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4: Yo

Soobin entonces lo comprendió.

Pasó su mano bruscamente por la barbilla, con la mirada fija en un punto del suelo.

——Entonces no fue un sueño ——susurró bajito, pero lo suficientemente fuerte para que Yeonjun escuchara.

——¿Disculpa?

——Yo... Creí que había sido un sueño, pero al parecer no es así ——musitó confundido.

——¿Creíste que era un sueño? Espera... ¿Estás diciendo que lo recordaste todo este tiempo y no me dijiste nada?

——Creí que lo había soñado ——negó con la cabeza riendo.

——¿De qué carajo te ríes? —— Yeon frunció mucho el entrecejo ——¿Por qué no me dijiste nada?

——Porque creí que era un sueño, y si te lo decía, te ibas a poner justo así ——señaló con la mano su comportamiento exaltado.

¿Cómo Soobin podía estar tan tranquilo? Cuando él se enteró, sintió que el mundo se le cayó encima.

——¿Cómo puedes estar tan tranquilo con todo esto? ——señaló su torso desnudo.

——El alcohol me descontrola un poco, lo siento ——arrugó la nariz tiernamente ——. Ponte hielo, desaparecerá en un par de días ——finalizó inexpresivo.

¿Por qué parecía no importarle en lo más mínimo que casi llegaran a hacerlo? Esto estaba fastidiando a Yeonjun.

El mayor soltó una risotada incrédula.

——De verdad te importa una mierda, ¿no? ——apretó la mandíbula.

——No es así, Yeon ——refutó ceñudo ——. Solo creo que estas haciendo demasiado escándalo por un beso.

——¡¿Un beso?! ¡Parece que me hubieran atacado 10 aspiradoras! ——espetó molesto.

——Bueno sí, ya. Lo siento ¿Que más quieres que te diga? ——soltó Soobin irritado.

No lo siente, le da igual.
Jodió mi relación, nuestra amistad y le da igual.

——¿Acaso no ves el maldito problema aquí, Soobin? ——frunció el ceño alterado ——Yo tengo una novia y tú acabas de salir de una relación difícil. Esto es-

——¡Lo sé! Y nosotros... ——murmuró el castaño cabizbajo, sintiéndose de repente culpable.

——TÚ me besaste ——corrigió el peliazul enfatizando.

El contrario soltó una risa amarga incrédula.

——¿Es todo mi culpa ahora? ¿Se te olvidó que tú me-

——¡Ya cállate Soobin!

——No intentes jugar el papel de la víctima aquí, Junnie. Tú eres tan culpable como yo por el hecho de que me seguiste el juego en vez de detenerme. Y sí, tal vez yo me pase un poquito, pero dime, ¿quieres que te recuerde todo lo que tú me hiciste esa noche? Oh porque créeme que lo recuerdo todo con lujo de detalle.

——¡Cállate quieres! ¡Cállate joder! ——jaló sus azules cabellos. Frustración destellando en sus ojos ——Siempre hablas todo el tiempo ¡Solo cállate!

——Mira... ——musitó el menor cansado con la mirada baja ——Lo mejor que podemos hacer es olvidarlo, ¿sí? Nada tiene porque cambiar.

Yeonjun se enfocó en regularizar su pulso y agitada respiración para volver a encararlo.

——¿A- A qué te refieres con cambiar?

No tienes ni idea.

——A que no soportaría que algo le suceda a nuestra amistad ——lo miró directamente a los ojos desde la cama.

La expresión de Yeonjun cambió gradualmente a una de preocupación. Arrastró los pies como si hubiese una cadena pesada ahí y se sentó a lado de Soobin, mirando al frente.

——Me siento de la mierda ——confesó.

——Lo siento... ——musitó Soobin, y esta vez lo decía en serio.

Yeonjun negó con la cabeza con lentitud.

——Tienes razón, es culpa de ambos ——pausó unos segundos ——. Es mejor olvidarlo ——concordó.

Se escuchó a Soobin suspirar.

——Gracias ——le sonrió apenas.

——Pero le diré a SinB ——Soobin se tensó al oír el nombre.

——De acuerdo.

Porque su amigo siempre tenía que ser el chico perfecto, el novio perfecto.

——¿Crees que se moleste? ——preguntó Yeonjun girando su cabeza hacia él.

——No lo hará.

——¿Cómo lo sabes?

——Solo lo sé. Ella no se molestará.

No tiene derecho de hacerlo.

Debes decirle.

——¿Le dirás mañana?

——No lo sé. Ya veré si se lo digo o no

Vamos Soobin, dile.

No seas cobarde.

——Supongo que eso es todo ——sonrió Yeonjun más para sí mismo, devolviendo su mirada al frente.

No, no es todo.

¿Que esperas Soobin? ¡Hazlo! ¡Dile la verdad!

¿Por qué no estás hablando?

Soy un idiota.

——Sip ——forzó una sonrisa el menor.

——Desde mañana este tema queda olvidado ——palmeó su espalda ——. Ah, no sé que hubiera hecho si no hubieras venido a arreglar las cosas ——soltó una risita ——. Estoy mucho más tranquilo ahora.

Soobin sonrió de verdad, porque por lo menos, él estaba bien con eso.

——Nos vemos mañana temprano, Bin. Pero temprano, idiota, el viernes me hiciste llegar tarde.

——Entiendo, entiendo ——dijo entre risitas.

En verdad soy un idiota.

•+×+•

A pesar de haber acordado no volver  a pensar en ello. Yeonjun no podía evitar hacerlo.

¿Como podía ser tan fácil para el castaño? Él seguía riendo, abrazándolo y coqueteando con medio curso como siempre, como si nada hubiera pasado entre ellos.

Si bien es cierto que pasó un poco más de una semana desde que lo hablaron, a Yeonjun le parecía que no había pasado ni un día.

Se sentía un poco tenso a lado de Soobin, y como se la pasaban juntos una porción del día. Esa tensión combinada con nerviosismo, solo aumentaba por su parte.

Incluso cuando estaba realizando actividades completamente ajenas al más alto, los recuerdos vívidos de esa noche venían de la nada a asaltarlo y revolverle la cabeza.

Y es que no podía pensar en otra cosa; cuanto más lo evitaba, más caía ante ello. Como si fuesen aguas movedizas.

Se estaba volviendo tortuoso para él seguir con la vida a la que estaba acostumbrado.

Por más que el peliazul fuese bueno ocultándolo al principio, las cosas se agravaron en su interior y terminó por hacerse muy obvio para todos.

Para todos, menos Soobin.

——¿Ya te vas? ——preguntó Hyuka al ver a Soobin levantarse de su sitio.

——Sí, hoy quedé con unos amigos para ir a jugar fútbol ——Tomó sus cosas.

——Nos vemos entonces ——habló Tae.

Soobin, antes de irse, puso una mano en el hombro de Yeonjun, quien seguía sentado, y ahora inconscientemente rígido por el tacto.

——¡Espera Soobin! ——lo detuvo Hyuka, haciendo que el mayor volteara ——¿Pasarás por la facultad? ——Soobin asintió ——Llévame hasta la segunda urbanización, le llevaré el almuerzo a Leah ——Soobin volvió a asentir y salió del local.

Hyuka se giró extrañamente serio y tenso tal vez.

——Volveré enseguida ——anunció y siguió a Soobin.

Y solo cuando Tae y Yeonjun estuvieron solos, Tae se ánimo a preguntar.

——Y entonces... ——jugaba con la pajilla de su malteada de fresa ——¿Qué está pasando con Soobin?

Yeonjun se tensó sin quererlo, de nuevo.

——¿Soobin? No sé a que te refieres ——mintió intentando sonar firme.

No lo logró.

——Por favor Jun, se nota que estás enojado o incómodo por algo desde hace días.

——Para nada.

——Yeonjun, todos se han dado cuenta de tu fría y rara actitud hacia Bin, excepto él.

——Te parece, pero no es así.

——¿Entonces estamos locos todos? ——soltó una risita ——Hay algo de lo que yo me he dado cuenta una vez que te vi en el pabellón de ciencias.

Yeonjun elevó las cejas para darle a entender que continuara.

——¿Por qué estabas mirando tanto a Soobin ese día?

¿Lo habían visto? Joder. Esto no era bueno.

——¿M-mirar? ¿Cuándo?

Tae sonrió con suficiencia. Yeonjun no era de tartamudear.

——Ok. No pasa nada ——se recostó hacia atrás mientras tomaba su malteada ——Te seguiré el juego ——canturreó.

——Tae no es como tú-

——¿Está buena no? ——señaló su vaso ——Creo que iré por otra en lo que esperamos a Hyuka ——se levantó.

——¡Tae!

Taehyun siempre lo dejaba con la palabra en la boca. Por dios, que molesto.

•+×+•

Un mes después, las cosas volvieron a la normalidad. O bueno, más o menos.

Extrañamente, Soobin había decidido pasar más tiempo con Yeonjun, por no decir, pegársele como un chicle todo el tiempo.

Y no era que Yeonjun no lo disfrutara, ya que de hecho, fue esa exagerada cercanía repentina que ayudó a Yeonjun a superar su encuentro de la última vez. Pasar tanto tiempo con Soobin hizo que se diera cuenta que no tenía porque haber incomodidades ni nada por el estilo cuando no había sido más que un accidente de una sola vez

Volvió a acostumbrarse a él como si nada hubiese pasado. O algo así, pues de vez en cuando, pensaba en esa noche, pero obviamente no como todo un maniático, como antes.

Ahora solo era de vez en cuando.

Por el otro lado, a pesar de disfrutar la compañía de su mejor amigo. A pesar de disfrutar los silencios, las risas, las tardes de películas, las noches de tarea y cualquier momento del día a día a su lado; también estos lo consumían.

¿Cómo? Pues se sentía exhausto después de estos. Como si después de que Soobin se fuera, no tuviera más razón para seguir su día; normalmente yéndose a dormir o a descansar después de estar con él.

Como si Soobin fuera una esponja.

Como si Soobin drenara toda su energía, o como si él se llevara su buen humor junto con su sonrisa.

Él lo sentía. Lo sabía.

Sabía que esa amistad estaba convirtiendose en su motor de día a día, que estaba volviéndose tóxica-dependiente por si es que ya no lo era.

Él sabía muchas cosas, pero a veces vivimos más felices en la ignorancia.

Ignorancia forzada.

Porque tal como él era su epicentro, también era un posible detonante para reducirse a nada más que solo él.

Porque disfrutaba estar con él más de lo que le afectaba perderse a sí mismo.


—¡Jun, les traje el almuerzo! ¡Bajen! ——exclamó su hermana menor desde la planta baja>

——¡Caliéntalos y déjalos en la mesa! ¡Ya voy!

Yiren hizo lo que le dijo su hermano y fue a al baño de visitas a lavarse el rostro. De pronto había sentido mucha calentura.

Cuando volvió, se encontró a Yeonjun picoteando de ambos platos.

——¡Oye! Uno era para Soobin ——intentó quitarle uno, pero el mayor puso resistencia.

——Él ya se fue ——dijo con la boca llena de comida ——Tenía que acompañar a su mamá a no sé donde.

Yiren abrió más los ojos al ver a su hermano comer peor que un perro.

No había estado comiendo muy bien últimamente.

——Oye tranquilo, nadie te va a quitar tu comida. Te vas a atorar de nuevo ——masculló.

Yeonjun la miró con desinterés y sólo siguió comiendo.

De pronto, Yiren frunció el ceño mirando a un punto fijo. Se apresuró a salir de la cocina.

Yeonjun no pasó por alto el rostro pálido de su hermana antes de retirarse, por lo que sus instintos de hermano mayor, le dijeron que parara de engullir un momento y la siguiera.

Y tal como lo previó, Yiren le daba la espalda sosteniéndose con fuerza del sillón verde de su sala. La observó dar dos pasitos hacia atrás, y como si supiera lo que venía, la atrapó en el aire antes de que pudiera caer al suelo.

——Wow, ¿Qué te pasa? ——la ayudó a volver a mantenerse de pie  ——¿Quieres sentarte? ——preguntó preocupado.

——No ——se soltó de su agarre ——Estoy bien, Jun. Creo que no comí suficiente ——colocó una mano en su frente entrecerrando los ojos.

——No estás bien ——bramó ceñudo ——Te duele la cabeza, ¿no es así?

Yiren retiró rápidamente la mano de su frente y se forzó a relajar la expresión.

——No Jun. Estoy bien, en serio.

——No, no lo éstas ——volvió a repetir frustrado. ¿Por qué tenía que mentirle? ——La semana pasada te desmayaste en la formación de entrada y por eso te devolvieron de clases ——pausó un momento para tomar aire ——¿Qué es lo que pasa, Yiren? ¿No estás comiendo bien? ——inquirió genuinamente preocupado.

——Jun, no pasa nada, ¿sí? Solo tomaré una aspirina.

Antes de que pudiera decir algo más, Yiren ya había subido a su habitación.

Yeonjun se debatió entre ir y presionarla a que le diga que estaba pasando o dejarla ser.

Optó por la segunda, pues sabía que ella le diría cuando estuviese lista. Ellos dos tenían una muy buena relación, así que no se preocupó mucho.

Bajó y volvió a terminar de comer los dos almuerzos.

•+×+•

[Un mes después]

Las cosas le iban... bien.

¿Un poco mal?

Algo estaba cambiando en él.

No sabía que era. Pero algo estaba sucediéndole. Y le molestaba no saber que era exactamente para poder frenarlo.

Este cambio no le gustaba nada.

Esperaba a SinB para que le explicara el porqué de los rumores que corrían por allí.

Como él era amigo de muchas personas en la universidad, no fue uno, sino fueron muchos los que le contaban lo que veían por ahí.

Y él no se sentía molesto, solo se sentía irritado. Quería mucho a SinB, pero no era de los que se volvían locos por una chica o cometían estupideces por amor.

Yeonjun era racional. Se supone que él era racional. Nunca se dejaba llevar por los sentimientos, él los llevaba a ellos.

Él tenía el poder siempre.
Por esa tranquilidad e inteligencia emocional era admirado por muchos.
Su madurez era admirable.

Se supone que lo era.

——Llegaste ——le sonrió él.

——Hola ——se acercó ella y lo saludó con un beso corto. Se sentaron en una banca del patio.

Hubo un pequeño silencio.

——Seré directo, ¿Por qué la gente anda diciendo que me engañas con Moonbin?

Mantener la mirada inexpresiva e indescifrable en momentos así; cosas de él.

SinB asintió rígidamente mirando al frente.

——Sé lo que la gente dice, Jun ——se giró hacia él ——. Pero te prometo que no es así.

——Todos me han dicho que pasan demasiado tiempo juntos y que se les ve juntos todo el tiempo, incluso fuera de la universidad.

——Moonbin es mi mejor amigo desde la infancia Jun, lo sabes. Solo pasábamos el rato. No tiene nada de malo.

——Lo sé ——le sonrió ladino ——. Confío en ti y lo sabes. Si dices que no es nada, entonces no lo es.

SinB sonrió satisfecha y lo abrazó cariñosamente.

——Gracias por venir a preguntarme a mí en vez de desconfiar ——agradeció en el abrazo.

Él besó su frente, pero por alguna razón se sentía vacío.

El beso, ella, él.

——No es nada...

¿Qué me está pasando?

•+×+•

[Un mes después]

Las cosas no parecían irle bien en lo absoluto.

¿Se supone que se debe tocar fondo recién para resurgir?

Él no era una clase de ave fénix o algo por el estilo.

Nadie quiere esperar a lo peor para recién darse cuenta de que es muy tarde, pero lamentablemente así de ineptos somos.

Tarde, siempre tarde.

Yeonjun estaba volviéndose loco.

Llevar la vida dependiente que estaba llevando a sus 22 años, le estaba haciendo un gran daño.

Un gran daño que no sabía, era irreparable.

Soobin no era de esforzarse en la universidad, pero Yeonjun sí. Y el hecho que Soobin no tenga tanta tarea y aproveche eso para ir con el mayor y pegársele peor que chicle viejo, lo estaba volviendo loco.

Porque no podía decirle que no.

No sabía desde cuando, pero llegó un punto en el que no sabía decir no. Pero solo a Soobin.

El agotamiento era tanto físico como mental. Y eso se reflejaba en muchos aspectos.

——Cariño ——llamó su madre con prontitud al ver el plato intacto de su hijo sobre la mesa ——¡Yeonjun! ——se apresuró a detenerlo en el pórtico, al oír el sonido de la puerta abrirse.

El peliazul se giró exponiendo sus terribles ojeras y el rostro pálido que Hyesun no pudo notar gracias a la reciente preocupación por la menor de sus hijos.

——¿A dónde vas con tanta prisa? No has probado bocado... ——su voz se apagaba. Ya no podía con tanta preocupación; ella también estaba exhausta.

——Comeré allá ——volvió a girarse, pero Hyesun jaló de su brazo.

——Jovencito, todavía no respondes mi pregunta ——espetó con dureza.

——Iré al Kartodromo con Soobin. Su primo lo invitó a hacer no sé que y me pidió que lo acompañara ——soltó con aparente molestia.

La señora al notar el tono de su hijo soltó un suspiro incrédulo.

——Ni siquiera quieres ir.

——¿Cómo que no? Claro que sí. No te preocupes mamá, comeré allá ——se volvió a girar como si le fuese urgente irse.

——Yeonjun... ——esta vez la voz salió un poco rota y eso le bastó a Yeonjun para prestarle atención completa a su madre y cerrar la puerta ——Cariño ¿Puedes sentarte un segundo? Por favor...

Yeonjun se sintió mal un segundo por hacerle sentir de esa forma a su madre. Exhaló tranquilo y tomó asiento esperando a que ella hablara.

——Junnie, has pasado mucho tiempo con Soobin últimamente, ¿no?

——Sí mamá, ya sabes, lo de siempre.

——Me refiero a que, yo sé que ustedes son muy cercanos y siempre están juntos. Pero creo que esta vez es diferente, Junnie.

Yeonjun sabía a lo que su madre se refería. Él no era ni ciego ni tonto, él lo sentía. Pero decidió hacerse el loco en esa oportunidad. Quería escucharla.

——¿Diferente cómo?

Hyesun sonrió ladina con pena.

——¿Sabes Junnie? Nunca te lo dije porque creía que no había problema con ello. Pero la verdad siempre me sorprendió que su amistad prosperara de una forma tan bonita considerando sus diferentes personalidades. Tú y Soobin tienen muchas cosas en común, pero también son muy diferentes. Tú eres un chico maduro, tranquilo y centrado, mientras que Soobin está lleno de energía, él es brillante de por sí, brilla a donde sea que vaya.

«Desde niños, siempre los observaba y desde el primer momento, supe que él era imponente ——sonrió con melancolía ——. Cuando no podían decidir a que juego jugar porque tenían ideas muy diferentes, tú siempre lo dejabas ganar a él o le dabas la razón, cuando sé perfectamente que mi pequeño futuro abogado no es de abandonar sus ideales antes de dar pelea ——acarició su mejilla ——. Pero por alguna razón, con Soobin nunca fuiste así»

«Él no es de los que escuchan, él es de los que hablan y hablan. Y eso todos lo sabemos ——le volvió a sonreír a su hijo ——. Pero honestamente, mi amor. Creo que sus personalidades por fin han colisionado. Y todo el golpe, lo has recibido tú.»

«Por más que ame mucho a Soobin, siempre me he dado cuenta de como te reduces por él, por verlo feliz. Desde esos niños pequeños que peleaban por decidir que cocinaría, hasta ahora. Solo que por no saber detenerlo, ha crecido. Y ha crecido, pero tanto, que veo como te está costando seguir con ello. Veo como te consume, veo como te pierdes a ti mismo, mi amor... Y como madre, ver eso... D- duele mucho ——la voz de Hyesun salió rota.»

Yeonjun apretó la mandíbula cuando empezó a sentir el nudo en su garganta, bajar hasta sus extrañas.

Su silencio confirmó a Hyesun que sus instintos como madre, eran correctos.

——¿Nunca le has dicho esto?

Yeonjun negó queriendo llorar.

——Deberías hacerlo, cariño ——tomó su mano delicadamente ——. Ya eres un adulto, así que no tengo porque intervenir por ti. Pero eres mi hijo, te amo y siempre voy a querer lo mejor para ti. Es por esto que estoy aconsejándote.

——Yo... ——la voz de Yeonjun salió notoriamente afectada. Él nunca lo había hablado con nadie. Incluso se había negado a pensarlo porque la idea le abrumaba, pero en algún momento iba a tener que soltarlo ——Lo sé, mamá...

——Tu reporte de notas llegó hace un par de días. Tu rendimiento de notas ha caído un 68%, Junnie. Eso no había pasado antes. Ya no comes mucho en casa, tampoco duermes por estar haciendo los trabajos a última hora. ¿Te das cuenta de cómo te está afectando esto, hijo?

Yeonjun pasó de sentir pena a sentir cólera, rabia consigo mismo. Por ser un inútil que solo defraudaba a su madre y a sí mismo.

¿Pero cómo frenarlo?

——Lo sé mamá. Estoy consciente de eso ——reiteró huyéndole la mirada ——Es solo que... ——la voz quebradiza dolía en su garganta, en su corazón ——No sé cómo detenerlo, mamá. Yo... ——su voz se quebró ——En verdad quiero a Soobin mucho. Me gusta estar con él. Me acostumbre a él y cuando intento alejarme, él vuelve a mí. Él siempre vuelve a mí ——suspiró con dificultad por las ganas de llorar ——No puedo alejarme de él porque me duele no estar a su lado. Él es mi rutina. Cuando no estoy con él me siento apagado, triste. P-pero cuando estamos juntos, me desgasto, me consume, mamá, y también eso me lastima. No puedo ir tras ninguna opción porque en ambas termino en la mierda ¿Entiendes lo jodido de esto?

Hyesun se encontraba todavía afectada por la confesión imprevista de su hijo. Tantos sentimientos acumulados a través de los años...

——¿Sabes lo tóxico que es esto, Junnie? ——Yeonjun asintió lloroso ——Soobin no es un mal chico. Es una maravillosa persona. Pero no todas las buenas personas son buenas madres, buenos hermanos, buenos hijos, buenos amigos... Y el hecho de que no se haya dado cuenta de todo esto que me dices, me hace replantearme si lo suyo podría definirlo como una amistad bonita.

Yeonjun cayó en la comprensión. Su madre tenía razón. Tal vez él estaba corriendo por alguien quien ni caminaba por él.

Aunque no, no era así, porque él sabía que Soobin lo amaba también y se preocupaba por él; Yeonjun sabía que estaría ahí para donarle un órgano si hacía falta.

Porque su amistad no era tóxica, no del todo. El único problema era que Soobin no sabía escuchar, y Yeonjun no sabía como expresarse.

Eso era.

Lo único que necesitaba era un pequeño descanso de él para que las cosas volvieran a como lo eran meses antes.

Yeonjun abrazó a su mamá con cariño, totalmente agradecido con ella por ser una madre tan bondadosa y comprensiva.

En verdad tenía suerte.

——Saldré ——anunció sonriente ——. Tomaré tu consejo.

La sonrisa de Hyesun desapareció. Faltaba decirle.

Esa no era exactamente la razón del porqué lo había retenido.

——Cariño, siéntate.

El rostro de Yeonjun se contrajo en confusión por el abrupto cambio en el semblante de su madre.

——¿Pasa algo? ——tomó asiento de nuevo, preocupado.

La señora asintió, pero ahora se le veía el triple de afectada que antes.

——¿Qué pasa, mamá?

Hyesun se tomó su tiempo para hablar.

——No queríamos decírtelo hasta no estar seguros ——empezó ——¿Recuerdas las migrañas y desmayos de tu hermana?

Yeonjun asintió con un mal presentimiento.

——Todos creíamos que era por una mala alimentación, pero no era así. Fuimos al hospital a sacarle tomografías y... ——la voz era dolorosamente temblorosa ——La razón tras los malestares de tu hermana era un tumor cerebral.

Yeonjun entreabrió la boca asustado.
La misma razón que se llevó a su tan amado padre hace algunos años, había vuelto.

——Pero felizmente, no fue como con el caso de tu padre. El tumor fue detectado a tiempo, antes de que llegara a ser maligno

Yeonjun cerró los ojos exhalando con dificultad.

——Ella necesita un tratamiento caro a base de medicamentos. Y si el problema se complica, necesitará de una cirugía.

——Lo pagaremos, nosotros lo-

Calló al darse cuenta de la situación económica de su familia.

Para poder ayudar con los pagos de la casa, Yeonjun trabajaba en un café todos los viernes.

Ya que con solamente el trabajo de su madre, no era suficiente.

Tal vez antes gozaban de una mejor posición económica, pero desde la muerte de su padre, las cosas habían cambiado drásticamente.

El tratamiento que recibió su padre en su momento, era carísimo. De seguro el costo era parecido.

Fue la familia de Soobin quienes ayudaron a financiarlo. Si no hubiese sido por ellos, el señor Choi hubiera tenido menos momentos junto a su familia antes de partir.

——La tía Sooyoung... ——habló eufórico él ——Ayudaron a papá. Harán lo mismo esta vez, solo tenemos-

——No ——espetó ella ——. No abusaremos de su amabilidad, Yeonjun. No lo haremos de nuevo.

——Pero mamá-

——Yeonjun, el tratamiento completo de tu padre costó casi medio millón de dólares. ¿Acaso crees que por ser nuestros amigos son nuestros acreedores?

¿Cómo su madre podría decir algo así?

——Mamá, nosotros no podremos pagarlo con lo que ganamos. Apenas podemos con los gastos del mes...

——Sí, sí vamos a poder, Yeonjun. Conseguí el ascenso.

Yeonjun frunció el ceño.

Su jefe se había negado incontables veces a darle un ascenso a su madre. Solo había una forma...

——Mamá... ——musitó dolido.

——Debes apoyarme, Junnie. Debes trabajar más días en la cafetería. Sé que se te va a complicar por la universidad. Pero es un sacrificio que tenemos que hacer ambos.

——Mamá, los Choi- ——intentó insistir.

——No ——bramó ——. Por favor, cariño. Lo hecho, hecho está ——tragó duro ——. Te prohíbo que le menciones algo a Soobin sobre lo de tu hermana.

¿Mentirle sobre algo tan importante? Él no podría con eso.

——Mamá no-

——Hijo ——miró con intensidad ——. Por favor, apóyame, ¿sí? Si le dices a Soobin, él le dirá a su madre y no quiero que Sooyoung lo sepa.

Yeonjun sentía que podría pegarse un tiro en ese momento. Trago con dificultad y asintió mecánicamente. Sintiéndose vacío.

——¿Dónde está ella? ——dijo con un hilo de voz ——No está con Aisha, ¿no es así?

Su madre negó.

——Está en el hospital. Solo volví por ropa y para decirte esto. Estaremos allí unos días. Te quedarás en casa.

Yeonjun asintió mecánicamente de nuevo.

Estaba destinado a sufrir, ¿no es así?

——Puedes venir mañana.

Volvió a asentir y se levantó para salir.

——Confío en ti, Junnie ——Yeonjun paró al oír esas palabras, mas no volteó. Solo se fue.

Cuando pensaba en ir a recostarse a alguna esquina del parque para pensar, o tal vez intentar dejar de hacerlo, sus ojos se encontraron con los de Soobin, sentado en el césped.

Siempre aparecía en los mejores y peores momentos.

Ese momento era una mezcla de ambos.

Como quería decirle, abrazarlo, escucharlo.

Estoy tan jodido.

Sus ojos se encontraron. Y como si sus pies tuvieran vida propia, se encaminó hacia él sin pensarlo.

——Volviste temprano.

Soobin le sonrió desde abajo.

——Sin ti es muy aburrido ¿sabes? Te llamé y escribí, pero creo que lo tienes apagado.

Yeonjun no pudo ni forzar una sonrisa falsa en respuesta, solo se sentó a su costado.

——Quiero hablar contigo, Soobin ——soltó inexpresivo, viendo al frente.

——Claro, yo también. De hecho no sabía que vendrías aquí. Te iba a comentar que estaba pensando en trabajar contigo en la cafetería. Quiero decir, no lo necesito, pero creo que sería muy divertido si-

——Soobin ——interrumpió con una voz sorprendentemente grave, aún sin dignarse a verlo. Soobin enarcó las cejas y se giró a verlo.

Por fin, silencio.

——¿Todo bien Junnie?

Yeonjun demoró en hablar. Bastante.

——Quiero alejarme de ti un tiempo.

Soobin frunció el ceño como si hubiese dicho la estupidez más ridícula del mundo.

——¿Qué mosquito te picó hoy?

——Quiero mi espacio ——masculló inmutado.

——Yeonjun, ¿te estás escuchando? ——rió ——¿Por qué me pides eso como si fuéramos pareja?

Suficiente.

——¿Puedes dejar de tomarte todo en broma un maldito segundo?

Soobin supo que era serio e importante cuando por fin su amigo lo vio, revelando sus ojos llorosos.

La expresión jocosa de Soobin desapareció.

——Habla.

——Quiero alejarme de ti un tiempo, Soobin. Y no, no es una puta broma esta vez ——devolvió su mirada hacia el frente.

Soobin frunció el ceño, completamente perdido.

——¿Por qué o qué? ¿Estás enojado por algo?

——Solo... ——suspiró ——Creó que necesito mi espacio.

Si esto era lo correcto, ¿por qué dolía tanto?

——¿Espacio? ¿Te refieres a tú ir por tu lado y yo por el mío? ¿Esa clase de espacio?

Yeonjun no estaba muy seguro de qué era exactamente de lo que necesitaba, pero asintió de todas formas.

——¿Hice algo malo? ——insistió buscando los ojos ahuyentados del mayor.

——No, Soobin. No hiciste nada malo.

O tal vez sí.

El ceño fruncido de Soobin solo se acentuó.

——Entonces, ¿me puedes explicar qué es todo esto? Te juro que si es una puta broma, te voy a golpear.

——No es una broma, Soobin. Ya deberías saber eso... ——aseguró con la voz rota.

Quería llorar. Sus notas, su madre, su amistad, su hermana...

Yeonjun no era bueno fingiendo emociones.

Él se veía verdaderamente triste, pero lo que a Soobin le molestaba era que no le estaba diciendo el porqué.

——¿Acaso no prometimos siempre decirnos todo? ¿Por qué carajos estás así? ¿Qué te pasa, Junnie? ——acercó su rostro al de él.

——¿Somos amigos, Soobin? ——se volteó por fin a verlo, con una expresión dolida.

Soobin se alarmó.

——Claro que sí, más que eso y lo sabes ——puso una mano en su espalda.

——¿Y por qué no te das cuenta? ——soltó en un pequeño sollozo que mareó a Soobin.

¿Qué es todo esto?

——¿De qué? ——musitó roto, incomprendido.

——De como me desgasto ——rió sin gracia ——. De como me duele esto ——volvió a sonreír ——. De como nuestra amistad esta acabando lentamente conmigo ——miró con dureza.

Soobin sintió que vomitaría. No entendía. Pero si todo iba tan bien.

Él creyó que tal vez..

¿Destruyéndolo? Eso sería lo último que él quisiera hacerle.

——¿A que te refieres, Junnie? ——inquirió aterrado.

Yeonjun soltó otra carcajada sin gracia.

——¡¿Que a qué me refiero?! ——Ni siquiera puede notarlo ahora mismo —— Bien, muy bien maldito imbécil. Te lo diré. Lo diré porque ya me cansé de esta mierda ——sus ojos agüitaron——. Eres un puto egoísta de mierda, siempre lo has sido y nunca te has dado cuenta de todo el daño que haces con tus gilipolleces. Estoy harto de sentir que no valgo nada o estoy vacío cuando no estoy a tu lado. Estoy harto de sentir que lo que me hacía feliz antes, ya no lo hace más porque todo lo que hago es pesar en ti, preocuparme por ti y tener que cuidar tu irresponsable trasero. Estoy harto de sacrificar tanto por ti, perdiéndome en el proceso. Estoy harto de ti, Soobin.

Soobin estaba congelado. Su respiración se volvió pesada y tal vez vio los bordes de todo borroso, pero eso no lo detuvo.

Soobin era impulsivo.

——¿Egoísta? ——repitió incrédulo ——¿Soy egoísta? ——apretó la mandíbula con fuerza ——No tienes ni idea de cuantas cosas he sacrificado también por ti, Yeonjun ——bajó la cabeza aturdido ——. Tú no eres el único que no se da cuenta de las cosas ——volvió a subir la mirada para encontrarse con esos ojos cafés, esos benditos ojos cafés ——. Pero lo entiendo —— forzó una sonrisa ladina ——. Siento no haberme dado cuenta de como mis acciones te hacian daño.

No eres el único que sufre aquí Yeonjun. No tienes ni idea.

Mis decisiones del pasado me persiguen, me consumen, me carcomen.

Mis sentimientos lo hacen.

Estoy muriendo a tu lado.

Yeonjun se dio cuenta del efecto que tuvieron sus palabras desenfrenadas por la ira, y esa pequeña parte dependiente de él, lloraba como un niño en sus interiores.

——Soobin ——musitó con cariño  ——. Solo quiero un tiempo para mí, para mis cosas. Eso no quiere decir que quiera que termine nuestra amistad o algo parecido; Porque no, yo jamás diría algo así. Porque
te necesito, y... ese es mi maldito problema; que te necesito como a nadie, y que por más que quiera no puedo odiarte porque termino odiándome a mí mismo en el proceso ——pausó para tomar una gran bocanada de aire —— Soobin... Yo te amo. Pero no puedo hacerlo más si es que he olvidado como amarme y respetarme a mí mismo.

¿Yo soy el culpable de que te sientas mal?

Me he esforzado por reparar mis errores y enmendar mis sentimientos, y solo he logrado empeorar las cosas.

Dime, ¿cuánto mas daño tengo que hacerte hasta estar satisfecho?

¿Qué tengo que hacer para ser tan perfecto como tú?

——Entiendo, Jun ——asintió inexpresivo, con un nudo en la garganta ——. Cuando estés listo para volver a hablarme. Hazlo ——se levantó con una sonrisa ladina ——. Te esperaré hasta entonces ——se giró con una sonrisa apócrifa pero que se veía muy real.

Espero poder cansarme de hacerlo algún día.

Hablas como si no hubiera un mañana para acallar el dolor, mientras yo callo para ocultar el mío.

Pero al final del día, eso es, dolor.

Porque al final del día así estamos, rotos.










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