HyunJin vivía en un apartamento muy pequeño, técnicamente igual que el que Felix abandono cuando se fue a trabajar a casa de SeungMin.

Aun así, él omega Coreano de verdad se esforzó en hacerlo un hogar.

Lo mantenía limpio, bonito y muy hogareño.

Usualmente horneaba galletas y pasteles que le ofrecía a sus vecinos.

Era extraño, sus vecinos eran curiosos, considerando que unos eran unos delincuentes, otros una pareja de ancianos que no eran muy amables, y uno que otro alfa que vivía ahí porque quedaba cerca de su universidad.

Aun así todos adoraban a HyunJin.

Aun recuerda como él señor Lim del quinto piso, un hombre con un bigote largo, tatuajes por todo su brazo izquierdo y una frase de prisión en el brazo, amablemente arreglo el baño de HyunJin cuando este se descompuso.

Todo porque él hombre afirmo que ese delicioso pay de manzana le alegro el día.

El celo de HyunJin había terminado finalmente, después de tres días de HyunJin llorando durante horas. y de Felix encontrando dos horas en la noche para poder hablar por teléfono con sus cachorros, pero los extrañaba mucho.

Además de que extrañaba más que a nada a su alfa.

Ahora mismo HyunJin se encontraba amasando una masa para pay de melocotones que planeaba darle a esa no tan adorable pareja de ancianos enfrente de su apartamento, la primera vez que vieron a Felix, él alfa le apunto una escopeta de casería hasta que HyunJin les dijo que era amigo suyo.

Ellos adoraban a HyunJin e iban a hacer lo posible por protegerlo, especialmente después de que ese idiota de JinYoung lo hubiese abandonado con una marca recién hecha.

—¿Planeas regresar a casa de SeungMin? —pregunto HyunJin.

—Si —dijo Felix seguro—. Solo necesito tiempo para no explotar en cuanto lo vea, me sentí tan culpable porque le grite —lloriqueo Felix—, ¡Le grite a mi dulce alfa!

—Pero tenías un punto, Lix —dijo él omega mas alto—, estuvo mal que gritaras, si. Pero igual él tiene que entender que necesita confiar en ti.

—No tengo idea si es que él no confía en mi o no, simplemente él oculta sus sentimientos una y otra vez, te lo juro que nunca le di alguna razón para que desconfiara de mi.

—Esto no es solamente por ti, Lix. Él tiene que tener más confianza en sí mismo, claro que los alfas son territoriales, pero tienes el derecho de tener amigos.

Felix suspiro.

Extrañaba a su alfa.

Esa noche no fue sencilla con él durmiendo al lado de HyunJin, no era lo mismo, necesitaba el delicioso olor a café de su alfa, necesitaba su calor, sus manos grandes y su cabello suave.

En la casa, Él alfa se veía triste.

Los cachorros también.

MinHo no había salido de su habitación en todo el día, y cuando decidió salir fue en camino a casa de Chan, necesitaba a ese dulce omega de ojos cafés para sentirse más tranquilo.

JeongIn no quería salir de su cuarto, ni siquiera hacía ruido, solamente estaba ahí.

Extrañaba a su mamá, por lo cual estaba triste.

A SeungMin no le gustaba eso. JeongIn era una especie de bolita de energía, la idea de que estuviera tan quieto y apagado lo preocupaba.

Y O.De lloró al no encontrar al omega en ningún lugar de la casa.

SeungMin había olvidado por un momento como era su vida antes de Felix.

Y no le gustaba.

Claro que ama a sus cachorros y si ellos llegasen a faltar algún día él alfa no soportaría esa perdida, pero Felix era... Felix.

Era su alma gemela, era su omega.

No quiere volver a su vida vacía y solitaria que tenía sin él Australiano.

Fueron tres días en que él omega había estado apoyando a HyunJin con su celo, y un día extra para que él omega mayor pudiese recuperarse por completo.

Él omega hablaba por teléfono todos los días con los cachorros, pero aún así él no se sentía listo para ir a casa a pesar de lo mucho que quería ir y abrazar a su familia.

Él alfa estaba triste sin su omega, y Felix no estaba mejor realmente.

Los dos se sentía vacíos.

La casa de HyunJin era hogareña, y él omega a veces lo hacía reír, pero no se sentía en su hogar.

Quería volver con sus cachorritos, quería volver a jugar con JeongIn en el patio, abrazar a O.De y acariciar su suave cabello, extraña darle consejos a MinHo para poder conquistar a Chan.

De verdad extraña el sentimiento de tener a sus cachorritos cerca.

Pero ese sentimiento no le pesaba tanto como el saber que no tenía a SeungMin cerca.

SeungMinSeungMinSeungMinSeungMinSeungMin.

Su suave cabello, sus ojos brillantes, manos toscas pero que lo tocaban como si fuera cristal, su forma de verlo con tanto amor, la forma en que sonríe, su inteligencia, sus labios pomposos, sus lunares, la cicatriz en su frente, todo de SeungMin era perfecto.

Felix amaba todo lo que era SeungMin, pero admite que esta enojado por la forma en que su alfa actuó.

Una cosa es que lo defienda de un alfa o beta que no entienden un no por respuesta, y otra es que desconfié del omega con sus amistades, al menos eso era lo que él omega sentía.

Felix no era un frívolo que solo le interesaba el físico de una persona, él se enamoro tanto de SeungMin que ya no puede ver a nadie más.

Nunca lo engañaría, y justo ahora no comprende que es lo qué pasa por la cabeza del alfa porque este no se lo dice.

Ahora mismo SeungMin reflexionaba acerca de lo que le dijo Felix, y al mismo tiempo lo que le dijo JiSung.

¿Por qué no se podía sentir seguro de sí mismo y el amor que le ofrecía su omega?

Él sabía que Felix lo amaba, y confiaba en él tanto como para dejarle a sus hijos, pero algo en su interior seguía diciéndole que no era suficiente para un omega como Felix.

Que ese bonito omega fácilmente podría conseguir a alguien mejor.

Que él no era lo mejor.

Que Felix era joven, bonito y seguro de sí mismo, fácilmente otro alfa se enamoraría de él.

Y SeungMin, ¿Qué tiene para ofrecer?

Sacudió la cabeza quitando esa idea de su cabeza.

Claro que era suficiente.

Era exitoso, intentaba ser una buena persona, padre y pareja, era guapo, inteligente y daba lo mejor de sí mismo.

Su mayor problema y lo que estaba causando problemas con su omega era su falta de seguridad, y lo más obvio, que era que no se lo comunicaba al omega ¿Cómo quería que él omega lo supiese si no se lo decía?

La mañana del domingo, una semana después de que Felix se hubiese ido, el sonido metálico de las llaves en la puerta llamó la atención de SeungMin, quien estaba en su cuarto privado de pintura.

Al bajar las escaleras vio a Felix.

Delante de él estaba el mismo Felix que había visto hace una semana.

Pero SeungMin corrió hacia él como si no lo hubiese visto en años.

Lo tomó entre sus brazos con miedo a perderlo, y Felix devolvió el abrazo dejando un beso en el pecho de SeungMin.

—Te extrañe tanto, Seung. —él omega susurró temblando, estaba llorando.

Él alfa levantó la mirada de su omega y limpió sus lágrimas.

—Perdóname, Lix.

—Seung, te amo demasiado, pero necesito que confíes en mí.

Él alfa tomó las manos del omega y las besó.

—Confío tanto en ti que dejaría mi vida en tus manos... —vio directamente a esos bellos océanos profundos—. Esto fue culpa mía y de mi inseguridad, pero trabajaré en eso, te lo prometo.

Él omega asintió y lo abrazó.

—Te amo, SeungMin. No quiero volver a alejarme de ti —él omega lo vio directamente a los ojos y suspiró—. ¿Podríamos hablar de esto? De tus inseguridades y las mías, amor.

—Nunca te dejare ir otra vez, omega —susurró él alfa y besó la cabeza del omega—, a veces siento que no soy suficiente para ti, que no valgo la pena...

Él omega suspiró triste y besó los labios de su alfa.

—Eres más que suficiente... —él omega lo vio directamente a los ojos—. Por favor si te llegas a sentir así otra vez dímelo... Te lo ruego, alfa, porque te amo, pero no siempre sé lo que está pasando por tu hermosa cabecita —él de pecas sonrió—. ¿Por favor?

Él Coreano asintió y acarició las mejillas de Felix.

Él alfa tomó la mano de su omega y lo condujo escaleras arriba.

Al llegar a la última puerta, el cuarto privado de SeungMin, Felix cerró los ojos.

—T-Tus pinturas, alfa.

—Quiero que las veas, Lix —susurró +el alfa y cerró la puerta detrás de ellos—, esta es mi forma de decirte que confío en ti.

Él omega abrió los ojos con su corazón palpitando fuerte.

El cuarto estaba lleno de pinturas coloridas y hermosas, todas tenían tonos distintos donde perduraba el azul y el amarillo.

La principal era un bosque hermoso.

—Esa es para nuestra habitación. —susurró él alfa.

Felix se volteo y vio directamente al alfa.

—Te amo, SeungMin. Nunca te cambiaría por nada en este mundo.

—Te amo, Lix.

Unieron sus frentes y sonrieron.

¡Gracias por leer!

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