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Capitulo 28

Para el mes de noviembre Mew tuvo que viajar de emergencia fuera de Bangkok, Gulf y Lamai lo acompañaron al aeropuerto y entre besos, abrazos y muchas lágrimas de la niña esperaron hasta que el castaño tuviera que abordar el avión.

-¿Llamaras en las noches?- pregunto la pequeña abrazada a su cuello.

-Por supuesto hermosa, solo será por pocos dias, yo no puedo estar mucho tiempo lejos de mis dos amores.

Mew beso la cabeza de su hija y los labios de su esposo antes de tomar su maleta de mano e irse abordar el avión, Gulf y Lamai se quedaron alli parados hasta que lo perdieron de vista; la pequeña estaba muy triste porque su papá se había ido de viaje y no la llevo con él, estaba con la cara escondida en el cuello de su papi sollozando por la separación.

-¿No puedes hacer que regrese y se quede en casa?- pregunto Lamai en un murmullo.

-Que mas quisiera hermosa, pero papá tiene que viajar por trabajo- le respondió dirigiendose a la salida con ella en brazos ya estaba algo grande para que la anduviera cargando pero igual lo seguia haciendo con todo el gusto del mundo.

-Tienes que entender que no puedo pedirle que se quede porque se que son cosas que tiene que hacer por su trabajo y a él le gusta lo que hace, asi como a mi me gusta mi trabajo y cuando las familias se aman mucho mucho quieren que todos sus miembros sean muy felices, por eso no debemos estar tristes porque papá se haya ido a trabajar, debemos estar felices porque esta haciendo algo que le gusta, además te prometimos que cada vez que uno de nosotros tuviera que viajar el otro se quedaría contigo y estamos cumpliendo nuestra promesa.

-Y yo estoy feliz porque a papá le guste su trabajo, pero igual quiero que este aqui conmigo, quiero tenerlos a los dos siempre conmigo.

-Lo se corazon, a mi también me gustaría que estuviera aqui, pero te prometo que haremos cosas divertidas en su ausencia y cuando menos pienses papá estará de vuelta con nosotros.

Lamai asíntio tratando de sonreírle al pelinegro, cuando emprendieron el camino a casa ella pudo ver como su papi se secaba disimuladamente una pequeña lágrima que había rodado por su mejilla y a pesar de eso le regalo una linda sonrisa a través del espejo retrovisor; pasaron la tarde en casa, Gulf no tenia animos de volver al trabajo y por eso había llamado a Firts y le había pedido que le pasara todos los documentos importantes que necesitaran su revisión al correo electrónico.

A Gulf seguia sin caerle en gracia su asistente temporal, el chico era muy eficiente para su gusto, ni siquiera tenia verdaderas razones para que le cayera mal pero lo hacia, después del incidente con Mew no le había gustado para nada, incluso su esposo había tratado de calmar su lado celoso diciéndole que no estaba interesado en un niño, igual el estupido de First se  pasaba de sonrisas y amabilidad cada vez que su esposo iba a buscarlo al trabajo.

Y no podía culparlo su adorado Boo era condenadamente caliente, pero solo él tenia el permiso pata comérselo con la mirada, bueno... con la mirada y con su boca recorriendo todas sus partes del cuerpos, lo único que le calmaba era que Firts podía ver pero no tocar, el dia que lo hiciera se acabaria toda su paciencia y terminaría golpeandolo para que supiera a quien le pertenecia realmente el castaño.

Después de una tarde en la que se la pasaron en la sala viendo películas de Disney y comieron mucha comida chatarra e incluso terminaron con los dulces que habían quedado de Halloween, Mirian se había hecho cargo de Lamai  llevandosela para que tomara un baño y meterla en la cama, para luego como cada noche Gulf ir a su habitación y leerle un cuento, darle su beso de buenas noches dejándola dormida.

Se fue a su oficina para ponerse al dia con sus pendientes para el dia siguiente volver a tomarse la tarde libre y pasarla en el parque junto a Lamai, la niña estaba emocionada con ese arreglo después de la escuela se iría con su papi a divertirse un rato; el sueño de la niña no duro hasta el otro dia como se lo habían imaginado porque a mitad de la noche Lamai se despertó, para después no poder dormir y dio muchas vueltas en su cama sin poder conciliar el sueño, asi que cansada de no poder volver al mundo de los sueños se levanto y fue a su viejo baúl de juguetes a buscar un viejo peluche de conejo que Kanya abrazaba cuando Thorn no llegaba a casa a dormir, tal vez a su papi Gulf tambien le ayudaría a no extrañar a Mew.

-Tu y yo no vamos hacerle compañía a papi- le dijo al conejo para luego ponerlo debajo de su brazo y abrir la puerta de su habitación.

Salio dando pequeños saltitos felices, al entrar a la habitación de sus padres se encontró con el pelinegro dormido con la laptop en sus piernas, al parecer el sueño lo había vencido mientras trabajaba, se acerco hacia él y lo movió hasta que logro que despertara.

-¿Que pasa hermosa?- pregunto con un bozteso.

-¿Podemos dormir contigo?, papá no esta y el señor conejo y yo queremos hacerte compañía- le contesto Lamai con una sonrisa.

-¿El señor conejo?

-Si este es el señor conejo- le mostró el  viejo peluche-Te dejare abrazarlo si quieres, al señor conejo le gustan los abrazos.

-Esta bien puedes dormir conmigo.

El pelinegro quito la laptop de la cama abriéndole espacio a su pequeña hija que no perdió tiempo y se subió acomodándose debajo de los edredones y colocando al señor conejo en medio de ambos, asegurandose de arroparlo muy bien para que no se resfriara, Gulf espero pacientemente que ella arreglara todo para luego el tambien acostarse y abrazarla, le encantaba el aroma que desprendía Lamai, lo tranquilizaba; la verdad es que odiaba dormir sin su esposo pero ahora tenia a su hermosa niña para hacerle compañía las veces que este tuviera que salir de viaje.

Tal como lo prometió Gulf la tarde del dia siguiente se fueron a un parque, ese dia estaba haciendo algo de frio por lo que la pequeña iba bien abrigada mientras corria de un lado a otro subiéndose a los juegos y haciendo nuevos amigos, decidio sentarse en unas bancas para vigilarla de lejos, lo cual lo hizo recordar la primera cita que tuvo con Mew como novios oficiales, en aquel entonces estaban en pleno verano y el calor estaba algo fuerte, sin embargo su Boo había preparado un perfecto almuerzo al aire libre, en dónde se dio cuenta que estaba perdidamente enamorado de Mew, cuando no le importo lo cursi y romántico que había sido ese día con la intención de complacerlo.

Se habían sentado bajo la sombra de un frondoso árbol, y alli él le abrió su corazon contándole lo tormentosa que era su relación con su padre y entre besos y caricias él lo consoló diciéndole palabras dulces, asegurandole que el seria su nueva familia y que nunca haría algo que le hiciera daño, además de lo agradecido que estaba de que confiara en el y sobre todo que hubiese aceptado tener una relación.

Por su parte Lamai se había cansado de jugar e iba caminando de vuelta con su papi, mientras lo hacia iba pisando las quebradizas hojas de los árboles recordando como en varias ocasiones Thorn la había llevado al parque, dejándola jugar con los otros niños mientras el esperaba a un hombre que siempre le entregaba una bolsa de papel.

-Papi- lo llamo la pequeña llegando a su lado -¿Puedo ser una niña exploradora?

-¿Porque quieres ser una niña exploradora?- pregunto extrañado el pelinegro, a veces la pequeña sacaba unas ideas que no entendía de donde venian.

-Es que ellas hacen cosas divertidas- le respondió ella encogiéndose de hombros y es que del otro lado del parque había visto un grupo de esas niñas vendiendo galletas y haciendo unas divertidas actividades para llamar la atención -Además quiero comer muchas galletas.

-Hermosa, las niñas exploradoras no se comen sus galletas, ellas solo las venden.

-¿Entonces no puedo comer galletas gratis?

-No hermosa, puedes comerlas si tu papá y yo las compramos.

Lamai frunció el ceño pensativa tomada de la mano de Gulf quien la conducía a la salida del parque para luego decir: -No quiero ser una niña exploradora, solo tienes que comprarme muchas galletas- ocasionando que el pelinegro riera de las ocurrencias de su hija, ella solo quería estar en el escuadron por las ricas galletas.

Esa noche, Gulf salio del baño para encontrarse con Lamai ya instalada en la cama junto al señor conejo y una nueva acompañante la muñeca Lulu.

-¿Podemos llamar a papá?- pregunto de repente la niña.

-Claro, porque no- tomo su celular y le marco Mew pero la llamada se le iba directamente al buzón de voz, intento dos veces más comunicarse con el mismo resultado.

-¿Porque no contesta?- pregunto curiosa Lamai.

-Tal vez sea mi linea telefónica, porque no vas a buscar el telefono inalambrico de la sala.

-Ya voy papi.

La pequeña salio de la habitacion sin darse cuenta que en la mesita de noche habia un teléfono también, pero para la llamada que tenia que hacer no queria que estuviera presente, asi que sin perder tiempo le marco a la jefa de su esposo.

-Hola Gulf, ¿a que debo el honor de recibir una llamada tuya?- contesto la mujer sin ninguna ceremonia ella siempre había sido asi de directa.

-Hola, siento llamarte tan tarde pero es que no logro comunicarme con Mew, ¿me podrias dar el número del hotel donde se esta quedando?, es que el no me lo dio.

-¿El numero del hotel?, pues veras... en este momento no tengo esa informacion conmigo Gulf, deje... esa carpeta en la oficina... la verdad es que tampoco recuerdo el nombre del hotel- le respondio ella vacilante.

-Bueno no te preocupes, gracias por recibir mi llamada que tengas muy buenas noches.

-Igualemente, descansa y le mando un beso a Lamai de mi parte.

-Se lo dare en tu nombre, hasta luego- terminó de despedirse el pelinegro.

Al cortar la llamada decidio comunicarse con First por si Mew le habia dejado algun mensaje con el en la tarde y no lo habia recibido, pero el doncel tampoco le contestaba, no penso mucho en ello porque en eso llego Lamai con el teléfono en sus manos, se subio a la cama y se lo entrego diciendole:

-Llama a papá.

El pelinegro asi lo hizo pero ahora colocandolo en altavoz, para que su hermosa niña escuchara como lo enviaba nuevamente a buzon de mensajes, haciendo que la pequeña se decepcionara por no poder hablar con su papá antes de dormir.

-A lo mejor es su teléfono el que esta mal y por eso no podemos comunicarnos con él, mañana llamare a su jefa para que me de el numero de teléfono del hotel donde se esta quedando.

-Esta bien- estuvo de acuerdo la pequeña acomodandose en la cama -¿Me cuentas un cuento?

-Claro, ire por uno de tus libros.

-No quiero que te vayas, inventate uno.

-Amor, no soy bueno inventando historias.

-Entonces... yo te contare una para que sepas como se hace y mañana tu me contaras una a mi.

El pelinegro se acomodo mejor tambien y dejo que la pequeña le contara su historia pero a mitad esta Lamai se quedo dormida y él se quedo observandola un rato, ella era tan preciosa y habia llegado a llenar su mundo de color, cuanto daria por tener consigo tambien a su hermoso Alexander.

Tres dias despues Gulf y Lamai recibían en el aeropuerto a Mew, durante el tiempo que estuvo fuera de Bangkok fue él quien llamo a casa, en todas las oportunidades en las cuales el pelinegro lo intento este no le contestaba, siempre lo mandaba directo a buzon de mensajes.

Gulf no le menciono nada, no queria tener un problema con su esposo cuando quizas podrían ser exageraciones suyas y estuviera viendo cosas en donde no las hay, Mew solo estaba ocupado con el trabajo y por eso no podia comunicarse con él, nadie mejor que él para saber lo absorvente que podía llegar a ser el trabajo y sobre todo si había que cerrar un acuerdo en el que una de las partes no estaba de acuerdo con los términos del contrato.

Lamai se abrazo al cuello de su papá muestras que Gulf se acercó y le dio un casto beso en los labios, fue algo corto para los gustos de Mew pero teniendo a su hermosa hija entre ellos eso era todo lo que podía obtener por el momento, ya después el se encargaría de pedir su bienvenida tal como le gustaban cuando regresaba de algún viaje.

Una días después Kulap se encontraba en su cocina abriendo las tarjetas de Navidad que sus amigos y familiares le enviaban con sus buenos deseos, ya faltaba poco para Navidad y no podía esperar para tener a su familia reunida para una sencilla comida que siempre había ese día.

Entre los sobres encontró uno con el nombre de su hijo Mew y Gulf, normalmente sus tarjetas era muy genéricas, solo era una postal de ellos dos vestidos con ropa combinada deseandoles una feliz Navidad, pero esta vez no era como la de los años anteriores; la de ese año era muy colorida que la dejo sorprendida con su contenido.

Era una fotografía de los tres que a leguas se notaba que la había hecho un fotógrafo profesional por toda la escenografía que tenía, se podía ver a los tres usando  un conjunto navideño en color blanco mientras estaban sentado en frente de un hermoso árbol de Navidad exquisitatamente adornado y en el cual se podían ver muchos regalos debajo de él, pero lo que más le llamo la atención eran las letras que llevaban en su pecho en un tono rojo brillante, en ellas se leía en ambos hombre Sr. Suppasit y en el de la niña Bebé Suppasit.

Al ver a esas tres personas sonriendo radiantemente se le llenaron los ojos de lágrimas, por lo que se puso de pie y fue a un armario en el pasillo en donde guardaba celosamente las tarjetas navideñas que le habían enviado sus hijos a lo largo de los años, sin importar la edad que tuvieran ella siempre las guardaba como su mayor tesoro.

Y no podía negar que las tarjetas de su hijo Mew no importará su edad eran las más elegantes y elaboradas, su hijo siempre tenía un plus que sus otros hermanos no tenían, tomo la tarjeta que le habían enviado el año pasado Thorn y Kanya y las diferencias eran muy claras en su querida nietecita.

No era solo que la niña había crecido mucho en ese tiempo sino que en la de Mew irradiaba felicidad, muy diferente a la de Thorn en donde se podía ver qué estaba con media sonrisa mientras se acurrucaba en el pecho de Kanya, el mismo escenario pero menos ostentoso con un árbol de Navidad sin muchos adornos y con muchas cajas de regalo que de seguro estaban vacías; en cambio la Lamai de la tarjeta de Mew estaba erguida con una enorme sonrisa mostrando sus pequeños dientes de leche, Kulap estaba segura que todas las cajas al pie del árbol tenían regalos de verdad que iban a ser para ella.

En pocas palabras su nieta irradiaba felicidad en la imagen para todo el que la viera, todavía le molestaba que llamara a sus verdaderos padres por su nombre de pila, no podía hacer nada para evitarlo, la fotografía en sus manos era muy clara para ella su linda Lamai era más feliz con sus tíos que cuando con sus verdaderos padres, en ese tiempo junto a Mew y Gulf se había convertido en la combinación perfecta de ambos, tenía el encanto, carismática y sonrisa de su hijo pero con la actitud y elegancia de Gulf.

El ambiente navideño se podía respirar en las calles de Bangkok, ese año estaba haciendo un poco de frío más de lo normal pero no era nada que no pudieran soportar, Mirian se había ido a pasar las fechas festivas con unos amigos que tenía mucho tiempo sin ver y que muy amablemente le habían abierto las puertas de su casa, aunque Mew y Gulf le habían ofrecido que se quedará con ellos sin trabajar y solo disfrutar de las festividades.

La pareja había confirmado su asistencia a la fiesta de la empresa del castaño ya que se habían asegurado de que fuera una reunión entretenida para Lamai, ya que sabían lo aburridos y sobrios que solían ser esos eventos, pero ese año con la llegada de Jumpol como inversionista las cosas habían cambiado, lo habían hecho tanto que habría un Santa Claus repartiendo regalos a los hijos de los empleados.

Ese no era el plan que tenían en un principio ya que Kulap los había llamado y les había dicho que le gustaría que ese año fueran a la casa Suppasit y compartieran con todos incluyendo a los Thanas para celebrar la navidad juntos, pero Ploy la hija de Off había ido una tarde a jugar a la casa y le
comento a la niña que en la fiesta del trabajo de su papá estaría un Santa y que podían hablar con el en persona, la idea emocionó tanto a la pequeña que les pidio que la llevarán ya que cuando vivía con Thorn y Kanya ellos siempre se negaron a llevarla al centro comercial para que pudiera conversar con él, como le negaban algo que ella quería y que nunca le cumplieron, ellos no querían quitarle la ilusión, ella aun era pequeña y conservaba la inocencia de la magia de la Navidad.

Al final terminaron cediendo y le aviso a su madre que no estarían yendo a casa lo que ocasionó que Samantha llamara furiosa diciendo: "La fiesta de una empresa no es un lugar para niños, Lamai debe pasar estas fechas con su familia, Thorn y Kanya hubieran querido que estuviera con nosotros"

Y como cada vez que mencionaban a los santos de los padres de la pequeña Gulf le colgó el teléfono, entendía la posición de la mujer y de verdad le hubiese gustado llevarla con ellos pero querían cumplir los deseos de la niña, ya irían el día siguiente a visitarlos; él ignoro las llamadas de Samantha y Kulap porque no quería oír nuevamente el sermón de la familia, pero cometió el error de contestar la llamada de un número que no tenía registrado resultando ser Jen Thanas quien lo llamaba sobresaltandolo con su voz chillona muy parecida a la de Kanya diciéndole:

"Me quistaste la oportunidad de estar con mi nieta el día del aniversario de mi boda, nos privaste de ella en su cumpleaños, no nos has permitido verla durante todo esté tiempo, lo mínimo que merecemos es pasar Navidad con ella; no sean desconsiderados con nosotros, yo soy su abuela y tengo más derechos que ustedes... No importa que hayan lavado el cerebro a mi nieta ustedes nunca serán sus padres, ese título es mucho para lo miserables y sin sentimientos que son...

La mujer estuvo hablando sola por más de 20 minutos hasta que se dio cuenta que Gulf no la estaba escuchando, el murmullo de una suave canción al fondo fue lo que la alertó de que estaba hablando sola y colgó la llamada enfurecida; el pelinegro río cuando Firts le aviso que Jen por fin había terminado la llamada.

Para su desgracia Pineare había llamado dos semanas antes avisándole que no podía regresar en la fecha acordada, su abuela que no había asistido a la boda por su edad avanzada había sido ingresada al hospital de urgencias por algunos problemas cardíacos y ella como buena nieta quería estar a su lado cuidándola hasta que llegara su momento, ya que los diagnósticos no eran alentadores.

Con un suspiro el había entendido sus motivos y por eso había aprobado que se tomará sus vacaciones, alargando la estancia de Firts como su asistente, el cual al oir la petición del pelinegro se emocionó porque iba a estar tres semanas más cubriendo el puesto de Pineare, estaba seguro que esa alegría se debía a que iba a ver por más tiempo a su esposo para coquetearle , lástima que no lo pudiera despedirlo por ello ya que no lo hacía explícitamente, y si lo despedia podía ser demandado por despido injustificado.

El día de la fiesta Gulf había llamado a su estilista James, el cual había llegado desde horas del mediodia con su equipo, había programado un día de Spa en casa para él y Lamai que estaba disfrutando de todas las atenciones, el hombre no solo era el encargado del arreglo del cabello y su piel sino que también se había encargado escoger la vestimenta que usaría la familia Suppasit ese día.

El hombre tenía en su mente el concepto que quería darles para ese día, ellos eran una pareja que ocupaban altos cargos en sus respectivas empresas , eran una pareja que imponían autoridad pero que tenían una linda saltarina niña que los acompañaría haciéndolos más humanos , quería dar la imagen de la familia perfecta los dos padres y su consentida hija.


Una vez que estuvieron listos le colocó un abrigo a la niña y se fueron hacia el auto listos para ir a la fiesta, en el trayecto iban escuchando villancicos, los cuales su hermosa pequeña empezó a cantar deleitando a Mew y Gulf con su dulce voz, al llegar al hotel donde se estaría llevando a cabo la recepción un fotógrafo se encargo de inmortalizar el momento, su primera fiesta navideña en familia.

El pelinegro tenía un álbum especial en donde guardaba con especial cariño las fotos navideñas, allí se encontraban las que utilizaban para sus tarjetas navideñas y por supuesto las de las fiestas a la que asistían, estás últimas se caracterizaba porque cuando llegaban y posaban para los diferentes fotógrafos Mew siempre lo abrazaba por la cintura y colocaba una gran sonrisa demostrando lo enamorado que estaba, pero ahora tenían a su hermosa niña agarrada de sus manos dando una gran sonrisa a la cámara, ninguno dijo nada pero ambos pensaron que esa se convertiría en su fotografía favorita.

Al entrar Mew saludo a sus compañeros de trabajo e inversionistas de la disquera, también estaban alguno de los artistas que habían firmado y que se esperaba que amenizará la velada, por su parte Gulf solo le sonreía a todos y se mezclo con las esposas y donceles escuchando sus conversaciones a medias, con los años había aprendido que asentir en el momento indicado hacia que pensaran que les estaba prestando atención cuando hablaban de sus difíciles vidas.

La llegada de Santa fue recibida con alegría por todos los niños en especial por Lamai que emocionada quería una foto con él y la oportunidad de recordarle cuál era su lista de regalos.

-Sabia que ustedes no podían ser tan fríos como siempre los veia- le dijo una mujer al pelinegro cuando se acercó con su hijo que también quería hablar con Santa -Su hija es encantadora, puedo entender que la querían solo para ustedes.

-No pueden culparme soy un papi muy celoso- respondió Gulf sin corregir su error al pensar que era su hija biológica.

-Es muy parecida a tu esposo pero con tu color de pelo, aunque creo que en su actitud es donde más se te parece- prosiguio la mujer hablando de Lamai.

-Asi es una combinación perfecta de ambos- le respondió con una sonrisa viendo como su pequeña enumeraba con sus pequeños deditos todos los regalos que había pedido, lo que no sabía es que no debía preocuparse por recordarselos cuando ya ellos los habían comprado todos y los tenían escondidos en la oficina de la casa.

Después de una amena noche en donde se divirtieron mucho regresaron a casa y el pelinegro se encargo de llevar a la pequeña a su habitación ayudándola a quitarse el vestido y colocarle su pijama dejándola lista para que se fuera dormir.

-Que tengas una buena noche ya es hora de dormir- beso su frente arropandola con la cobija.

-Pero yo quiero esperar a Santa.

-No señorita, sino te duermes Santa no vendrá... El espera que todos los niños estén dormidos para poder aparecer en sus casas, mañana cuando despiertes tendrás todos tus regalos debajo del árbol de Navidad.

-¿Crees que me traiga todo lo que pedí?

-Por supuesto fuiste una niña buena- le beso nuevamente la frente.

-¿Y tú qué le pediste a Santa papi?

-Nada porque el ya no me trae regalos por ser un adulto, ahora deberías dejar de hacer tantas preguntas y dormirte para que pueda venir a traer todo lo que pediste.

-Pero...

-Nada de peros, a dormir de una vez.

-Esta bien, te quiero papi.

-Yo también te quiero mucho hermosa.

Gulf se quedó con ella hasta que por fin se quedó dormida, después de cerrar la puerta se fue a su habitación para esta vez tener su turno de ser sorprendido, pues Mew lo esperaba vistiendo solo unos pantalones rojos, unas botas negras y un gorro de Santa.

-¿Has sido un buen niño este año Señor Suppasit?- le pregunto con una sonrisa pícara el castaño sabiendo lo que había provocado en su Bii.

Y está demás decir lo que pasó esa noche, porque se entregaron como cada vez que tenían la oportunidad de estar juntos y celebrar una ocasión especial, era ya la madrugada cuando terminaron con sus actividades nocturnas y con un poco de cansancio se levantaron de la cama para ir a colocar los regalos de Lamai bajo el árbol, en caso de que la niña despertara primero que ellos al día siguiente.

-¡Es Navidad!, ¡Santa si vino y me trajo muchos regalos!- exclamó emocionada Lamai tratando de despertar a sus papis que no querían salir de la cama -¡Levántense quiero abrir los obsequios!

Ambos se levantaron con mucho pesar de su cómoda cama y bajaron a la sala, en donde una impaciente Lamai daba saltitos de felicidad porque nunca en su corta vida Santa le había dejado tantos regalos.

-¿Cuál vas abrir primero?- le pregunto Mew sentándose al lado de Gulf en el sofá.

Ella vio la pila de cajas y no sabía por dónde empezar así que tomo la más cercana y al abrirla se encontró con la más reciente versión de la muñeca Barbie, la cual abrió son muchas ceremonias rompiendo la caja y gritando de felicidad.

Una hora después la pequeña había abierto todos sus obsequios y la sala era un reguero de papel de regalos y cajas de juguetes esparcidas por todo el piso, en ese momento Mew era el encargado de cuidar a dos muñecas gemelas mientras que Lamai le colocaba nombre a sus nuevas adquisiciones, mientras Gulf estaba en la cocina preparando algo de chocolate y galletas para el desayuno.

-Papá, por fin Santa me ha traído el auto de Barbie- le dijo con una sonrisa mientras acomodaba a la muñeca Lulu y a Uniqua en el asiento de copiloto- Yo se lo había pedido a Santa desde que tenía tres, pero Thorn siempre me decía que muchas veces los duendes no podían fabricar todos los juguetes, pero esta vez si me lo trajo.

-Asi está vez si lo trajo y años anteriores te traia otros juguetes con los que te divertidas mucho.

-Siii, en las navidades pasadas Thorn era el que me despertaba y jugaba conmigo con todo lo que Santa me había traído, era muy divertido, pasábamos todo el día juntos hasta que teníamos que ir a casa de los abuelos y por la noche yo esperaba ansiosa que ustedes fueran con el regalo que me había dejado aquí.

La Navidad era la única festividad en la cual Thorn se esforzaba para que su hija fuera feliz, consiguiendo lindos obsequios para que Santa le dejara, eso era lo único que Mew admiraba de su hermano y Kanya después de saber todas las cosas que habían hecho, ellos trataban de darle el mejor momento a la niña en la época navideña.

Gulf regreso de la cocina cargado con las tres tasas de chocolate y las galletas, la dejo en la mesa de centro y se acurrucó con su esposo en el sofá observando como su pequeña se divertía con sus nuevos juguetes, rezando para que el agradable momento se extendiera por algunas horas, hasta que vinieran los demás a invadir su casa.

La niña estaba correteando por la sala con una pelota hasta que está se metió debajo del árbol, al ir a buscarla se encontró con una caja alargada que llevaba el nombre de uno de sus papás.

-Mira lo que encontré es un regalo para ti- le entrego la misteriosa caja al castaño.

Este la tomo extrañado sin saber de qué se trataba ya que Gulf y él ya habían intercambiado sus regalos la noche anterior, al abrirla estaba vacía, haciendo que Lamai frunciera el ceño por el.

-¿Dónde está el regalo?- pregunto la niña inflando sus cachetes.

-Quizas a Santa y los duendes se les olvidó meterlo en la caja- contesto Gulf encogiendose de hombros para luego hacerles la señal de que se quedarán en silencio -¿Han oído ese ruido?

-Yo no escucho nada amor.

-Yo si escucho algo pero es muy débil- dijo el pelinegro prestando atención a lo que fuera que estaba escuchando.

-Yo tampoco escucho nada papi- ladeó la cabeza Lamai.

-Si hay un sonido, esperenme aquí iré a ver qué es.

-Mejor quédate y dime de donde proviene y yo voy- intervino el castaño no queriendo que su esposo se alejara.

-No, iré yo porque tú no escuchas nada y no sabrás que estás buscando- se puedo de pie y se fue en dirección de la cocina dejando a Mew y a Lamai sin entender nada.

-Papá yo no escucho nada, seguro es la imaginación de papi- hablo ella sentándose en sus piernas.

Y antes de que el pudiera responderle algo el pelinegro regreso de la cocina provocando que abrieran sus ojos enormemente, allí entre sus manos llevaba un hermoso perrito que tanto habían pedido.


-¡Papá tenemos nuestro perrito!- exclamó emocionada Lamai.

-Asi es hermosa- le contesto Mew acariciando al perrito detrás de las orejas, para luego dejarlo ir con la niña que quería presentarlo con todos sus juguetes.

-Te amo- le dijo el castaño a su esposo besando sus labios.

-Lo se, y no tienes que agradecerme nada después de todo fue tu regalo de parte de Santa.

-Pero yo quiero agradecerte- le dijo en tono bajo y moviendo su ceja sugerentemente.

-¿No te vasto con lo de anoche? - le pregunto Gulf alzando una ceja.

-No, para mí nunca es suficiente, yo siempre quiero hacerte el amor- le susurro al oído su respuesta Mew.

Ambos se pararon cuando Lamai comenzó a gritar que el perrito quería hacer pipi sobre la alfombra, el castaño actuó rápidamente tomándolo para llevarlo al jardín sin notar el caminito de orine que estaba dejando en su huida, haciendo que Gulf riera de ello.

En eso el teléfono del castaño comenzó a sonar con una llamada entrante, al Gulf ver las pantalla vio un número privado, pero no sé extraño de ello a veces la jefa de él aparecía de esa forma, así que no vio ningún problema en contestar.

-Alo- contesto esperando oir la voz de la mujer.

-Buenos días, ¿Se encuentra el señor Suppasit?- hablo una voz femenina y no era precisamente la de su jefa.

-¿Para que lo necesita?

-Es un asunto privado señor...

-Suppasit, soy su esposo... Puede darme el mensaje y con mucho gusto se lo haré llegar.

-Llamare en otro momento gracias.-colgo repentinamente la mujer.

Mew regreso unos minutos después notando el ceño fruncido del pelinegro que tenía su celular en la mano.

-Ya escogí un nombre papi, se llamará Chopper- interrumpió el choque de miradas la niña.

-Es un lindo nombre porque no vamos a ver si Santa también le dejo comida en la alacena a Chopper- le dijo Gulf.

Lamai se adelantó y comenzó a caminar a la cocina, mientras tanto Gulf le entrego el celular con más fuerza de la necesaria a su dueño.

-Bii...

-Ningun Bii, te pase lo de la llamada a media noche, que tú jefa no supiera en qué hotel te estabas quedando, que tu teléfono siempre me mandara a buzón cuando te llamaba, pero esto no Mew, así que ve preparando una buena explicación para cuándo la niña se vaya a la cama- le dijo en voz baja conteniendo su rabia, para luego irse también a la cocina.

Dejando atrás a Mew mirando la pantalla de su celular, maldiciendo a la persona que había llamado y había logrado que su esposo se molestará con el precisamente el día de Navidad.

Bueno Mew se acaba de meter en un aprieto esperemos que su explicación sea muy buena.


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