*

Dicen por ahí que las estrellas fugaces fueron nombradas así porque cumplen deseos, y cuánta razón tuvieron, pero solo hay un problema con ellas, son fugaces, rápidas e irrepetibles...

Esto me sucedió hace algún tiempo, pero el recuerdo no expira, nunca lo hará...

No era ni soy de las chicas populares del colegio, sino más bien, lo normal, alguien que está por pura pasión al arte.

La escuela era en su momento un nuevo desafío, y el arte del grabado un ancla en mis deseos del futuro.

No esperaba conocerle, no esperaba caer en ese hueco tan profundo y desconocido del que muchos desean huír y otros lanzarse sin remordimientos.

El amor.

Y como una estrella fugaz pasó por mi vida...

Él era Sol, cálido, brillante y arrasador.
Yo era Luna, la perfección llena de imperfecciones, lo frío y lo oscuro.

Y a pesar de tantas diferencias...éramos iguales, y tal vez eso condenó nuestras alas.

Como olvidar aquel beso con escenario de lluvia, aquellas caricias tibias y reconfortantes.

O la aventura de paisajes, dónde con pinceles y colores, intentábamos plasmar lo imposible en un lienzo. Esa vez pintó mi frente con una palabra, y ninguna otra hubiese definido mejor nuestros momentos.

Eclipse.

Pero como ya dije antes, la frialdad corre por mis sentimientos, y la falta de expresarlos, alejaron el único rayo de sol que la vida ofrecía con fecha de vencimiento.

Recientemente leí por ahí que somos un poco necios e irónicos, solemos entristecernos ante recuerdos felices.

Recuerdos. En eso se convirtió, en un bonito y fugaz recuerdo.

Seamos sinceros con nuestras emociones, porque el Eclipse del amor no dura eternamente, y cuando menos lo esperemos, la noche podría opacar nuestras vidas.

~~~~~~~
Basado en hechos reales (*)