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3: Mejor amigo

¿Alguien le estaba gritando?

Esperen por lo menos a que abra bien los ojos, ¿no?

No oía más que balbuceos.

——¡Choi Soobin! ——con sus ojitos entrecerrados alcanzó a ver una silueta parada que lo miraba frívolamente desde arriba. Una vez abrió completamente los ojos, la vio.

Era su tía HyeSun, madre de Yeonjun.

Oh. ¿Ooops?

Lo había olvidado por completo. Ni siquiera estaba en su casa. Frotó sus ojos con pesadez y se levantó del frío suelo de la sala hasta sentarse en este, inmediatamente siendo abrumado por un dolor agudo de espalda por haber dormido en el suelo.

——¡Choi Soobin! ——recalcó la mujer con menos paciencia que antes. Soobin subió su mirada, un poco intimidado por el tono autoritario de Hyesun  ——¿Me puedes dar una explicación lógica de por qué faltan más de la mitad de las botellas de mi bar privado? ——espetó claramente fastidiada

—"Ni si diri ciinti" ——la burla de Yeonjun llegó a sus oídos cuando lo vio bajar por las escaleras con una cara de pocos amigos, junto con Yiren.

Yeonjun se dejó caer en otro sillón de la sala, mientras que Yiren se quedó parada en las gradas para escuchar la reprendida.

——Ya lo desperté ——anunció Yiren.

——Explíquenme esto, ¿quieren? ——la mujer volvió a hablar tensando la mandíbula, intercalando miradas entre los dos amigos ——Salgo con mis amigas como cualquier persona normal, vuelvo en la noche y mi casa está a oscuras, me dirijo hacia mi cocina para tomar un vaso de agua y tropiezo con un brazo-

——La caída fue épica ——Yiren interrumpió riendo al recordar la imagen de su madre caer como un saco de papas  ——Lo hubieran vis- ——la sonrisa no demoró en desaparecer por la expresión casi demoníaca que su madre le estaba dedicando.

——El punto... ——continuó devolviendo su fría mirada hacia los chicos  ——Es que encuentro a uno durmiendo en el piso de mi sala y el otro tendido en el retrete. Luego veo que faltan botellas en mi vitrina, cuando CLARAMENTE les dije que no tocaran nada. ¿Qué estaban pensando?

Se formó un silencio culposo.

A pesar de ser ya adultos, cada vez que recibían una llamada de atención de esa manera, era como si se devolviera el tiempo 6 años atrás, donde eran regañados por todas las travesuras inmaduras que hacía ese icónico par.

——Tía... Yo... ——Soobin rápidamente se puso de pie, no sabía como disculparse.

——Él va a reponerte todo ——completó Yeonjun —-—Fue la  condición para dejarlo tocar tu vitrina ——miró de reojo a Soobin.

——¡Sí! Fue como un préstamo nada más ——aseguró asintiendo.

——¿Y se puede saber cuando van a reponer todo? ——se cruzó de brazos ella enarcando una ceja.

——Ahora ——Yeonjun se levantó para ir al recibidor y tomó las llaves del auto de Soobin, haciendo un gesto con la cabeza para que lo siguiera ——¿Vamos?

Soobin, a pesar del dolor incesante de cabeza que lo estaba matando, lo siguió porque sabía que tenía que hacerse cargo de sus responsabilidades. Usaría su tarjeta propia esta vez, porque si  él se había comprometido, debía cumplir.

Antes de cruzar la puerta, la madre de Yeonjun habló.

——Y Soobin... ——el aludido giró sobre sus tobillos para ver a la mujer ——Tu madre está muy molesta. Deberías llamarla.

Soobin frunció los labios y asintió con pesadumbre. Lo haría, pero luego. Ahora no podía con más sermones.

Tal vez tomar tanto había sido un error.

Y sí, tal vez lo había sido, pero así era Soobin; impulsivo, hacer primero y pensar después.

Yeonjun era quien manejaba. Ninguno dijo palabra alguna en todo el recorrido, porque ambos sabían cuando hablar y cuando no. Y ese momento era de los que preferían no decir nada, porque se notaba a leguas en sus caras que estaban experimentando una resaca horrible.

En su amistad no existían los silencios incómodos, por lo que el silencio que se formó los 10 minutos hacia el centro comercial, fue completamente necesario.

Soobin fue el primero en bajar del auto una vez llegaron.

——Pasemos por la farmacia antes.

Yeonjun, muy ojeroso, bajó segundos después y asintió con pesar. Al parecer el peliazul no había tenido un buen sueño.

Entraron a la sección de licores de aquel inmenso centro comercial.

Cuando empezaron a buscar las marcas exactas, fue que Soobin le preguntó para quitarse la duda.

——Te ves terrible ——se burló ——¿No dormiste bien? ——Yeonjun suspiró cansado en respuesta.

——No, Soobin, no dormí bien ——contestó adusto.

——¿Como es que terminaste en el baño? ——se burló de él mientras seguía buscando.

——No lo sé. No recuerdo nada, pero creo que vomité mis tripas ayer. Me duele tanto el estómago que siento que voy a morir ——sobó su estómago con un puchero. Soobin rió negando con la cabeza mientras seguía buscando un Black label para ponerlo en la canasta.

——¿Tú recuerdas algo? ——se giró curioso hacia el más alto, quien estaba en la estantería contraria.

——Ahora que lo dices... ——intentó buscar en su memoria, lo cual no resultó ——Pues creo que no. Solo me acuerdo hasta la parte que te pusiste a imitar al viejo Suk  ——se encogió de hombros sonriente, de vuelta a la búsqueda del gran pasillo.

——Lo recuerdo ——sonrió ladino cuando recordó las carcajadas de Soobin ——Pero vagamente ¿Esa no era nuestra tercera botella recién?

——Cuarta, Jun, cuarta ——dijo cuando por fin encontró el último Black label al fondo de la estantería.

——Habían siete vacías en la mesa.

——Luego de eso no recuerdo nada más. Pero hubiese sido genial por lo menos que hubiera terminado en el sofá ——ya estaban haciendo fila para pagar ——La espalda me duele como si me hubieran pasado encima con un tractor ——se quejó acariciando su espalda baja.

——Esa probablemente fue mi mamá ——rió Yeonjun.

——Cierto... ——Soobin soltó una risita aireada. Su sonrisa desapareció de a pocos cuando vio la contraria desparecer de golpe. Yeonjun entrecerró los ojos viéndolo fijamente, Soobin frunció el ceño confundido.

——¿Qué?

Yeonjun bajó el cuello de la playera de Soobin con el entrecejo fruncido.

——¿De cuando es esto? ——señaló por debajo de su clavícula, Soobin retrajo su cuello para poder ver.

¿Un moretón?

——Parece un chupo ——bromeó el peliazul ——Creí que los odiabas ——Soobin frunció más el ceño al verlo por su cuenta.

——Y lo hago. No puede ser un chupo ——negó fogosamente.

——¿No es de Lee? ——preguntó enarcando las cejas Yeonjun.

——Jamás hubiera dejado que lo hiciera y lo sabes. De seguro es un moretón equis y ya.

——¿Justo en esa zona? ——se burló de nuevo mientras volvía a revisar el morado.

——No sé ——se encogió de hombros fastidiado ——De seguro me caí por ebrio  ——prefirió quitarle importancia para que Yeonjun dejara de molestarlo.

En lo que veía con disgusto la expresión burlona de su amigo, fue que notó un detalle en su rostro que antes había pasado por alto al estar demasiado ocupado buscando que botellas comprar.

——Y tú tanto que te ríes, ¿cómo te hiciste eso? ——señaló su labio.

La expresión burlona de Yeonjun cambió a una de confusión, empezó a palpar su labio sin entender, encontrando una protuberancia en la esquina inferior.

——¿Qué es esto? ——pensó en voz alta pasando su lengua por la hinchazón.

——Parece un corte. ——analizó Soobin ——Y tú no tenías eso ayer.

Yeonjun continuó tocando su hinchado labio pensando en qué pudo haberlo causado. Entonces la idea abarcó su mente.

——¿Acaso crees?——miró a Soobin sorprendido ——Que tú y yo...

——No, no creo ——negó inmediatamente Soobin.

——Pero eso explicaría el corte en mi labio y tu moretón...

——¿Por qué crees que lo haríamos? ——bufó con sarcasmo ——Nunca lo hemos hecho antes, ni sobrios ni ebrios. Lo dudo.

——Pero es posible.

——Jun... —suspiró sosteniendo su cintura adolorida con ambas manos ——Si hubiéramos peleado ¿No crees que habrían más marcas de ello? Aparte, ¿quién diablos le apunta a la clavícula? ——finalizó esto último con una mueca burlona.

——Pude haber apuntado a la cara, pero dudo que el alcohol me haya ayudado ——sonrió por lo absurda que era la situación. Lo pensó un poco más, y concluyó que no era tan raro. Era absolutamente normal ——¿Sabes? De verdad creo que eso pasó, porque estando sobrios no me faltan razones para querer darte una buena piña, seguro con el alcohol no me retuve ——soltó una risa al final.

——Muy chistoso ——entornó los ojos ——Avanza que ya nos toca pagar.

——A ti dirás.

——¡Que ya!

•+×+•

Yeonjun dejó a Soobin en su casa, deseándole suerte con su madre, quien probablemente lo recibiría a casa con dulces y para nada agresivos escobazos.

Después de dejar las bolsas en la cocina, subió a su habitación a tomarse las pastillas que compraron en la farmacia. Esperaba que eso le redujera aunque sea un poco el dolor de estómago.

——¡Yeonjun! ——exclamó su madre desde la parte baja ——¡Baja a comer!

¿Cómo que comer? Se acababa de levantar y-

1:45 pm, la hora en su celular no mentía.

——¡No tengo hambre, mamá! ¡Comeré luego! ——exclamó de vuelta cansado.

——¡Tienes tres segundos para bajar antes de que te traiga de la oreja!

——¡Mamá pero me duele el

——¡Uno!

——¡Joder mamá, ya soy un adulto!

——¡Dos!

——¡No iré!

——¡TRES! ——escuchar los pasos apurados de su madre en las escaleras, le bastó para rendirse. Ya le dolía todo el cuerpo como para que ella lo jaloneara y manoteara como si fuese un bebé.

——¡Ok! ¡Ya voy! ——exclamó irritado. Los pasos se fueron alejando.

Esa mujer podía ser tan aterradora a veces.

Yeonjun bajó de mala gana y muy malhumorado. Se sentó en la silla del pequeño comedor.

——Mamá, en serio me duele el estómago... ——se quejó con un puchero.

——Yiren ——se giró dulcemente a su hija, quien comía tranquila frente a ella ——Gracias por madurar tan rápido, linda. Tú sacarás a esta familia adelante ——acarició sus cabellos.

Claramente su madre no había hecho eso al propósito.

——¿Sigues molesta? ——bufó Yeonjun.

La expresión seria de su madre se fue suavizando hasta que ladeó la cabeza viéndose inocente.

——No, mi amor ——miró con dulzura ——Pero no vuelvan a hacer eso. Odiaría tener que usar los métodos de Sooyoung y la escoba ——la mujer se levantó para ir lavando los platos ——Puedes comer más tarde, pero no te levantas hasta que terminemos nosotras.

Yiren vio que su madre se levantó, así que aprovechó para preguntarle a su hermano lo que le había causado tanta curiosidad cuando lo encontró.

——Pss ——llamó en un susurro,
Yeonjun se acercó ceñudo —— SinB es muy territorial, ¿no es así?——ahogó una risa.

——No entiendo ——¿Por qué su hermana hablaría de su novia de repente?

——Yo fui quien te encontró en el baño, ¿recuerdas?

——Sí, ¿y?

——Te encontré sin camiseta. Te la tuve que poner yo para que no mueras de una posible neumonia después.

——Todavía no entiendo. ¿Cuál es tu punto? ——Yeonjun tomó su vaso de agua para dar un sorbo.

Yiren se acercó más para susurrar.

——Que hay más chupones en tu cuerpo que días en el año.

Se atoró con el agua.

Empezó a toser exageradamente; en sus ojos se formaron lágrimas por la falta de aire y de pronto el agua salía por la nariz. Yiren se asustó y empezó a darle fuertes palmadas en la espalda que solo hacían que se ahogara más.

——¡Oh por dios! ——HyeSun se volteó alarmada apenas escuchó a su hijo toser  ——Jun, aguanta la respiración unos segundos ——sostuvo su espalda.

Eso último le ayudó pues dejó de toser y su rostro ya no estaba tan morado. Su madre fue a cerrar el caño para después volver con su hijo a reclamarle.

——Ya ni agua puede tomar este niño ——renegó ——¿Mejor Junnie? ——Yeonjun asintió sintiendo fuego en sus fosas nasales.

——Mejor sube a descansar ——recomendó su hermana ——Y revisa lo que te dije ——por su reacción, Yiren dudaba que Yeonjun estuviera enterado de como lucía su torso.

Yeonjun se apresuró en subir a su habitación, le puso seguro a la puerta y se quitó la camiseta para ver su cuerpo en el espejo.

Juró que su corazón dejó de latir por unos segundos.

Marcas, varias marcas.

No era posible.

1, 2, 3, 4, 5...

¿12?

No, espera. Eran 14 considerando las de la espalda.

Ahora... ¡¿CÓMO CARAJOS HABÍA LLEGADO ESO AHÍ?!

En los cuatro meses de relación que tenía con SinB, hasta ahora no habían dado ese paso. Por lo tanto era imposible.

Él no tenía esas marcas el día anterior.

Descartó que fueran moretones porque oh vamos, los moretones no se ven así.

Eran chupetones.

Solo había una forma posible de que los haya obtenido...

El miedo, el desconcierto, el pánico, la culpa, son formas de canalizar nuestras emociones.

Oficialmente todo se jodió.

•+×+•

El lunes siempre era el día más pesado de la semana para Yeonjun, pues ese día debía entregar incontables trabajos, era el día de las evaluaciones y normalmente debía quedarse hasta tarde en la biblioteca escolar. No obstante, ninguna de las razones anteriores era la causa de su evidente malestar.

Lo era el descubrimiento de la noche anterior.

La ansiedad por no recordar absolutamente nada, lo privó de probar bocado y de dormir. No podía hacer nada más que pensar en el hecho que había pasado algo con su mejor amigo de toda la vida.

Tal vez estaba demasiado ebrio, pero no entendía, aun así, como era posible que haya dejado que eso sucediera sabiendo que incluso ebrio era responsable.

Nunca había tenido contacto de ese tipo con ningún hombre. Y no es que sea de mente cerrada como para no querer probar alguna vez. Solo que...

¡¿Por que carajos tenía que ser él?!

Cuando todos estaban durmiendo en casa, Yeonjun se presionó a sí mismo a recordar. Y bueno, dicen que si mucho deseas algo, pues eventualmente sucede.

Las memorias empezaron a llover distantes, un poco confusas, también borrosas, pero con cada evocación cada vez eran más nítidas, más visibles, como si lo reviviera.

Entonces lo recordó... Recordó todo con lujo de detalle, lo cual le costó cuatro horas enteras el hacerlo.

Pequeñas lágrimas se deslizaban por sus mejillas.

¿Y ahora qué?

Felizmente no habían pasado más allá de los besos y caricias. Pero es que enterarse de algo así era demasiado para sobrellevar.

Lo peor de todo es que Soobin no sabía nada. Y el domingo en la tarde, mientras intercambiaban mensajes, tampoco le mencionó nada sobre marcas, por lo que el único con fetiche de pitbull ahí, era Soobin.

¿Qué pasaría ahora?

¿Le diría? ¿Lo ocultaría? ¿Le diría a SinB? ¿A Tae?

La ansiedad era creciente en su pecho, lo cual lo frustró a más no poder pues él no se había sentido así en años. Podía ser muy bueno controlando sus emociones, también era bueno en no perder los estribos, pero justo en ese momento estaba condenado.

La vergüenza y la culpa lo siguieron a saltitos hasta que llegó a la universidad.

Soobin solía ir con Yeonjun a la universidad caminando, todos los días porque quedaba relativamente cerca. Pero felizmente, como era lunes, Yeonjun siempre salía 20 minutos antes para organizarse mejor al momento de entregar los trabajos.

Aunque fuesen 20 minutos antes, en esta ocasión, Yeonjun decidió salir una hora antes.

Se había arreglado para ir a la universidad a las 5:00 de la mañana y esperaba impaciente a que fueran las 6:30 para partir de una vez.

Sin dormir, sin comer. Así como así.
La verdad no importaba mucho porque tenía una prioridad en ese momento: Soobin.

No quería cruzarse con Soobin. No cuando todos los recuerdos y todas esas sensaciones de aquel día, evocaba a su mente cada vez que pensaba en su nombre.

Llegó a la universidad demasiado temprano. Tanto así, que ni siquiera había abierto.

Hacía mucho frío y se replantó la idea de si salir tan temprano había sido una buena idea.

A lo lejos avistó una cafetería que estaba abierta, agradeció a los cielos y cruzó para tomar un café caliente, tan caliente que quemaría como castigo a esa lengua suya tan inquieta.

Después de terminarse su dona y su café como desayuno con tranquilidad, pagó por todo y salió del local. Su vista se ubicó en el centro académico frente a él. Ya había abierto y ya habían unos cuantos alumnos puntuales.

Avistó a lo lejos a Sorn con otras amigas suyas.

Normalmente, cuando llegaban a la universidad, su grupo de amigos solía reunirse en una mesa del segundo patio para hablar un poco, terminar de arreglar detalles de trabajos o presentaciones, o desayunar juntos cuando el tiempo no alcanzaba en sus casa. Todo eso antes de la primera sirena que indicara el inicio de clases para todos.

Había días que no podían verse en todos los recesos, pues todos estudiaban carreras distintas y los horarios no siempre se acoplaban. Lamentablemente para Jun, los lunes no eran de esos días, por lo que tendría que ver a todos apenas llegaran. Claro, eso si es que iba.

"Lo siento chicos, me levanté tarde hoy, no podré verlos en la mañana, los veo en el receso" envió el mensaje.

No tenía el valor suficiente como para ver a todos aún. Se sentía sucio, y no en el sentido de asqueroso, sino de culpable, de mentiroso, se sentía una mala persona.

Si no quería arruinar más las cosas, tendría que controlarse e intentar olvidarlo. Así que se esforzó.

Decidió que no le diría nada a Soobin; él no tenía porque cargar con eso más.

Pasaron las primeras clases y Yeonjun, quien nunca se distraía y era el primero en participar, esta vez no tuvo ni mínima idea de lo que el profesor estaba hablando. Bien podía estar invocando a Charlie Charlie y él solo asentiría como idiota dando consentimiento a lo que sea.

Solo podía pensar en eso, en lo que pasó esa noche.

Joder, no es como si fuera un virgen adolescente hormonal. Él tenía experiencia, bastante de hecho, pero ponerse así de nervioso no le pasaba desde que dio su primer beso.

Así de ridículo se sentía.

Llegó el receso.

Salió por la puerta del primer patio para evitar a todos. Aún no se sentía listo.

De pronto, sintió un jalón en el cuello de su camisa que lo devolvió cinco pasos y lo ubicó a un costado de la puerta.

——¿Se puede saber por qué nos estas evitando? ——Un Soobin serio, lo cual era muy poco usual, estaba parado frente a él. Yeonjun sintió una presión extraña en la garganta. 

¿Qué pasaba con él? Él no era de ponerse nervioso a tal punto de sudar.

Tenía que olvidarlo.

——No los estoy evitando ——mintió ceñudo, la voz salió mucho más firme de lo que pensó.

——¿Sabes lo ridículo que te veías enviando un mensaje de que llegarías tarde mientras nosotros estábamos detrás tuyo? Te vimos Jun, ahí paradote en la entrada de la universidad. Si es que eso no es evitar entonces no sé como quieras llamarlo.

——Quería estudiar ——volvió a mentir.

——Pudiste decirlo. SinB me tenía loca con que si algo pasó el fin de semana en la fiesta para que te pusieras así.

——¿Ah sí? ¿Y que le dijiste? ——tragó duro.

——La verdad. Le dije lo que pasó con Min y que después fuimos a tu casa. Sospeché que estabas molesto conmigo por hacer que tu madre se enojara contigo, así que también quería disculparme, Yeon...

¿Tienes que disculparte ahora? ¿Es en serio?

——Claro, no pasa nada ——forzó una sonrisa.

——¿Entonces vamos? ¿O tienes cosas que hacer en tu madriguera? ——se burló refiriéndose a la biblioteca.

——Mmm... ——lo dudó, lo dudó mucho, pero al fin y al cabo, ya lo encaró, así que, ¿que más daba ver a los demás? Lo peor ya pasó ——Vamos...

Se encaminaron al segundo patio.

——Oye, tu labio se ve mejor ——comentó al ver que cicatrizaba ——¿Duele?

Sí, sí duele. Maldito animal.

——No, para nada.

•+×+•

——¿Cómo lo encontraste? ——dijo entre risas Sorn.

Soobin tomó asiento.

——Supe que querría evitarnos así que sabía que saldría por esta puerta, y como sabía también que saldría antes, yo salí más temprano y me apresuré para esperarlo en la puerta.

Todos lo miraron con extrañeza, menos Yeonjun. Él solo sonrió risueño.

——Estás loco ——rió Tae con una mueca ——Pero ¿ya arreglaron las cosas? ——De seguro Soobin había mencionado algo a Tae.

——Siempre lo hacemos ——guiñó Soobin.

Yeonjun se tensó con el gesto. ¿Por qué no podía relajarse?

——Oh... ——habló Hyuka de repente——SinB me dijo que te diera esto ——rebuscó en su mochila y sacó una tartaleta en una cajita rosada, se la extendió al mayor ——Ella no sabía porqué estabas molesto, pero quería subirte el ánimo.

——Awww ——chilló Sorn ——Son tan lindos... Su relación es perfecta ——hizo un puchero ——Como los odio.

Sí, perfecta.

La engañé, pero tienes razón. Sigo siendo el chico perfecto. Sigo teniendo la relación perfecta, sigo teniendo la amistad perfecta. Las cosas no tienen porque cambiar. ¿O sí?

•+×+•

Ni siquiera al final del día pudo hacerle frente a sus incomodidades. No quería caminar con Soobin a casa como todos los días. No pudo.

Esas imágenes se reproducirían tan pronto mirara su rostro. Y no.

"Soobin, iré yo solo a casa. Tampoco creo poder ir al parque hoy. Tengo tarea que hacer. Es mucha. Mañana nos vemos.

Lo envió y empezó a caminar rápidamente hasta su casa.

¿Qué tengo que hacer para que este sentimiento se vaya de una vez?

Llegó a casa. Confiaba en que no se cruzaría con Soobin porque salió 15 minutos antes que todos. No había forma.

Aunque de nuevo, se equivocó.

Yeonjun debía cruzar el parque para llegar a su casa. Y ahí, sentado en el medio del césped, donde siempre, habían unos ojos almendrados que lo miraban con intensidad a lo lejos.

¿Acaso vuelas Soobin o qué?

Por un momento olvidó que su amigo era un poste andante y que con que trotara un poco bastaría para alcanzarlo.

Los ojos de Yeonjun titubearon al no saber a donde mirar.

Si esto estaba pasando, era por algo. Suspiró cerrando los ojos y se rindió.

Reafirmó el agarre en la asa negra de su mochila, y se encaminó a su amigo que ni se inmutó al verlo acercarse.

——Hola ——musitó sentándose. Soobin no respondió inmediatamente.

Silencio, solo el ruido se los árboles ser mecidos por el viento.

——Tomé un taxi hasta aquí ——sonrió ladino ——Te conozco y sé que hubieras puesto mil excusas para no verme después si es que no llegaba antes.

Se formó un pequeño silencio donde el viento solo se intensificó golpeando sus rostros con fiereza.

——Yeon... ¿Recuerdas cuando me enojé contigo cuando teníamos 16 porque te vi abrazar a Lia el día de mi graduación? ——Yeonjun asintió sin entender a donde iba la conversación ——No quería hablar contigo ——sonrió por su inmadurez de esos tiempos ——Estaba celoso porque ustedes eran muy cercanos. Y tú... me buscaste hasta los baños ——rió con la mirada baja ——Me buscaste y me dijiste: "Siempre los lazos se rompen por falta o de confianza o de comunicación.... Hablando se resuelven las cosas".

Yeonjun se sorprendió por lo vívidas que persistían sus palabras en su memoria. Hasta él mismo lo había olvidado, pero al parecer Soobin no.

——Me gustaría que habláramos las cosas, Jun. Desde ese día prometimos siempre decirnos las cosas y dejar de dar por entendido sin ni siquiera preguntar y-

——Estás haciendo demasiado drama, Bin ——Solo quería irse. No quería hablar nada.

——¿Drama? En estos ocho malditos años no ha habido ni una sola vez que no vinieras al parque, ni siquiera después de lo de tu papá ——tomó su mano, haciendo que Yeonjun estremezca ——Sé que algo pasa, Jun... ——habló con dulzura.

Tal vez... sacarlo de su pecho era la respuesta.

Pena compartida, carga distribuida.

Yeonjun suspiró.

——Bien... Te lo diré. Pero te vas a arrepentir.

——Ahora el exagerado eres tú ——lo miró Soobin burlón.

——Vamos a tu casa. Es mejor estar solos para lo que te voy a decir.

Soobin frunció el ceño sin entender que podía ser tan serio y lo siguió a casa.

[...]

——¿Tienes muchos fetiches no? ——rondaba la habitación de Soobin, sintiéndose intranquilo, pero sabiéndolo disimular muy bien.

——¿A qué te refieres? ——inquirió ceñudo  ——¿Sexuales? Mmm... algunos. ¿Por?

Yeonjun señaló la protuberancia de su labio.

——Tú me hiciste eso ——masculló inexpresivo.

Soobin entornó los ojos.

——Mira, si ibas a hacer tanto escándalo por un simple golpe-

——Con tus dientes.

La expresión de Soobin se contrajo en confusión.

——¿Ah?

Para que seguir hablando; una imágen vale más que mil palabras.

Yeonjun se quitó la camiseta, exponiendo su fornido torso desnudo y marcado, pero marcado de la otra forma.

El rostro de Soobin se deformó por la sorpresa.

——¿Lo hiciste con SinB? ——preguntó estupefacto al ver las marcas.

Yeonjun reunió paciencia de donde no había por lo lento que era su amigo para darse cuenta de las cosas.

——No, aún no ——se las arregló para responder tranquilo ——Si hubiera pasado serías el primero en enterarte. Pero ese no es el punto, Soobin. No estás escuchándome.

Soobin miraba con la mirada perdida, sabía que Yeonjun seguiría hablando.

——Lo recordé, Bin, recuerdo absolutamente todo de esa noche.

La expresión de Soobin era indescifrable, pero la sorpresa estaba ahí, indeleble.

——Yo no tenía todo esto antes de la fiesta, Bin. Fuiste tú.

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