🌻 › O23.
Lisa aún no quería hablar con JiSoo.
Estaba enojada.
Y muy triste.
De verdad quería que su alfa confiara en ella.
Lisa sabía que era atractiva.
Mantener una dieta saludable, hacer ejercicio y tener cuidado de su apariencia es algo que siempre le ha gustado.
Tal vez antes no tenia tanto dinero como ahora. Acepta que ha tomado un poco de provecho del dinero de su alfa, ¡Pero era inevitable!
Comprar ropa, cremas y pagar su gimnasio le era sencillo ahora.
Especialmente porque la alfa se lo ofrecía en bandeja de plata, y con su trabajo le es más sencillo.
Pero eso no la volvía frívola o una infiel.
Sabe que los alfas lo desean, que la ven, que sus miradas se desvían cuando ella pasa; pero ella ama a JiSoo.
De verdad la ama.
No se puede imaginar una vida sin ella, pero que la alfa no confíe en ella... La lastima demasiado.
Lisa es joven y hay veces en que llega a sentirse insegura e ingenua junto a JiSoo, la Coreana tiene catorce años más de experiencia, y la omega de verdad necesita que la alfa le demuestre que confía en ella, porque justo ahora, no lo está sintiendo.
—Lalisa.
JiSoo entró a la cocina mientras la omega hacía sándwiches para las cachorras.
—Lisa, ¿Podemos hablar?
—Justo ahora no tengo nada positivo que decirte, alfa. Así que no quiero hablar. —la omega pasó a su lado y abrió el refrigerador.
JiSoo se sentía culpable.
Llevaban tres días sin poder tener una buena comunicación, cuando empezaban a hablar acerca del tema una de las dos explotaba y terminaban en una gran nueva discusión.
Para este punto Lisa estaba cansada, agobiada, y con muy pocas ganas de pelear con su alfa.
Se sentía inútil y sin paciencia, no quería hablar con su alfa y terminar en una gran pelea en que se dijesen cosas que podrían lastimarse.
—Lisa, quiero que hablemos acerca de esto. —tomó la mano de Lisa.
Lisa se sentía agobiada mientras preparaba la cena, y además tenía a JiSoo junto a ella, implorándole hablar otra vez, con esos ojos de cachorro dulce, pero ese tono de voz que hace a Lisa querer morderle la cara.
Ese tono de voz que cualquier pareja conoce, que no es exactamente agradable, y que la lastima porque la hace sentir como una pequeña cachorra en comparación a la alfa fuerte junto a ella.
Las lagrimas empezaban a salir y sentía un nudo en su garganta.
Sin pensarlo, limpio la lágrima que caía por sus ojos.
—¡Ya basta, JiSoo! ¡No quiero hablar ahora!
La Tailandesa se aparto.
Escondió su cabeza entre sus manos, recargándose en la barra.
—Perdón, Lili...
—JiSoo... —Lisa se sintió mal por gritarle a la alfa—. No quiero hablar ahora mismo, perdón por gritar, pero necesito espacio. —se acercó suavemente a la alfa y acarició sus manos.
La alfa vio directamente a la omega.
—¿Q-Quieres terminar esto? —tartamudeó la castaña.
Lisa negó muchas veces.
—N-No, JiSoo... —se acercó a la alfa y besó sus labios, sosteniendo su rostro entre sus manos—, lo que quiero decir es que ahora no quiero hablar de eso... Quiero tener la cabeza fría para no ofenderte, o no decir algo que sea por el calor del momento, dame espacio para poder pensar... —las lágrimas en los ojos de Lisa hacían que sus ojitos se vieran más claros.
—T-Te daré el espacio que necesites. —susurró la alfa.
Lisa bajo la mirada y abrazó a su alfa, de verdad la necesitaba, pero se sentía estúpida.
Se sentía enojada y estúpida por hacer sentir mal a su hermosa JiSoo.
Pero de verdad no podía hablar con ella, no ahora que tiene sus sentimientos a flor de piel, y que sus palabras pueden herirla.
Necesita pensar bien las cosas y encontrar una forma de no perder a su hermosa JiSoo.
El tono de llamada tan característico del teléfono de Lisa empezó a escucharse en la cocina, llamando la atención de ambas.
Era Mina.
—Hola, Mina. —Lisa solo podía escuchar respiraciones rápidas a través de la llamada.
—Es mi c-celo... ¿C-Crees que puedas venir a cuidarme estos días? —Mina lloriqueo—, no tengo a nadie más que pueda venir ahora, mi celo se adelantó. —la Japonesa chillo.
Lisa sabía que Mina estaba sola en ese pequeño apartamento, y no quería que su amiga estuviese sola.
—Si, Mina... llegaré lo más rápido que pueda. —vio a JiSoo frente a ella.
La omega vio a la alfa y la abrazó.
—Iré con Mina unos días, es su celo... —Lisa murmuro—. Solo serán unos días, y además me dará la oportunidad de pensar en que es lo que quiero decirte... Solo quiero que resolvamos esta situación.
JiSoo sintió que su alma abandonaba su cuerpo.
¿Qué tal si Lisa salía por esa puerta y ya no regresaba?
¿Y si perdía lo más hermoso que tenía?
Lisa llegó de la nada a su vida en el momento en que más la necesitaba, y podría irse en cualquier momento.
—E-Está bien... —la alfa pegó su frente a la de Lisa.
Lisa acarició las mejillas de JiSoo.
Lisa le dio los sándwiches a las cachorras y les dio un beso en la frente a cada uno de ellas.
La omega Tailandesa subió escaleras y tomó una pequeña maleta.
Empezó a llenarla con unas cuantas cosas.
—¿Te vas a ir? —susurro Lia desde el marco de la puerta.
Lisa se asustó, volteando a verla.
—Y-Yo ire a casa de una amiga unos días, tengo que acompañarla mientras esta en celo... —la omega limpio las lágrimas de sus ojos para que su cachorrita no la viera llorar.
Lia cerró la puerta.
—Papá lo siente mucho. —la alfa joven susurró.
—Julia, es diferente... Yo volveré en unos días, solo iré a ayudar a mi amiga, además, no tienes porque preocuparte por cosas de mi relación con tu padre.
—HaeIn se fue una noche y ya nunca regresó, nos trató como si fuéramos desechables... —la alfa susurró—. Sé que no eres él, pero me duele pensar que te puedas ir, mamá.
Lisa se acercó a Lia y besó su cabeza, quitando el gorro de su cabeza.
Acarició los suaves cabellos color chocolate.
—Yo nunca me iría de su lado, JiSoo... son mis bebés —besó su frente—. Pero... Tengo que ir con mi amiga, no la puedo dejar sola. Te prometo que volveré en unos días.
La alfa abrazó a su mamá, llenándose del olor de Lisa.
Esperaba que el olor a dulces flores durara todos esos días que se iba a ir.
Lisa terminó su maleta y la dejó fuera.
Fue a la habitación de ChaeWon.
—Bebé, me iré unos días para ayudar a una amiga... Regresaré pronto. —la pequeño alfa se levantó de la cama y corrió hacia su madre.
—¡No! ¡Mamá, no te vayas! —ChaeWon escondió su rostro en el cuello de Lisa. Las lagrimas empezaron a salir y caían por sus rojas mejillas—, llévame contigo, por favor. —susurro.
—N-No, bebé. Te quedarás aquí y obedecerás a tu padre —dejó un beso en su frente—, te lo prometo que en unos días vuelvo y que todos los días te llamaré. —Lisa le sonrió y besó su carita.
Lisa la llevo a su cama y la arropo.
—Dentro de unos días me verás otra vez, solamente tengo que visitar a una amiga...
ChaeWon se acurruco con la mano de su madre, y la omega dejo salir su esencia materna, la cachorra lentamente se quedo dormida.
Al asegurarse de que ChaeWon estaba dormida, salió de su habitación y fue a la de MinJeong, dejando un beso en la frente de la bebé, que se sintió feliz por tener cerca el aroma de su madre.
Después de un rato contemplando a la linda bebé de cabello suave salió de la habitación y se dirigió a la entrada.
—Te amo. —susurro JiSoo.
Las noche estaba llegando, por lo cual la temperatura bajo, una pequeña lluvia empezó. Lisa necesitaba ir rápido hacia la casa de Mina.
—Yo también te amo, perdón por tener que irme justo ahora, pero Mina me necesita —Lisa abrazo a JiSoo—. También tomaré estos días para poder relajarme... Lamento mucho lo qué pasó, alfa, hablaremos cuando regrese.
La omega empezó a llorar y la alfa acariciaba su cabello.
—No tienes que irte, Lisa.
—Tengo que pensar las cosas, justo ahora siento como si no confiaras en mi... JiSoo, entiendo que es algo diferente porque confío en ti y tú confías en mi, pero no puedo leer tu mente... Necesito que pienses en cómo podemos solucionar las cosas.
La extranjera acaricio la mejilla de JiSoo, y dejó un beso casto en sus labios.
—Te amo, Lisa.
—Yo también te amo, JiSoo. —dijo triste la pelinegra.
La Tailandesa pudo ver el uber que había pedido para poder llegar a casa de Mina.
Dejó un beso en la mejilla de la alfa, y se apresuró a entrar al auto.
Cuando el auto ya estaba tan lejos que JiSoo no podía ver las fuertes luces rojas cerro la puerta.
La casa se sentía fría, su corazón se sentía vacío.
Con ese sentimiento que tienes cuando alguien te desilusiona, pero la diferencia es que la misma JiSoo fue la que se decepciono a si misma.
JiSoo no pudo dormir esa noche.
No cuando su cama estaba fría y no estaba su hermosa omega, que le gustaba acurrucarse en medio de la noche buscando calor.
¡Gracias por leer!
—🌷
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