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Parte 1

Jhonathan.

Muchas veces cometemos tantos errores en la vida que en un momento nos preguntamos ¿Por qué hice eso? ¿En que estaba pensando? ¿Que diablos me pasaba?.
Lo sé gracias a mi mamá que ha sido madre y padre a la vez.

El hombre que me engendró desapareció dos días después que mamá le diera la noticia de su embarazo. Me crió hasta los cuatro años sola, donde conoció "al amor de su vida" «Alex Evans». Un hijo de puta por donde se le mire, él la enamoró y en poco tiempo nos abrió las puertas de su casa para que mamá estuviera más tranquila y para que su hija tuviera una figura materna y un hermano que le hiciera compañía en el jardín de niños. Pero como bien dice que de tal palo tal astilla y eso era Alyx Evans, una bipolar sin escrúpulos que solo veía a mi madre como una servidumbre más.

Crecí con ella en un ambiente "familiar" donde teníamos visitas todos los fin de semanas de una familia de negocios que nos permitió conocer a Brenda y crecer como tres hermanos de distinta sangre.
No fue hasta que cumplí los trece años que mamá descubrió la infidelidad de Alex haciendo que lo odiara por burlarse de la mujer que me dió la vida.

Pero tal cosa no hizo que se me quitara la obsesión por mí hermanastra, entonces ahí fue donde comencé a visitarla todos los días junto con Brenda y pasábamos tardes super agradables hasta que mi querida hermana y yo comenzamos a investigar más allá de un simple besito de niños y un año después la cagamos haciendo cosas de adultos que nos llevó a un enredo y a una adicción uno con el otro.
Nadie nunca sospechó sobre nuestros encuentros en su habitación, en mi habitación, en la sala, en el jardín, en la piscina y en cualquier lugar.

Ante todos éramos "amigos que se amaban".
Pero luego pasó lo de aquella noche y el distanciamiento fue lo más sensato para que cada quién avanzara y sanara a su antojo.

Alyx se volvió más fría e hija de puta, se alejó de la sociedad odiando más y más a las personas. Yo seguí con mi papel de odiarla llamándola "Rarita" pero por dentro contenido las ganas de besarla y tenerla solo para mí.
Hoy solo me entero que tiene una pareja y me hace hervir la sangre, también he comenzado una investigación para llegar al fondo de los sucesos de la noche en que desaparecieron a mi mejor amiga.

Las declaraciones y cierres de esa investigación siempre me dejó intrigado y con un montón de dudas.

—“El sujeto huyó"

—“No se sabe quién es”

—“Lamentamos mucho lo que ocurrió, pero ya no podemos hacer nada"

Fueron estupideces que me dejaron con muchas dudas, nadie pagó por el asesinato de Brenda, nadie pagó por el trauma generado en Alyx, nadie pagó por nada y luego de tanto tiempo yo busco un culpable y yo quiero que pague el que tenga que pagar.

—¿Que tanto piensas?.— cuestiona el marido de mi mamá.— Llevas días distraído.

Tengo ya un año conviviendo con este tipo y es un hombre que le encanta ver a mi madre feliz y que hace todo lo posible para ganarse mi aceptación.
Realmente no me interesa con quién se junte mi mamá, pero si tan solo le tocan un pelo soy capaz de lo que sea.

—Nada, es solo que leí un libro y tengo el final todavía en mi cabeza.— como de la taza de cereales.

—¿Libro de terror o que?.— sonríe.

—Algo parecido.— mira la hora en mi celular.

—Tengo que irme.— se despide y yo solo miro a mi madre que viene saliendo de la cocina.

—¿Pasa algo?.— cuestiona y yo niego bebiendo de mi vaso con juego de naranja.— Te he notado distraído, amor.— se sienta frente a mí.

—Sabes que me gusta dármela de misterioso.— la miro y sus brackets quedan a la vista cuando sonríe.— ¿Te he dicho lo hermosa que eres?.

—Muchas veces, cariño.— me lanza un beso.— Pero quería preguntarte algo más.— piensa un momento... .— ¿Que hacías en casa de los Evans?.— su mirada fría y cara sería me dice lo tanto que le disgusta.

—Fui a visitar a Alyx, ¿te molesta?.— le resto importancia con mi actitud.

—¿Ahora son amigos?.— se mira las uñas.

—¿Cuando no lo hemos sido?.

—¿Sabes algo?, olvídalo.— se levanta.— Pero quiero que sepas una cosa, y es que no te quiero tan pegado a esa niña.

Se va de nuevo a la cocina y yo solo puedo pensar en la chica de ojos azules que me está volviendo loco. Jamás aceptaré que ande con otro que no sea yo.

Si, soy egoísta. Pero es que quiero ser el que la lleve a comer helado, quiero ser yo quien le desee buen día, quiero ser quien esté en su mesa cuando la familia celebre cualquier festividad, quiero ser yo su todo y no su nada.

Me voy a mi alcoba para analizar bien lo de este mi esquema de investigación y siempre vuelvo a punto en cero donde todo está en blanco. No obtener respuestas concretas me enerva y sé que tengo que tener paciencia pero no quiero que esa paciencia acabe con la vida de Alyx.

Al acostarme entro en el buzón de mensajes y le escribo:

—Hola, Al.

—¿Que mierda quieres?
10:00am

—¿Por qué tan a la defensiva? Solo estoy saludando.

—Pues odio que me saludes
10:03am

—Amargada como siempre.

—Jodete
10:04am

—¿Quieres ir conmigo al cine?.— no es la mejor propuesta, pero intento que baje la guardia.

—No, y ya deja de estar mandando mensajes que me amargas el rato.
10:05

—Entonces iré a visitarte está tarde, chao.

—¿Que? Ni se te ocurra.
10:07

Dejo de responder y que ella sabe que aunque diga no yo siempre voy a decir si.

Paso las siguientes horas mirando la TV hasta que me baño, me arreglo, tomo las llaves de mi auto y me encamino hacia propiedad Evans. Es domingo y es obvio que Alex no debe de estar en su casa, la calle está desolada y estaciono frente las rejas donde doy mi identificación para proceder.

Una de las sirvientas me abre la puerta, no soy nuevo en esta casa y por lo tanto tengo la confianza de todos. Subo las escaleras y giro la perilla de su puerta.

—¿Decías?.— la hago voltear ya que estaba entretenida buscando algo en su clóset.

Luces una pijama de short corto y camisilla un poco ancha pero que se le ciñe el cuerpo perfectamente, su pies están descalzo y su cabello está mal recogido pero sigue siendo hermosa.

—¿Que haces aquí?.— me mira nerviosa pero eso pasa segundo plano cuando opta su porte de seria cruzándose de brazos y enarcando una ceja.

—Te dije que venía.— cierra la puerta con pestillo adentrándome completamente.

—Te dije que no te quería aquí.— sigue en lo que estaba y me le acerco tomándola de su cintura.

—Me importa una mierda lo que quieras.— susurro en su oído sintiendo como se eriza y recorro su cuello con mi nariz.

—No.— me aparta y me encara.— No puedo seguir con este jueguito que nació de la noche a la mañana, sé que tenemos nuestros cuentos pero ya eso pasó y no quiero volver a cometer ese error.— su nariz se torna roja.— Tengo una pareja que respetar y si sigo dándole riendas sueltas a esto terminaré en un gran problema.

—Eso no decías anoche...

—Cállate y lárgate de mi casa.— me da la espalda y le doy la vuelta pegándola de la pared.

—Di que me aleje y me alejo.— mi nariz está rozando la suya y en vez de alejarme me basa pasando sus manos por mi cuello.

Es un beso tan apasionado que me deja en blanco por unos minutos hasta que nos separamos en busca de oxígeno.

—Esto está mal.— susurra y nuestros ojos se conectan.

—¿Quieres que me vaya?.— hablo en el mismo tono.— ¿Eso quieres?.

Me vuelve a besar, esta vez al alzo y me abraza la cintura con sus piernas. Nos vamos a la cama donde el beso toma fuerza y el deseo no se hace esperar.
Jadeo cuando aprieto uno de sus senos y la hago sentir la erección que tengo. Beso su cuello, muerdo el lóbulo de su oreja, magreo sus pechos, muerdo y succiono sus labios hasta que la ropa comienza a estorbar.

Levanto poco a poco si camisilla y me deja que se la saque dejándola sin nada de la cintura para arriba ya que sujetador no tiene. Rápidamente atrapo un pezón endurecido con mis dientes y ella lo disfruta con un leve jadeo.
La lleno de besos descendiendo hasta llegar al punto donde me toca sacarle el short.

Alyx es la típica chica de diecisiete años que se gasta unas curva perfectas, un culo de ensueño, tetas con forma de melones, cara angelical, cabello azabache y ojos que te llevan al cielo.

Mordisqueo por encima de la tela de su ropa íntima la cual voy bajando lentamente para apreciar su linda intimidad y esa perlita rosada que está hinchada de lo excitada que está.

Al terminar de sacar la prenda paso la lengua en ese lugar haciéndola jadear. Sus jadeos son música para mis oídos y el que gima pero hace entender que lo está disfrutando.
Adentro mi lengua en su vagina estimulándola y una de sus manos acaricia mi cabeza.
La penetro con un dedos chupando su clítoris y sus gemidos van tomando fuerza... No quiero que se corra aún así que me quito la ropa viendo cómo me mira desde la cama abierta para mí.

Quedo frente a ella y paso mi miembro por su intimidad haciendo que se muerda el labio. Al penetrarla soy recompensado con un gemido de su parte y es donde comienzo a darle con fuerzas y sus gemidos y jadeos son todo lo que está bien.

No sé cuanto llevamos en este plan ya que en cuatro es donde obtiene su sexto derrame acompañado de mío.

Ambos caemos en la cama agotados, nos quedamos en silencio por una hora hasta que escucha su móvil sonar y se encierra en el baño. No me apetece saber qué le dice el lunático de su novio.

Regresa ya bañada y cambiada pero sigue sin decir nada.

—Ya.— la miro.— ¿Nos quedaremos sin decir nada?.

—Si.— su cara se torna roja.— Así es que se tratan los amantes.

—Yo no soy tu amante.— sonrío.

Sonríe también recordándome porque la elegí tiempo atrás.

—¿Que pretendes con esto?.— pregunta luego de un rato.— Es que, es tan raro. Primero me odias, luego vienes con información y ahora no podemos vernos sin terminar así.— señala la cama.

Suspiro.

—Cuando nos alejamos me dolió reconocer que cada uno debía superar toda esa tormenta donde estuvimos metidos.— confieso.— Me molestaba el que tu padre no me dejara visitarte porque solo te traería recuerdos y eso te haría daño psicológico.— pauso y ella solo me mira.— No eramos novios pero ese era mi deseo, entonces tú comenzaste a cambiar y lo mejor fue guardar distancia y entenderte pero yo no podía y me volví tu mayor haters para aunque sea amargarte la vida.— la miro.— Luego con mi investigación noté que si perdí a mi mejor amiga también puedo perder a la chica que amo.— nuestras miradas se juntan.— Siempre he estado enamorado de tí, eras mi amor infantil, y siempre has sido la chica por la que estado loco pero tú jamás lo notaste y siempre me viste como el hermanastro con quien puedo experimentar cosas.

Nuestras miradas siguen juntas, sus cara se ha tornado más roja y su respiración se ha descontrolado.
Nunca pensé que este momento podría llegar, que podía contarle todo con naturaleza sin estar gritando nos u odiándonos como solemos ser siempre.

Parte 2

Alyx.

Mi barbilla tiembla ante tal confesión, jamás pensé que Jhonathan mi hermanastro sintiera tantas cosas por mí y que se esté abriendo me hace apegar más a él.

Decirme que me ama me hace bombear el corazón al millón.

El azul de sus ojos y el mío conectan dejándome sin aliento.

Se me hace extraño todo esto, pero no puedo obviar lo que siempre estuvo en juego y yo jamás lo noté. Jhonathan es guapo, con mirada peligrosa, cara de play boy, y cuerpo atlético pero también tengo que tener en cuenta de que estoy abusando de la confianza de Daniel.

«Daniel»

Me levanto de la cama hasta quedar frente a frente.

—Me dejas en un conflicto con todo esto.— le hago frente.— Pero yo tengo una relación la cual respetar, Jhonathan y no puedo solo dejar de lado a Daniel para enfocarme en tí.

—Jamás te he dicho que quiero que lo dejes de lado.— me mira frunciendo el ceño.

—Tampoco voy a montarle cuernos cada que a tí se te de la gana.— cruzo mis brazos bajo mis pechos.— Esto fue momento de debilidad y no lo quiero repetir así que es mejor te largues antes de que llegue mi papá.

Sin decir nada se levanta y se mueve al baño.
Al salir su presencia hace que quiera colgarme le y besarlo por horas, aún tengo sus palabras en mi mente.

Es increíble lo que hemos crecido, siempre se veía tan niño y ahora es todo un hombre.

—¿Que me miras?.— enarca una ceja y yo cambio la mirada restándole importancia.—Alyx, no me voy a dar por vencido si eso es lo que crees.— volteo a verlo.— Si he vuelto después de tanto tiempo es para quedarme, ¿Captas?.

—Esa decisión es mía.— se acerca a mí y junta nuestras frentes.

—Así tenga que hacer un pacto con el mismo Diablo, pero de mis garras no te vuelves a escapar.— lo miro a los ojos.— Recuerda que entre tú y yo, siempre seré el villano y tú la víctima.

Une nuestros labios en un beso que sabe a juramento, un beso que me dice que esto no solo ha comenzado sino que también arrasará con todo aquel que se imponga y para mi sorpresa estoy dispuesta a saber hasta dónde va a llegar.

#

Llevo cuatro días pegada a la pantalla de mi laptop, o sea es un simple proyecto y para mi es el fin del mundo.

A parte de que Danna no me ayuda con ideas, tengo lo de Jhonatan pegado a mi cabeza, me preocupa que Daniel se entere, papá ha vuelto a discutir con Jessica, Hela está teniendo complicaciones con el embarazo, la investigación que mi ex hermanastro me ha enviado al correo me ha dejado pensativa.

¿Será que le cuerpo de Brenda está enterrado en esta casa?

Si nadie salió después de 24 horas eso da a deducir que es así, porque nadie entró 24 horas antes y nadie salió 24 horas después. Mi cerebro no da para más.

Suspiro, recostando me sobre el espaldar de la silla.

Miro mi móvil cuando se le ilumina la pantalla.

«Avellana My Love»

—Holaa.— saludo con una frágil sonrisa.

—Hola, cariño.— se escucha triste.— ¿Como estás?.

—Yo bien, ¿y tú cómo estás?

—Bien.

—¿Pasa algo?.— pregunto nerviosa.

—Es Danna.— suelta.— Necesito de tu ayuda, a mí no quiere escucharme y la he escuchado llorando toda la noche.

Siento que mi corazón se pone chiquito, ¿Que le hicieron a mi bebé?.

—Voy para allá.

Cuelgo la llamada y rápidamente me pongo una sudadera, short y zapatillas, me recojo el cabello en un moño improvisado y me apresuro a salir.
La calle está desolado y es común en este lugar así que pasó la cera hasta llegar al portón del frente donde una señora me espera y la sigo hasta la sala de la propiedad Smith.

Mi casa es todo con tonalidades rojas, vino y dorado en cambio a aquí todo en con tonalidades azul oscuro, morado oscuro y negro. Unas que otras paredes se pueden visualizar con un tono gris pero el resto es oscuro. Muchas oscuridad para una familia tan brillante.

Daniel está sentado en un sofá individual donde me acerco, está en franelilla, short playero y sandalitas.

—Hola.— se levanta para abrazarme «que rico huele».— Gracias por venir.

—Tranquilo.— acaricio su cara.— ¿Que fue lo que pasó?.

Suspira.

—Naya la ha estado engañando con un chico y realmente mi hermana está destrozada.— besa frente antes de abrazarme de nuevo.— Habla con ella, dile que no es el fin.

Asiento y él me guía hasta la puerta de la alcoba de Danna.

Toco tres veces y no hay respuesta así que toco tres veces más.

—Danna, soy Alyx.— vuelvo a tocar.— Abre o no seré más tu amiga, aunque sabes muy bien que eso no pasará pero igual lo digo en serio.

No hay respuesta, giro la perilla pero no sede pero escucho pasos acercándose.

Abre.

Miro Daniel antes de entrar. La habitación está hecha un desastre, hay fotos picadas a la mitad, portarretratos rotos y su cara... Tiene sus ojitos rojos y un poco hinchados de tanto llorar, su cabello está desordenado, su nariz roja y los labios un poco hinchados.

—¿Que haces aquí?.— solamente la abrazo y ella rompe a llorar, no sé en qué mundo viven las personas para dañar a seres de luz como lo es Danna.

«¿Moral, Alyx»

Su llanto me hace apretarla más hacia mí, es mi amiga y una excelente compañera. No puedo dejar que se ahogue en esto.

—Ella no vale la pena.— le digo cuando nos separamos.— Eres más que esto.

Niega.

—Fueron cinco años donde creí haber escogido a la chica perfecta.— mira una foto que está en el piso.— Donde cada San Valentín, Halloween y año nuevo hacíamos algo diferente para nosotras dos.— si voz se quiebra.— Donde creí que el distanciamiento era para crecimiento personal y no es así.

—Siempre cometemos errores, Danna. No podemos obligar a las personas a quedarse con nosotros mi amor.

Vuelve a negar.

—Una vez le pregunté y me dijo que me respondía con la misma fidelidad y que si eso me preocupaba o me hacía sentir en confianza y yo me relajé porque soy incapaz de serle infiel y ahora... y ahora esto.— llora otra vez.— Sé que me verás como una estúpida pero este dolor me quema, le rogué para enmendar las cosas y volver pero me rechazó una y otra vez.

La abrazo conteniendo la ira de brota en todo mi cuerpo, esa maldita me las va a pagar.

—Dan.— le tomo la cara.— Eres fuerte, y esos cinco años ya estaban en el caño y que no te hayas dado cuenta antes es lo que te duele, y te duele más que la infidelidad.

—Yo la amo, Alyx.— suspira.— La amo tanto que me alejé de la chica con la que estaba saliendo solo porque me parecía muy dañino para nuestra relación y lo último que quería era lastimarla. No suelo andar con nadie que no sea ella, me dan miedo los cambios... no sé qué hice mal, siempre estaba para ella y nunca le dije no porque aunque sea cinco minutos le regalaba para vernos.

—No te valoró.— me duele verla así.— Eres increíble y te juro que si yo fuera lesbiana tú serías mi novia.

—¿Sabes lo que más me duele?.— me mira.— Que yo le pregunté desde cuanto estaba con ese chico y me dijo que hace un año, pero que le gustaba desde hace cinco y que el único interés que vió en mí fue para darle celos, que nunca estuvo enamorada de mí y que le da asco su pasado conmigo.— mira al techo.— Nuestra primera vez fue en un crucero que alquilé solo para nosotras, ambas estábamos nerviosa pero pasó y ya. No comentamos nada de lo sucedido y yo quería hablar de eso para que se sintiera segura pero no... Hoy solo quedan recuerdos un dolor como una puñalada porque mientras yo la presumía a ella, ella presumía a otro.— se limpia las lágrimas.— Me dijo cobarde por nunca decirles a mis padres sobre mi sexualidad y mi relación, que yo solo sirvo para complacer a mis padres y ya.

—Esta historia me recuerda a una escritora que plasmó su vida en un libro y es casi similar.— la miro.— Ella superó su desamor y la hizo más fuerte, así que tú levántate y mira al futuro que con Naya o sin Naya vas a llegar.

Se levanta limpiándose la cara.

—Dame tiempo.— masculla.

—Ningún tiempo.— la encaro.— Eres más que esto, si a ella no le duele pues a tí tampoco porque esa mujer fue la que falló, no tú. Así que mueve tu culo a la ducha y te espero abajo en cinco para salir de compras con tu hermano.— me muevo a la puerta.— Y cero bajones emocionales.

—Alyx.— volteo.— ¿Como se llama la escritora?.

Pensé un momento recordando su nombre.

—Su libro no tenía nombre, pero la vi compartir algo en Twitter y en su perfil se llama... Dou.

Salí de la habitación para encontrar a un Daniel sonriente y me apresuré a besarlo «lo extrañaba tanto».

—¿Hablaste con ella?.— asiento feliz.— ¿Que te dijo?.

—Está mal por lo que hizo Naya, pero ya pasará.— acaricio su cara.— Ahora nos vas a llevar de compra como la mejor terapia.

Bufa y lo vuelvo a besar.

—Alyx.— saluda la señora Smith sonriente.— Que gusto verte, cariño.

—El gusto es mío, señora Smith.— sonrío.

—¿Danna ya salió de la habitación? Me preocupa.— mira a su hijo.

—Si, de hecho las voy a llevar de compra.

—Ok.— se ríe.— Cuídense.

A esta familia le hace falta más comunicación pero eso no quita que se amen.

Minutos más tardes baja mi amiga con un pantalón holgado, camisa con una chaqueta encima, zapatos deportivos, el cabello en una coleta alta, y lentes oscuro.

Su hermano la mira con el celo fruncido y ella parece una estatua y solo rezo porque vuelva mi Danna divertida.

—Que guapa.— sonrío.— Vámonos.

Subimos al deportivo de mi novio, que conduce hasta el centro comercial.

Caminar y caminar, comprar y comprar. Realmente son cosas innecesarias pero que es divertido ver la cara de Daniel, comemos helado y me enamora el amor que se tienen los hermanos Smith, la preocupación de que su hermana este bien y que yo la esté pasando bien.

Vemos una película en el cine y a pesar de que yo ando como si estuviera en casa me siento bien. Seguimos comprando hasta que llegamos a una tienda.

Las prendas son bellísimas y mis ojos se pierden en un vestido celeste diseñado con un escote en V en la espalda, mangas largas, escote en V en la parte delantera pero con mayas.

—¿Te gusta?.— cuestiona Daniel a mi lado y asiento.

—Pero no creo que pueda comprarlo con la tarjeta que cargo.

—Yo lo compro pero también lo quito.— es lo único que me dice antes de pasar su tarjeta por el vestido junto a unos tacones hermosísimos, regresa con la compra y yo sigo en el mismo lugar paralizada.— Toma, no pido nada a cambio porque con tenerte feliz tengo.

Mis ojos se llenan de lagrimas y le salto encima besándolo, este chico es tan perfecto.

—Pero dijiste que me lo quitarías.— digo cuando nos separamos.

—No me gusta comprar con interés, solo lo dije para ver tu cara.— me da un casto beso.— Te amo, Alyx.

Sonrío.

El regreso a casa se da escuchando Eminem y Lil Peep ya que a mi amiga le encantan esas canciones. La noto feliz y distraída, me emociona que la idea de las compras la haya salvado hoy y espero que sane pronto.

Me despido de ellos y entro a mi casa...

—¡Ayúdenme!.— grita mi papá con Hela en los brazos.— ¡Ayúdenme!.

Todos los empleados corren hacia ellos y yo hago lo mismo.
Está pálida y botando sangre por la nariz y la boca.

—¡Un médico!.— en carreras llamo a Daniel que no se reusa a venir.

Mi tía sigue en el sofá, llorando y pasándose las manos por su vientre grandecito.

Mi novio llega y rápidamente la revisa, aunque no esté graduado es un profesional en su área.

—Hela.— le habla.— Quiero que me escuches con atención.— mi tía lo mira.— Tu bebé ha muerto dentro de tí...

Dejo de escuchar, cayendo de rodillas cuando los gritos de Hela son desgarradores. Papá les da la espalda a todos y Jessica que últimamente estuvo muy pendiente de ella comienza a llorar.

El mundo se me oscurece al sentirme tan triste por mi primito o primita que venía en camino y ahora solo será un angelito.

—Tienen que llevarla a la clínica y allí se le harán estudios.

—Alyx.— dice papá cuando nota que estoy de rodillas teniendo un ataque de pánico.— ¡Alyx! ¡Calmate bebé, soy tu papá!.— lo tomo del del cuello de la camisa y todo se me va desvaneciendo poco a poco.

Veo a Daniel ayudándome y junto a mi papá me abrazan, creo que estoy en colapso pero siento mi pecho subir y bajar bajo el abrazo de ambos hombres.
Poco a poco va pasando y vuelvo a escuchar a Hela llorando y rompo en llanto también poniendo mi cara contra el pecho de papá.

—Tranquis, todo estará bien.— susurra.— Daniel, ¿Te puedes hacer cargo de Hela?.

—Es mi deber como médico.— dice antes de irse con Jessica y algunos empleados más.

—Estaba tan feliz con la venida de ese bebé.— susurro presa del llanto.

—Todos lo estábamos, Alyx.— besa mi coronilla.— Ahora ve a descansar, tengo que ir a la clínica.

Asiento y subo a mi habitación, prendo la laptop y comienzo a crear el capítulo 1 del libro.

«Ya No Duele, ¿Será que cuando las cosas dejan de doler no hay nada que vuelva a abrir esa herida?» «Descubramos eso»





***************

😭😭😭😭😭😭

O sea, si estoy llorando.
QUE TRISTE

HOLIWIIISSS, nuevo capítulo y nueva frustración y complicaciones.

Estoy muy mal por lo de Hela y lo de Danna.
Mis pollitas de colores no tienen que sufrir de esa manera.
¿Que le pasa a la escritora?

Lectores si quieren que le acomode algo a esta historia solo dígame y yo lo hago, solo quiero que ustedes disfruten de este pequeño cuento que no es de hadas pero se hace lo que se puede.

Mis redes sociales son
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Estoy de cumpleaños y este es mi regalo para ustedes jakaj

Gracias por leer Ya No Duele
Besitos
Dou

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