18
Parte I.
Me levanto, ya han pasado tres semanas desde que Hela está aquí en casa.
Ya está en un control prenatal y el cuál su panza cuenta con dos meses.
«estoy muy emocionada»
También van tres semanas en las que Daniel se está ocupando con investigar a la mujer de la foto. Y mi querida Danna se está encargando de investigar sobre el embarazo doble que papá dice que iban a ser sus ahijadas.
Realmente no le creo nada, las peleas con Jessica han mermado y eso me hace deducir que ambos tratan de ocultar algo.
Jessica siempre ha sido mi niñera, es obvio que ella sabe algo que yo no y hay momentos en que quiero sacarle temas y solamente me da la espalda. Por más que sea mi niñera es papá quien le paga.
Bajo a la cocina cuando noto que mi reloj marca las diez y treinta de la mañana.
Escucho un relajo en el lugar y la primera risa que logro captar es la de Hela.
—Tenías que verme.— mi tía está sentada en un banco frente la barra muerta de risas igual que las otras dos, mi nana está haciendo jugo de naranja mientras que la cocinera hace panqueques.
—¿Me perdí de algo?.— solo basta decir eso para que solo queden los grillos sonando.
—Buenos días, señorita.— saluda la cocinera.— ¿Se le ofrece algo para comer?.
—Tostada, huevos y jugo.— las miro a las tres, enfocándome en Hela.— Cero distracción con el personal de servicio, no estás de vacaciones.— Miro a Jessica.— Me llevas el desayuno al comedor.
—Como órdenes.
No soporto tanto relajo en la casa y menos cuando ni mi papá ni yo somos los protagonistas, se supone que en esta casa lo que más rinde es la autoridad.
Mi niñera llega con los platos acompañada de mi tía que se sienta a mi lado en silencio. El servicio se retira mientras que yo comienzo a devorar mi desayuno.
—No tienes que ser tan dura con tus empleados, Alyx.— comenta Hela sin mirarme.— Esas personas te han dado todo el cariño durante diecisiete años.
Suspiro.
—No es que sea dura.— la miro.— Papá me enseñó que en esta casa se respeta con autoridad y no puedes venir a aquí a estar distrayendo los con tus cuentos, entiendo que seas extrovertida y una chica super alegre pero si quieres hablar con ellos entonces tendrás que ayudarlos con sus tareas.
Rueda los ojos.
—Eres igualita a tu padre.— ríe en lo último.
—Gracias.
Para mí siempre será un halago que me vean igual a mí padre. Es un hombre inteligente, maduro, autoritario, elegante, trabajador, hermoso, rompecorazones, etc.
Al terminar el desayuno, mi tía se va a hacer sus rutinas diarias y yo me adentro en mi habitación para continuar con el prólogo del libro.
Ya No Duele
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Aún no tengo nada, la hoja está en blanco.
No sé cómo comenzar esta historia, no tengo principio y tampoco fin.
Paso las próximas dos horas mirando la pantalla, ya mis ojos me duelen y todavía ni una idea.
Si algo se llama "ya no duele" es porque pronto pasará el dolor de la protagonista. ¿COMO COÑO SE COMIENZA UN LIBRO?.
Termino llamando a Danna que contesta al primer pitido.
—Aquí Naya.— saluda su pareja.
—Hola, Naya. ¿Se encuentra Dan?
Escucho cuando le pasa el móvil.
—Hola guapura.— sus saludos siempre me causarán risa.
—Holaaa... por si se te olvida quiero decirte que tenemos un proyecto el cuál finalizar, bonita.— la escucho reír.— Ya enserio, ¿Cuando vienes?.
—En un rato, Naya está celosa.
—Dile que no juego ese deporte.— río.
Cuelgo y me quedo mirando el móvil con una sonrisa en el rostro al ver el mensaje de mi chico.
{No sabía que el cielo existía hasta que vi tus ojos, no sabía que el dulce existía hasta que probé el néctar de tus labios, no sabía lo que era paz hasta que estuve a tu lado.
Buenos días, preciosa}
7:43 AM
Mensajes como estos son los que quiero por el resto de mi vida.
Lo llamo y contesta rápido como de costumbre.
—Hola, preciosa.— su voz hace que la piel se me erice.
—¿Esas son tus miles de formas de decirme que me amas y que me quieres a tu lado?.— cuestiono juguetona.
—No es que sea tan obvio, pero si.— su afirmación me hace morder el labio inferior.— ¿Que harás esta noche?.
—Tengo planeado verme Diarios de vampiros, ¿Por qué?.
—Veremos Diarios de vampiros entonces.— pongo ojos de platos y el corazón me late a tres mil.
—Oye, papá no te dejará quedar.
—¿Quién dijo que entraré por la puerta.— «¿Qué?».— Deja las puertas del balcón abierta, estaré ahí a las 10 pm.
—Dani...
—Tengo cosas que hacer...
—La seguridad...
—Llevaré chocolates...
—Mi papá...
—También cotufas...
—¡DANIEL ESCUCHA!
—Te amo.
Cuelga dejándome los nervios a flor de piel.
Si, tengo el novio más terco de la vida pero así me gusta.
Apago la laptop y espero a que mi queridísima cuñada llegue. Ya son las dos de la tarde y aun no he probado ni un bocadillo del almuerzo y muero de hambre.
Toc toc, tocan mi puerta.
—Adelante.— entra Jessica con cara de aburrición a tres mil quintos.
—Te buscan abajo.— me dice y yo enarco una ceja.
—¿Quién?.
—Jhonathan.— tres paros cardíacos sentí, o sea, ¿Que hace ese bastardo en mi casa?
—¿Para que me busca?.— digo segundo después.
—Ni idea.
Me pongo mis zapatillas, me miro al espejo y notó que estoy bien vestida en lo que cabe y bajo para encontrarme con el chico que una vez compartí casa, cama y...
—Hola, Alyx.— se nota nervioso.
—Hola.— saludo sin dejar mirar a otras partes menos a él.— ¿Se te ofrece algo?
—Quiero hablar contigo, a solas.
Ok, mis nervios aumentan con la cara de susto que pone tanto él como la mujer que tengo a mi lado.
—Vamos a mi habitación.— le hago seña con la cabeza para que me siga.
Me sigue en silencio hasta llegar a nuestro destino. Pensándolo bien, no sé dónde coñas está Hela y eso me preocupa un poco también.
Le señalo el sofá para que se siente y lo hace. Es increíble lo que ha cambiado, la madurez de sus facciones y lo bonito que es.
Hacia tanto tiempo que no estaba en casa.
—¿Pasa algo?.— cuestiono en voz baja.
—Hace tiempo que estoy investigando lo que pasó la noche en que los tres fuimos sorprendido y la noche en que Brenda murió.— habla en un hilo de voz.— Jamás he dejado ese tema de lado y... .— hace una pausa, tratando de buscar las palabras correctas.— Y nadie sospechoso entró a esta casa antes de eso y nadie salió después.
—Pero dijeron que la persona había huido.— siento que entro en pánico.
—No.— me mira.— El asesino llevaba dentro de esta propiedad veinticuatro horas, y siguió aquí veinticuatro horas más para no levantar sospecha.— se me dificulta el respirar.— Lo que más me incomoda es que aquí hubo o hay alguien que lo ayudó y su objetivo estaba claro, lo único que quería era matar a Brenda y generar traumas en tí.
Hela entra a mi habitación y su sonrisa se destroza cuando ve a Jhonathan que se pone como un tómate.
—¿Se conocen?.— cuestiono luego de un rato.
—Si.— afirma él.— Yo la rescaté del infierno que estaba viviendo en manos de esos matones.— me vuelve a mirar.— Te quieren destruir tanto a tí como a tu padre.
—¿Como sabes todo eso?.— inquiero angustiada.
—Él entró al callejón donde me dejaron abandonada cuando escuchó mis gritos pidiendo ayuda.— habla mi tía.— Muchas gracias.
Este asiente.
—Escuché a unos hombres en la aldea de rastreo el día que fui a ver las cintas de esta propiedad.— me pone una mano en la rodilla derecha.— No hay ni una cinta de lo que pasó esa noche, los hombres aún hablan de eso como su fuera un teatro y es que hay alguien que les paga para que te sigan jodiendo.— me muerdo el interior de la mejilla.— Lo del accidente fue planeado y lo sé porque tuve que camuflar me entre ellos pareciendo un matón igual. Odian a los Evans y tú eres el objetivo para derribar a tu padre.
Tanta información hará que entre en crisis y me le termine tirando a un auto en movimiento.
—¿Que le he hecho a esas personas para que me quieran hacer tanto daño?.— se me quiebra la voz.— ¿Y en quién desconfío? Si todos son empleados de toda la vida de mi papá, las más nuevecitas son Jessica y es mi niñera y la cocinera que tiene un mes con nosotros.
Unas lágrimas rebeldes se deslizan por mis mejillas.
Me vuelve a doler lo de Brenda y lo de mi mamá. ¿Por qué no pudo solo proteger a su hija en vez de huir?
Hela sale de mi habitación dejándome con mi compañero que no deja de darme detalles de como empezó su interés por esta investigación y me sorprende sus alcances.
—No puedo creer que todo lo hicieron por dañarme.— me voy hasta las ventanas.
—Tranquila.— Jhonathan se posa detrás de mi.— Lo resolveremos, solo confía en mí.
—¿Como voy a confiar en alguien que me odia?.— lo miro por el cristal.— Además, también odias a papá.
—Podré odiarlos, pero jamás los dañaría.— asegura.— Ustedes en algún momento fueron mi familia.
Volteo a mirarlo, notando lo cerca que ambos estamos. Intento apartarme pero no me lo permite y acto seguido me pega contra la pared.
Puedo escuchar en latir de su corazón que se funde con el mío. Ya no hay odio en sus ojos, está solo el brillo con el que siempre me miraba cuando no había nadie en casa.
Siempre fuimos los niños que se gustaban desde niño y fuimos los adolescentes que a pesar de odiarse se besaban a escondidas.
—¿Que haces?.— mascullo y su mirada viaja a mis labios.
—No lo sé.
—Podríamos ser hermanos, Jhona.— mi labio inferior tiembla.
Nos podremos odiar hasta los huesos pero siempre existirá una atracción entre nosotros.
—Pero no lo somos.— una de sus manos recorren mi cuerpo.— Somos chicos que siempre estuvieron atraídos pero con un abismo entre ellos.
Me besa, al terminar la última frase se apodera de mis labios y yo inconscientemente le correspondo.
Siento su desespero, sus ganas. Todo en mi arde y es cuando lo beso con más pasión y deseo. Una de sus manos toma mi cuello mientras que la otra baja a mi intimidad, se adentra y toca mi clítoris.
Estoy tan pero tan mojada que mi mente se pone en blanco cuando mete dos dedos en mi vagina haciendo gemir contra sus labios. Entra y sale dándome esa maravillosa sensación que hace que mi respiración se descontrole jadeando y gimiendo.
—¿Te gusta?.— pregunta aún con sus dedos en mi interior.
—Si.— respondo y mordisquea mi clavícula.
Vuelve a besarme sin dejar de masturbarme, siento que el clímax se acerca...
—Alyx, ¿Estás ahí?.— la voz de Danna hace que reaccione empujando a Jhonathan lejos de mí, está colorado y agitado al igual que yo.— Alyx, soy Danna.
—Un... un momento Dan.— trato de respirar bien y relajarme.
Mi compañero entra al baño y yo voy al espejo a acomodarme la ropa. Mis labios están hinchados pero los arreglo con gloss para disimular. Jhona sale sin mirarme y yo solo me pregunto «¿Que demonios hice?».
—Holaaa.— me abraza a penas abro la puerta, le dedico mi mejor sonrisa.
—Adelante.— se frena al ver a mi compañero en mi habitación, se supone ambos nos odiamos con muchas fuerzas y justamente hoy se le ocurrió la maravillosa idea de venir.— Estaba por irse.
Siento que lo último lo dije en doble sentido pero ignoro a mí imaginación. Sin decir nada sale del lugar dejándome con mi amiga más confundida.
—¿Me perdí algo?.— cuestiona.
—Nada.— ruedo los ojos.— Solo vino a decirme algo pero como siempre terminamos discutiendo y molestos.
—Ustedes parecen marido y mujer.— se ríe y yo la penetro con la mirada.— Ignorame.
Pasamos el resto de la tarde viendo series, coloreando y escuchando música.
Si, haciendo todo menos el proyecto.
—¿Como vas con Naya?.— le pregunto y suspira.
—Quiere que mis padres sepan lo nuestro pero yo no puedo decirles eso.— se pasa las manos por la cara, frustrada.
—¿Por qué no? Es tu pareja.— la miro.
— Naya ha sido mi pareja siempre, tenemos el récord de reconciliación pero... .— se queda pensativa.— Hay alguien más.
—¿Como así?.— enarco una ceja.
—Hace tiempo conocí a una pelinegra, con unos preciosos ojos azules, se llama Alyx por cierto...
—Oye.— le doy un golpe en el brazo y ambas reímos por sus tonterías.
—O sea no eres tú, pero si es pelinegra y sus ojos son marrones muy bonitos. Es el tipo de chica con facciones sencillas pero que al sonreír es lo más precioso que existe.— me mira.— Me gusta, siempre está atenta y nunca pone tantas trabas como lo hace Naya; entiendo que este ocupada pero yo también necesito su tiempo y eso hizo que perdiera su interés.
—Te entiendo, pero ¿y si esa pelinegra resulta no ser como novia como lo es como amiga?.
—Me quedo sola.— la abrazo, se que será difícil alejarse de su novia. Todos pasamos por eso alguna vez pero no podemos aferrarnos a algo imposible.
—¿Como vas con mi hermano?.— cuestiona.
—Bien.— me siento tan mal por haber besado a Jhonathan.— De hecho hoy me dijo que vendría a ver una serie conmigo.
—¡Hoy me hacen tía!.— grita y tengo que taparle la boca.
Vuelvo a quedar sola, sin dejar de pensar en lo que pasó temprano con mi ex hermanastro.
—“¿Que haces?".
—“No lo sé".
Nuevo trauma para mí.
Acomodo toda la habitación, me baño, bajo a cenar, platico con mi padre y leo un rato en el sofá de la sala.
Actúo lo más normal que puedo para no despertar sospechas.
Visito la habitación de Hela y luego me encierro en mi habitación no sin antes ponerle pestillo a la puerta.
Son las 10:10pm...
La sombra en las puertas del balcón me ponen alerta de que alguien lo haya visto entrar.
—Hola.— saluda con coquetería cuando abro y sonrío por el ramo de flores que tiene en las manos.— Que bonita está la noche.
Lo agarro de la camisa adentrando lo y cierro las puertas apagando la luz dejando solo la tele encendida.
—¿Como entraste?.— le cuestiono sonriendo.
—Soborné a tu vigilante y luego corrí hasta la ventana del balcón.— me besa y sonrío contra sus labios.
—Eres todo un Romeo.— le digo y suelta a reír.
Desempaca lo que trae en su mochila mientras lo veo co adoración.
—“¿Te gusta?".
—“Si".
Se me borra la sonrisa al pensar en lo idiota que actúe temprano. Le estoy siendo infiel y eso es algo que no me gusta, jamás debí permitir que aquel bastardo me besara.
El perfume del hombre que tengo al frente se ha colado en toda mi habitación y me levanto a besarlo para olvidar el beso y el toqueteo que tuve en la tarde con mi hermanastro.
—¿No íbamos a ver una serie?.— cuestiona cuando se sienta en la cama conmigo sus piernas.
—Eso puede esperar.— lo beso.— Tócame, estoy tan caliente.— le susurro en el oído.
—Y yo tan duro.— aprieta mi cintura refregando me en su erección que parece una piedra.
Me besa, me mordisquea y me quita la camisa de ceja dejándome en sujetador.
—¿Son mías?.— se refiere a mis pechos. Solamente asiento. Mi sujetador sale volando y acto seguido comienza a chupar y lamer mis aureolas rosadas haciendo que gima.
Le quito su polo dejando su torso descubierto, me bajo y le quito el pantalón bajando su bóxer también.
—¿Estás segura?.— cuestiona con el ceño fruncido y asiento.
Atrapo su miembro con mi boca dándole un buen masaje.
No sé en qué momento pasa todo pero de un minuto a otro estoy en cuatro gimiendo y jadeando como una puta ninfómana. Pasa unas cuatro o cinco veces hasta su último derrame.
Ambos estamos mirando el techo en silencio hasta que volteo a observarlo. Es tan hermoso con su carita perfilada a igual que su nariz, sus labios son perfectos, el color de su piel, sus largas pestañas y sus preciosas cejas.
Llega en mi el arrepentimiento otra vez de haber dejado que otro me tocara y me besara.
Me le acerco y le doy un beso media luna.
—Te amo.— le digo y el sonríe mirándome con dulzura.
—Y yo a ti, bonita.— me acaricia la cara.— Quiero que vayas conmigo mañana a una fiesta, ¿Puedes?.
—Si.— lo vuelvo a besar.— ¿Dormirás aquí?.
—¿Quieres que duerma aquí?.— enarca una ceja.
—Si, ya mañana me las apaño.— beso un pectoral.
—Ok.— acaricia mi cabello.— ¿Quieres más?
Asiento y aparta las sábanas.
—Montame.— me dice y yo no lo pienso dos veces. Me subo y me penetra lentamente dejando que yo sienta todo.
El entra y sale no se hace esperar, toca mi clítoris estimulándolo.
Me muevo jadeando en lo oscuro de la habitación, su mano impacta una y otra vez contra mis glúteos, me agarra de la cintura para darme placer como una maquina de coser. Lo hace tan rápido que siento el orgasmo apoderarse de mi sacudiéndome sobre él.
Termino mojada y sobre su pecho.
—¿Quieres más?.— pregunta y niego haciéndolo reír.
A la mañana siguiente siento que todo me duele, siento algo a mi lado y también una voz a lo lejos.
Parte II.
Lentamente abro los ojos...
Notó que son más de las once de la mañana.
Me tiro de la cama directamente al baño, me miro al espejo y gracias al creador tengo marcas en mis pechos cosas que se tapa con las sudaderas. Me arreglo con un short negro y sudadera verde con sandalias y me maquillo tratando de verme linda ya que las ojeras se notan.
Al salir me encuentro con Daniel sentado en la cama con cara de poco amigos.
—¿Mala noche?.— cuestiono posando frente al espejo.
—Tengo una cita dentro de cuarenta y cinco minutos.— su voz está ronca. Cosa que me hace acercar sentarme horcajada a su cintura con mis rodillas a ambos lados.
No hay nada mejor que ver a este hombre semidesnudo, sus ojos brilla con adoración.
—No quiero que te vayas.— antes de darle un casto beso, el olor de su cuerpo me pone a mil.
—Pero tengo que irme, mi chiquita.— me da un beso en la nariz.— De todas maneras en la noche nos volvemos a ver.
Hago puchero y me abraza la cintura pegándome más hacia él.
Nos separamos y se levanta con dirección a mi armario.
—¿Cual es el baño?.— me mira y yo oculto la mi sonrisa señalando la puerta del rincón.
Acomodo la cama hasta que el sale luciendo unos jeans y playera roja, si cabello bien peinado y zapatillas deportivas.
Notando que me veo tan pero tan niña para él que parece más bien mi tío y solo me lleva por cinco años.
—¿No te incomoda salir con una menor?.— lanzo la pregunta simulando mis inseguridades.
—A mi no, ¿por qué?.— me mira y es ese impacto de miel con azul celeste.
Me encojo de hombros y el se acerca a mí puesto, besándome.
—Te amo, Alyx.— su frente pega con la mía.— Te quiero a tí, solo a tí.
Este hombre aviva las llamas de mi corazón, es el tipo de hombres que te devora sexualmente y que emocionalmente te protege.
Nos abrazamos por última vez en la mañana antes de salir al pasillo que está desolado.
Atravesamos la casa corriendo, asegurándonos que nadie nos vea...
—¿Alyx?.— pregunta Amelia, al notar mi presencia. Trato de esconder a Daniel detrás de una pared.
—Amelia.— sonrío y ella se acerca.
—Vivimos en la misma casa y es raro cuando te veo.— comenta.— ¿Saldrás?.
—Si, iré a la cuidad.— le digo para que esté al tanto.— Pero iré rápido, así que dile a Jessica que cuando vuelva quiero mi desayuno en el comedor por favor.
Asiente sonriente antes de regresarse y yo sigo mi camino con Daniel detrás.
Llegamos al estacionamiento y noto que también está desolado, caminamos rápido hasta el BMW azul.
—¿Me llevarás al trabajo?.— frunce los labios.
—Así es, guapo.— rueda los ojos.— Espero no le incomode.
Sonrío cuando entra, jamás pensé verme en esta situación. Pero aquí estoy.
Salgo del estacionamiento y el solo se fija en su celular, los guardias me dan el paso y continuo hasta salir a la avenida. Me coloca el GPS del lugar a donde lo llevaré, es una clínica no muy lejos así me concentro en manejar.
—Nunca una mujer me había servido como chófer.— comenta y río.— Es la primera vez.— se recuesta del asiento mirándome.
—No me mires tanto, que me pongo nerviosa y luego choco.— digo con sarcasmo haciendo que se me burle.
—Por eso no dejo que las mujeres conduzcan, tienen el poder de acabar con la vida de cualquiera.
—Pues, yo soy diferente.— cruzo en la avenida tres.
— Ajá.
Nos quedamos en silencio y nos es incómodo, me siento tan segura a su lado que podría vivir esta experiencia una y otra vez.
Llagamos a su destino y lo escucho suspirar.
—¿Pasa algo?.— lo miro.
—Tengo sueño y de seguro saldré a las cinco de aquí.
—Entonces en lo que llegues a tu casa descansas un poco.— le acaricio la cara con mis nudillos.
—Te invité ir a la fiesta, y tengo que asistir.— cierra los ojos por mis caricias.
—¿Es importante?.— asiente.— Pues, iré yo con tu hermana a cubrirte y ya está.— abre los ojos de inmediato.
—¿Lo harías por mi?.— cuestiona.
—Obvio, amor.— beso su nariz.— Tú escalaste hasta mi balcón, es justo que yo recompense eso.
Ambos reímos de la travesura.
—Gracias.— susurra en mis labios.— Te amo.— me besa antes de bajar y lo miro adentrarse.
Me devuelvo a casa con la cabeza palpitando me a tres mil quinientos.
Desayuno y almuerzo de una vez, llamo a Danna para informarle lo de esta noche, trato de alistar todo para la vuelta a clases, busco el outfit de esta noche, le imploro a mi padre por permiso hasta accede y a las ocho ya estoy lista para irme.
Paso buscando a mi amiga que no deja tomar champagne en el auto.
Se ha dejado definitivamente de Naya y aunque diga que no pasa nada, sé que está mal y que calma su dolor con tragos.
El lugar del evento es un club, la decoración y todo está muy bien. Las personas lucen pulcras y me sorprende ver tantas personas mayores, no es una fiesta de "chavos" es una reunión de empresarios, comerciantes, personas que buscan engrandecer sus negocios, doctores, médicos y unas que otras enfermeras.
Se que lo son, ya que cada mesa cuenta con su debido número y nombre de la profesión que ejercen.
Un señor alto nos mira y pide la invitación.
—Venimos de parte de Daniel Smith.— el hombre mira la tarjeta y nos señala la mesa correspondiente y quedo frenada cuando veo a varios que conocí en la fiesta del bosque y entre ellos Jhonathan.
Nos acercamos con jovialidad hasta ubicarnos en nuestros asientos.
—Hola, Danna.— todos saludan a mi cuñada y me miran con desdén.
—¿Donde está Dani?.— pregunta una rubia llevándose la copa a sus labios.
—Se quedó, está muy cansado por la jornada de hoy.— comenta Dan.
—Es una lástima.— me mira.— ¿Y tú eres?.
—Alyx Evans.— repaso la vista por todos en la mesa hasta fijarla en ella otra vez.— La novia de Daniel.
¡TOMA PERRA!
Su cara se desfigura en sorpresa total, para nadie es un secreto que Daniel tiene pareja. De hecho, muchos que están aquí presente me conocieron en la fiesta clandestina el cuál me presentó o me presenté como su novia. Pero hay otros que no me conocían y aquí estoy de piernas cruzadas luciendo un vestido Chanel por los muslos, color vino.
—Eres muy bonita.— comenta una morena de cabello rizado.— A Daniel los gustos le evolucionan.— se hace un ambiente de comentarios positivos tipo: "tienes razón" "eres muy guapa" "tú carita es creada por los dioses" "bienvenida al grupo" "la mas bella".
—No lo creo.— vuelve a hablar la rubia.— Daniel mostraba anteriormente gustos por mujeres maduras e inteligentes y está niña no se nota tan a esa altura.— sus ojos arden en fuego.— Dime, ¿Que edad tienes?.
— Diecisiete.— respondo.
—¡Imagínense!.— se ríe y unas ganas más falsas que sus pestañas.— Que madura va a ser esta niña, pobre Daniel.— se lleva la mano al pecho con drama.
Seguido de eso vienen comentarios como: "pero es bonita" "podría ser su hermana" "Daniel está loco" "esa es una niña".
Me vuelvo el centro de atención mientras Danna solo se enfoca en tomarse todo puto club si se lo permiten.
Me levanto bajo la mirada de la rubia y me dirijo al baño.
Está solo y aprovecho para lavarme la cara...
—Alejate de Daniel.— miro a través del espejo y la misma de la mesa.— Ese hombre es mío, no puedes aparecer y quitármelo como si nada zorra.— si la mirada matara, ya estuviera muerta.— Yo lo he esperado tanto tiempo, así que aléjate o será peor para tí.
Ruedo los ojos.
—Dejate de dramas.— le suelto.— Tal vez lo has esperado tanto porque solo te ve como una amiga, porque nosotros tuvimos conexión, quimica o lo que sea desde el primer día. Así que la zorra es otra.— le guiño el ojo y veo la figura del hombre que viene entrando.
—¿Sucede algo?.— pregunta Jhonathan.
—No.— se adelanta ella.— Ya me iba.
Sale dejándome con mi ex hermanastro.
—¿Tienes novio?.— asiento ante su pregunta.— ¿Por qué dejaste que te tocara ayer entonces?
«Maldito»
—No... no lo sé.— balbuceo.— Olvida lo que pasó en mi habitación, no estoy para dramas ni estupideces.
Intento salir pero me toma del brazo haciendo que lo mire. El azul oscuro de sus ojos me hacen tragar grueso.
—Te necesito, Alyx.— masculla y mis piernas se debilitan.
Sin decir mas entramos en unas de las gavetas, besándonos como si no hubiera un mañana, como si el fin del mundo está frente a nosotros y solo tenemos pocos minutos.
Se sienta en la tapa del inodoro y yo encima de el, sin parar de besarnos.
Sé que estoy haciendo esto mal, pero es que este chico hace que yo entre a un mundo completamente descabellado. Mi novio no se merece mi infidelidad pero cuando de lujuria y deseo se trata muchos caemos en ese pecado sin importarnos nada y es eso lo que siento ahora.
Sus besos son llamas para mí cuerpo, nuestras intimidades rosan por encima de las telas y no solo quiero esto, quiero más.
—Más.— susurro y acto seguido aparta mis bragas mientras que yo le desabrocho su pantalón y libero su miembro.
Comienzo a brincar sobre su verga y cuando el placer me abarca de una manera que me hace ver estrellitas.
—¿Le gusta como me la follo, señorita?.— pregunta y es cuando más caliente me pongo.
No dejo de gemir a causa de las sensaciones que desprenden sus embestidas.
—Le hice una pregunta.
—Si... ¡Aah!.
No puedo hablar.
Los jadeos por parte de él son más gruesos y se escuchan tan deliciosos que obtengo mi primer orgasmo.
Continúa besándome, me levanta, me pone contra pared y me toma embistiendo me por detrás. Tengo mis manos en la pared, a igual que la mejilla derecha.
Lo escucho gruñir y cada embestida es un placer que me eleva a la luna.
Ni con Daniel siento tanto placer así.
Me derrame por segunda vez y si derrame no se hace esperar.
Me voltea y nos fundimos en un beso hasta que logro captar lo que he hecho.
«Soy una vil puta»
—Alyx...
—Callate.— le digo mientras proceso con detenimiento lo que acaba de ocurrir.
«No usamos protección»
—¿Tomas píldoras?.— asiento pero recuerdo que tengo más de tres días que no las tomo.
—Callate.— le vuelvo a decir.— Déjame en paz, y esto nunca pasó.
Salgo, me miro en el espejo y me apresuro en busca de Danna que está bailando en la pista. 7 ring de Ariana Grande tiene la pista vuelta loca con mujeres creyéndose divas.
—Nos vamos.— la halo.
—¿Por qué?.— «está ebria»
—Porque si, joder.— la arrastro hasta el estacionamiento que mi chófer nos está esperando.
Nos subimos y mi amiga queda rendida en el camino.
Las ganas de llorar me tienen mal, no quiero verle la cara a mí novio. No se merece una novia como yo.
Al llegar a casa le indico al chófer que suba a mi cuñada hasta mi habitación y yo les sigo el paso pensando en lo que me está pasando con Jhonathan.
Tengo que parar eso o terminaré en grandes problemas.
Me quito los zapatos y busco mi móvil en el bolso.
{Si existieran más personas como tú, el mundo sería completamente distinto.
Eres la mejor compañera de vida que me ha podido tocar, te adoro mi amor.
Antes de que comiences otra vez las clases te llevaré a comer pizza por existir.
Te amo te amo te amo te amo}
11:27 pm
Las lágrimas me nublan la vista.
Él es todo lo hermoso que existe en esta vida y yo solo soy una ramera que se la follan hasta en un baño.
El sentimiento me abarca y comienzo a llorar en mi baño, me miró y me doy asco. Porque se supone que soy el orgullo de mi familia y es algo que no estoy cumpliendo.
Quisiera dormir, despertar y que todo haya hecho un sueño.
El mensaje de Daniel se repite una y otra vez en mi mente y termino dormida en el sofá de mi habitación.
************
Holoooss jkaaj
Otro capítulo de Ya No Duele y créanme que este libro me va a volver loca.
Me disculpo por crear capítulos tan largos pero se me hace más fácil editar de esta manera y que disfruten 2 capítulos en 1. Dividiéndolos en parte 1 y parte 2 aunque me quede más cieguita escribiendo 4987 palabras:')
No se olviden de votar y ayudarme a conseguir más seguidores, también me disculpo por los errores en la ortografía. Acuérdense que soy principiante.
También los invito a leer Inefables.
Besitos
Dou.
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