Leonardo se había convertido en un esclavo de su compañero de cuarto,  aquel sujeto lo hacía hacer cosas que después se arrepentiria; sus hermanos habían contratado al abogado de su padre, pero aún no habían logrado llegar a una conclusión para sacar a Leonardo de la cárcel. En sus horas de recreo,  en las cuales a los presos le permitían estar unos momentos en el enorme patio de la prisión; Leonardo se la pasaba leyendo libros sentado bajo un árbol,  sin importarle el horrible paisaje que lo rodeaba.

La salud de Leonardo empeoraba cada día,  por el esfuerzo,  por la falta de alimentación; aquel compañero de cuarto le quitaba las fuerzas para seguir,  Leonardo decidió ir al baño antes de irse a dormir. Así que salió de su celda hacia los baños de la cárcel en su silla de ruedas,  ahí,  vio como Bradford golpeaba a un chico de cabello blanco sin piedad.

No pudo aguantarlo más al ver que Bradford sacaba una cuchilla de su ropa,  para mala suerte de ambos no habían policías resguardando los pasillos; Leonardo se acercó hacia ellos,  sacando al muchacho de las garras de Bradford. 

-que crees que haces niño- comentó acercándose a el,  Leonardo temblaba de miedo pero no dejaría que tocará al muchacho - ¿te quedas callado? 

-no dejaré que....... Lo mates- comentó Leonardo al borde del desmayo,  al verse débil

-jajajajaja- río- claro que no lo mataré,  solo estoy jugando con el

-¡no permitiré que lo dañes! - grito el pelinegro - ¡tu eres un imbécil!  ¡Solo te escondes detrás de tus músculos! 

Bradford se enfureció y comenzó a caminar hacia Leonardo quien había caído de la silla de ruedas al tratar de ayudar al muchacho,  Bradford tomó del cuello a Leonardo y fríamente lo apuñalo en el estómago justo abajo del corazón.  El delincuente escapo mientras Leonardo pedía ayuda,  Usagi despertó y se acercó a Leonardo para tratar de ayudarlo.

-¡ayuda! - comentó a gritar el muchacho de cabello blanco - ¡ayudenme porfavor!

(.......)

Usagi esperaba ansiosamente noticias de aquel que había salvado su vida,  el doctor no salía,  aumentando la preocupación de Usagi  quien ya estaba desesperado; por los policías,  se había conseguido el teléfono de los hermanos del peli negro y inmediatamente llamo.

Continuará