Después de la ceremonia se habían ido al restaurante a cenar en familia para celebrar nuevamente el matrimonio de la feliz pareja, Alexander bufaba cada vez que Mew y Gulf se besaban, lo cual era lo único que podían hacer mientras sus pequeños estuvieran despiertos; Mew ansiaba que llegara la noche para quitarle toda la ropa a su adorado esposo.

Mientras comían una banda hawaianos había comenzado a tocar, y cómo sabían que habían dos parejas allí que habían renovado votos comenzaron a tocar una canción romántica para que salieran a la pista y pudieran renovar también  su primer baile como esposos.

-Tal vez ellos si tuvieron un primer bailé- murmuró él pelinegro viendo a la pareja de ancianos que era la otra que había renovado votos ese día.

-Nosotros también lo tuvimos y si mi memoria no me falla- se inclino para terminar de hablar cerca de su oido -Gemiste y jadeaste muy fuerte esa noche dentro de nuestra habitación.

-No me refería a ese tipo de baile pervertido- rodó los ojos Gulf sin perder la sonrisa para luego decir - Aunque debo concordar que fue mil veces mejor.

Mew estuvo completamente de acuerdo con esa declaración; tres horas después el pelinegro bañaba a Lamai intentando quitar todo la arena de su cabello, mientras Mew ayudaba a su pequeño con su baño también; nunca dejes que dos niños jueguen en la arena mientras tienes una sesión de besos con tu caliente esposo o terminarás con un niño con la ropa interior llena de arena rascándose en sus partes íntimas por la incomodidad y una niña con el cabello lleno de arena y agua de mar, lección aprendida, pensó Gulf concentrándose en lo que estaba haciendo.

Una vez que sus dos pequeños estuvieron limpios y metidos en la cama durmiendo, muy cansados por el día en la playa, la ceremonia, la cena y un paseo supuestamente romántico que terminó en una guerra de arena entre Lamai y Alexander.

-¿Trajiste tus pastillas al viaje?- pregunto la niña levantándose de repente.

-Creo que ya hemos hablado de eso Lamai, que esos no son asuntos para mí hermosa niña.

La pequeña suspiro para volverse acostar y quedarse dormida inmediatamente, Gulf la arropó y se giro hacia Alexander que ya estaba dormido, le beso la mejilla y salió de la habitación.

Mientras caminaba a su habitación en la suite pensó en la cita que tenía con su médico al regresar, sentía algunos malestares y temía que el aparato anticonceptivo que llevaba en su brazo no estuviera funcionando correctamente ya que estaba volviendo a sentir los mismos síntomas de cuando se lo puso por primera vez y aún le quedaba un año y medio de efectividad, no quería que ningún soldado de su esposo fuera más rápido y llegará a la meta, suficiente tenía con Lamai pidiéndole un hermanito y a su Alexander diciendo que no quería uno, silenciosamente apoyaba a su pingüinito que no dudo en acusar a su hermana cuando descubrió su travesura.

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Era un sábado por la mañana y Mew y Gulf aún estaban en el trabajo, después de almorzar Mirian había mandado a los niños a cambiarse en lo que limpiaba la cocina ya que Mary había pedido algunos días libres por un problema familiar.

Ambos obedecieron inmediatamente y subieron a sus respectivas habitaciones, Alexander cerró la puerta tras de si pensando que podía leer algún capítulo de sus nuevo libro antes de tener que cambiarse de ropa, la señorita Mirian no se enojaría porque lo encontrará leyendo, de hecho cuando lo había lo felicitaba por hacerlo ya que era bueno para él leer desde muy pequeño.

Lamai estaba tramando algo y por eso se aseguro que su hermano se encerrará en su habitación, al igual que reviso que la señorita Mirian no fuera a subir pronto en su búsqueda y sin perder tiempo tomo el banquito que la ayudaba a llegar al lavamano de su baño y salió corriendo a la habitación de sus padres y entro al baño de ellos, colocó el banquito cerca del lavamanos de sus padres y se subió para ver lo que escondían las puertas de los espejos que allí se encontraban, Gulf guardaba allí los medicamentos para el dolor de cabeza y según su amiga de colegio allí también se guardaban las pastillas para no tener bebés.

"Mi papá tiro las pastillas de mamá a la basura y tiempo después ya había un hermanito en su barriga" le había dicho la niña.

Esas palabras habían motivado a Lamai a hacer lo que estaba haciendo ahora, si tiraba las pastillas entonces un bebé crecería en la panza de su papi y tendría un hermanito menor, a ella no le importaba que Gulf le hubiese explicado que no querían otro bebé porque estaban felices de tenerlos a los dos, ella quería tener un hermanito menor para ser igual que Alexander una hermana mayor.

-¿Que buscas?- le pregunto su hermano entrando al baño mientras se cruzaba de brazo para luego decirle: - La señorita Mirian dice que es malo revisar las cosas de los demás.

-No estoy revisando, solo estoy buscando las pastillas que papi usa para no tener bebés.

-¿Estás segura que Gulf toma pastillas para eso?

-Si, mi amiga me dijo que eso hacen para no tener bebés en sus panzas, pero si las tiramos en la basura papi tendrá un bebé y yo seré su hermanas mayor como tú eres el mío.

-¡Pero yo no quiero otro hermano!- protesto Alexander.

-Pues lo vas a tener, y tiene que ser un niño porque yo tengo que ser la única princesa de la casa, la consentida de papi Gulf y papá Mew.

Alex frunció el ceño, porque el no quería otro hermano, el era feliz siendo solo ellos dos, tal vez si fuera una niña  estaría bien pero no quería otro niño.

-¿Sabes cómo se llaman?- le pregunto Lamai a su hermano frunciendo el ceño mientras seguía buscando, según su amiga la caja era de color rosa, pero ella no encontraba ninguna de ese color.

-No lo se, y creo que es mejor que dejes de buscar o te meteras en problemas.

-¡No!, Mejor ayúdame a buscarlas- le pidió con un puchero la niña.

-No lo haré.

-Alex...

-No y deja de registrar que esas son cosas de Mew y Gulf.

Alexander se acercó dispuesto a bajar a su hermana de alli , pero Lamai se lo impidió comenzando una pelea que terminó con todos los médicamentos y unas afeitadoras  tiradas en el suelo junto con los tubos de pasta de dientes haciendo todo un desastre.

Mirian los descubrió mientras todavía se peleaban, porque escucho sus gritos y subió de prisa para ver qué estaban haciendo, los separó con dificultad porque ninguno estába dispuesto a rendirse, ambos seguían gritándose el uno al otro: "Yo quiero un hermanito" "Yo no quiero tener más hermanos".

Mientras que la mujer esperaba que le dieran una buena explicación por tan mal comportamiento, cuando se escuchó la puerta abrirse y Gulf llamarlos para ver en donde estaban, lo cual fue suficiente para que Alex sonriera y saliera corriendo hacia donde estaba el pelinegro, Lamai también corrió detrás de su hermano gritando que Alexander solo decía puras mentiras para que su papi no la regañara.

Gulf había tomado a su pequeña niña en brazos y con mucha paciencia le había explicado que él no tomaba esas pastillas, porque tenía un aparatito en el brazo que impedía que crecieran bebés en sus barriga.

-¿Y nos puedes quitartelo?- pregunto ella desilusionada.

El pelinegro negó y le explicó lo mucho que le gustaba tener dos hijos y que Mew y él eran muy felices teniéndolos solo a ellos. Lamai no acepto esa respuesta y por ello paso el resto del día diciéndoles lo mucho que quería un hermanito, incluso intento chantajear a su papá no dándole ningún beso ni abrazo hasta que le quitará el aparato del brazo a su papi y le dieran un hermanito.

Alexander solo le repetía que no iba haber ningún otro niño en esa casa, e inmediatamente Mew y Gulf habían llamado a la psicóloga para que hablara con él, y les confirmo lo que ya temían el niño estaba tan molesto con la sola idea de que hubiera otro niño que pudiera conseguir que lo olvidaran, eso lo aterraba, que aceptaba a Lamai porque era una niña, si hubiese sido un varón los problemas fueran muchos peores.

Sus palabras exactas fueron: "No le tiene miedo a una hermana después de todos ustedes mismos han visto como se comporta con Lamai, pero si teme que si tienen un varoncito se olvidaran de él y lo regresaran a las casas de acogida"

Ese era uno de los tantos miedos de su amado niño ser regresado porque de verdad no lo querían.

Fin Flash Back

Sunan no estaba nada contento de que en vez de ir a pasar vacaciones al rancho se hubiesen ido a Hawaii -Ese no fue el trato Gulf- le dijo por teléfono.

El pelinegro intento explicarle la razón del viaje a Hawaii, lo cual ocasionó que Sunan se enojará mucho más, no solo no podría ver a su hijo hasta las vacaciones de navidad sino que se había ido a renovar sus votos matrimoniales y nuevamente no lo había invitado.

-No es para que te enojes papá , Mew y yo lo hicimos así la primera vez y queríamos que fuera igual, además no sería justo que tú estuvieras aquí y los padres de Mew no.

Sin embargo, el hombre no había dejado de estar enfadado le había argumentado que tenía el dinero suficiente para llevar a los padres de Mew también para estar todos presentes en la ceremonia, no era justo que por segunda vez los hubieran dejado fuera de ese momento tan importante, a él le hubiese gustado caminar con Gulf hacia el altar ya que era el único con el que lo podía hacer ya que todos sus demás hijos se habían casado con mujeres.

-Estas siendo dramático Sunan- le dijo Bass restándole importancia a lo sucedido -Gulf renovó sus votos matrimoniales bien por él, Mew es perfecto para él y lo hace feliz, solo ver la sonrisa de mi niño hace que todo valga la pena, por mi parte yo no necesito estar en una ceremonia para saber que se aman con locura y que serán felices para siempre.

Sunan no había podido discutir con su hermano, Gulf se parecía mucho a Bass, ambos eran igual de manipuladores con las emociones y palabras, ahora se sentía como todo un insensible por discutir con su hijo, así que le envío un mensaje de texto:

"Tómense un buen vino de mi parte"

Gulf solo se rió al ver el mensaje de su padre, ya se imaginaba que había sucedido para que decidiera escribirle.

"Gracias papá, te quiero mucho aunque creo que me tomaré un jugo en tu nombre porque sino tendré dos niños pidiendo probar"

Al recibir la respuesta el hombre no pudo dejar de imaginarse las dos caritas inocentes de sus nietos rogándole a su hijo y yerno probar el contenido de sus copas, estaba seguro que si Gulf le hubiese pedido probar el whisky a los seis años  lo hubiera complacido, siempre cumplía los caprichos de sus hijos.

Habían llegado a su último día en Hawaii, ya tenían todo listo para el día siguiente regresar a Bangkok en donde sus trabajos los esperaban, en toda su estancia el clima había sido perfecto solo una que otra llovizna a media tarde, nada por lo que tuvieran que preocuparse.

Pero en la noche de su último día después de que todas las luces se apagaron, un fuerte rayo iluminó la habitación, causando que Alexander despertara asustado, miro hacia la otra y cama y vio como Lamai dormía plácidamente sin importarle la fuerte lluvia que estaba detrás de su ventana.

Se acostó nuevamente en la cama y se cubrió con la mata hasta que se aseguro de que estuviera debajo de todas las sábanas y almohadas y aún así no pudo conciliar el sueño nuevamente, la lluvia lo mantenía despierto mientras que Lamai dormía, no podía despertarla él era su hermano mayor y su deber era protegerla, no ella a él.

A muchas personas les gustaba el sonido de la lluvia pero a él no, odiaba los días lluviosos y si pudiera los desaparecería para siempre, se volvió acostar ahora dándole la espalda al ventanal que tanto le había gustado, pero no pudo conciliar el sueño, así que frustrado se levantó y se fue a la pequeña salita de la suite y encendió la televisión para ver caricaturas hasta que terminara la lluvia o tuviera sueño nuevamente, lo que ocurriera primero.

-¿Que haces aquí cielo?, ¿La lluvia te está molestando?- le pregunto Gulf que había salido a darle una vuelta a sus dos pequeños.

-Es muy ruidosa y...- no termino lo que iba a decir para volver a prestarle atención al espanta tiburones que se estaba reproduciendo en la televisión.

-Puedes dormir conmigo y con Mew si quieres- ofreció sentándose junto a él.

-No soy un bebé para dormir contigo.

-Dormir con nosotros cuando algo te molesta no te hace un bebé- le dijo el pelinegro para tratar de convencerlo.

-¿Y dormir con ustedes hará que deje de llover?

-No creo que eso ocurra.

-Entonces no voy, prefiero quedarme aquí viendo caricaturas.

-Te propongo un trato tú vas a la cama conmigo e intentas dormir, si no lo consigues entonces te acompañaré a ver caricaturas hasta que deje de llover allá afuera.

El niño medito la oferta, tenia sueño y si con Gulf podía dormir sin temerle a la lluvia entonces lo haría -Esta bien.

Los dos caminaron de regreso a la habitación, subieron  a la cama y Gulf espero pacientemente a que Alexander se acomodara como mas le gustara, una vez listo lo arropo con las mantas y sin pedirle permiso se metió a la cama y lo acurruco contra su pecho.

-Cierra tus ojitos cielo, y veras como te quedas dormido rápidamente.

Alexander rodo los ojos pero hizo lo que le estaba pidiendo, para luego sentir como el dedo de Gulf comenzaba un suave recorrido desde su frente hasta la punta de la nariz, una y otra repitió ese patrón hasta que sin darse cuenta el pequeño dejo de escuchar el golpeteo de la lluvia contra las ventanas y la puerta de cristal, era un tranquilo silencio acompañado con los rítmicos latidos del corazon de Gulf que lo estaban relajando, haciendo que por fin se pudiera dormir durante una noche de lluvia.

Mew se giro intentando abrazar a su esposo, pero se topo con el cuerpo de su hijo durmiendo sobre el pecho de Gulf con su pierna cruzada sobre la cadera y su brazo extendido alrededor de su torso.

-No puedo culparte campeón, tu papi es jodidamente cómodo.

Le acaricio la mejilla y se volvio a dormir pensando en las burlas que se ganaría al dia siguiente su pequeño por parte de Lamai, cuando descubierta que había dormido con ellos, asi como su molestia por no haber sido invitada; definitivamente su vida nunca seria aburrida con sus dos niños, lo que le hizo recordar la conversación que tuvo con Gulf cuando la pequeña intento tirar las pastillas anticonceptivas que no existian.

Su hermosa niña quería un hermanito, pero antes de sus deseos estaban los de su adorado esposo y si Gulf era feliz siendo padre de dos niños, él tambien lo era; por mucho tiempo solo fueron ellos dos contra el mundo y le encantaba saber que podia contar con su Bii en todo momento, cuando creyeron estaba embarazado poco despues de su graduacion, estaba demasiado asustado, ser tres en ese momento no estaba dentro de sus planes, eran perfectos siendo solo dos.

Cuando Lamai llego a sus vidas, se dio cuenta que tres era un numero perfecto para ellos, pero debio aceptar con todo el dolor de su corazón que ella no les pertenecia, que era su sobrina y tarde o temprano sus verdaderos padres irian por ella, con Alexander todo fue diferente, con el entendio el amor incondicional que un padre debia tener con un hijo, en como dar todo por ver una sonrisa en su pequeña carita.

Aquella vez cuando lo llevaron con Sunan se dio cuenta que tres no eran ningun problema, habian tres asientos en los aviones, los tres cabian perfectamente detras en el taxi, incluso los tres se acurrucaban perfecto en la cama, pero su Gulf le habia propuesto adoptar uno mas, aun recuerda como una noche mientras estaban en la cama su esposo le dijo : "Nuestro pingüinito adora a Lamai, dos niños serian perfectos porque serian compañeros para toda la vida, se tendrian uno al otro cuando nosotros faltemos"

Entonces se llevaron a su pequeño Alexander antes de que hubieran tomado una decisión definitiva, pero mucho tiempo despues aparecio Lamai nuevamente en sus vidas y ahora con dos niños tampoco veia necesario tener uno más, su plan original era tener dos niños y ya los tenian, la adopción que habían iniciado antes de que Thorn y Kanya muieran se las habian negado y el lo habia tomado como una señal de que definitivamente serian una familia de cuatro.

No iba a negar que en algun momento soño ver a Gulf con su vientre hinchado llevando un bebé de ambos en el, pero lo amaba lo sufiente como para entender sus razones de no querer un embarazo, las aceptaba y las entendia al cien por ciento; tenian dos encantadores hijos que demandaban mucho tiempo de ambos, y en su esposo tenia razon dos niños eran perfectos, tres ya serian demasiados para ellos.

Los talones de Alexander se clavaron en su pecho y lo llevaron devuelta a la realidad, su pequeño seguia siendo todo un inquieto en la cama, se movia por todos lados, lo acomodo nuevamente en posicion vertical y lo atrajo a su pecho, definitiavemente dos eran perfectos tenian a su pingüinito Alexander y a su princesa Lamai, no necesitaban nada mas.

-Hace calor Mew- se quejo Alex separandose de el.

Bueno... si necesitaba algo mas, que su pequeño los volviera a llamar papás.

Esa era su familia eso era lo que le habia tocado y estaba feliz ya no eran solo dos ahora eran cuatro personas formando una familia que poco a poco iban a ir reconstruyendo sus pedazos y serian lo que soñaban, no seria facil pero iban a lograr que su pequeño pinguinito volviera a ser feliz con ellos y que de sus labios salieran esas palabras que tanto anhleaban escuchar solo tenian que tener paciencia y lo conseguirían, aun habia amor en corazón de su pequeño niño y conseguirían ganar por completo su cariño.

Asi llegamos al final de esta historia ¿o no?, mañana y el viernes estaré subiendo dos especiales y les cuento que esta historia tendrá una segunda temporada que comenzare a subir después que me tome una semana de descanso, porque creo que todavía da para mas y quedan muchas cosas que contar que no las abarque en esta primera parte.