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Capítulo 11.

EL PROFESOR SLUGHORN ERA CONOCIDO POR SUS FAMOSAS REUNIONES con sus alumnos preferidos. Aparte de astronomía, pociones era una de las asignaturas favoritas de Violet. Le fascinaba cómo mezclando elementos sencillos podías crear desde pociones curativas a mortales. Siempre mantenía conversaciones animadas con el profesor ya fuese sobre las clases dadas o las últimas pociones creadas.

Y con la llegada de San Valentín, como no, el hombre organizó una cena de su Club de las Eminencias. Aparte de de las pociones, al hombre también le gustaban mucho los cotilleos y rumores que corrían por los pasillos del castillo. Ella siempre iba sin compañía a todas las reuniones no queriendo llamar más atención de la que Slughorn le daba preguntando por sus padres, hermanos o metamorfomagia. Lo único realmente bueno de esas reuniones era el helado que servían de postre, delicioso.

Esa noche no era la excepción. Llevaba su cabello anaranjado suelto, sus zapatos apenas tenían tacón y llevaba unas medias negras. Por último su atuendo aparte de eso consistía en un vestido de manga larga abultada color negro con un patrón de flores de tonos cálidos. Llegando al salón donde se celebraría la cena se encontró esperando en la puerta a Regulus con su traje de vestir puesto elegantemente y su cabello bien peinado. Al oírla llegar por el pasillo inmediatamente sonrió para sí mismo. Después de su curioso encuentro a principios de ese mes en el Aula de Pociones la chica se ponía nerviosa ante su presencia y sí, su cabello todavía la delataba. Eso y que un leve roce entre ellos ya fuese de sus hombros o manos hacía que Violet pegara un minúsculo brinco por las chispas que recibía.

―Hace una noche maravillosa ¿verdad Vivi? Podríamos haber venido juntos a la cena, seguro que a Slughorn le encantaría ver a dos de sus alumnos preferidos juntos.

―Buenas noches para ti también Regi y es cierto que hoy las estrellas tienen un resplandor increíble. Y la verdad es que no quiero que haya rumores de nosotros por los pasillos.

Su corto intercambio de palabras fue interrumpido por su profesor de pociones. El hombre los vio con ojos brillantes y llenos de curiosidad y entusiasmo.

―¡Oh, chicos! ¡Pasad, pasad! Siento que hayáis tenido que esperar, no sabía que veníais juntos, es una sorpresa muy agradable para mí.

Como no, ya estaba dando por hecho la situación y la pelirroja iba a corregirle con suavidad pero su acompañante se adelantó a responder.

―No te preocupes profesor, la espera fue agradable. Le estaba comentando a Violet que la noche es expléndida, eso sí, no tanto como ella.

¿Por qué hacía eso? La joven podía notar cómo su cara ardía y notaba las pulsaciones de su corazón por todo su cuerpo. Sabía con seguridad que su pelo sería en esos momentos de color rosa. Y su profesor parecía que iba a ponerse a saltar de la felicidad viéndolos a ambos.

―Nunca me cansaré de ver a jóvenes enamorados, sin duda mis reuniones unen a los alumnos. ¡Sentaros mientras esperamos a los que faltan! Me podréis contar con más detalles sobre vuestra florecida relación durante la cena.

Tierra trágame, se decía una y otra vez Violet. Estaba sentada entre Regulus y un alumno de Gryffindor mayor que ella, parte de los Merodeadores. Remus Lupin, el único al que no detestaba. Parecía ser el único interesado en sus notas. Con el transcurso de la cena Slughorn fue conversando con los diferentes miembros de la mesa. Sabía que era inevitable pero una parte de ella deseaba que se olvidara de ella y Regulus. Pero la vida no es siempre justa.

―Y ahora que nos cuenten un poco sobre ellos la nueva pareja de Slytherin. ¡Violet, Regulus! ¿Cómo habéis llegado hasta aquí?

La Yaxley no sabía donde meterse, notaba todos los ojos de los presentes sobre ellos. Y no dijo ni una sola palabra porque estaba concentrada en que su cabello no cambiara de color. Era una tarea complicada para ella.

―Pues como ya sabrás profesor, nuestras familias siempre han sido íntimas y hemos estado juntos desde nuestro nacimiento. Solo era cuestión de tiempo que fuéramos más que amigos. Nuestros padres adoran la idea de que seamos tan íntimos.

―¡Por supuesto! Siempre supe que teníais algo especial muchacho.

Solo deseaba que eso se acabara ya, en realidad, que se acabara el curso porque ya podía predecir cómo al día siguiente el tema de conversación serían ellos dos y su "relación". El profesor satisfecho no hizo ninguna pregunta más y siguió hablando con un alumno de Ravenclaw. Al termninar la cena el hombre insistió en sacar fotografías de todos, dándole a ambos jóvenes un par de copias a cada uno de una fotografía de ambos.

Tras bailar un poco en seguida la pelirroja quiso irse pero el menor de los Black la interceptó por el camino y tras despedirse de su profesor ambos se fueron de ahí.

―¿A dónde crees que me estás llevando a estas horas? La sala común está en dirección contraria.

Iban subiendo los escalones de las escaleras en silencio pero con rapidez, no queriendo ser pillados. Aunque Regulus no tendría problemas siendo prefecto. Hacía frío fuera y caminaron durante un rato. No queriendo enfermar Violet sacó su varita y lanzó un hechizo para que las prendas de ambos les proporcionaran calor. Iban en dirección al campo de Quidditch y la joven no pudo hacer otra cosa que reírse cuando vio a su acompañante sacar una escoba de un armario en los vestuarios.

―No sé si eres consciente de la hora que es Black, y mañana tenemos clase. Además, cualquier profesor nos puede descubrir.

―No te preocupes, considéralo nuestra cita de San Valentín y al mismo tiempo una de nuestras clases de vuelo. Hoy te toca llevarme volando, así veré de cerca si tu técnica a mejorado.

La chica agarró la escoba que éste le daba y le lanzó una sonrisa burlona.

―De cerca, ¿eh?

Violet agarró con su mano libre el cuello de la camisa del chico y le dio un beso corto. Regulus tenía los ojos cerrados queriendo estar así con ella más pero escuchó como de alejaba y abrió los ojos extrañado. La pelirroja se había subido muy rápido a la escoba de manera que la falda de su vestido no se levantara y ya se encontraba volando.

―Me temo que si quieres ver mi técnica de cerca tendrás que alcanzarme Black.

―Oh, ya sabes que nunca rechazo un reto Yaxley.

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