Los días transcurrieron igual que siempre, golpes y gritos por la mañana, ir a clases, regresar a casa para escuchar más de lo mismo que en la mañana, un cruel infierno del cual nadie de esa casa podía escapar.

La mujer de esa casa ordenaba unas cosas, y se topó con un álbum de fotos, lo abrió y vio cada una, estaban sus hijos, ella y su esposo cuando eran felices.

¿cuando fue la última vez que aquella mujer sonrió junto a su esposo?

¿hace cuanto fue su último beso?

¿cuándo se acabaron esas miradas de amor que tanto le dedicaba?

Oh claro, cuando el le fue infiel por primera vez.

Hace años.

Ella lo recuerda muy bien, esa tarde su marido recién llegaba de trabajar, lo recibió como siempre con un beso, pero el se veía más serio de lo normal, pero no dijo nada y le restó importancia.

Grave error

El empezó a llegar cada vez más tarde, con la misma ridícula escusa de que "trabajaba hasta tarde para poder tener más dinero para todos", pero eso nunca la convenció del todo, pero no veía capaz a su esposo de serle infiel.

Que ciega estaba.

Una noche el llegó sumamente tarde, los niños se había acostado hace varias horas, pero ella lo seguía esperando, sentada en aquel sillón de la sala, ya no lo soportaba más, eso tenía que acabar ese mismo día.

Al entrar su marido a casa se sorprendió al ver a su esposa aún despierta, sentada en aquel sillón, el tenía una maraca de un labial rojo en su cuello, su cabello despeinado y olía un poco a alcohol, la mujer se levantó del sillón y se le acercó lentamente para darle una bofetada.

-¿hace cuanto que estas con ella?- le cuestionó

-mi amor, ¿de que hablas?, esto, solo déjame explicártelo- aquel hombre se le acercó y trato de acariciar la mejilla de su esposa, cosa que no resultó ya que ella apartó su mano.

-no me toques, te he hecho una pregunta ¡respondeme!- le alzó la voz, por primera vez en todo su tiempo de casados.

Eso hizo que el se enojara, empezó a gritarle también, le reclamaba diciendo que no le prestaba la misma atención que aquella otra mujer si le ofrecía.

¿Ella tenía la culpa?

Los golpes se hicieron presentes, trato de defenderse o devolver cualquier ataque, pero le fue inútil, la tiró al suelo y empezó a patearla repitiéndo una y otra vez que el haría lo que le diera la gana y que a ella eso no le incumbe, seguiría con esa mujer y con quiénes más se le antojara, porque ella no lo trata como se lo merece.

¿Enserio era su culpa?

Luego de un rato el se fue a dormir y su mujer se quedó en la sala, pensando que ya había finalizado todo, seguiría saliendo, no la golpearía, si ella no decía nada, el ya no le haría nada.

Todo estaría bien, de todas maneras el silencio es el mejor aliado en estos momentos ¿Verdad?

Si supiera que solo es el final del principio.

El seguía llegando tarde, con un olor diferente de perfume, el cual tenía que soportar cada noche.

Era doloroso.

Los golpes siguieron, el inventaba una nueva razón para hacerlo cada día hasta el punto en el que se volvieron costumbre, luego a el no le bastó con golpearla a ella, empezó a golpear a su pequeño niño, solo porqué trato de protegerla.

Se sentía impotente.

Un día trato de escapar junto con sus hijos, pero el lo descubrió, la jaló del cabello hasta tirarla al suelo y golpearla, luego golpeó a su hijo, gracias a Dios, no logró tocar a su  pequeña, todo eso a la vista de las personas de aquel vecindario

Nadie hizo nada, bueno, no es como si pudieran hacer algo.

Desde entonces no volvió a intentarlo.

El solía compararla con un ángel.

Un ángel que esta enjaulado con una bestia.

Ella solo quiere ser libre, quiere reír otra vez.

Pero ya no puede y nunca podrá.

Hola hola, volví.

¿quien me extrañó? ¿nadie?

Me extrañaron yo lo se UwU
Y mi inspiración volvió.......A LAS 2 DE LA MADRUGADA. º-º

Siento mucho no haber podido actualizar desde hace mucho, tal vez ya a nadie le importe esta historia  *se va a un rincón a llorar*, okno.

En fín ¿que les pareció el capítulo de hoy? ¿muy triste?, ¿poco triste?, ¿me equivoque en algo?, ¿muy corto?.

Díganme, aceptó críticas y regaños.