🌻 › O19.
❨ ! ❩ JiSoo g!ps
La omega se sentía un poco triste.
Cuando llegó a su habitación para avisarle a JiSoo que su desayuno estaba listo, se escucharon gemidos desde el baño.
La carita de la omega se sonrojo y sintió como su lubricante quería empezar a salir.
Pero, se sintió un poco triste.
No complacía a su alfa.
Pero... Le daba mucha vergüenza decirle a JiSoo que quería empezar a tener relaciones sexuales, además, contemos con el hecho de que la omega era virgen.
Tal vez le daba un poquito de miedo, pero sabía que JiSoo era una buena alfa, que la cuidaría bien.
Las cachorras estaban felices viendo películas de Barbie en la sala y la omega limpiaba los cuartos.
Estaba nerviosa, le gustaba limpiar cuando estaba nerviosa.
JiSoo pasaba de un lado a otro checando a la omega de vez en cuando, cuando estaba decidida a entrar a la habitación, se retractaba con lo que quería decir, y eso ponía nerviosa a Lisa.
La omega empezó a limpiar con más fuerza esa extraña mancha café en la alfombra del piso de ChaeWon.
Las manos de la omega tallaban fuerte, y estaba empezando a sudar, pero estaba preocupada y quería hablar con JiSoo, pero la alfa parecía muy nerviosa.
¿Y si no la complacía lo suficiente?
¿No le gustaba su olor?
¿Sus caderas?
¿Ella?
—Lisa —JiSoo estaba en el marco de la puerta, se veía nerviosa. La omega gimió bajito—. ¿S-sucede algo?
La omega se sentía agobiada y se levanto del piso para abrazar a JiSoo.
El olor de JiSoo siempre la tranquilizaba.
—JiSoo Unnie, ¿Yo te soy suficiente?
La alfa la separo un poco, viéndola directamente a los ojos.
—Claro que sí, Lisa. D-de eso quería hablar contigo...
—Es q-que yo quiero satisfacerte, alfa.
La alfa la vio nerviosa.
Lisa estaba nerviosa.
Lisa nunca está nerviosa.
—Lisa, te amo, demasiado. y me gustaría q-que... y-ya sabes... tú y yo... —la alfa se veía muy nerviosa, sus mejillas estaban rojas y Lisa la veía un poco confundida—. Dios santo, voy a tener un ataque nervioso.
Lisa la abrazo.
—Quiero que hagamos el amor. —susurró Lisa.
La alfa abrazo más fuerte la cintura de su omega.
—Mi celo es el lunes...
La omega la vio sorprendida.
—¿Por eso estas tan-...
—Sí, por eso no puedo dejar de pensar en sexo —la alfa tenía los ojos cerrados, y Lisa rió—, Dios, esto es vergonzoso.
La omega negó.
—No lo creo, es tu sexualidad, no es nada vergonzoso —la omega dejo un beso en la mejilla de la alfa—, de hecho, me parece muy sexy que confíes en mi para hablarlo.
La alfa le dio una sonrisa coqueta, pero siempre manteniendo esa mirada tímida que caracterizaba a JiSoo.
—¿S-soy sexy para ti?
La Tailandesa rió, aun encerrada entre los brazos de la alfa.
—Demasiado, de hecho, creo que eres la alfa más sexy en este mundo.
Le dio un beso en la mandíbula.
La alfa soltó una risita nerviosa que hizo a Lisa sonreír.
Se escucho el timbre de afuera, llamando la atención de la pareja, que se dio una mirada llena de diversión.
La alfa soltó lentamente a la omega.
Bajaron a la planta baja, viendo a ChaeWon corriendo a la puerta.
—Ni te atrevas, Kim ChaeWon. —la cachorrita se congelo al escuchar a su madre.
ChaeWon sabía que no tenía permitido abrir la puerta ella sola.
Lisa llegó abajo y cargo a la cachorra, sintiendo que su cachorrita estaba creciendo mucho, dentro de poco ya no podrá cargarla.
JiSoo abrió la puerta, dejando ver a sus tíos, TaeYeon y SiWon.
—¡JiSoo! —el alfa le dio un fuerte abrazo.
Eran una pareja adorable, además adoraban a JiSoo y su familia.
Les gustaba visitarlas, y pasar tiempo con las cachorras.
—Hola, tío SiWon. —el hombre con barba y dulce sonrisa le dio un abrazo a Lisa.
Amaron tanto a Lisa que le dijeron a JiSoo que si la dejaba ir, ellos mismos le patearían el trasero, y aparte le presentarían a Lisa a su hijo, SeokJin.
—¿Cómo están, chicas? —TaeYeon le dio una cajita con galletas a Lisa, quien se emociono.
—Triste. —ChaeWon hizo un puchero.
El tío SiWon se agacho a su altura.
—Dios mío, cachorra. ¿Por qué?
—El lunes empiezo clases y no quiero. —ChaeWon hizo un puchero.
El tío SiWon hizo una cara como si estuviera reflexionando algo importante.
—¿Qué tal si este fin de semana te llevamos a la cabaña, para que juegues en el estanque, y veas a los patos? —la niña se vio emocionada.
JiSoo sonrió.
La cachorra adoraba esa cabaña.
—Nos iremos hoy y regresaremos el domingo en la noche. —dijo TaeYeon, viendo a Lisa y JiSoo, quienes se vieron entre sí.
—Por mí no hay problema. —dijo la alfa, y volteo a ver a Lisa, quien asintió.
La cachorra salto emocionada, y le dio un abrazo fuerte a sus padres.
ChaeWon corrió escaleras arriba para poder ir a preparar su maleta.
Se quedaron hablando, y la alfa les comento que su celo iba a ser el lunes, y los tíos de JiSoo amablemente se ofrecieron a cuidar a las alfas.
Lisa preparo una mochila para MinJeong, quien se veía feliz con su gorrito amarillo y sus gafas en forma de ranita.
Lia se negó a ir al viaje, pues tenía su fiesta, y además prepararse para su regreso a la escuela.
La alfa en ese momento se despidió para salir hacía la casa de RyuJin, con la excusa de que le prometió estar ahí antes.
Los tíos de JiSoo salieron con las dos cachorritas en sus brazos y la casa se quedo en silencio.
—Estamos solas. —dijo Lisa.
La alfa rió y tomó la cintura de la omega.
—¿Y qué quieres hacer?
La omega rió bajito, y dejo unos besos en el cuello de la alfa.
—No lo sé, ¿A ti que te gustaría hacer?
La alfa cargo a la omega, haciendo que enrolle sus piernas alrededor se su cadera mientras reía emocionada.
—¡Alfa!
—Ambas lo necesitamos, vamos.
Lisa asintió, y fueron escaleras arriba, con la alfa teniendo mucho cuidado de no dejar caer a su hermosa omega.
Al llegar a la habitación, la alfa soltó a la omega despacio arriba de la cama.
La omega seguía usando su lindo vestido.
—¿Puedo quitarlo?
La omega asintió, y la alfa prosiguió a empezar a quitar el dulce vestido blanco del cuerpo de Lisa.
La Tailandesa temblaba por la emoción.
Al quitar el vestido, solo quedó una hermosa omega con unas lindas bragas y sostén color azul cielo.
El encaje era suave y abrazaba las suaves caderas de la omega, que se veían tan suaves y apreciables, la alfa quería dejar sus manos marcadas en estas.
Se empezó a quitar la ropa, dejando solamente sus bóxers negros que dejaban ver una gran erección.
La alfa se acercó a la omega y empezó a repartir besos en el cuello de la Tailandesa, y acariciar su cuerpo con sus manos, mientras simulaba unas embestidas.
La omega jadeo despacio, y se fue levantando para ponerse arriba de la alfa.
Cuando se sentó arriba del regazo de la alfa, acariciaba sus pechos, masajeándolos, también acariciando sus cuello y mandíbula.
—JiSoo... —la omega jadeo cuando sintió a la alfa empezando a acariciar su entrada por arriba de las bragas.
—Lisa... necesito que me digas que estás lista para esto. —la alfa se alejó un momento.
Acariciaba los muslos de Lisa, y la omega la veía atenta.
Veía atenta a la linda alfa que estaba con ella, con sus dulces ojos miel y lindos hoyuelos, sabiendo que era la alfa de sus sueños.
Lisa asintió.
—Estoy lista, JiSoo.
Lisa volvió a besar a JiSoo, mientras acariciaba el bulto de los bóxers de JiSoo.
La alfa gruñó.
Las manos de JiSoo fueron a la ropa interior de Lisa, y la sacó.
Gozando de la sensación del suave trasero de Lisa.
Empezó a acariciar la entrepierna de Lisa, sintiendo el lubricante resbaladizo.
Masajeo, para lentamente meter un dedo, empezando a moverlo de lado a lado, sacando suspiros de la omega, que disfrutaba de la sensación de la alfa abriéndola.
Cuando JiSoo metió otro dedo, empezó a abrirla más, haciendo a la omega gemir y empezar a moverse con los dedos intentando tener más.
—J-JiSoo... Y-ya estoy lista. —jadeó la omega, esperando que la alfa la tome.
La alfa se acercó a su mesita de noche, y sacó un condón, el cual puso en su duro miembro que estaba listo para tomar a la omega.
JiSoo acostó a Lisa en la cama, y puso una almohada debajo de sus caderas, para levantarlas y dejar totalmente expuesta su entrada vaginal.
—Te amo, Lalisa. —acaricio el rostro de la omega, que le dio una sonrisa llena de amor.
JiSoo empezó a penetrar a Lisa, sintiendo sus estrechas paredes adaptarse al miembro de la alfa.
Lisa gimió.
Sentía un poco de dolor, pero la sensación de estar llena la hizo gimotear un poco, intentando adaptarse.
Estuvieron unos segundos esperando a que Lisa se sintiera cómoda.
La omega empezó a mover sus caderas, sintiendo placer, y escuchando un gemido de su alfa.
—T-Tan grande... —susurró Lisa, soltando un gemido.
La alfa empezó a moverse lento, pero con un ritmo constante, que hacía a la omega retorcerse de placer y sentir sensible todo su cuerpo.
Las manos de la alfa acariciaron lentamente los senos de la omega, quien gimió fuerte cuando esta comenzó a jugar con sus pezones también.
—Te ves tan hermosa, omega mía.
—Soy tuya, alfa. Te amo. —susurró sin voz por sus gemidos.
La alfa empezó a moverse más rápido, poniendo una de las piernas de Lisa en su hombro, y dando directamente en el punto dulce de Lisa, haciéndola cerrar los ojos con fuerza, y abrir aún más su boca, dejando salir sus jadeo reprimidos.
—¡J-JiSoo!
La omega sentía un palpitar en su clítoris, dándole un placer inigualable y haciéndola gemir fuerte.
La mano de JiSoo fue hacia la vagina de la omega, y empezó a masajear sus labios de manera errática al compás de sus embestidas.
Lisa, sin poder aguantar más, se corrió, no dejando de decir el nombre de JiSoo, como si esa fuera la única palabra que conociese.
Ante la imagen hermosa de su omega, la alfa se corrió con su nudo formándose dentro del condón, y anudando a su omega.
La alfa respiraba fuertemente y se recostó sobre su omega.
Sentía el corazón de su omega latiendo fuerte y rápido.
Sonrió.
Al bajar el nudo, la alfa se quitó el condón y lo deposito en el bote de basura.
Volvió a la cama y se acurrucó junto a la omega que estaba despeinado, sus ojitos cafés brillaban, y sus mejillas estaban rojas.
JiSoo besó la frente de la omega.
—Somos muy buenas en esto. —susurró la omega, feliz.
JiSoo rió.
—Somos excelentes en esto.
Lisa dejó salir una carcajada.
—Creo que ahora querré hacerlo todo el tiempo. Demonios.
JiSoo la vio con una sonrisa coqueta y agarró una mejilla de su trasero.
—A mi no me molesta.
—Tienes trabajo.
—Puedo trabajar desde casa, y follarte cada que acabe una junta.
Lisa rió.
—¡Unnie! ¡No!
La pareja rió, y siguieron conversando con una de las manos de JiSoo acariciando sus caderas, y la otra jugando con los delicados y largos dedos de Lisa.
—Te amo, Lalisa.
—Te amo, Unnie.
Las dos se quedaron dormidas con una sonrisa en su rostro y sus manos entrelazadas.
¡Gracias por leer!
—🌷
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