Capítulo 13.
LA MÚSICA YA PODÍA OÍRSE DESDE EL CUARTO DE VIOLET que provenía de los instrumentos encantados por sus padres. Estaba terminando de prepararse y sabía que en cualquier momento su madre comenzaría a golpear su puerta exigiendo que bajara antes de que los invitados comenzaran a llegar. Estaba nerviosa y días antes había deseado que llegara ese día, pero en esos momentos solo quería no asistir. Mirándose en el espejo se veía lista físicamente, pero no mentalmente.
Llevaba un bonito vestido negro de finos tirantes con pequeñas estrellas doradas. Seguro que más de una persona iba a escandalizarse por el escote del vestido ( que tampoco parecía grande debido al tamaño de los pechos de la chica, pequeños comparados con muchas mujeres ) pero su hermano le había dicho que era su fiesta y como anfitrión le obligaba a ponerse lo que ella quisiera. Y ese vestido le encantaba, por primera vez en mucho tiempo se sentía ella misma viendo su reflejo en el espejo. Se sentía hermosa y le daba igual lo que el resto de personas pensaran.
Llevaba sus preciados tacones negros hechizados por su padre para que no le dolieran los pies y su pelo castaño oscuro ( el mismo tono que su madre y hermano tenían ) suelto con unas pequeñas ondas que parecían naturales pero realmente había tardado más de una hora en hacerlas, si llevaba su pelo natural ( pelirrojo y bastante enredado con pelos apuntando a distintas partes ) su madre seguro que le arrancaría el cabello con sus propias manos. Sus labios eran rojos recordándole que así se veía su pelo cada vez que se sentía totalmente feliz. Y únicamente añadió un poco de color negro y volumen a sus pestañas no queriendo recargar demasiado su cara.
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LA FIESTA HABÍA COMENZADO y Violet consiguió escaquearse de saludar a los invitados en cuanto tuvo ocasión. La sala estaba decorada de dorado haciendo que las guirnaldas de estrellas brillantes contrastaran con las paredes de color verde oscuro. Era una celebración pero ella se sentía con los ánimos por los suelos y ver a tanta gente sonreír de manera falsa le daba ganas de marcharse de ahí. Y sorpresa, lo que iba a ser una "pequeña y sencilla velada" se había convertido en un gran evento festivo. Conocía a varias personas gracias a sus padres pero había muchas otras caras desconocidas.
Los Black habían llegado hace mucho rato pero Violet no se había acercado. Se sentía una ruleta de emociones, primero enfadada, más tarde triste, después tenía esperanza y en esos momentos solo quería desaparecer y no tener que hablar con nadie. Las miradas que recibía la estaban juzgando constantemente, como si supieran algo que ella no y ella misma tuviera que llegar a la altura de sus expectativas.
Después de tomar toda la comida que aparecía en su plato, los prometidos abrieron el baile y tras un rato más personas se unieron al compás de la música clásica. La prometida de Maximus, Evelyn, deslumbraba esa noche. Sus cabellos eran casi tan blancos como la nieve de diciembre, al igual que el tono nácar de su piel. Parecía casi enfermizo la falta de luz solar en la mujer pero también le daba una belleza peculiar, distingiéndola del resto. Su prometido tenía una sonrisa que pasaba casi desapercibida pero la de ella, Evelyn estaba contenta y miraba con ojitos a Max, de eso estaba segura Violet.
Una mano se posó en el hombro de la chica e inmediatamente giro su cuello para ver la cálida sonrisa de su padre. Su otra mano estaba tendida invitándola a bailar, y ella accedió inmediatamente olvidándose del resto de personas presentes. Siempre se divertía mucho con su padre y bailar juntos no era la excepción. Se situaron al lado del reciente matrimonio de los Malfoy y comenzaron a bailar a su propio ritmo padre e hija. Sus movimientos eran suaves y conocidos, familiares para ellos. Violet se alegraba de que su padre pareciera tranquilo, aliviada de que estuviera ya bien, no como días atrás en los que solo mostraba estrés y un poco de enfado y al mismo tiempo arrepentimiento.
Llegó un momento en el que el hombre abrazó a su pequeña y ella hizo lo mismo pasando sus brazos por detrás de su cuello, apoyando su frente en el pecho de él. Era su pequeña y la quería tanto... No quería que le sucediera nada malo y por primera vez deseó que sus vidas fueran distintas, más felices y sobre todo, más seguras. Sabía que después de esa noche Violet lo odiaría pero hacía eso para protegerla, mantenerla a salvo. Y no lo podría estar si seguía junto a él y Margaret.
―Sabes que haría cualquier cosa para que tuvieras una vida perfecta ¿verdad pequeña estrella? No importa lo que ocurra o digan, te quiero y eres una mujer increíble, estoy muy orgulloso de ti.
―Padre, ¿a qué vienen esas palabras? Son muy bonitas pero suenas como si...
―Solamente quería recordártelo, hay veces en las que me doy cuenta de que tu madre y yo no te decimos lo mucho que nos importa. Ahora sí, dejemos el sentimentalismo a un lado. Creo que voy a bailar con Margaret, hay un jovencito que no te ha quitado el ojo en toda la velada. Ve a hablar con él y diviértete, pero tampoco mucho ¿eh?
Y con una risa y un beso en su frente Violet se alejó de la zona de baile para sentarse al lado de Regulus. El joven vio como ésta se acercaba e inmediatamente se puso nervioso, podía sentir el peso del mundo sobre su brazo izquierdo y bolsillo de la chaqueta de vestir negra. Podía notar las insistentes miradas tanto de sus padres como de los Yaxley.
―Hola, espero que estés disfrutando la velada Reg.
―Todo es perfecto Violet, y la comida estaba deliciosa. Felicita a Demeter de mi parte.
Eso es lo que más temía Violet, ese incómodo silencio que se había formado después de sus palabras. El chico no quería ser borde y no quería pagar su mal humor con ella, pero estaba bajo presión y sabía que en un rato lo único que sus oídos escucharían serían los gritos y protestas de ella. No estaba preparado para lo que tenía que hacer, y sobre todo, no estaba listo para decepcionar a la gran mujer que tenía delante de él.
―¿Te apetece dar un paseo por los jardines? , hace tiempo que no los visito y recuerdo que eran casi tan bellos como tú.
Ambos jóvenes salieron por la puerta de la sala que daba a una parte de los jardines bajo la atenta y poco discreta mirada de todos los presentes, que cómo no, estaban al tanto de la situación. Ese día no iban a celebrar solo un compromiso. La media luna y unos faroles encantados iluminaban el camino de ambos muchachos. Y Regulus sin saber a donde dirigía a su acompañante seguía caminando levemente por delante de Violet. La chica ya cansada de la situación agarró el brazo izquierdo de Regulus para pararle y hablar con él pero éste apartó su brazo de manera un poco brusca y torpe.
―Reg, ¿ocurre algo? Puedes contarme lo que sea, llevas todo el verano actuando de manera muy extraña. Apenas hemos hablado por cartas y no te he visto en persona hasta hoy. Y fuiste tú el que insistió en conocernos mejor. No te entiendo, si hice algo que te molestó o has...
―Violet, no es culpa tuya, créeme. Pero he estado muy ocupado estos meses.
―Sí, fui a ti casa de vez en cuando por si te encontraba, pero nunca lo conseguí. A la quinta vez me rendí.
―Es que no lo entiendes Viol...
―¡Pues claro que no lo entiendo Regulus Arcturus Black! ¡¿Cómo voy a entenderlo si no me dices qué sucede?! ¿Es que acaso no confías en mí?
La respiración de Violet era agitada y comenzaba a sentir sus ojos húmedos. No, no lloraría delante de nadie, menos en esos instantes. Y Regulus ya no sabía que hacer ni que decir, hiciera lo que hiciera todo iba a acabar mal.
―Es demasiado complicado Vivi, ahora mismo toda mi vida es un lío y ni sé que hacer para mejorar la situación.
Una de sus manos tiraba levemente de su cabello, desordenando su pelo cepillado hacia atrás. Y la otra jugueteaba con el pequeño pero valioso objeto de su bolsillo. Parecía un desastre y eso no era normal en la faceta del menor de los Black. Puede que esa fuera la imagen que quería mostrar al mundo y realmente estaba comenzando a mostrar como se sentía realmente. Ambos eran unos críos todavía con toda una vida por delante, pero tenían una gran responsabilidad sobre sus hombros. Una de la que Violet estaba a punto de enterarse.
―Hay un tema muy importante del que tengo que informarte. Es... Algo que acordaron nuestros padres hace muchísimos años. Eran y siguen siendo muy buenos amigos y para comservar el linaje de sangre limpia y de paso por fin unir sus familias decidieron que n...
―No.
La ahogada voz de Violet hizo que Regulus parase de golpe y cerrara los ojos, estrujando con fuerza sus manos. La chica ya se había dado cuenta del objetivo de esa conversación y no pudo más. Las palabras no iban a consolarla y seguir dando círculos no iba a mejorar la situación así que sacó el anillo de su bolsillo y lo mostró ante los llorosos ojos verdes de la muchacha con el pelo, ahora, grisáceo cambiando a blanco.
―Estamos comprometidos.
Cerró los ojos esperando los gritos y golpes de ella pero nada de eso pasó. En cambio abrió sus ojos cuando escuchó un sollozo que le rompió su interior en mil pedazos. Por su parte, Violet no podía más. Sabía que sus padres a veces no hacían las mejores elecciones pero esperaba, tenía la esperanza de que algo así no le iba a suceder.
―¿Desde cuándo lo sabes? ¿Cuándo te enteraste? ― Miraba distante el anillo que le tendía el chico al que creía conocer y ninguna respuesta salía de él. ― ¡QUE ME RESPONDAS!
La verdad dolía, de eso estaba seguro Regulus. Pero no podía mentirle, debería pero le era imposible. Ya le había causado demasiado dolor como para hacerlo.
―Un año. Pero puedo explicártelo Vivi...
Intentó acercarse a ella para abrazarla y decirle lo mucho que lo sentía y que no quería perderla, siempre había estado presente en su vida y ese último año se había vuelto muy importante para él. Pero ella estaba muy, pero que muy dolida. Se alejó de él y comenzó a caminar hacia hacia atrás mirándole.
―Entonces todo aquel numerito del tren, el Quidditch, ¡todo! Fue porque sabías eso. ¡Eres un cerdo mentiroso! ¡Puedes guardarte ese anillo y engañar a otra! ¡No te quiero volver a ver en mi vida!
Ella avanzaba rápido y con agilidad sabiendo esos terrenos como la palma de su mano. Se encerraría en su habitación y si hacía falta se marcaría un Sirius Black y se largaría de esa casa. Daba igual si no tenía a dónde ir, ya encontraría algún lugar.
―Sabes que estas cosas no funcionan así Vivi. ― Tras un grito de "NO ME LLAMES ASÍ", Regulus siguió hablando. ― No podemos deshacer ésto, nuestros padres si pero no lo van a hacer. Se que estás molesta pero no puedes negarte, lo siento mucho, en serio.
―¿Crees que no puedo oponerme a ésto? Entonces estás muy equivocado conmigo, Black.
Aceleró más el paso y acabó corriendo como buenamente pudo debido a sus tacones que acabó quitándose lanzándolos hacia atrás deseando darle a Regulus. Eventualmente consiguió perderlo y por un momento casi siente pena por él al saber que tardará bastante en hallar la salida del jardín, casi. Seguramente estaría echa un desastre con chorretones negros debajo de sus ojos hinchados de llorar y con los pies descalzos manchados de tierra. Ups, que pena que la moqueta se fuera a manchar.
Llegando a la entrada principal de su casa pasó la puerta y por desgracia tuvo que caminar al lado del salón lleno de gente para subir las escaleras que daban a su cuarto. En cuanto la vieron pasar algunos inmediatamente se pusieron a aplaudir pensando que todo había salido tal y como lo planeado. Pero cuando pasó de largo y minutos más tarde llegó Regulus con el anillo, los tacones de la chica y pocos ánimos el caos se desató.
Amablemente Margaret Yaxley pidió a todos que se fueran de la casa dando por terminada la cena. Y cuando solo quedaron la familia Yaxley, Black y Rowle la furia de la mujer se desató. A largas zancadas llegó hasta el cuarto de su hija y furiosa lanzó por los aires la puerta del dormitorio con su varita. Y allí estaba Violet en posición fetal con un pijama puesto en el suelo al lado de su cama. La pobre estaba destrozada y solo quería que todo acabara. Su madre la agarró por los pelos haciendo que la tuviera que mirar con lágrimas para después golpearla en la cara con la mano abierta. La lanzó al suelo haciendo que la más pequeña llorara aún más.
―¡ERES UNA NIÑATA INSOLENTE! ¡DESAGRADECIDA! ¡NO SABES LO QUE HAS HECHO!
Tanto Orion como Walburga estaban en las escaleras escuchando los gritos de su amiga y los lloros y súplicas de su hija. Regulus ya había sacado su varita dispuesto a subir y ayudar a Violet. Pero fue Stephen quien lo paró siendo él el que subió las escaleras dejando atrás a su hijo, a los Rowle y Black para encargarse de la situación.
Todos los que estaban abajo no sabían que hacer, así que esperaron silenciosos a que todo terminara. La situación tras unos minutos se calmó ( por lo menos la señora Yaxley ya no gritaba ) y se oyó un par de puertas abrirse y cerrarse. El Señor Yaxley bajó por las escaleras y tras disculparse por lo sucedido y dar las gracias por haber asistido pidió hablae con Regulus a solas unos minutos. Después de que salieran de su estudio minutos más tarde, todos se fueron dejando solos a los Yaxley. Max quería ver a su hermana pero su padre le pidió que la dejara sola. Y así fue como Violet Diana Yaxley acabó pasando la noche junto a su elfa doméstica Demeter en la habitación de su hermana Cassandra.
Ahora mismo tengo un nudo en la garganta y los ojos un poco llorosos. Pues como habéis podido leer, el secreto ( no tan secreto, solo para Violet ) ha salido a la luz. Ha sido un episodio bastante cargado de emociones y no miento al decir que alguna que otra lágrima ha caído de mis ojos. Quería hacer la pequeña aclaración de que Violet no tenía su varita ya que ese día había sido requisada por su madre queriendo evitar que armara alguna escena y eso fuera una facilidad para su hija.
Los matrimonios concertados eran muy comunes entre las familias de los Sagrados 28, pero aún así Violet tenía la esperanza de casarse por amor y propia elección cuando ella estuviera preparada.
Siento mucho que este capítulo haya sido TAN triste pero era necesario para el desarrollo de la historia. Habrá más momentos rompedores como éste pero prometo que la calma tras la tormenta aparecerá poco a poco.
En multimedia he dejado el video de El Tango de Por Una Cabeza. Creo que esa pieza musical ( aparte de ser increíble ) da ambiente al capítulo. Con el cambio de velocidad, la subida y bajada de intensidad, creo que representa bastante bien los acontecimientos del capítulo.
Además ha quedado el capítulo super largo pff... Más de 2500 palabras jajaja. Espero que os haya gustado el episodio. ❤️
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