Capitulo 10
El dia que se suponía que Mew iba a estar de viaje, le dieron el día libre en el trabajo, bueno lo dejaron no ir a la oficina porque el día lo paso trabajando desde casa mientras esperaba la llagada de Lamai del colegio, pues su jefa aprovechándose de su nueva condición de padre de familia le había pedido que asistiera por ella a una reunión a la que no quería asistir; la reunión era en la casa de uno de sus inversionistas que valoraba la familia por encima del trabajo.
Cuando la pequeña llegó a casa ya Mirian la estaba esperando, con todo listo para que se fuera con su tío, se la llevó a su habitación donde la baño y le colocó una blusa blanca con una falda roja con lunares blancos, completo el atuendo cepillandole el cabello hasta dejarlo lacio adornandolo con un sencillo cintillo.
Una vez que estuvo lista, la mujer bajo con ella y su muñeca a la sala para esperar que Mew estuviera listo. Sin embargo, la pequeña no estaba lista para sentarse y esperar callada ya que tenía un poco de hambre y así se lo hizo saber a su nueva cuidadora.
-Señorita Mirian, tengo hambre.
-Esta bien, vamos a qué comas un aperitivo aunque vas a salir con tu tío a comer; debes comerte todo lo que te sirvan en el plato, como la niña buena que eres- le indico la mujer con una sonrisa.
-¿Y si me sirven algo que no me gusta como el brócoli?, Eso no me gusta señorita Mirian- puso mala cara la niña al imaginar el color verde de la verdura que tanto aborrece.
-Creo que lo puedes dejar por esta vez, aunque hay que encontrar una manera que los puedas comer, pero hoy si te sirven brócoli lo puedes dejar y comerte todo lo demás ¿De acuerdo?
La pequeña asintió feliz de que no se tuviera que comer el pequeño arbolito, que su mamá le servía cuando quería castigarla por algo que ella no había hecho; fueron a la cocina en donde Mary le sirvió una pequeña porción de pechuga de pollo con puré de papas, no le quisieron dar más para que no estuviera llena a la hora de la cena y para que no se ensuciara Mirian le colocó una servilleta alrededor de su cuello vigilando que no se fuera a manchar ya que a veces seguía siendo un poquito torpe a la hora de llevarse la comida de la boca, no obstante había que reconocer que había mejorado bastante y la mayor parte de la comida quedaba en su estómago.
Media hora después por fin hizo su aparición el castaño después de darle las últimas instrucciones a su reemplazo en el viaje, el hombre vestía informal usando unos pantalones negros, camisa de botones y una chaqueta semi formal, Lamai al verlo pensó que su tío no se había puesto corbata porque no estaba Gulf para ayudarlo con el nudo, como lo había visto haciendo todas las mañanas.
-¿Lista para irnos?- le pregunto a la niña.
-Sip, pero ¿Dónde iremos tío Mew?- pregunto curiosa ya que Mirian no le había dicho nada.
-Vamos a ir a la casa de una persona muy importante de mi trabajo, serás mi acompañante ya que Gulf no está... Necesito que estés en tu mejor comportamiento, que seas la niña dulce y buena que siempre eres- le respondió dándole su mano para que la tomara.
Se fueron hacia la puerta de entrada, no sin antes Lamai decirle adiós a la señorita Mirian y a Mary quienes también le dijeron adiós con su mano, la pequeña se había querer y tenía a todos los que vivian en esa casa envueltos alrededor de sus dedos; Mew la colocó en su silla especial, le puso el cinturón de seguridad a ella y a su muñeca Lulu que también tenía una silla especial, pues Gulf la había comprado como parte de los accesorios de la muñeca el día de su cumpleaños instalandola en su camioneta, que era la que estaba usando en esos instantes ya que su auto deportivo no era acto para llevar a una niña de seis años con el.
La reunión que iba a tener el castaño iba a ser a las afueras de la ciudad, por lo cual sería como una hora de camino para poder trasladarse al lugar, mientras tanto Lamai iba entretenida viendo Masha y el oso en una pantalla que había instalado en la parte trasera de los asientos delanteros.
Cuarenta minutos después ya la niña estaba un poco aburrida así que le dijo a su tío: -¿Podemos llamar a Gulf?
A lo que le castaño asintió, cada vez que Lamai quería hablar con el pelinegro Mew se encargaba de hacerlo posible, ese fue un acuerdo al que llegaron después de leer el informe de la psicóloga infantil del colegio, pero no fue la voz varonil de su adorado esposo quien contesto sino una voz de mujer.
-¿Quién eres?, ¿Porque contestas el teléfono de mi tío?, ¿Dónde está el?, Pásamelo quiero hablar con el- hablo la pequeña rápidamente molesta por no oir la voz de Gulf.
-¡Oh por dios!, Eres igual a Gulf cuando no obtiene lo que quiere aunque no seas su hija te escuchas similar a el... Eres toda una preciosura- hablo la mujer del otro lado de la línea.
Lamai ignorandola volvió a preguntar: -¿Dónde está mi tío Gulf?
-En este momento no te puede atender... Tiene las manos ocupadas- soltó la voz quien no era otra que Yaya con una risita.
-¿En qué?- volvió a preguntar Lamai confundida.
-Creo que deberías de preguntar en quien no en que pequeña- respondió para luego reír histericamente.
Mew que hasta el momento no había pronunciado palabra y agarraba el volante con fuerza estacionó el auto, tomo el teléfono y salió cerrando la puerta, esa era una conversación que los oídos jóvenes no debían escuchar.
-Pásame a Gulf ahora- dijo el hombre molesto.
-Como ya dije está ocupado, está en el escenario con Pineare disfrutando del espectáculo de streaptease en el que estamos.
-Yaya... Pásame a Gulf no me importa en donde esté, ni con quién esté ve a dónde está el y pásamelo...
-No puedo, no sabes lo que me costó para que aceptará acompañar a Pineare, ese marido tuyo es un hueso duro de roer...- esas palabras apaciguaron un poco los celos del castaño, el saber que su esposo se había negado estaba bien en su libro -Le diré que te llame en cuanto baje- prosiguió la mujer.
-Yo lo volveré a llamar luego, en estos momentos voy rumbo a una cena de negocios con Lamai es probable que sea yo el que no pueda contestar, dile que lo llamaré más tarde- le dijo Mew resignado de que no iba hablar con su Bii.
-Mmmm no puedo garantizar que te contesté luego, por si no te diste cuenta aquí es bien entrada la noche y creo que después de aquí caeremos como piedras hemos bebido bastante hoy- se excuso Yaya en nombre de Gulf.
-Esta bien, solo dile que me llame cuando despierte- suspiro el castaño.
-Bien, yo sé lo diré.
Y con eso colgó la llamada volviendo a subir al auto y poniéndose de nuevo en marcha a su destino, aunque no evitó las preguntas curiosas de su sobrina.
-¿En quien tenía ocupadas las manos tío Gulf?
-En nadie, solo estaba divirtiéndose con sus amigas por eso no pudo contestar.
-¿Y podré hablar con el cuando regresemos a casa?
-No lo creo, estaba ocupado pero su amiga Yaya le va decir que nos llame en cuanto pueda, no te preocupes el está bien y cuando menos lo esperes nos estará llamando para hablar contigo.
Mientras tanto en las Vegas Gulf había logrado bajarse del escenario y se sentó al lado de Yaya, un poco desarreglado por lo que le había hecho el stripper al bailarle, y daba gracias por ser hombre y usar pantalón porque si no de le hubiese visto la ropa interior como sucedió con Pineare, aunque dudaba que está estuviera algo avergonzada por ello, aún no podía creer que hubiese rodeado las caderas de otro hombre que no era su marido cuando esté lo levanto por sorpresa, si Mew hubiese visto aquello estaba seguro que se hubiera enfadado y muerto de celos.
-Eso fue excitante- Grito una emocionada Pineare que no había tenido reparos en manosear al hombre que le bailaba -¿Dime así fue tu despedida de soltero Gulf?
-!Oh no!, Yo no tuve despedida de solteros, Mew y yo nos casamos en Hawaii...
-¿Y eso que tiene que ver con que no tuvieras una?- intervino ahora Yaya no entendiendo porque una cosa excluía la otra.
-Es que el y yo nos casamos cuando fuimos a unas vacaciones dos años después de graduarnos de la universidad, me pidio matrimonio en uno de nuestros tantos paseos por la playa, y como comprenderán le dije que si... Los dos llegamos a la conclusión de que no queríamos volver a casa y pasar por el estrés de planear una boda, así que al día siguiente preguntamos en la recepción del hotel que nos recomendaban para una boda sencilla en poco tiempo, llevándonos la sorpresa que ello mismos podían organizarla... Así que terminamos casandonos en una hermosa ceremonia privada en la cima de un acantilado con el mar de fondo, cuando llegamos a Tailandia llevamos nuestros certificados al registro civil para validar nuestro matrimonio en el país y listo estábamos casados... Creo que esa es una de las razones por las que me odia mi suegra.
-¿Entonces tampoco tuviste luna de Miel?- pregunto Pineare desilusionada.
-Por supuesto que tuve, el hotel también nos organizo una escapada de cuatro días en una isla cercana y déjenme decirles fueron los mejores cuatro días de mi viaje- respondió Gulf con una mirada soñadora al recordar aquellos momentos que pasó junto a Mew.
-No lo puedo creer eso fue más romántico de lo que creía que fue tu boda... Conociéndolos siempre pensé que ustedes dos derrocharon glamour en una elegante boda -expreso su sentir Yaya para luego agregar con un tono jocoso -Eso fue hasta más romántico que mi pedida de manos en una cena a la luz de las velas.
El pelinegro solo pudo reír ante esas palabras, porque aunque la mujer había hablado con algo de burla sobre lo romántico de su boda debía confesar que si fue muy hermosa y romántica, los dos vestidos de blanco el sonido de las olas de fondo, el decorado que el hotel había hecho, todo fue perfecto para ellos y no lo cambiaría por nada del mundo.
Ya no podía esperar para volver a los brazos de su marido, y por eso daba gracias a que al día siguiente ya estarían regresado después de un día de Spa en donde ser relajaría y los dejarían como nuevos para volver a sus vidas en Tailandia, después de algunos días de mucha fiesta.
-¿Puedo decirte algo?- le hablo Pineare que estaba un poco ebria mientras caminaban hacia su hotel.
-Por supuesto, puedes decirme cualquier cosa.
-Mi suegra también me odia, aunque no se porque yo no le he dado ningún motivo para que lo haga yo soy la mujer perfecta para su hijo, ella debería sentirse feliz que se va a casar conmigo y no con una caza fortunas hijita de mamá y papá con las que salía antes de mi.
-Te entiendo aunque yo sí sé porque me odia mi suegra, ella cree que yo soy la razón de porque Mew no la visita, además de que no me perdona que no haya estado presente en la boda de su hijo, como si yo lo hubiese planeado todo solo- rodó los ojos el pelinegro al recordar el recibimiento de Kulap al oir la noticia- Con decirte que ni siquiera mi madre se lo tomó tan mal.
-Las suegras definitivamente están locas, creo que ninguna mujer nunca será sufieciente buena para sus hijos- agrego Pineare después de las palabras de su jefe y amigo.
-No creo que sea eso, porque a la mía Samantha y la difunta Kanya eran perfectas para sus hijos y...
No termino su frase Gulf porque algo había captado su atención, no sabía porque había una tienda de esas abierta a esas horas en las Vegas pero no iba a desaprovechar la ocasión, ya que podría comprar algunas cosas que lo ayudarían a qué Lamai estuviera contenta, y es que allí en medio de marcas reconocidas de grandes diseñadores habia una juguetería o más bien una tienda Disney en donde podría comprarle muchos regalos a su sobrina.
Por lo que sin pensarlo mucho le dijo a Pineare que debía entrar que lo esperara unos minutos, para rápidamente perderse tras las coloridas puertas donde fue atendido por una joven chica con orejas de Mickey; dejando a atrás a unas asombradas Pineare y Yaya que solo podían pensar que quien iba a pensar que el mismo hombre que meses atrás era adicto al trabajo, hubiese detenido su trayecto para entrar a una tienda de juguetes en medio de la noche.
Dentro de la tienda Gulf se quedó maravillado no sabía que comprar por lo que amablemente le pregunto a la joven: -Tengo una niña de 6 años en casa, a la cual necesito comprarle algo para que no siga enojada conmigo por venir de viaje sin ella.
Sin darse cuenta el pelinegro tardo más de media hora dentro de la tienda ya que no se decidía, quería comprar todo, cada cosa le parecía perfecta para su dulce niña, al final se decidió rápidamente por llevárse la mayoría que le había mostrado la vendedora ya que sus amigas lo habían ido a buscar porque querían regresar al hotel a dormir.
Pago su compra con una gran sonrisa, sintiéndose aliviado de no tener que cargar lo que había comprado ya que le ofrecieron servicio de delivery y tendría todos los juguetes en tan solo unas horas en el hotel que se hospedaba, estaba feliz porque su pequeña iba estar muy contenta con los nuevos accesorios para Lulu y por los demás juguetes que había comprado.
En Tailandia, Lamai veía cada vez más árboles en el camino que llevaban recorriendo desde hace un rato largo, hasta que por fin apareció una enorme casa en su campo de visión, en la cual las rejas se abrieron automáticamente y cuando estuvieron en la puerta de entrada su tío la ayudo a bajar junto con Lulu, inmediatamente fueron recibidos por una pareja de 40 años que esperaba en la entrada junto a sus tres hijos.
-Bienvenidos a nuestro hogar, es un gusto poder verte fuera del trabajo Mew- hablo Off Jumpol, un hombre alto y pelinegro, que era uno de los inversores de la empresa.
-El placer es mío, gracias por invitarnos, está de aquí es mi sobrina Lamai- presentó el castaño a la niña que estaba agarrada de su mano.
-Un gusto conocerte preciosa- le acaricio el cabello a modo de saludo.
-Este de aquí es mi esposo Gun- Off presento al amor de su vida que le tendió la mano al castaño y le dedico una sonrisa a la pequeña - Y estos son mis tres hijos Oab, Mike y la princesa Ploy.
Mew los saludo a todos amablemente para luego ingresar a la casa, en donde la hija menor del matrimonio prácticamente secuestro a Lamai y se la llevó a sus habitación para mostrarle sus juguetes, ya que estaba maravillada por la muñeca que la pequeña llevaba en sus brazos.
-¿Y su esposo?- pregunto de repente Jumpol.
-Esta de viaje por trabajo, pero regresa mañana por la tarde- mintió Mew por el paradero de Gulf.
-¿Entonces por eso no fuiste al viaje en provincia?
-Asi es, mi esposo tuvo que salir urgente; así que yo decidí quedarme con la niña, el estaría ocupado con reuniones así que no era conveniente que se llevará a la pequeña con el, aunque se comunica todas las noches por Sky con Lamai antes de que se duerma- dijo otra mentira a medias para no quedar mal frente al hombre.
-Me imagino que la pequeña lo ha de extrañar.
-Si el primer día pasamos por el llanto, pero con la ayuda de la psicóloga de su colegio entendió que algunas veces tendremos que salir por trabajo... Y que no debe preocuparse porque siempre alguno de los dos se va a quedar con ella.
-Eso es bueno que uno de ustedes se quede con ella, les ayuda a sobrellevar la ausencia de otro- intervino Gun en la conversación.
El castaño solo asintió, sintiéndose un poco culpable por el hecho de que si la niña no hubiese sacado a colación el tema de sus padres en esos momentos el también se encontrará de viaje, dejándola al cuidado de su instutriz Mirian, unos minutos después ambas niñas bajaban las escaleras contentas cargando varias muñecas personalizadas.
-Papi, Lamai dice que tiene a Del en casa- hablo Ploy emocionada dirigiéndose a Gun.
-Si tío Mew, y mira ella también tiene una Lulu- hablo ahora Lamai mostrando ambas muñecas que usaban ropa diferente.
Los adultos no pudieron hacer otra cosa más que reír ante la emoción de ambas niñas por ambas tener las mismas muñecas, se movieron hacia el área de la terraza en donde cenaron con una amena conversación completamente alejada de temas de trabajo, la cual era la principal razón por la que estaban allí y por la cual su jefa inmediata lo había mandado.
Después de la comida los niños ignoraron a los adultos, los hijos varones de la pareja se habían concentrado en sus videojuegos mientras que Lamai y Ploy estuvieron entretenidas jugando con las muñecas, en un pequeño espacio de juegos que estaba cerca donde ellos estaban sentados desgustando un café.
Estaban sentados tranquilamente solo disfrutando de la compañía cuando se acercó Ploy a Gun-Papi, ¿Lamai puede venir a mi fiesta de cumpleaños?
-Por supuesto, vamos a buscar una de las invitaciones- le respondió con una sonrisa para ponerse de pie y llevarse ambas niñas, dejando solo a lo otros dos.
-Se me hace raro verte como un hombre de familia, estoy acostumbrado a verte todo el día en la oficina y se que tú esposo es igual a ti, muy dedicado al trabajo- rompió el silencio Off.
-Dímelo a mi... Nosotros teníamos otras prioridades en nuestra vida pero con la llegada de Lamai hemos tenido que ir adaptándonos y cambiando nuestras rutinas.
-Eso es algo que muy pocos estan dispuestos hacer, voy a ser sincero contigo, la señorita Saetang ha sido brillante desde que asumió las riendas despues de que su padre se retiró y la empresa ha estado en alza, ha tenido buen ojo sobre los nuevos talentos que firma, pero quiero que entiendas que para mí invertir en una empresa en donde todos los empleados son solteros o están casados sin hijos, es un poco difícil confiar ya que pueden despertarse un día y decidir abandonar la empresa sin preocuparse por los inversionistas, no tienen ese sentido de responsabilidad familiar, como viste hoy yo le doy cierto nivel de vida a mi esposo y mis hijos, no quiero arriesgar el patrimonio familiar- expuso por fin sus temores Off y por lo cual Mew había ido a verlo ese día.
-Lo entiendo, quizás antes no lo hubiera hecho pero ahora lo hago; tener a Lamai con nosotros nos ha hecho querer estar allí para ella y darle lo mejor que podamos, antes cuando estaba con sus padres solo nos preocupabamos por comprarle cosas bonitas en las ocasiones especiales, pero ahora tenemos estar consientes de cada decisión que tomemos no afecte su rutina o su estabilidad emocional, aún cometemos errores pero nos estamos acoplando a que viva con nosotros, pero algo si se queremos darle lo mejor y que ella esté bien- le respondió el castaño con toda sinceridad dejándole ver una parte que muy pocas veces Jumpol había logrado apreciar.
-Esa es la preocupación de cualquier padre, que sus hijos tengan lo mejor y sean felices.
-Creo que si, he de confesar que cuando mi hermano vivía Gulf y yo lo ayudabamos en lo que podíamos pero nunca pensamos en lo demandante que podía ser tener un niño, cuando ella recién comenzó a vivir con nosotros creímos que seríamos capaces de seguir nuestras rutinas, pero luego nosotros ni lo pensamos, estábamos pasando más tiempo en casa, reducimos la jornada de trabajo,estamos más pendientes de la pequeña, aunque no lo negaré si contratamos ayuda pero estamos presentes para ella.
Off asintió a todo lo que decía Mew, analizándo palabra por palabra no hizo preguntas podía ver lo perdido que estaba el castaño en sus pensamientos, se quedaron en un silencio cómodo disfrutando de su segunda taza de café.
Una hora después se despedían de los Jumpol, la pequeña estaba feliz con la invitación que le había dado Ploy para su fiesta; ya en el auto Mew llamo a su jefa y le dijo que Off no estaría retirando la inversión; había pasado una tarde noche muy tranquila con la familia del hombre y su pequeña sobrina se había divertido mucho, tanto que llegó dormida a casa, la cargo y la llevo a su habitación en donde Mirian se encargo de colocarle la pijama y arroparla.
Al día siguiente Gulf por fin estaba haciendo su regreso a casa y mientras caminaba por el aeropuerto, no podía dejar de pensar la locura que había sido ese día, no se habían levantado a tiempo perdiendo su día de relajación en el spa, solo les dio tiempo de organizar las maletas y salir al aeropuerto.
Y por ello su cabeza estaba que le dolía, aún no se había recuperado de la resaca del día anterior y su vuelo no había hecho otra cosa que acrecentarla, aunque admitía que no estaba tan grave como Pineare y Yaya quienes bebieron como sino hubiera mañana cuando regresaron al hotel alegando que era su último día en las Vegas y había que celebrar.
Tan perdido estaba en sus pensamientos, que no se dio cuenta quien hizo que pero había soltado sus maletas y corrido al encuentro de su pequeña pelinegra que se le había hechado a los brazos con lágrimas en los ojos, el la sostuvo dándole muchos besos en las mejillas, no tenía idea de la magnitud de lo que la había extrañado hasta que la sostuvo entre sus brazos.
-Mi preciosa niña, no sabes cuánto te extrañe- le dijo todavía dándole besos.
-Yo también te extrañe mucho tío Gulf, por favor no te vuelas a ir- le pidió la pequeña abrazándose a su cuello.
El pelinegro no dijo y solo la siguió abrazando y dando besos, no podía prometerle que no se iría otra vez porque no sabía si tendría que hacer un viaje de trabajo alguna vez, así que se iba a asegurar de no hacer promesas que no pudiera cumplir.
-¿Y no hay beso para mí?- hizo notar su presencia Mew que fue a recoger las maletas de su esposo.
Gulf al verlo solo le dio una sonrisa, para luego darle un casto beso en los labios porque Lamai se aferraba a el con brazos y piernas, estaba seguro que no lo iba a soltar pronto, se despidieron de los demás y se fueron a su hogar.
Ya en casa, el pelinegro saludo a Mary y Mirian para después tirarse en en uno de los sillones e inmediatamente Lamai se le subió encima sin dudarlo.
-Te extrañe mucho mi hermosa niña- le dijo Gulf al oído al tenerla nuevamente en sus brazos.
-¿Cuánto me extrañaste?
-De aquí a la luna y de regreso.
-Eso es bastante, yo también te extrañe mucho- le dijo sorprendida la pequeña.
La tuvo en sus brazos un rato más hasta que apareció la señorita Mirian buscándola para que fuera a comer y hacer sus tareas, la soltó y dejo que la mujer se la llevará con la promesa de que comería con ella y después que terminara sus deberes le mostraría todo lo que le había traído.
-¿No hay arrumacos y obsequios para mí?- pregunto Mew uniéndose a él sillón y comenzando a besar su cuello, abriendo algunos botones de su camisa.
Gulf tomo el rostro de su esposo para besar sus labios como era debido, si no supieran que Lamai iba volver pronto ya estuvieran desnudos en medio de la sala -Podrás jugar con tu regalo cuando la niña este dormida.
Ante esas palabras Mew lo volvió a besar profundamente, disfrutando tener a su esposo para el solo antes de que su hermosa sobrina regresara y lo volviera acaparar para ella sola, la obsesión de Lamai con Gulf igualaba la suya propia así que no podía negarle algo de tiempo a la pequeña con su esposo.
Después de la cena Lamai corrió arriba diciéndole a la señorita Mirian que tenía un regalo para su tío, cuando volvió traía consigo un dibujo que había hecho en su clase de pintura.
-Hice esto en mi clase de pintura- hablo la niña parándose delante de los dos adultos.
-Es muy bonito Lamai, creo que lo enmarcarse y lo pondré en mi oficina- le dijo Gulf al verlo provocando que la pequeña diera saltitos de felicidad.
-¿Que hay de mi?, Yo también quiero un dibujo- le dijo Mew con voz triste mientras la agrraba y la sentaba en sus piernas.
-Te haré uno mañana tío Mew no estés triste- le dio un beso en la mejilla a su tío y salió corriendo hacer sus tareas.
Dejando atrás a los dos adultos poniéndose al día con lo que había pasado esos días que estuvieron separados, el castaño tenía que contarle todo lo que le había dicho la psicóloga y Mirian; además de mostrarle la invitación que tenía Lamai a la fiesta de Cumpleaños de la hija de los Jumpol, el pelinegro solo la vio preguntándose como sería estar en una fiesta infantil ya que nunca había asistido a una.
Hola a todos feliz inicio de semana lo hacemos con un capítulo tranquilo con el regreso de Gulf
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