Lisa tenía la costumbre de hacer las compras sola, acompañada por MinJeong, quien siempre terminaba abrazando una caja de cereal colorida, o una barra de pan.

Había pasado las semanas, y todo se encontraba perfecto en la casa de las Kim, Lisa solía despertarlas a todas con su dulce olor, y un beso en la frente a las cachorras.

Ahora mismo ChaeWon se encontraba tomando la mano de Lisa, y MinJeong en el carrito del supermercado abrazando una caja de Coco Pops.

—¿Por qué no te casas con mi papá, Lisa? eres una omega y ella una alfa.

—ChaeWonnie, ya te he explicado muchas veces que no es solamente eso —rió Lisa—, primero, no es necesario que sea un omega y un alfa, podría ser un alfa y otro alfa, o un omega con un omega, o podría ser un beta, todos somos libres de amar a quienes queramos. Y segundo, tu padre y yo no somos pareja, ella es mi jefa, y yo soy su empleada.

ChaeWon suspiró triste.

—¿Qué pasa, cachorra?

—Y-yo quiero que tu seas mi mamá. —susurró la cachorra triste, y Lisa se bajó un segundo a su altura.

—Si tú quieres, yo puedo ser tu mamá. —la cachorra se alegró, y abrazó a Lisa, esta prosiguió a darle un beso esquimal, y continuaron con las compras.

Al llegar al pasillo de limpieza, Lisa recordó que no había suavizante para ropa del olor que me gustaba a Lia.

Al encontrarlo, vio una de las cosas más molestas que le sucedían constantemente.

Estaba en el anaquel más alto.

—Rayos. —Lisa se estiró lo más que pudo, y escuchaba la risa de MinJeong y ChaeWon.

—Cuando sea grande, yo bajaré las cosas por ti, mamá. —ChaeWon rió y el corazón de Lisa se sintió cálido al escuchar las palabras de la pequeña alfa.

Lisa se sintió frustrada un segundo.

No era exactamente pequeña, pero no era tan alta como las alfas promedio, (aunque igual las Kim de por si eran bajitas).

—Hola, linda. ¿Necesitas ayuda? —una alfa de blusa roja se acercó a ella, y tomó la botella que Lisa luchaba por alcanzar.

Lisa rió nerviosa, y se sonrojó un poco.

—G-gracias.

—Soy JooHyun —la alfa le guiñó un ojo—. ¿Tú eres?

—Mi mamá. —la alfa pequeña tomó la mano de Lisa.

—Soy Lisa.

La alfa sonrió.

No había una marca, o un alfa cerca.

Esto sin contar a las dos pequeñas con problemas de celos por la presencia de la alfa desconocida.

—¿Puedo tener tu número?

—Wow, eres rápida. —Lisa rió nerviosa.

—Los primeros minutos debes de dar una buena impresión.

Lisa rió.

Al llegar a casa la pequeña alfa estaba refunfuñando, mientras ayudaba a Lisa con las pesadas bolsas, claro, ChaeWon solo cargaba el papel higiénico.

Lia también ayudaba, esto mientras escuchaba los reclamos de ChaeWon.

Lisa cargo una bolsa pesada, y JiSoo al notarlo se acercó a ayudar a Lisa.

—¡Puedes creerlo!

—¿Qué sucede, ChaeWon? —JiSoo rió por el enojo inexplicable de su hija.

—¡Una alfa se acercó a mamá! —habló refiriéndose a Lisa, JiSoo la vio sorprendida, pero sonrió al ver que a la omega no le molestaba—, le coqueteó, y ahora esa alfa tiene el número de Lisa.

La alfa de JiSoo gruñó un poco, y ella misma frunció un poco el ceño.

—Bueno, hija, Lisa tiene que tener una vida personal aparte del trabajo.

ChaeWon le frunció el ceño a su padre, y se acercó a ella para susurrarle algo:

—¿No te puedes casar con Lisa?

Las mejillas de JiSoo enrojecieron, y su alfa aulló feliz.

—N-no, es una decisión de Lisa.

—Pero...

—Deja el tema, ChaeWonnie.

ChaeWon suspiró triste.

La alfa observó a Lisa, quien acomodaba cosas en el refrigerador.

Era una de las omegas más lindas que había conocido en su vida, era dulce y atento, perfecto diría ella, pero también debía reconocer que Lisa era joven, y con muchos más pretendientes que no tenían cachorras que cuidar, o poco tiempo libre.

Suspiró, y bajo la mirada cuando vio a Lisa sonreír a su teléfono.

¡Gracias por leer!

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