Gotas de sudor empezaron a dispersarse por el rostro de un Max nervioso, tanto que él empezó a escurrir su corbata mojada llena de este líquido. El adolescente ni se había inmutado aún de lo nervioso que estaba, había entrado en una especie de shock cuando escuchó a su cita proponer "Bailar, ya que para eso existen los bailes como este".

-Escucha, Yakko, n-no soy bueno en esto de bailar.-

-Oh vamos, ¡no tienes que pensar! Sólo mueve tu cuerpo y escucha la música.- el chico sostuvo las manos de su acompañante y empezó a balancearlo hacia sus lados al ritmo de la música. Aún así, el chico Disney se seguía preocupando demasiado por no poder controlar sus pies o no poder moverse adecuadamente, así que Yakko hizo que lo mirara hacia los ojos para producirle confianza. -Mueve esos pies izquierdos, vamos. Cualquiera puede hacerlo, pero debes demostrarle al mundo que tienes ese fuego y que tienes los movimientos.-

El de orejas de conejo guiaba a su cita en cada paso, cada vez aumentando el movimiento y la ligereza. Cuando le soltó de las manos, este no de detuvo. Max había empezado a bailar improvisando pasos por sí mismo, y ambos se dedicaron sonrisas triunfantes.

-No sé tú,...- comentó más tranquilo el perro ya con sus pasos controlados -...pero me siento mejor cuando bailo.-