Un chico y una cicatriz
Las calles de por aquí no han cambiado mucho, sigue viéndose igual aquella tienda de la esquina que vende ese delicioso pastel de chocolate que tanto de niño me ha gustado.
El poste verde, que ahora luce más despintado, sigue parpadeando como hace año, aun no lo han reparado, lo que me parece muy gracioso.
Las calles aun cuentan con algunos baches por lo que los carros van debes en cuando en zigzag y hay otro que.... no .
-¡Fíjate al conducir estúpido!. -
-¡Tú imbécil!, ¡¿Acaso no tienes ojos o que?!. -
Una disputa inicia con un par de señores que por culpa de los baches que casi chocan. Me hago de la vista gorda y sigo mi camino pues nunca me ha gustado involucrarme en problemas ajenos, lo único que me interesa ahora es llegar a la siguiente esquina, donde puedo distinguir cierta tienda de juegos.
Mis labios se curvan en una sonrisa y voy directo hacía ella encontrándome con el letrero de "abierto" y paso hacía dentro haciéndome notar por el sonido de la campana un "ya voy" se hace escuchar un poco a la lejanía y se reconocer esa voz de señor, mientras Salomón viene yo me quedo viendo los juguetes que hay por todos lados; Juegos de mesa, naipes, ajedrez, serpientes y escaleras, uno que otro juegos de la nueva época .
El sitio no ha cambiado mucho y eso me alegraba en gran parte, pues en esta casa-tienda, fue donde yo viví la mayoría de mi infancia.
-Disculpe la tardanza estaba acomodando unos paquetes nuevos de cartas que me llegaron apenas. - Dijo un venerable hombre con canas y sonrisa amable que venía a pararse detrás de la caja registradora.
-Sin problema, solo espero que esas cartas estén disponibles para jugar ahora con mi eterno rival de juegos. -Al decir eso, el abuelo Salomón se me quedo viendo unos instantes procesando ¿Quién carajos era yo?, hasta que unos segundos más tarde reacciono y abrió los ojos con sorpresa por verme, al igual que su boca intento formular mi nombre, pero yo no deje que dijera algo cuando me lance a sus brazos para darle un enorme abrazo de oso que fue correspondido por él.
-Dios mío- Se separo de mi para verme mejor. -Eres tú, Atem. -
-En carne y hueso mi general. - Dije sonriendo.
El hombre me abraza de vuelta y yo me regocijo en sus brazos.
La sensación del abrazo y la cálida bienvenida me hacen sentir muy feliz.
Salomón por mucho tiempo fue aquel adulto quien se cargo de mi de niño durante 10 años y me enseñó a jugar todo tipo de juegos.
Puedo decir con orgullo que el fue quien me crió.
-Cuándo llegaste?, ¿ya comiste algo muchacho?. -
Me aleje un poco de él.
-La verdad es que no, pero no importa, quería verlo. -
Él me miró con desaprobación y 10 minutos después ya me encontraba comiendo un estofado casero.
-¿Y cómo ha estado?. -
-Las cosas van muy bien, pero con Yugi...- Dejo una soda en la mesa y se sentó a mi a lado, mié tras yo lo escuchaba atentamente. - Es complicado. -
-¿Ya habla?. -
-Hace un año, pero aún sigue con los chequeos médicos y toma terapia, ya sabes, por aquel asunto. -
Asentí.
-¿Y él está aquí?. - Pregunte curioso, así y a lo mejor podría interactuar mejor con él y ganar su confianza más rápido, ya una vez fuimos mejores amigos, tal vez pueda reconectar esa vieja amistad que dejamos atrás.
-No, salió afuera.- Salomon sonrió un poco. - Dijo que con una amiga.
-¿Amiga?. -
-Impresionante, ¿no?. -
-Extraño. - Susurre. - Quiero decir, Yugi es... -
-Sí, lo sé a mi también se me hizo extraño qué entablar una conversación tan rápida con una chica... - Salomon me miró inquisitivamente y me levante justo cuando acabe el estofado.
-De acuerdo. - Saque mi teléfono y el señor saco uno igual mostrándome una foto de aquella chica que al instate supe reconocer. - Esa es... -
-Exacto. -
-Me apresurare entonces. -
Salí corriendo de la casa no antes de despedirme de él.
(.....)
Una salida al cine no estaba mal, me sentía un poco nervioso pero debía ponerme firme con esta salida con mi primera amiga.
No es que algo malo pudiera suceder, nada pasara, solo será una salida de amigos y después me iría a casa.
Joder, las manos me están empezando a sudar, calmate Yugi, deja de sobrepensar, sabes que eso no es bueno.
Me doy vuelta y veo el letrero del cine.
-Las funciones... ¿Qué película estaría bien ver?, ¿Qué le gustaría a ella ver?. -
-¿Qué te parece una de terror?. - Una voz suave resuena a mis espaldas y me doy la vuelta.
Una chica de cabello corto y castaño me esta viendo con amabilidad resplandeciente con esos ojos azules, luce un vestido en color azul cielo.
-Qué bonita. - Se me escapa de la boca y al notarlo me sonrojo. - P-perdón no quise... Quiero decir esto...
Ella comienza reírse y se acerca más a mi.
-¿Luzco bonita, eh? Muchas gracias. - Me dice, luego me sujeta de un brazo y el sonrojo aumenta. - Entonces, ¿te parece ver una película de terror?. -
No estoy muy seguro.
(.....)
Llevo recorriendo las calles media hora y aun no lo encuentro. Las tiendas de ropa, pequeños restaurantes, parques y todavía nada.
¿Cómo era posible que no lo encontrará?
Debe ser fácil encontrarlo, Yugi es muy destacable entre todas las personas.
-Qué idiota, ¿porque no le pregunté al abuelo acerca de su número?. -
Estúpido de mi parte por no obtener esa información antes .
Llame al abuelo, claramente te se burló de mi y después me paso el número de Yugi.
Cuando lo obtuve, marque el número.
1.....2....3....4 tonas y después el buzón de voz.
Tal vez considere qué soy un número desconocido. Es fácil para Yugi suponerlo y claro, no sabe que estoy aquí por él .
- ¿Tal vez un mensaje?, ¿me recordarás?. -
Tal vez lo altere o no se lo espere... Quiero hacerle daño, la última vez que lo vi Yugi estaba muy sensible.
-Tal vez mañana temprano me lo tope. - Guarde mi teléfono y mire al fre te el cine mostraba una película de estreno de terror.
Bueno, un descanso no hace mal a nadie.
Entre al cine, sin saber lo que me esperaría al entrar.
Continuará...
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro