louis y harry llegaron a su hogar a las siete de la mañana.

harry quería asegurarse de que todo estuviera bien con su omega.

lo único que le dijeron era que necesitaba comer más.

el alfa pasó por un drive thru de starbucks, comprando donas, unos paninis y un chocolate caliente para louis.

—harry, no tengo hambre. —susurró el omega en el auto.

harry negó.

—tienes que ponerte más fuerte, amor. —harry llegó al lado de su puerta al llegar a esta la abrió dejando a louis salir del auto. —¿cómo te sientes?

louis suspiró y acarició la mejilla de harry.

—bien, —besó sus labios suavemente. —¿tu como te sientes?

harry se acercó a louis y acarició su cintura.

—estoy bien.

los dos entraron a la casa.

mike estaba en el sillón viendo la televisión.

niall estaba en la cocina y al ver a louis fue a abrazarlo.

—¿estas bien? ¿qué pasó? —niall acarició los hombros de louis.

—estoy bien , ni, solo fue un sangrado normal durante el embarazo. —niall al fin pudo respirar tranquilo.

mike se acercó a su madre y lo abrazó.

—me alegra que estés bien, mamá.

las semanas pasaron hasta que louis ya había cumplido cuatro meses de embarazo.

usualmente estaba de buen humor, el omega seguía siendo amable, lindo y muy dulce con su familia.

niall seguía en la casa de los styles, haciéndose cargo de cuidar a louis y trabajaba en la cafetería con henry.

la pancita de louis se empezaba a notar por lo cual los cachorros veían curiosos a louis.

especialmente thomas quien había empezado a tener una obsesión por poner su carita contra la pancita de louis.

—hueles más dulce aquí, mamá. —el pequeño alfa abrazó a su madre.

—¿tú crees, cachorrito? —thomas asintió.

louis bostezo y empezó a sentir sueño, era hora de su siesta.

thomas al verlo se levanto de la cama.

—¿quieres que te traiga una manta? —thomas pregunto dulce.

louis sonrió y asintió.

thomas salió de su cuarto y corrió hacía el pasillo, tenían un armario lleno de cobijas y mantas en el pasillo.

minutos después regreso thomas con una manta calientita y sus peluches a su lado.

—estarás más cómodo con mis peluches junto a ti. —thomas puso sus peluches a los lados de louis dejando su dinosaurio de peluche color azul cielo al lado de louis.

cobijo a louis.

—¿puedo dormir contigo, mamá?

louis rió bajito y asintió pegando a su cachorrito a su lado.

los dos se quedaron dormidos, la habitación era pacífica y todo tenía un dulce aroma a louis y harry que hacía que thomas se sintiera en paz.

después de unas dos horas harry llego a casa.

tenía un ramo de rosas rojas en sus manos y un pastel de chocolate blanco que dejo en la cocina.

mike estaba en el patio trasero enseñándole a georgie como usar sus patines.

últimamente los cachorros habían desarrollado una conexión muy grande por cosas relacionadas con los deportes.

mike ya era un gran jugador de fútbol americano, este era su segundo año e iba a aspirar para poder ser capitán de su equipo.

thomas se inscribió a clases de hockey sobre hielo.

y al parecer a georgie le llama la atención lo que hace thomas, pero harry primero quiere que aprenda a patinar en patines normales.

harry subió a su habitación encontrándose con louis y thomas dormidos en la cama.

ambos se veían tranquilos, por lo cual harry sonrió y se acerco.

se agacho al lado de thomas y acarició su mejilla despertándolo lentamente.

—tommy... —susurró el alfa.

thomas abrió sus ojos débilmente y sonrió adormilado al ver a su padre.

—quiero seguir durmiendo... —el pequeño alfa se acurruco contra su madre.

—¿entonces no quieres ir a tu práctica de hockey?

thomas negó débilmente y se levanto.

louis abrió los ojos lentamente.

al abrirlos vio a su alfa frente a él cambiándose de camisa.

—hola, alfa bonito. —susurró louis.

harry sonrió y volteo para sentarse junto a louis.

—¿cómo estuvo tu siesta, amor? —el alfa tomó las flores y se las acerco al omega. —te traje flores.

el omega sonrió y se sentó en la cama que estaba llena de peluches suaves.

—thomas decidió hacerte un pequeño nido. —harry rió.

—creo que ya deberíamos decirle a los cachorros, mike no puede soportar más el secreto, en cualquier momento explotara. —rió louis.

harry le dio un beso y se levanto.

—hay que llevar a thomas a su entrenamiento, luego iremos por helado.

el omega sonrió feliz y se levanto emocionado.

el verano estaba cerca.

y louis tenía un lindo vestido celeste puesto, su pancita empezaba a notarse y el omega se veía diferente.

thomas estaba feliz en con sus patines.

georgie estaba en el regazo de harry y quería ir a la pista.

—quiero ir. —george dijo por quinta vez.

—no. —todas las veces harry decía con su rostro serio.

louis se ríe.

ahora le estaban enseñando a thomas a como saltar en el hielo.

su entrenador era un alfa de cuarenta años, era muy amable con los niños y se llevaba bien con harry.

harry se levanto yendo hacia donde estaba el cristal que separaba la pista de los asientos.

el omega estaba recargado en su asiento, tenía sus manitas acariciando su vientre que estaba cada día más grande.

—¿quieres palomitas? —niall llegó junto a él y le dio un recipiente que tenía uvas.

louis estaba feliz.

la fruta le gustaba mucho, pero ahora solo quería comer demasiadas frutas dulces como uvas, fresas, cerezas y duraznos.

ya casi no quería comer vegetales, solo los que estaban en su dieta.

—quiero fresas. —louis hizo un puchero.

henry iba llegando al lado de niall sentandose justo cuando louis lo dijo.

los dos omegas lo vieron.

—me rehusó a ir cuando te había preguntado que era lo que querías. —henry dijo despreocupado y comiendo las palomitas de la bolsa de niall.

louis hizo un puchero.

niall también.

el alfa los vio mal y se levanto para ir por fresas.

niall rió.

—¿cómo te sientes? —niall acarició el vientre de louis.

—bien, ya quiero que los cachorros sepan del embarazo, posiblemente lo haremos en la cena.

niall asintió y vio a la pista donde thomas grito para que su madre lo viera.

—¡mamá! ¡mamá! ¡mírame! —thomas le pego al disco haciendo que entrara en la portería.

louis aplaudió y vio a harry quien veía orgulloso a thomas.

después del entrenamiento de thomas la familia llegó a su casa viendo a mike en sofá acostado, con alex y eric junto a él.

los tres estaban sentados con los pies hacía arriba pegados a la pared, sus cabezas colgando del sofá y con las bocas abiertas.

—¿qué están haciendo? —harry los vio extraño.

louis se paro frente a mike.

—estamos viendo quien se marea primero.

eric estaba junto a ellos, su blanco rostro se veía rojo casi como su cabello pelirrojo.

—hola, señor styles. —dijo como pudo a pesar de que su rostro le decía que iba a vomitar.

—hola, eric. —vio a alex. —hola, alex.

se alejo de los chicos y entro a la cocina.

—levántense antes de que vomiten en mi sala. —harry dijo serio haciendo que los chicos se levantaran.

al entrar en la cocina escucho como thomas corría hacia la cocina y el sonido de alguien vomitando.

—¿qué fue eso? —pregunto louis con su ceño fruncido.

—nada. —el alfa lo llevo al jardín. —cenaremos en el jardín hoy. —el alfa sonrió y se dirigió a la sala para limpiar el vomito de cualquiera de los tres que vomito.

estaban cenando pizzas que harry pidio y unas ensaladas que preparo louis.

—tenemos que decirles algo. —harry sonrió y tomo la mano de louis.

—estoy embarazado. —louis dijo feliz.

mike exhalo relajado y se desparramo en la silla.

—¡al fin! ¡sentí que iba a explotar con este secreto!

thomas estaba feliz y fue junto a louis para abrazarlo.

georgie vio a todos confundido.

—no entiendo. —dijo el bebé apenado. georgie era muy tímido a diferencia que sus hermanos.

harry se acerco y cargo al bebé para ir junto a louis.

—mami esta embarazado, eso significa que tendrán un hermanito o hermanita. —harry beso la mejilla de georgie quien sonrió feliz.

la familia festejo el embarazo de louis y los cachorros decidieron dormir con louis y harry acurrucándose junto a ellos.