Capitulo 25
Las vacaciones de Lamai habían terminado y había demasiado pronto según ella, iba extrañar levantarse tarde todos los días, pasar el día jugando, viendo televisión sin hacer tareas; pero a pesar de que dejaría las comodidades de su casa estaba emocionada por ir a la escuela y encontrarse nuevamente con sus amigas.
Mew y Gulf la habían llevado a comprar sus útiles escolares, ellos la habían dejado escoger cada una de sus cosas siempre y cuando estuvieran dentro de la lista que le había dado el colegio, por eso ahora estaba con su nuevo uniforme dejándose peinar por el pelinegro que había mejorado mucho a la hora de arreglar su cabello.
-Ya estás lista- le dijo Gulf alejándose para admirar su obra le había hecho una perfecta coleta adornada con un lazo azul que hacía juego con su uniforme -¿Estás emocionada?
-Mucho, ya soy una niña grande.
-Por supuesto que era una niña grande, vamos a desayunar.
Esa niña que decía ser grande a la hora de su desayuno tuvo que utilizar un delantal que había conseguido Mirian para que no se ensuciara el uniforme, porque por más que ella decía que era grande aún gran parte de su comida terminaba en su ropa.
Después que terminó de comer la pequeña se fue con su niñera a lavarse los dientes, bajo la atenta mirada de la pareja y fue entonces cuando Mew dijo:
-¿Porque no contratamos tutores y la educamos en casa?, Aquí estaría más segura y con una educación personalizada aprendería más.
-¡Hay amor!, ¿Que voy hacer contigo?- nego Gulf viendo al celoso de su esposo -A mi no me engañas, tu no estás interesado en su educación, a ti lo que te preocupa es que algún niño se le acerque a nuestra pequeña por lo bonita que está, deja de pensar en tonterías ella todavía está chiquita para estar pensando en novios.
-¡Pero es que la dejaste usar brillo de labios!- exclamó él castaño con un puchero.
-¡Eso no es brillo de labios!, Solo es un bálsamo que vio cuando me lo aplicaba y me pidió que le colocara también, además cuando regrese ya no tendrá nada porque se lavo, deja de ser un papá celoso y comportate- lo regaño Gulf divertido.
-Entonces vas a tener que dejar de usar ese bálsamo, para que no te pida usarlo.
-¡MEW!, No seas así, que tú también usas.
-Pero a mi no me pide que le ponga también...
-Estoy lista, ¿Ya nos vamos?- interrumpió Lamai y tal como Gulf había dicho ya no había ningún rastro del bálsamo.
-Claro que si ya nos podemos ir- le dijo feliz el castaño al ver qué su esposo había tenido razón y ya no había ningún rastro de brillo en los pequeños labios de su niña.
Lamai solo sonrió ignorando lo que estaba pasando por la cabeza de Mew, por su parte Gulf solo rodó los ojos sabiendo que su esposo a veces podía ser todo un exagerado, así sin más salieron para que el pelinegro la ayudara a subir al auto y colocara su mochila al lado, ese día ambos la llevarían a su primer día de clases y por eso se iban a ir todos juntos en el mismo auto.
Cuando iban a mitad de camino la niña lo llamo: -Gulf...
-¿Que pasa hermosa?- se giro para poder verla.
-Creo que me duele mi barriguita.
El pelinegro solo río y tomo su mano para tranquilizarla -Seguro que son nervios de primer día cariño, estás muy emocionada y al parecer tu pancita también.
-¿Tu crees?
-Por supuesto, tu barriguita está emocionada porque cambiarás de salón y en el almuerzo te sentaras con los niños grandes en la cafetería.
La niña se quedó más tranquila y le regaló una sonrisa para dedicarse a ver el paisaje; llegaron al colegio y Mew se estacionó lo más cerca posible de las puertas, se bajó y ayudo a Lamai a salir del auto para luego Gulf colocarle la mochila en la espalda.
-Tengo algo para ti- le dijo Gulf poniéndose a su altura.
-¿Que es?
-Cuando yo tuve mi primer día de clases, mi papi Bass me hizo un regalo y yo quiero hacerte uno igual- le mostró Gulf una cajita que contenía una cadena con un dije de la mitad de un corazón.
-Es muy bonito Gulf- mientras dejaba que se lo colocara alrededor de su cuello.
-Me alegro que te guste, ahora sabrás que parte de mi estará contigo en cada momento del día.
La niña abrió mucho sus ojos cuando se dio cuenta que él pelinegro tenía una igual alrededor de su cuello, y que al unirlas formaban un corazón completo.
-Te prometo que la cuidare mucho mucho- le dijo Lamai mientras lo abrazaba feliz.
-Se que lo haras hermosa- le acaricio su cabello.
El pelinegro se puso de pie y la tomo de la mano con Mew tomando la otra, para caminar a la puerta del colegio; aunque Gulf sentía un poco de nostalgia, en su caja fuerte aún estaba guardada una cadena igual con el nombre de Alexander, un corazón que no tuvo la oportunidad de entregar porque no estuvo allí para su primer día de clases.
-Estaremos esperándote en casa cuando vuelvas- se despidió Gulf.
-Asi es hermosa te estaremos esperando, recuerda hacerme un dibujo y diviértete aprendiendo con tus amigos- la abrazo Mew despidiéndose nuevamente no quería dejarla ir.
-Les prometo que me portare bien y me divertire mucho, los quiero- les dijo Lamai con una sonrisa.
-Y nosotros a ti- susurro Gulf viendo como se perdía la pequeña por las puertas junto a su nueva maestra.
El castaño lo abrazo por la cintura consolandolo compartiendo el mismo sentimiento, ambos estaban algo melancólicos por ver a su niña regresar a la escuela, ya se habían acostumbrado a tenerla en casa e ir todos los días a comer con ella o que los llamara a mitad de mañana a sus trabajos solo para saludarlos y decirles que los extrañaba mucho, sin más que hacer allí se fueron al auto para ir al trabajo.
Gulf se encontraba en su oficina revisando unos documentos que le había enviado Jackson marcados como urgentes, cuando Pineare le aviso que su papá quería verlo; minimizó la pestaña de la hoja de calculo que estaba estudiando, para ver entrar a Bass en su oficina y por su apariencia podía deducir que había estado en provincia, las marcas de mosquitos en su cuello y brazos se lo revelaba.
-Papá, ¡que sorpresa! tenías tiempo que no venías a mi trabajo- lo saludo el pelinegro con una sonrisa.
-Lo se cariño, pero me tienes abandonado no me has llamado últimamente- le reprochó mientras se sentaba en la silla que estaba frente del escritorio.
-Tu tampoco lo has hecho, pensé que tú nuevo prometido te tenía ocupado -Le respondió con un puchero Gulf, en presencia de su papá se volvía todo un niño consentido.
-¡Oh no! Nada de eso, cancele ese matrimonio... El era muy serio para mí, no iba a funcionar- le resto importancia a su reciente ruptura.
-Bien si tú eres feliz yo soy feliz, pero se que no estás aquí por una visita social ¿Que quieres papá?
-No serías mi hijo si no fueras tan perpizcas y no fueras al grano.
-Papá...
-Esta bien te diré, estuve en casa de tu padre- le dijo mientras se acomodaba mejor en la silla.
-¿Que hacías allá?
-Ya sabes lo de siempre, montar los cerdos en el camión, llevarlos al matadero, cocinar para todo un batallón de personas, lo típico que hago cada vez que voy.
-¡Papá!, Déja de hacerte el gracioso y dime ¿a qué has venido?
-Si fue gracioso, pero bien a lo que vine... Hablé con Sunan y me dijo que no le contestas las llamadas.
-Papá...
-Yo sé que estás molesto, yo también lo estoy, pero creo que deberías contestarle el teléfono él sigue siendo tu padre- lo interrumpió Bass.
-¿Para que le contesto? Para seguir escuchando sus ideas arcaicas.
-No, para escuchar lo que te tiene que decir.
Gulf solo negó con la cabeza, no quería escuchar nada que tuviera que ver con su padre ya bastante había oído de su boca cuando expreso su opinión sobre Lamai y hace cuatro años cuando hablo de su pequeño pingüinito.
-Tu tienes que estar de mi lado, no decirme que hable con él... Sabes que dijo muchas cosas que hirieron mis sentimientos.
-Y estoy de tu lado, pero también tengo que aconsejarte... Se que te crie para que fueras independiente y tomarás tus propias decisiones, pero en este caso ignorar a Sunan no sirve de nada, tienes que enfrentarlo.
-¿Y eso lo voy hacer contestando una llamada?, Papá si lo ignoro es porque no quiero seguir oyendo el mismo cuento de nunca acabar, Sunan no va a cambiar...
-¡Eso no lo sabes!, Es por eso que tienes contestarle.
-¿Que sabes papá?- lo miro con sospecha Gulf.
-Yo no se nada, solo sé que deberías darle una oportunidad después de todo es tu padre, Gulf por más terco que sea Sunan el no quiere volver a perderte, ya le bastaron 4 años de silencio.
-Como si yo alguna vez le hubiese importado...
-Claro que le importas, eres su hijo menor; Sunan es un hombre chapado a la antigua que no reconoce que le afecta que tú le dejes de hablar.... Él creyó que fuiste al rancho porque querías tenerlo cerca nuevamente.
-Pues yo no lo quiero cerca, si sigue con sus pensamientos arcaicos... Y sobre todo porque se alegro de que mi niño ya no estuviera conmigo...
-Pero es que tu tampoco le explicaste nada- hablo frustrado Bass - Eso lo he estado haciendo yo todo esté tiempo, ellos son tu familia y yo quiero que estés bien con ellos, tus hermanos no quieren que dejes de ir, tus cuñadas también quieren que vuelvas, sin contar que las niñas no dejan de preguntar por Lamai, hace años me quedé callado y no dije nada cuando Sunan dijo todo aquello de Alexander... Deje que las cosas se quedarán así y que tú relación con Sunan se deteriorará... Pero ahora no me puedo quedar callado y por ello estoy tratando de arreglar las cosas.
-¿Y lo lograste?- pregunto escéptico Gulf que no que creía que su padre pudiera entrar en razón.
-Lo estoy intentando, pero no puedo hacerlo todo yo... Solo te pido que contestes el teléfono la próxima vez que te llame y escuches lo que te tenga que decir.
Gulf suspiro no había manera de negarle esa petición a su papá, él nunca había podido decirle no a Bass, era a una de las pocas personas que respetaba y como no hacerlo si se había convertido en su única familia mientras crecía, el nunca se sintió a gusto en la granja, no se sentía bienvenido y mucha de esa culpa la tuvo su padre, porque Sari se portaba cordial con él en cada una de sus visitas.
-Lo pensaré- dijo por fin suspirando -Pero no prometo nada.
-Esta bien con eso me conformó, mi trabajo aquí está hecho me voy a ir a la casa, te espero allá, necesito agendar una cita en un spa urgente, no me favorece pasar tanto tiempo en provincia ya esa no es mi vida- hablo Bass levantándose del asiento mientras le mostraba las picaduras de zancudos en su piel.
Gulf asintió y le dio un beso en la mejilla, para que después Bass saliera de la oficina, dejandolo completamente frustrado, el no pensaría nada, no iba hablar con su padre esa era una decisión tomada, solo le dijo eso a Bass para que dejara de insistir.
En la tarde Mew paso por Gulf media hora antes de que la pequeña saliera del colegio, en el trayecto el pelinegro le fue contando sobre la visita de su papá y le avisaba que lo tendrían de visita en la casa por algunos días.
-Amor, sabes que yo te apoyo en cualquier decisión que tomes... Tu eres el único que puede decidir que hacer.
Eso era lo que le encantaba de su esposo, el siempre estába allí aunque sus decisiones no fueran tan acertadas, lo apoyaba en todo y por ello se había movido de su asiento cuando se pararon en un semáforo en rojo para darle un pequeño beso en los labios, en forma de agradecimiento.
El resto del viaje lo hicieron en silencio, pero al llegar a casa Mew tuvo que salir corriendo para poner a cargar su teléfono que estaba a punto de morir, muchas veces le había dicho que comparara un cargador para el auto pero nunca le hacía caso y por eso siempre le pasaban cosas como esa.
El se quedó afuera ya faltaba poco para que llegara el autobús, vio a su vecina salir de la casa y la saludo desde lejos para después escuchar el sonido del motor acercándose, el transporte estaba justo a tiempo, se estacionó en frente de su casa y los primeros en bajar fueron los vecinos, seguidos de Lamai que salto desde el último escalón del autobús.
Lamai estaba tranquila y cuando vio que Gulf la esperaba en las afueras de la casa camino hacia él con una sonrisa; el pelinegro frunció el ceño algo estaba mal con su energética pequeña, tenía una sonrisa en su rostro como de costumbre, pero faltaba la chispa que la caracterizaba, esa energía vibrante que la hacía saltar de alegría, algo le había pasado y no tenía la menor idea de que podría ser.
-Hola hermosa ¿Cómo estuvo tu primer día de clases siendo una niña grande?- la saludo con una sonrisa.
-Estuvo bien- le contesto abrazándolo de la cintura para luego preguntar -¿En donde está Mew?
-Esta dentro de la casa
Lamai asíntio y tomo su mano para caminar hacia la casa, iba tranquila sin el caminar saltarin que acostumbraba a tener, ya Gulf se estaba preocupando no creia que su primer dia de clases la hubiese cansado tanto para que estuviera tan apagada; y asi lo noto Mew tambien que la miraba extrañado, la niña estaba acurrucada a su pecho después de correr hacia él, creia que como siempre iba a comenzar una divertida conversación contándole todo lo que había hecho ese dia, pero no fue asi estaba tranquila escuchando sus latidos del corazon mientras jugaba con los botones de su camisa.
-¿Ocurre algo preciosa?- pregunto acariciando su espalda.
-No- fue la simple respuesta de la niña.
-¿Segura?, estas muy callada y eso no es muy normal en ti.
-Si, solo tuve un dia muy largo- le respondió ella en voz baja.
-¿En serio?, ¿y que hiciste en tu largo dia?- pregunto ahora Gulf sentandose junto a ellos.
La pequeña lo miro mordiendo sus labios como pensando que debía decir para finalmente hablar: -Mi maestra es muy divertida, hoy jugamos mucho, no hicimos casi tarea, ella dijo que hoy era un dia para conocernos, hay tres niños y una niña que son nuevos en mi grupo.
-Eso esta muy bien preciosa, ¿que mas hiciste hoy?- volvio a preguntar el pelinegro queriendo sacarle mas palabras, no le gustaba verla apagada.
Y con ello la niña poco a poco comenzó a decirles mas cosas, apareciendo por fin la divertida e hiperactiva niña a la que estaban acostumbrados; al rato Mirian fue a buscarla para que se fuera a cambiar el uniforme, se fue con ella dando saltos mientras subía las escaleras para luego bajar completamente cambiada lista para la cena, al llegar a la sala se encontró con una sorpresa.
-¡Abue Bass!, ¿Que haces aqui?- lo abrazo emocionada diciéndole como él le había pedido.
-Quería verte en tu primer dia de clases, ¿ya tienes novio?
-Noooo, Gulf dice que todavía soy muy pequeña para eso y Mew dice que yo no puedo tener novio porque yo soy su bebé.
Bass solo se rio de los celosos que eran su hijo y Mew para luego caminar con Lamai hacia la cocina, alli ya estaba la pareja sentados en la mesa esperando para empezar a cenar en familia.
Una vez terminada la comida Gulf le dio permiso a la pequeña para que viera algunas caricaturas en compañía de su abue.
-Abue Bass- lo llamo Lamai en voz baja.
-¿Que pasa hermosa?- le respondió apartando su vista de la revista que estaba leyendo.
-¿Crees que la mamá de Gulf este enojada porque tu seas como su mamá y te llame papá?
-¿Porque la pregunta?
-Porque hace algunos dias fui al cementerio con la Abue Kulap a llevarle flores a Thorn y Kanya y me dijo que no estaba bien que los llamara por su nombre.
Bass solo asíntio a lo que le estaba diciendo, porque en realidad no entendía que era lo que quería la niña con esa conversación, pero no tuvo oportunidad de comentar nada porque Lamai siguió hablando.
-Yo hice un dibujo para que lo pusiéramos junto a las flores, la abuela me pregunto porque había puesto sus nombres en vez de mamá y papá.
-¿Que le contestaste?
-Que yo no había querido, entonces ella dijo que estaba mal y que debía llamarlos como se debía... pero yo no quiero hacerlo.
-Entonces no lo hagas, si tu corazón te dice que no los llames mamá y papá no tienes porque hacerlo.
-¿El corazón de Gulf le dijo cuando debía llamarte papá también?
-Yo cuide de Gulf desde que era un bebé, la única figura paterna que conoce es a mi, lo que sabe de Tida son historias que yo le conté por eso le tiene mucho cariño, con su padre Sunan ocurre algo parecido el no vivió con él pero sabe que es su padre y por eso a veces tambien lo llama por su nombre, lo único que te puedo decir es que hagas lo que tu corazon quiere, sino te nace decirles mamá y papá no lo hagas, pero si recuerdalos con mucho cariño porque ellos te querian mucho, no importa como se hayan portado ellos siempre van a ser tus padres.
Lamai solo asíntio con gesto pensativo para luego preguntar: -¿Puedo llamar a alguien más papás?
-Puedes llamar a quien quieras, como quieras siempre y cuando no sean palabras ofensivas, si llamar a alguien más papás te hace feliz puedes hacerlo sin ningún problema.
Dos horas más tarde Gulf estaba en la habitación principal listo para dormirse, estaba deseando descansar de un día agitado de trabajo pero Mew no se la ponía fácil, estaba tratando de ignorar con las pocas fuerzas que le quedaban el pecho desnudo de su esposo que se paseaba solamente en bóxer alrededor de la habitación.
El castaño sabía que su Bii estaba cansado, pero le gustaba hacer ese juego en donde lo calentaba para terminar en una noche de apasionado sexo, pero antes de que pudiera decir algo sobre el rostro sonrojado que le estaba mostrando Gulf en ese momento, los golpes en la puerta de la habitación los alertaron; se tuvo que poner rápidamente los pantalones del pijama, para luego abrir encontrándose con una llorosa Lamai con los ojos hinchados sosteniendo a su muñeca Lulu.
La tomo en brazos tratando de calmar su llanto, para ir a sentarse en la cama junto a Gulf que se había despertado de su letargo rápidamente y los estaba esperando sentado para unirse en el abrazo a su pequeña.
-¿Que tienes hermosa? ¿Tuviste una pesadilla?- le pregunto acariciando sus cabellos.
Lamai solo negó separándose del pecho de Mew.
-¿Entonces porque lloras?- volvió a preguntar Gulf preocupado.
Ella solo se mordió sus labios y se volvió a recostar en el pecho de Mew, escondiendo su cara para luego con un murmullo decir:
-Hoy vi a Pami, la mujer que me cuidaba cuando él hombre iba por Kanya y Thorn...
-¿Cómo que la viste?, ¿En donde Lamai?- pregunto exaltado el pelinegro.
-Esta afuera de la escuela- sollozo la niña -Ella grito mi nombre y me dijo que me llevaría con ella, el guardia la siguió cuando la vio, pero ella corrió muy rápido y el señor no la alcanzó.
-Ella no puede hacerte daño, Gulf y yo no permitiremos que se acerque o te aleje de nuestro lado- trato de tranquilizarla Mew, maldiciendo a la escuela por no avisarles de ese incidente, ahora sabían la razón de porque su pequeña estaba apagada cuando llegó.
-Yo sé que ustedes me protejeran son mis príncipes azules, que siempre van a estar allí para mi.
-Claro que si princesa, nosotros no permitiremos que te pase algo- estuvo de acuerdo Gulf.
Que estaba dividido entre la rabia de lo sucedido y la ternura de Lamai, que sabía que ellos siempre estarían para ella y la protegería; pero su rabia estaba hirviendo a fuego lento esa mujer se había atrevido a acercarse a su hermosa niña, no había denunciado el asalto, pero esta falta no se iba a quedar así y el conocía la persona perfecta que lo ayudaría.
Pero salió de sus pensamientos al ver cómo Lamai jugaba con sus manitos en símbolo de nerviosismo, ambos esperaron pacientemente a que ella les dijera lo que la tenía tan tensa aún.
-¿Puedo preguntarles algo?
-Por supuesto cariño, tu nos puedes preguntar lo que sea- la ánimo Mew.
-¿Serían mis nuevos papis?
Mew y Gulf se esperaron todo menos esa pregunta, solo se miraron el uno al otro sin saber que decir ¿Porque Lamai había tomado la decisión de preguntarles algo como eso? Estaban muy sorprendidos.
El silencio se había extendido unos minutos más, ninguno decía nada ni siquiera se habían movido de sus sitios, eran demasiadas emociones juntas, tantos recuerdos y esperanzas venían a sus mentes, anhelos y sueños no cumplidos todo se estaba juntando en ese preciso momento.
Lo que para muchos serían unas simples palabras que escuchaban día a día, para ellos significaban un mundo; habían sido padres de Lamai durante sus primeros meses de vida para luego verla marchar en los brazos de Thorn.
También fueron padres de Alexander durante tan solo cuatro meses, tiempo que jamás olvidarían, pero que aún les hacía daño recordar cómo ese hermoso niño les decía papás cada dos por tres para tener su absoluta atención.
A la mente de Gulf llegó el recuerdo de la primera vez que Alexander le había dicho papi, sucedió tan solo dos días después de haber comenzado a vivir con ellos, era la cosita más tierna que había conocido y con sus ojos brillantes le había dicho: "Papi, quelo más leche con pocholate, si papi pofis", el solo había reprimido sus lágrimas y lo había cargado para llenarlo de muchos besos, ese momento fue uno de los más felices de su vida.
Mew también estaba haciendo un viaje al pasado en su mente, el también recordaba a su hermoso pingüino con amor, sobre todo la vez que comenzó a correr por toda la habitación completamente desnudo, en ese momento lo único que podía pensar era que su amado esposo lo mataría si Alexander se enfermaba por estar sin ropa o peor aún si se resbalaba o golpeaba por no llevar medias, pero el se había quedado congelado cuando le dijo: "Quelo ponelme la de pingüino Papá, esa papá, yo quelo esa" señalando una de las opciones de camisa que tenía para él.
En aquel momento había cumplido la petición del pequeño con una sonrisa feliz de la vida, porque ese hermoso niño lo considerada su papá.
Luego de la partida de Alexander habían pensado que más nunca iban a escuchar esas palabras dirigidas hacia ellos, es más ni siquiera sabían si estaban listos para escucharlas de nuevo, sin que fuera un terrible recordatorio de lo que tuvieron pero les arrebataron.
Por eso Gulf había sido muy cuidadoso con los métodos anticonceptivos ya que pensó que sería muy doloroso escuchar a otro niño llamándolo papi, aún tenía la esperanza de volver a escuchar esa palabra de cuatro letras de su Alexander; sin embargo, se sentía diferente al oírlas de la boca de Lamai, le provocaba un sentimiento diferente.
-Hermosa, ¿Porque quieres que seamos tus nuevos papis?- rompió por fin el silencio Mew.
-Porque lo siento en mi corazón- contesto llevando sus manos a su corazón -El abue Bass dijo que si mi corazón lo sentía estaba bien, así como Gulf siente que él es su papá, como Alexander sentía que ustedes eran sus papis... Yo también los siento míos, yo siento que ustedes son mis papás- terminó su declaración con algunas lágrimas en sus ojos.
-Entonces... Yo no iré en contra de tu corazón, yo seré lo que tú quieras que sea- le dijo Mew besando su cabeza.
Lamai se abrazo a él feliz de que hubiese aceptado su petición, pero Gulf no había dicho nada aún y la pequeña temía que le dijera que no quería ser su papi.
-Les prometo que seré una niña buena, no causare ninguna molestia- comenzó a decir con la voz quebrada tratando de convencer al pelinegro -No haré travesuras y ...
La interrumpió Gulf tomando su rostro para que lo mirara -No quiero que cambies nada de ti, eres perfecta tal como eres ahora- le limpio las lágrimas -Quiero que sepas que me siento muy honrado de que quieras que sea tu papi, tu eres mi hermosa niña desde que naciste, yo te he amado desde que eras una cosita chiquita que estaba luchando por su vida, te quiero tanto que me dolió mucho cuánto te fuiste, siempre has ocupado un puesto en mi corazón.
Mew aflojó su agarre en la niña y dejo que su esposo pudiera sostenerla y fundirse en un apretado abrazo.
-Te amo papi- le dijo Lamai dándole un beso en la mejilla.
-Yo te amo más mi hermosa niña.
El pelinegro sentía sus propias lágrimas resbalar por sus mejillas, por el recuerdo de Alexander trataría de hacer feliz a Lamai, le habían arrebatado a su pequeño pingüinito, pero nada ni nadie les quitaría a Lamai.
Mew acaricio las mejillas de su esposo, asegurándole con ese gesto que las cosas irían bien, tener a su pequeña niña con ellos era tan solo una parte de la felicidad que les esperaba.
-Señorita, creo que es ya es demasiado tarde para que todavía estés despierta.... Mañana hay colegio y tienes que levantarte temprano- le dijo Gulf mirando la hora en el reloj ya eran más de las diez de la noche.
-¿Puedo dormir con ustedes?
-Claro preciosa- le respondió el castaño con una sonrisa.
Lamai se acomodo en medio de la cama dispuesta a dormir junto a sus nuevos papis, tuvo mucho miedo cuando vio a Pami a lo lejos, sabía que Kanya y Thorn estaban en el cielo como le dijo su abuelita Kulap, pero igual había temido que la mujer se la llevará de regreso al sucio departamento y la alejara de Mew y Gulf, ellos la amaban y la protegerían de todo, pero ahora que habían aceptado ser sus nuevos papis, ella estaba completamente segura que Pami y Mek no se le acercarián nuevamente.
Por fin la pequeña Lamai les pidió que fueran sus papis 🥰 que tengan un feliz fin de semana.
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