cumpleaños no es, ¿verdad? -murmuré-
Sí. Quizá lo guarden. Todos los trozos -dijo Jughead- y lo guarden en el ayuntamiento y lo recostruyan dentro de 100 años. Y se pregunten quién eramos
¿Y dónde vas a vivir ahora? ¿con ella? -dijo él después de mirarme-
Ya pensaré en algo, papá -le dijo. Sí, le había reconocido bien- como siempre. ¿Vamos, Sam?
Siempre detrás de ti, Jones -le dije con una pequeña sonrisa. Jug me miró con un pequeño destello en los ojos y empezó a caminar mientras yo sujetaba bien las tiras de mi (su) mochila y caminaba tras él pero antes mire al mayor- me gusta tu chaqueta, señor Jones
Sigue con esa inocencia, niña -dijo él. Me encogí de hombros y salté a la espalda de Jughead escuchando su risa-
Nos vamos a casa, Jug. No importa el lugar,  si no que estemos juntos los dos -le dije con una pequeña sonrisa. Él pasó sus brazos por mis piernas y  seguimos caminando así-